Análisis de FBC: Firebreak para Xbox Series – Remedy se arriesga sin mucho acierto

Analizamos FBC: Firebreak, la nueva propuesta de Remedy y su primer juego de corte multijugador.

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En los últimos años, ha sido habitual que todas las desarrolladoras han buscado su trocito de pastel en el sector de los multijugadores. La tónica, por lo general, han sido una serie de juegos que, aun siendo experiencias divertidas, no alcanzasen los estándares de las compañías y terminasen sucumbiendo. Ejemplos como Suicide Squad: Kill the Justice League de Rocksteady aún resuenan en redes como uno de los más evidentes.

A pesar de todo, los equipos de desarrollo siguen apostando por juegos de este calado y el último ejemplo es FBC: Firebreak, el nuevo juego multijugador online de Remedy. Sí, los creadores de Alan Wake y Control se lanzan a un territorio ignoto para ellos con un juego que comparte universo con ambos. 

El conocido como Remedyverso sigue sumando capítulos y, aunque esta nueva propuesta no trae nuevos detalles sobre la trama general, sí que nos permite revisitar algunos escenarios ya vistos en Control. No en vano, tomaremos el papel de un miembro del equipo de limpieza de la FBC encargados de eliminar y arreglar cualquier problema que surja en la central.

Un título que ha querido asegurarse una buena base de jugadores desde el inicio y, para ello, ha realizado una apuesta curiosa. Primero, no ha sido un free to play, como muchos otros juegos del estilo, pero Remedy sí que ha tomado la decisión de incluirlo de lanzamiento tanto en Xbox Game Pass como en PS Plus. Además, se ha alejado del típico contenido de pases de temporada, pudiendo desbloquear prácticamente jugando. Eso sí, tenemos microtransacciones.

Apartado técnico

Para este juego, Remedy ha elegido, como podríamos esperar, su motor habitual de desarrollo: el Northlight Engine. Con esto han conseguido varias cosas. La primera, que el juego recuerde en su aspecto visual a Control, con una estética muy continuista y con una dirección artística a la altura. Por otro, no consigue un alarde técnico demasiad alto, pero cumple con lo esencial: 60 FPS en todo momento, incluso en los momentos de máxima acción.

Nosotros lo hemos disfrutado en Xbox Series X, donde cumple con todo lo que esperas de un juego en pleno 2025. Tiempos de carga reducidos, Quick Resume (aunque al ser online no es que sirva de mucho) y una estabilidad en los FPS digan de alabar.

Quizás el único punto negativo en cuanto al apartado técnico es el sonido. Aunque Remedy suele presentar trabajos impecables (al menos en las versiones originales), en FBC: Firebreak deja bastante que desear. La música pasa muy desapercibida, incluido en los menús, y los efectos sonoros no cobran el protagonismo que merecen cuando tienen lugar.

En definitiva, una sensación muy plana en el aspecto sonoro que no convierte ningún momento en inmemorial.

Jugabilidad

FBC: Firebreak es un shooter en primera persona, algo poco habitual en Remedy, con partidas cooperativas de tres jugadores en las que habrá que hacer frente a enemigos controlados por la IA. ¿Se puede jugar en solitario? Sí, pero la experiencia está pensada para jugar acompañado y en los niveles más altos es prácticamente imprescindible.

En total tendremos cinco trabajos a nuestra disposición donde podemos seleccionar una serie de parámetros. Primero, el nivel, que nos permitirá jugar partidas más largas o breves, ya que añaden más salas que superar. Por supuesto, dificultad, donde tenemos un amplio espectro, y los modificadores, que añadirán diversos elementos como cadáveres explosivos.

Por supuesto, a mayor dificultad, mayor recompensa y no exclusivamente experiencia, porque también conseguiremos documentos y otras materiales que nos permitirán comprar armas, mejoras y habilidades. Un sistema muy similar al visto en Helldivers 2, ya que estos no desaparecen con el tiempo y los podemos obtener siempre que queramos.

Pero la personalización va más allá de elegir el tipo de granada o las habilidades, por el hecho de que tenemos tres kit de crisis para elegir. Estos son las clases de personaje que podemos seleccionar para cada misión. Cada una cuenta con un arma especial que realiza funciones necesarias para avanzar en cada mapa. La combinación de ellas es fundamental, aunque se pueden superar todos los desafíos sin la presencia del especialista.

Por un lado, tenemos el Kit de Reparación, armado con una llave inglesa, que permite reparar cualquier objeto que encontremos en los mapas. El kit eléctrico devuelve y reactiva los mecanismos eléctricos con poderosas descargas y por último el kit de limpieza, que podrá apagar los incendios y limpiar a los compañeros de cualquier mugre interdimensional.

Entre los tres kit hay cierta sinergia como decíamos y la combinación de todos será significativo. Los equipos que cuentan con los tres tienen más opciones de victoria, ya que todos son esenciales en diversos momentos en cada mapa, aunque por supuesto hay zonas que se necesita más de uno que de otro.

Las misiones son las típicas que podemos esperar: arreglar maquinaria, recoger objetos, etc. Pero Remedy le ha dado su toque personal y tenemos, por ejemplo, una zona en la que deberemos limpiarla de posits a base de escopetazos o destruir un fluido rosa de dudosa procedencia. Por supuesto, no faltan los elementos propios de la saga que, más allá de los enemigos ya vistos en Control, encontramos objetos poseídos que debemos neutralizar.

Duración

Al tratarse de un juego online sin ningún tipo de modo historia, hablar de la duración es complicado. Porque, como siempre decidimos, depende mucho de cada jugador.

Las rondas variarían entre unos pocos minutos hasta los casi veinte o treinta, dependiendo de los niveles o modificaciones que incluyamos en cada partida. Tenemos cinco mapas al principio y llegarán dos más en los próximos meses, pero lejos de esto no hay más opciones.

Con todo, es un juego al que podemos dedicar una buena cantidad de horas junto a dos amigos. Es, sin duda, el clásico juego que se queda instalado en la consola o el PC al que no le prestamos atención, pero que alguna vez volvemos a él para jugar un rato distendido con los colegas

Conclusión

FBC: Firebreak se nos queda muy corto como juego de Remedy. Es cierto que siendo su primer multijugador es un título que no está mal y cumple con lo que se le pide. Pero llega corto de contenido e incentivos, con un sistema de juego bastante simple que no innova ni propone nada nuevo.

La sensación que nos deja es que podría pasar perfectamente por un modo online de los de antes, que acompañaban a los grandes lanzamientos. En este caso, este FBC: Firebreak podría ser un gran añadido a Control o el futuro Control 2, como una vertiente online dentro del juego principal que incentive al jugador. Pero lejos de ello, tenemos un título propio e individual que busca hacer un hueco en un mercado saturado.

Por todo ello, aunque la experiencia es agradable y divertida, FBC: Firebreak plantea serias dudas sobre su proyección a largo plazo cuando pase la ola de su debut.