Analizamos Rust Console Edition, una obra que pone de manifiesto la inminencia del mal, su inevitabilidad, en un mundo lleno de peligros.
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Uno de los debates más recurrentes que llevan a cabo los aficionados al videojuego de un tiempo a esta parte es estudiar cuál ha sido el mejor año de la historia mediante el análisis de los mimbres necesarios para llegar a dicha conclusión. Además, de una forma muy contundente, pero lo cierto es que es una tarea muy complicada, dado que todo es personal y depende de cada uno y de sus gustos a dilucidar. Sea como fuere, no he venido aquí a daros unas clases de historia, pero sí subrayar la gran importancia que adquirió una de las tendencias actuales de la industria hace casi una década.
Porque en el transcurso de 2013, el concepto de sobrevivir comenzó a poner sus cimientos por medio de obras como DayZ, una experiencia de supervivencia extrema en mundo abierto que emergió y vio la luz originariamente como un mod de ARMA 2. No fue el primero de su especie, ni mucho menos, pero sí que inauguró una corriente de juegos pertenecientes al género de marras, siendo el caso que nos ocupa, Rust Console Edition, uno de ellos. Un juego cuya popularidad ha sido nuevamente auspiciada gracias a un puñado de creadores de contenido que le han dado una segunda vida. Y como se dice, el resto es historia.
Apartado técnico
El polivalente motor Unity, conocido por emplearse en obras de bajo presupuesto gracias a su facilidad de uso, ha sido el escogido para dar forma al mundo de Rust Console Edition. Un mundo compuesto de enormes praderas, zonas gélidas cubiertas de hielo y nieve perpetuos, y varios complejos militares que hacen gala de una buena distancia de dibujado. Asimismo, contamos con unos acertados ciclos de día y noche en los que experimentamos la iluminación natural por la luz solar, así como una noche con una oscuridad prácticamente perpetua. Es en estos momentos cuando se acentúa la sensación de miedo, pues el terror proveniente de otro ser humano a nuestro acecho es mucho más intenso al abrigo de la noche.
Entre los puntos negativos, por otra parte, encontramos unos modelados bastante básicos, con unas animaciones sumamente toscas, y también una optimización en la que se producen algunas pausas y tirones en la partida. Eso sí, no son lo suficientemente molestos como para comprometer la experiencia de juego. Una experiencia que se ve potenciada a través de una banda sonora de exposición inmersiva, perfectamente compuesta para la construcción de una atmósfera violenta y terrorífica, y no tanto para una rimbombancia que no tendría razón de ser.
Jugabilidad
Nos despertamos en mitad de ninguna parte, desnudos, equipados únicamente con una piedra y una antorcha. Sin poder volver a dormir, miramos como pasan las horas y nos agobiamos sin saber que hacer. Al principio, intentamos aprender a vivir en un estado de incertidumbre constante, pero el hambre y la hidratación no tardan en acechar. En otras palabras, si nos descuidamos, tendremos las horas contadas, de modo que comenzamos a movernos lo más rápido posible recorriendo un entorno en el que podremos obtener toda clase de materias primas, desde trozos de madera hasta rocas, elementos que podemos usar para nuestro propio beneficio (armas, armaduras, pequeñas fortalezas…)
A medida que vayamos avanzando, iremos acumulando más y más víveres, generando así una falsa sensación de seguridad, pero no tardaremos en percatarnos que no nos encontramos solos en este mundo. Uno nunca debe olvidar que el peligro puede acechar en cada esquina y Rust Console Edition es una obra que expone los límites de la confianza y la desconfianza en contextos más simples o extremos. Se dice que la máxima aspiración de todo ser humano es encontrar la felicidad, una cualidad que debería unirnos por encima de cualquier otra particularidad que pueda destruir esta unión, y para ser felices y sentirnos completos necesitamos relacionarnos socialmente y vivir en comunidad.
Sin embargo, en el título que nos ocupa, la colectividad, salvo excepciones, se nos viene abajo, dado que el instinto de supervivencia, esa habilidad que tenemos todos a la hora de adaptarnos a los imprevistos de la existencia con el objetivo de seguir vivos, acaba imponiéndose. El mundo está repleto de jugadores que no dudarán en matarnos con el fin de arrebatar todo lo que tengamos de valor, perdiendo todo el progreso. Y pese a que es posible que, en las ocasiones más inesperadas, nos encontremos con aliados inesperados, pues existe la opción de crear equipos que nos permiten vivir los mejores momentos de la partida, la naturaleza primigenia de este Rust Console Edition es una sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. Una y otra vez, el juego se encarga de que perdamos la fe en la humanidad, como en la vida misma.
Duración
Rust Console Edition es una experiencia llena de pequeños momentos irrepetibles. Nuestro periplo es como un sueño, ya que cuando morimos despertamos, en otra ilusión que nos permite experimentar la realidad. Es difícil de cuantificar el número de horas que vamos a estar inmersos en la propuesta pertinente, puesto que disponemos de un mundo infinito lleno de peligros de todo tipo que se interpondrán en nuestro camino constantemente en una empresa no apta para principiantes. Marcarnos pautas para explorar y construir varios refugios, así como adentrarnos en zonas inexploradas para investigarlas, es algo que va a tenernos atrapados durante horas y horas.
De todas maneras, la durabilidad de esta aventura reside sobre todo en cuantas horas de entretenimiento puede ofrecernos y cuan satisfechos vamos a estar al finalizar la sesión. Al fin y al cabo, cada tipo de propuesta ofrece unos hábitos radicalmente distintos, y los contendientes pertenecientes al género de supervivencia están compuestos especialmente por una comunidad. Lo que prima es asegurar que esta última tenga motivos para volver al susodicho y el título desarrollado por Facepunch Studios parece ofrecer bastantes incentivos para que queramos abrazar una proposición amparada en una violencia omnipresente e institucionalizada.
Conclusión
El mundo es un lugar peligroso. No por aquellos que no hacen nada por evitarlo, sino a causa de los que hacen el mal porque sí. Aunque hay lugar para el diálogo y la colaboración, Rust Console Edition pone de manifiesto la inminencia del mal, su inevitabilidad, por medio de una obra en la que tenemos que labrarnos nuestro camino paso a paso, pero con consistencia. Es posible que su dura naturaleza juegue en contra de los jugadores menos habilidosos, si bien, la experiencia de juego va mejorando a partir de la primera piedra que colocamos como acto formal.
Una piedra que inaugura de forma simbólica la construcción de una obra en la que obtenemos nuevas y amplias perspectivas entre nuestro punto de partida y el terror que nos aguarda.