Slave Zero X es un juego 2,5D con una ambientación distópica y una propuesta retro que dejará encantados a los fans nostálgicos de los videojuegos.
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Siempre que existe la posibilidad de probar un juego que busque representar la esencia retro, hay que tomarla. Si bien no todos los juegos de este estilo son buenos, hay algo que me llama a probarlos y encontrar el gusto a lo que, en teoría, es un intento de los desarrolladores por crear experiencias únicas que funcionen como fieles odas al pasado de los videojuegos.
Slave Zero X es esa clase de juego, y sus desarrolladores, Poppy Works, no son nuevos en esto de lanzar videojuegos con estética retro y mecánicas simples para hacer brillar lo que en el pasado era una necesidad, pero ahora es una alternativa. Es por eso que Slave Zero X me llamó la atención apenas supe de su existencia, pues se trata de un juego sencillo, pero que logra impulsar sus limitaciones a algo retador y entretenido.
Slave Zero X es un juego complicado de definir. Se trata de una experiencia 2,5D de scroll lateral ambientado en un mundo post apocalíptico, donde los biotrajes y mechas son las armas más poderosas. Nuestro objetivo será, como prófugos de la justicia, al haber robado un exotraje con conciencia propia, abrirnos paso a través de hordas de enemigos para liberar a una nación corrupta por el poder. Con esta premisa de lo más común, han logrado crear un gran videojuego que combina mecánicas de juego del pasado con un desarrollo moderno.
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Apartado técnico
Entrar a este juego es un tanto desconcertante, pues la premisa nos indica que veremos un juego con movimiento clásico, pero al avanzar nos damos cuenta de que no se trata de un side scroller convencional, pues presenta elementos 3D en su movimiento que da un toque interesante a la experiencia. Siendo así, quiero destacar el diseño artístico de toda la obra, pues logra transportarnos al pasado sin dejar de lado la claridad y nitidez necesaria para las pantallas actuales.
Comencemos entonces con su apartado artístico, que es lo que me enamoró a primera vista. Slave Zero X nos presenta un estilo “low poly” 2,5D, dando como resultado una visual interesante que recuerda a juegos como Pepsi-Man y Megaman X. Este arte, si bien no es tan querido como el pixel art, brinda la libertad a los desarrolladores de crear mundos combinando el 2D con el 3D, apoyándose mucho en la perspectiva. En este sentido, es evidente que el personaje que manejamos no siempre tiene esa profundidad característica de los polígonos, sino que son sprites que varían según el momento, dando como resultado movimientos dinámicos que sobresalen del entorno.
Ahora bien, no todo es bueno, pues el hecho de que se usen polígonos y sprites a la antigua causa estragos en los menús. Y esto es algo que siempre tuvieron los juegos retro, y es que los menús no eran claros al combinar tipografías “neon” con escenarios “realistas”. Esto no es grave, pero sí afecta al resultado final que es casi perfecto.
Por otro lado, no puedo dejar pasar la banda sonora y los efectos de sonido. Al ser un juego sencillo en sus exigencias gráficas, no es algo que merezca la pena conversar. Pero claro, la música y los efectos lo son todo para dar una ambientación positiva, y este apartado sonoro lo superan con creces los muchachos de Poppy Works. Y es que en este tema podemos hilar muy fino, pues al ser un juego moderno no existen limitantes que compriman la música o los efectos, por lo que el trabajo de postproducción para lograr que los efectos tengan ese toque retro es un valor agregado.
La música logra su cometido de transportarnos a ese mundo distópico que no alcanza a ser cyberpunk. De hecho, este juego tiene un predecesor llamado Slave Zero, juego de 1999 de mechas. Este escenario bélico en un mundo destruido da bastante juego a la imaginación, sobre todo cuando hablamos de música. Los efectos sonoros no se quedan atrás, logrando ese efecto metálico característico de juegos como Megaman.
Jugabilidad
Llegamos al punto álgido de cada análisis y he de decir, antes de entrar en materia, que se trata de un juego bonito con un problema clave en su base jugable. Esto lo digo antes, pues quiero dejar claro que a pesar de todo lo bueno que he dicho, hay un problema fundamental que mancha toda la experiencia.
Pero vamos paso a paso, pues primero hay que hablar de cómo funciona el combate y el sistema de progresión. Al inicio, como en cualquier juego, todo parece pesado y difícil de maniobrar, pero esto es porque hay que entender bien las mecánicas de juego. En Slave Zero X, el combate es ágil, pero complejo de dominar, pues debemos aprender que cada combo tiene un final programado, cosa que nos deja vulnerables y que hay que ir entendiendo según vamos atacando a los diferentes enemigos. El combate, como en casi todos los juegos de pelea, se divide por golpe normal, golpe fuerte y un arrojadizo. Con esta base debemos luchar y crear combos de ataque que iremos aprendiendo mientras jugamos.
Aquí es donde llega mi primera crítica, y es que a pesar de que no lo parezca, el tutorial es parte fundamental de cualquier juego. En este caso, es algo crítico, pues tenemos muy pocos movimientos que se dividen en demasiadas partes. Todo eso, el ataque, la defensa, el esquive, los power up y demás, nos lo explican en pantallas con texto que van apareciendo una tras otra antes de dejarnos mover el personaje. Una vez dentro del juego, estos tutoriales no vuelven a aparecer, dejando nuestra memoria como recurso para practicar. Esto me parece muy grave, pues tuve que mirar gameplays en internet para poder ver de nuevo el tutorial y entender las mecánicas, pues no son tan simples como parecen.
Una vez superada la tragedia de entender los controles y el combate, vamos con lo mejor que tiene este juego en cuestión de jugabilidad, y son sus niveles. Es un no parar de acción desenfrenada contra hordas de enemigos que no pueden hacer mucho contra nosotros. La variedad de enemigos es amplia y todos tienen sus propios movimientos que debemos ir aprendiendo para combatir mejor. Los niveles son lineales y siempre tienen una intención, por lo que cada paso representa un avance importante en la trama.
Al final de cada nivel suele haber jefes que debemos derrotar para poder pasar. Al principio se repite el mismo feje final, para luego incluirlo como enemigo dentro de los niveles. Es cuando llegan los jefes únicos y se nos plantea un reto mayor, un reto que sin práctica no vamos a superar, pues no son algo fácil.
Es aquí donde quiero expresar el segundo gran fallo y la base por la cual este juego pierde parte de su encanto. No quiero sobrepasarme con los desarrolladores, pues ellos tuvieron su visión clara a la hora de plantear las mecánicas de juego, pero para mí es algo inexplicable el que no hayan tenido en cuenta un apartado tan grande como algo que merece la pena revisar. Estoy hablando del bloqueo o parry, movimiento crucial para bloquear ataques y contraatacar a los enemigos. En Slave Zero X, decidieron que el bloqueo se debe realizar dando un paso hacia el ataque, algo como el parry en Street Fighter pero en un hack and slash side scroller.
El problema recae en que, si bien es una mecánica sencilla, en la práctica es casi imposible de realizar. Puede ser porque soy malo jugando, pero lo más probable es que sea un error de diseño muy fácil de solucionar. Este problema es bastante grave, y se da porque los desarrolladores decidieron hacer el bloqueo con un toque de dificultad, pero claro, en un juego donde la pantalla se llena de enemigos, es poco viable que no puedas bloquear, pues al esquivar no llegas a escapar del todo de la horda, quedando atrapado y muriendo en el proceso.
Lo anterior se agrava en los jefes finales, pues estos cuentan con ataques “pesados” que se podrían bloquear con un timing correcto, pero no, aunque lo intentes, el bloqueo es casi imposible de realizar con regularidad debido a cómo lo plantearon en los controles de juego. Una posible solución hubiera sido darle un botón para realizar el bloqueo, no una acción de movimiento que no tiene tiempo de reacción. A pesar de que parezca algo sin importancia, esto afecta toda la partida de forma negativa, pues el juego se vuelve más complicado de lo que debería.
De esta manera, la jugabilidad queda como algo entretenido y frustrante, un apartado que nos recuerda a los juegos clásicos, aquellos que elevaban la dificultad para que su duración incrementara artificialmente y que diera la sensación de ser más largo.
Duración
Habiendo dicho ya las circunstancias de juego y cómo esto afecta nuestra partida, ahora que trataremos la dificultad hay que tener en cuenta la dificultad del juego y los posibles problemas que vamos a tener para superar ciertas fases de juego. Con esto en cuenta, he de decir que este juego tiene la duración perfecta para su estilo, pues no es muy largo. Mi partida duró 6 horas casi exactas sin haber conseguido todos los posibles desafíos que tiene el juego. Slave Zero X, según otras reseñas que he revisado, tiene una duración promedio de 3-4 horas para completarlo al 100%, ya que no tiene desafíos secundarios en los que nos podamos entretener.
La esencia del juego y su duración me parece que es acertada. No necesitamos que esta clase de juegos tengan una duración más allá de las 5 horas, pues las mecánicas y todo lo que tiene por ofrecer puede llevar a que los desarrolladores no logren mantener el ritmo del juego. Y este es el término perfecto para definir a Slave Zero X, y es que su ritmo es perfecto, teniendo momentos memorables condensados en niveles cortos, intensos y batallas entretenidas.
Conclusión
Después de esta experiencia, me he reafianzado ese amor por los juegos cortos y sencillos. Slave Zero X es esa clase de videojuegos que ofrecen valor por lo que buscan representar y lo que logran hacer para diferenciarse de todo lo demás. No siempre esperas juegos de scroll lateral hack and slash con toques retro y originalidad.
La propuesta visual y artística es acertada, tanto así que funciona como motivante para aquellos a los que nos gustan los juegos con estética retro. Pero no solo se limitó a imitar el pasado, sino que logran desarrollar un mundo interesante a través de polígonos poco realistas.
Pero no todo es perfecto, y es que en la piedra central de cualquier juego tienen algunos fallos fundamentales que no se pueden perdonar. Esto no quiere decir que la jugabilidad es mala, porque no lo es, ya que nos brinda momentos muy dinpamicos y atrapantes que quedan plasmados en las batallas contra jefes finales y en el recorrido por los niveles llenos de enemigos diversos y desafiantes.
Slave Zero X queda como un buen juego, con muchas ideas originales y un gran potencial para el futuro, pero que resulta con errores graves que manchan la experiencia definitiva y no permiten disfrutar al 100% de un muy buen juego.
*Gracias a Ziggurat Interactive por habernos proporcionado el material para la review.
[appbox steam 1903910][appbox microsoftstore 9NGNBV3P9L40]
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Apartado técnico80/100
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Jugabilidad70/100
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Duración85/100
Lo bueno
- Su apartado artístico
- El ritmo de juego
- Niveles cortos e internos
- Banda sonora memorable
Lo malo
- Problemas en las mecánicas de juego
- Dificultad elevada artificialmente