Estética anime, jugabilidad Souls Like y toques únicos en su fórmula. Un juego que promete bastante si logran pulir algunos detalles técnicos.
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Mucha es la expectación que ha levantado Code Vein entre los amantes de los soulslike, aquellos juegos que beben del trabajo realizado por FromSoftware y que sin duda ha supuesto un antes y un después en el mundo del ARPG.
Con más de un año de retraso, por fin estamos llegando a las últimas fases de Code Vein y por fin hemos podido acceder a la prueba de red del título publicado por Bandai Namco, en la que hemos podido ver qué nos depara finalmente esta nueva propuesta que podría llegar el 26 de septiembre de este mismo año.
Así se siente Code Vein en Xbox
Para ponernos en contexto, Code Vein nos lleva a un futuro cercano en el que el mundo ha sido destruido y una misteriosa neblina ha convertido a la humanidad en vampiros.En este punto pocos supervivientes conocidos como “revenant” han conseguido mantener su forma humana y ganado habilidades sobrenaturales, pero deben de alimentarse de sangre para poder sobrevivir. Pare ello, estos revenant se han diseñado un sistema por el cual utilizan unas misteriosas lágrimas de sangre salidas de ciertos árboles místicos, las cuales insertan en máscaras especiales que les permiten respirar su esencia.
De lo primero que hay que hablar de Code Vein es de su singular apartado gráfico. Así, el título presenta una estética anime que se desmarca de lo visto últimamente en el género “soulslike”. En este aspecto, hay que decir que, si bien el resultado general funciona y la estética anime da un toque muy personal al juego, es cierto que gráficamente Code Vein no está todo lo pulido que cabría esperar. Asimismo, y en una nota más personal, la estética anime opta por ciertas elecciones discutibles en el acabado de los personajes femeninos, a los que se ha optado por sexualizar en exceso y sin sentido en algún caso.
Así, en muchos momentos el juego se siente un poco pobre visualmente y muchos de los acabados chirrían, sobre todo durante las cinemáticas. Asimismo, los escenarios no se están todo lo detallados que esperábamos ver en un juego de estas características.
Por poner una nota más positiva a su apartado técnico, habría que destacar la banda sonora, la cual es sin duda fantástica en determinados momentos.
La jugabilidad, lo mejor de Code Vein
Será en su jugabildiad donde Code Vein nos ofrezca lo mejor de sí. Nosotros nos ponemos en la piel de uno de esos revenant, personaje al que podremos personalizar en un potente editor, donde elegiremos aspecto, adornos, ropa… Toda una serie de elementos que además podremos ir cambiando a lo largo del juego llegados a cierto punto (precisamente donde termina la beta que hemos jugado).
Pero nuestro revenant no será alguien cualquiera. Cada revenant tiene cierto código de sangre que le dará una serie de cualidades para el combate especiales. Sin embargo, nuestro personaje tendrá un “código blanco”, por lo que podremos ir aprendiendo todos esos códigos de sangre (de ahí el nombre del juego) que nos permitirán aprender diferentes modos de combate.
¿En qué se traduce todo esto jugando? Pues vienen a ser las típicas «clases», entre las que habrá personajes cuerpo a cuerpo, a distancia y otros que utilizarán sus recursos para hacer magia. Partiendo de unas clases principales, después se irán añadiendo más, cada una con matices diferentes, que podremos ir cambiando según se adapten más a nuestro estilo de juego.
Todo el tema de los códigos de sangre se nos explicará en un tutorial que resulta bastante confuso pero que iremos aprendiendo con la práctica mientras jugamos. Todo un acierto que sin duda dará profundidad al juego. Además, al tratarse de un RPG, iremos subiendo niveles para hacernos más poderosos, acumulando “neblina”, que viene a ser la moneda del juego y que, de nuevo asemejándose a la fórmula soulslike, perderemos al morir, pero podremos recuperar llegando con vida al punto donde nos mataron.
Asimismo, contaremos con compañeros que nos apoyarán durante nuestras aventuras. Todos ellos tendrán diferentes estilos de combate (su propio código) y los podremos cambiar desde los muérdagos (que vienen a ser las hogueras de Dark Souls). Eso sí, si no queremos ayuda, podremos ir en solitario, lo que seguro que agradecerán los jugadores más «hardcore».
A la hora de llevar esto a la práctica al combatir, el juego se siente muy, muy fluido, tiene personalidad pese a beber claramente de de la saga de FromSoftware y sin duda es el punto más fuerte de lo visto hasta ahora en Code Vein (a falta de saber cómo se desarrolla la historia completa, la cual pinta también muy bien).
Por supuesto, encontraremos jefes finales que, según hemos visto, tendrán diferentes fases y prometen ser espectaculares de seguir la línea de lo mostrado en esta beta.
Por último, mencionar el diseño de niveles, el cual está segmentado entre puntos de descanso, los muérdagos de los que hablábamos anteriormente. Asimismo, encontraremos atajos que interconectarán las diferentes partes del nivel y que dan mucha coherencia al mapeado.
En resumen, lo visto en esta prueba de Code Vein deja con muy buen sabor de boca y sobre todo con ganas de más. El juego de Bandai Namco lo tiene todo para enganchar: una estética llamativa, una historia que promete y un combate y desarrollo de personaje profundo y variado.
Esperemos que la forma final logre mantener todo lo bueno que hemos visto, con la esperanza de que se pulan un poquito esos problemas del apartado visual de los que adolece el juego.