Acción a raudales sin pararte a pensar demasiado es lo que ofrece el Spareware, y en cantidades industriales. Y es que en ocasiones lo que pide el cuerpo es liarse a pegar tiros virtuales a diestro y siniestro para quitarnos una dura jornada de encima o simplemente para pasar el...
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Meterse «en la piel» de un robot suele ser bastante divertido y atrayente. Si añadimos que el robot va armado hasta los dientes y que tendrá que enfrentarse a infinidad de oleadas de enemigos, sin escatimar en plomo, es entonces cuando una sonrisilla se dibuja en nuestros labios. Pues esta es la premisa principal con la que Rusto, el estudio desarrollador, ha construido Spareware, un juego de acción cenital en la que controlaremos a un robot y en el que abriremos fuego contra todo lo que se nos acerque.
Desde películas, como la reciente Pacific Rim, como series de animación, novelas, cómics y demás ramas del ocio han tocado el subgénero de robots. La ciencia ficción es uno de los géneros más ricos y no podía pasar por alto a estos metálicos «personajes» forjados a base de acero y fuego.
Acción a raudales sin pararte a pensar demasiado es lo que ofrece el Spareware, y en cantidades industriales. Y es que en ocasiones lo que pide el cuerpo es liarse a pegar tiros virtuales a diestro y siniestro para quitarnos una dura jornada de encima o simplemente para pasar el rato. Por no haber no hay ni hilo argumental. Pero no anticipemos acontecimientos, vamos a ver juntos las virtudes y puntos ciegos del nuevo título que ha llegado a nuestra mesa de disecciones.
Apartado Técnico
Modesto. Ese es el adjetivo que mejor define el apartado técnico de Spareware. Bajo el manto de distracción encarnado en los frenéticos tiroteos y las explosiones, se oculta un apartado gráfico pobre y sin artificios, con escenarios clónicos y repetitivos que inducen a un déjà vu crónico y en espiral del que no podremos escapar. Lo mismo sucede con los enemigos, cuyo plantel es demasiado reducido. El estudio nos ha puesto por delante solo tres tipos de enemigos con variantes de diferente color. Dependiendo de la tonalidad de su uniforme serán más o menos resistentes.
Por fortuna no tiene defectos técnicos que lastren la experiencia, ya que el scroll es suave y no hay tirones de framerate ni siquiera en los momentos en los que el escenario se inunda de enemigos y las balas silban a nuestro alrededor por docenas. También se muestra sólido técnicamente cuando hay más de un jugador en pantalla.
En cuanto al diseño artístico todos los elementos, entornos y personajes resultan en conjunto demasiado fríos. Vale que es un juego de robots, pero la sensación general que transmite el juego es demasiado impersonal y carente de carisma. A nivel sonoro la cosa cambia, ya que las melodías son muy cañeras y acompañan a la perfección los tiroteos. Los efectos están a la altura y, aunque no existe la necesidad de que venga doblado al castellano por no haber diálogos, sí que es cierto que los textos no se han traducido. Por suerte los menús son intuitivos y no pasaremos demasiado tiempo leyendo.
Jugabilidad
Durante el primer contacto, Spareware resulta un poco confuso. Antes de empezar la primera partida puedes pulsar el botón A demasiado rápido, lo que dará comienzo al primer nivel sin que tengas tiempo de echar un primer vistazo al menú de edición y mejora de tu robot, así como al árbol de habilidades. De todos modos, en el inicio, al no haber comenzado a ganar experiencia y al no haber subido de nivel, no podrás aplicar ningún punto de mejora y tendrás bloqueadas las armas y las piezas de recambio de tu robot (brazos, piernas, torso y cabeza). No será hasta que vayas superando niveles y recolectando piezas cuando puedas comenzar a tunear a tu personaje.
Tampoco existe un sistema de ayuda que te diga qué hacer en determinadas situaciones, como en los niveles en los que tienes que destruir unas torres de energía o en los que debes hackear unas antenas. Sí que el juego te señala los puntos clave de cada nivel, pero se agradecería un poco de ayuda en pantalla a la hora de afrontar ciertos niveles. Y es que tampoco habría sido tan difícil añadir mensajes in game como por ejemplo «Destruye las torretas» o «Mantén la posición».
Por suerte, el sistema de control está bien calibrado y resulta muy intuitivo y directo. La lástima es que los escenarios y los enemigos son clónicos, con lo que el juego acaba haciéndose demasiado repetitivo y termina por generar un cierto sentimiento de rutina en el jugador. Sin embargo, esta sensación se diluye por completo si jugamos con otros tres amigos, y es que Spareware está claramente desarrollado y pensado para jugar en compañía. El problema reside en que el modo cooperativo es local, así que no podrás jugar online con amigos que no puedan desplazarse hasta tu casa.
Duración
Si hay algo que no puede achacarse a Spareware es la falta de contenido, y es que podrás disparar a lo loco a lo largo y ancho de más de cincuenta niveles. El objetivo está en asaltar el generador ubicado en el nivel central, pero a medida que avanzas hacia él, los enemigos van siendo más duros, con lo que ir directos al centro no es muy buena idea y te tocará moverte por los niveles cercanos para subir de nivel e instalar mejoras. Pero cuidado, ya que no tienes vidas infinitas y puede darse el caso de que tengas que empezar de nuevo si mueres más de una vez.
Si juegas solo, llegar por primera vez al núcleo y destruirlo puede llevarte entre dos o tres horas en el modo de dificultad casual y si no das demasiadas vueltas saltando de un nivel a otro, aunque la gracia está en vagabundear por ellos para hacerte con todas las mejoras posibles, para desbloquear las nueve armas del arsenal y para intentar llegar al nivel 50.
Si vas a jugar en compañía, aprovecha y sube la dificultad para que los tiroteos sean más intensos. Al compartir la partida con otros jugadores la rejugabilidad se hace patente y la diversión crece exponencialmente, disparándose así las horas que dedicarás al título.
Conclusión
Buenas ideas no le faltan a Spareware, por contra sí que requería de más trabajo en el apartado técnico y en la variedad de misiones y del propio contenido que ofrece el juego, con el fin de que el usuario se mantenga pegado al mando durante el mayor tiempo posible, cosa que no podemos asegurar que suceda, salvo que juegues en compañía.
No haber incluido más modos de juego, más variedad de enemigos y de escenarios lo convierte en una propuesta de fin de semana o como entretenimiento casual y esporádico para pasar el rato cuando vienen amigos a casa o cuando no tienes nada mejor a lo que jugar.
*Gracias a Rusto por habernos proporcionado el material para la review.