En un futuro muy típico dominado por corporaciones, una IA ha decidido acabar directamente con los humanos que se interpongan en su camino. Un agente especial será el único capaz de detener esta debacle en un FPS que nos dará más de una satisfacción.
Echa un vistazo a estos otros análisis
- Análisis de Soul Reaver 1 & 2 Remastered – Un clásico entre clásicos
- Análisis de Indiana Jones and the Great Circle – El juego que marca el camino a Xbox
- Análisis de Parcel Corps, una experiencia arcade diferente y divertida
No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
Después de un mes de Mayo en el que hemos visto como nacía toda una leyenda en esta generación como lo está siendo Doom y su apuesta por una campaña donde como matar y no dejar de hacerlo es lo más importante y divertido, no viene nada mal este Hard Reset en su versión Redux, que allá por 2011, ya apostó por un First Person Shooter que iba de disparar masivamente a tus enemigos sin más motivación que la de seguir adelante y conocer una trama muy genérica aunque atractiva en algunos momentos.
Sus referencias más inmediatas podrían ser Painkiller o Serious Sam, que nos ofrecían oleadas de enemigos, un apartado gráfico que cumplía sobradamente y sobre todo una jugabilidad y diversión sin ninguna duda. Además, no hay nada más que echar un vistazo al curriculum del estudio para ver lo próximo que nos traerán, un Shadow Warrior 2 que promete sangre a borbotones y acción a raudales. Lo vamos avisando para que no se molesten en seguir leyendo: aquellos amantes de la autocuración, los tiroteos tácticos y el poder matar con un tiro en la cabeza, que se retiren, porque los chicos de Flying Wild Hog nos traen dinamita pura en forma de shooter. Solo servirá nuestra habilidad para matar y que no nos maten.
La verdad es que la historia en la que se encuadra el título es bastante genérica, aunque tiene pequeños elementos interesantes que no se reflejan en el gameplay casi en ningún momento más allá del marcado de nuevos objetivos, llegando a provocar que nos dieran ganas de que hubieran puesto un pelín de más esfuerzo en desarrollarla. En un futuro lejano, el mundo está apunto de desaparecer como lo conocemos, los humanos están siendo sitiados y diezmados por las máquinas, que ocupan casi toda la superficie y tienen como objetivo la ciudad de Bezoar, el último bastión donde está «El Santuario», una especie de red de billones de mentes digitalizadas, el último objetivo que ayudaría a la IA de los robots a hacerse invencible.
Nosotros manejaremos al Mayor Fletcher, un experto soldado de la CLN, una organización militar dedicada exclusivamente a la defensa de la ciudad. El juego comienza cuando uno de los muros de contención se rompe y las máquinas comienzan a masacrar a la gente, que provoca que nos asignen rápidamente al lugar para detener esta incursión enemiga.
Apartado Técnico
Después de haber visto como se movía Hard Reset Extended, la última versión que salió para PC en 2014, no podemos nada más que alegrarnos de que recibamos un port a 1080p y 60fps, que teóricamente alcanza. Aunque el juego se ve genial en movimiento, si que era evidente que la calidad de texturas y animaciones estaba un escalón por debajo de lo habitual, por lo que era algo lógico, teniendo también en cuenta de que siempre ha tratado de ser un shooter de no más de 20€. Tenemos que empezar a ser consecuentes con las exigencias en este aspecto.
Un buen surtido de efectos especiales, muchos enemigos en pantalla, una iluminación más que correcta hacen que el título coja mucho empaque. Sin embargo hemos podido observar como un exceso de explosiones en pantalla pueden ralentizar algo la imagen, que lamentablemente es más a menudo de lo que debería, ni siquiera el objetivo de los 60fps consigue tapar este defecto, y lo que es peor, se va acentuando más conforme avanzamos. Hablaremos más adelante de explosiones en el apartado jugable, ya que realmente han conseguido que sea un elemento más del gunplay y que puede afectar a cualquier batalla.
El diseño artístico del juego y la ciudad donde se ambienta está bastante trabajado para lo que podía estar un juego de este tipo, e incluso perderemos de vez en cuando algo de tiempo mirando hacia arriba los rascacielos tecnológicos, las naves que surcan el cielo o los neones de los edificios que le dan a todo el conjunto un aire Cyberpunk que recuerda inmediatamente a Blade Runner.
Lo mismo que con cualquier shooter, recomendamos usar unos buenos cascos, pero en este caso, podrían salvarnos la vida en más de una ocasión y es que los enemigos nos aparecerán por todos lados más veces de lo normal, y tener ese puntito de ventaja, nunca viene mal. De paso, disfrutaremos de un sonido contundente y un aumento del ritmo musical en las batallas que nos motiva, aunque no sabemos porque cuando terminamos una batalla se queda como una melodía extraña a medio camino entre el terror y algo tecnológico que no me termina de encajar. Curiosamente se te queda grabada fácilmente.
Jugabilidad
Hard Reset tiene unas mecánicas sencillas y directas, para que se entienda pronto: va de matar y avanzar. Y así continuamente. No tiene puzzles, no tendremos que quebrarnos la cabeza y la mayoría de los secretos de los escenarios son potenciadores escondidos detrás de una esquina. Solo pretende que disfrutemos masacrando a los robots enemigos y realmente lo consigue de sobra, porque, a pesar de los problemas técnicos que antes hemos descrito, el juego es muy divertido y repleto de buenas ideas.
La mayoría de esas buenas ideas están reflejadas en la gestión de uno de los elementos más famoso de los videojuegos: los barriles explosivos. Han querido elevar un nivel su protagonismo para que esté presente en cada uno de los escenarios de múltiples formas pero que fácilmente detectables con el color rojo o el típico símbolo de peligro. Esto unido a las también numerosas máquinas, carteles, depósitos y demás parafernalia eléctrica que al destruirse también producirán rayos que dañarán al enemigo (y a nosotros mismos también, claro está), formarán auténticas orgías de destrucción que nos ahorrarán unas cuantas balas de nuestras armas.
A veces, incluso se antojan imprescindibles, ya que los explosivos son extremadamente potentes y efectivos, lo que hace que el jugador suela preferir disparar al elemento explosivo/eléctrico más cercano a nuestro enemigo que al propio enemigo. Siempre buscando el máximo daño de área, ya que serán pocas las ocasiones en las que nos ataque solo un enemigo a la vez.
Otro elemento original del juego son las 3 únicas armas que tiene nuestro protagonista, el rifle de asalto modular CLN, el rifle de Plasma EEF-21 y una Cyber-Katana, la cual, curiosamente, no tendremos desde el principio de nuestra aventura, pero que nos permitirá atacar a los enemigos cuando se nos echen encima. La novedad está en estas dos armas modulares, que se podrán mejorar en estaciones conforme vayamos obteniendo puntos N.A.N.O. que obtendremos de algunos enemigos al derribarlos y repartidos por el escenario en forma de cápsulas naranja.
De esta manera, el rifle CLN se convertirá en una escopeta, un lanzagranadas o incluso un lanzacohetes y el rifle de plasma pasará a poder emitir pulsos EMP, granadas paralizadoras, rayos múltiples de corto alcance e incluso una especie de cañon de rail, muy potente contra hordas. Cada uno con posibilidad de mejora, que añade un modo secundario y un potenciador. De dos armas de fuego, somos capaces de sacar casi 16 modos de disparo distintos, casi nada.
[quote_right]Hard Reset tiene unas mecánicas sencillas y directas: matar y avanzar[/quote_right]Entre las mejoras de la versión Redux, está la katana que hemos comentado antes y la habilidad de esquivar hacia cualquier dirección pulsando el botón de sprint. Si lo dejamos pulsado, aumentaremos nuestra velocidad, pero este «esquive» comúnmente llamado dash, pasa de ser una mejora muy útil, a ser algo que cambia el juego hasta hacerlo un poco facilón, porque pronto nos daremos cuenta de que lo podremos hacer infinitamente sin que el personaje se canse, pudiendo ir haciendo el dash para avanzar más rápido en cualquier dirección, llevándonos casi sin darnos cuenta a abusar de la habilidad. Por lo menos, no podremos disparar mientras lo usemos, así que por lo menos, queda contenido por esa parte.
Los enemigos son variados y una de las características más llamativas del juego y que parece que se está perdiendo paulatinamente es la de usar a jefes de final de fase. En Hard Reset tendremos distintos y variados, incluso en tamaño, enfrentándonos a gigantescas máquinas. Gran punto que nos tendrá enganchados todo el nivel para ver cada uno de los bosses.
Duración
Tenemos un gran dilema en este aspecto, ya que solo contiene el modo campaña, ni modos adicionales, ni multijugador que alarguen la vida del título, pero tampoco es un drama. A cambio, la aventura para un solo jugador será satisfactoria, al estilo de la vieja escuela, disparar sin preguntar y bastante rejugable conforme subamos la dificultad. En esta versión Redux, muchos enemigos se generan aleatoriamente en el escenario y no veremos nunca los típicos guardas que pillaremos desprevenidos.
En dificultad normal, podríamos tardar aproximadamente 8 horas en pasarnos el título y a no ser que nos maten demasiado, no debería de alargarse mucho más en la misma partida.
Conclusiones
Este juego ha salido en más de una conversación de los miembros de la redacción, ya que los que lo probamos en PC, nos quedamos con muy buen sabor de boca del trabajo de Flying Wild Hog, pero al volver a probarlo en su versión Xbox One, nos hemos llevado una ligera decepción. No sabríamos deciros con exactitud, ya que no disponemos las herramientas, pero lo hemos comparado con la versión de 2012 de PC y parece verse algo peor que esta, a pesar de la actualización de su propio Engine.
Seguramente futuros parches arreglen los bajones de frames, y nos dejen disfrutar de un título divertido, que deja buenas ideas, sensaciones y merece mucho más. Sin duda, un título notable que con su bajo precio, se podría convertir automáticamente en uno de los imprescindibles de la redacción.
*Gracias a Flying Wild Hog y a Gambitius Digital por habernos proporcionado el material para la review.