Nadie vio venir la crisis de materiales y especialmente los semiconductores que sufrimos entre el 2021 y el 2022. Esto dio como resultado una escasez enorme en cuanto a dispositivos electrónicos. Bueno, eso en el mejor de los casos, porque otros dispositivos digitales lo que hicieron fue bajar la calidad de sus prestaciones y a un mayor precio. No era raro, por ejemplo, ver coches o móviles más modernos pero de mucha peor calidad.
Por supuesto las consolas no se libraron, y Playstation 5 y Xbox Series X se llevaron la peor parte de todas. Por suerte para Microsoft, les salió bien la jugada de aprovechar los materiales que casi se desechaban en el proceso de fabricación del modelo X para montar parte del modelo S. Esto aseguró un buen flujo y ritmo de venta a un menor precio frente a sus competidores.
El modelo S canibalizó más del 70% de las ventas
Así pues, el modelo S fue el que soportó el peso de las ventas. Una noticia que realmente es agridulce para la marca porque si bien consiguieron no bajar el ritmo de hardware instalado en hogares, el margen del modelo S es muy inferior al del modelo X. Aunque bueno, para los de Redmond la estrategia ganadora es la de meter Game Pass hasta en la sopa, así que ganar menos con el hardware quizá no era la mayor de sus preocupaciones
Hoy sabemos que las previsiones de los de Redmond eral algo mayores para las ventas del modelo X. Por ejemplo, esperaban vender en abril de 2022 un mix que predecía un 64,9% de Series S vendidas y el resto, un 35,1% serían para el modelo X. Sin embargo, la realidad fue dierente, y ahí tenemos una diferencia del 10% pues el modelo S canibalizó el 74,8% de las ventas frente al 25,1% del modelo X.
Quizá estos años la cosa cambie, aunque la subida de precios de ambos modelos parece que no ayudará. Por suerte Starfield, Forza y alguna promo potente en Black Friday pueden ser buenos catalizadores de ventas.
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