Análisis de Wo Long: Fallen Dynasty, una entrega interesante de los creadores de Ninja Gaiden que busca competir en el género de los Souls.
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La incursión de Team Ninja en el género de los Souls Like se ha extendido con varios videojuegos con temática oriental. Si bien han mantenido un perfil bajo desde la última entrega de Ninja Gaiden, juegos como Nioh han demostrado que la capacidad técnica del estudio estaba a la altura para presentar un producto AAA en condiciones de competir en el mercado con sus referentes. De todo lo anterior ha nacido Wo Long: Fallen Dynasty, el nuevo juego de fantasía y de época centrado en la guerra de clanes en China y lo que parece ser un resquebrajamiento de la dinastía debido a un poder sobrenatural. Siendo así, Team Ninja busca continuar sus intentos de competir contra FromSoftware en un título de acción dinámica al puro estilo de Sekiro: Shadows Die Twice.
Wo Long: Fallen Dynasty se ha convertido en un fenómeno muy pronto, y desde su primer trailer de lanzamiento, la pinta era de éxito total. Ahora, y tras haberlo probado al completo, podemos aseverar que este será un videojuego de amores y odios, con muchas oportunidades de crecimiento y bastantes fallos que lo alejan de ser un digno contrincante de lo que ellos mismos buscan emular. Pero no nos engañemos, este videojuego es una gran entrega que no pasará inadvertida en este 2023 lleno de grandes títulos.
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Apartado técnico
Estamos ante un juego con previsiones de ser un AAA, por lo tanto, no es que debamos esperar gráficos espectaculares y realistas, pero sí una concordancia entre su estilo de arte y la calidad gráfica de la época; esto, por supuesto, Wo Long: Fallen Dynasty lo cumple con creces. Y quiero comenzar hablando de su estilo de arte, pues recuerda mucho a Ninja Gaiden, con pasajes oscuros en la antigua China, llena de Generales con armaduras características y un entorno avasallado por la guerra. Esto, sin duda, es un gran añadido que denota cariño y calidad; pero no lo es todo, pues cuenta con la característica de la corrupción del “Qi”, cuya consecuencia son malformaciones y demonios grotescos, muy parecidos a los enemigos de Nioh.
Dentro de esta pluralidad visual, los escenarios resultan pintorescos y bastante entrañables. Lo fugaz de sus apariciones nos dejan con cierta lástima, pues algunos niveles tienen una visual buena y variada pero que no dejan de ser simples pasillos sin trascendencia.
Para sostener esta calidad artística, el juego mantiene un apartado técnico bueno. Como siempre, cuenta con el modo calidad, cuya tasa de frames es poco estable y bastante problemático en los combates, y un modo rendimiento que es el mejor para probar el juego en todas sus fases. Lamentablemente, el modo calidad, cuyos brillos y personajes resaltan bastante bien, es errático y falla en los FPS durante los combates, dejando un juego poco fluido y tosco, afectando la experiencia en sobremanera. Por esto, recomendamos el modo rendimiento, pues si bien las texturas y los colores tendrán un bajón de calidad, es la mejor manera para explorar el mundo; eso sí, hay momentos durante los combates donde falla la tasa de frames, pero esto puede darse por ser una versión pre lanzamiento la que hemos analizado.
Sumado a lo anterior, hay un problema que, en la generación actual, no debería de suceder. Las pantallas de carga regresaron, y de qué manera; alrededor de 20-30 segundos por cada cambio de escena, lo que se convierte en la monotonía de la espera cuando estamos en jefes finales. Esto es grave, pues en un combate contra un jefe difícil seguramente mueras una y otra vez, y durante esta transición entre la muerte y el checkpoint el juego se toma su tiempo. Pero esto no lo es todo, pues al entrar en la arena de combate esta pantalla de carga en negro también aparece, siendo que por cada muerte tendrás que comerte dos pantallas de carga que suman casi un minuto.
Ahora bien, y como hemos dicho al inicio, esto es independiente de la calidad el estilo realista o no del videojuego. En este caso, Wo Long: Fallen Dynasty se mantiene al margen y no se enfoca en buscar la mayor calidad gráfica de todas, manejando un estilo muy parecido a los juegos de FromSofware.
Jugabilidad
Seamos sinceros, cada juego se analiza según su contexto y género elegido, por lo que si está evidentemente tratando de emular un estilo, hay que ceñirse en reconocer los valores y problemas de Wo Long: Fallen Dynasty en su intento de imitación o inspiración. En este caso, es muy claro que la inspiración principal para las mecánicas de juego y todo lo que lo rodea es Sekiro: Shadow Die Twice; podríamos decir que es un juego bastante fiel, pero problemático.
Siendo así, comencemos. Y es que si estás interesado en el juego, hay una demo que puedes probar para darte cuenta de la velocidad y la dificultad del mismo; pero hay que dejar algo claro, y es que este juego cuenta con diversas capas de dificultad que van añadiéndose a lo largo de los niveles, cosa que pluraliza la experiencia, pero la ensucia un poco.
Combate
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el sistema de combate, que es lo principal y más importante. Este se resume en atacar, bloquear, esquivar y el parry. De hecho, existen mecánicas añadidas como las habilidades de Qi o la magia, pero estas son secundarias y no representan un esencial en la partida.
Entonces, durante un combate contamos con dos tipos de ataque (fuerte y normal), además de poder bloquear, cuya función no es muy relevante, pues ni siquiera es enseñada durante la partida y, lo más importante, el parry, que al igual que en Sekiro, funciona para desviar ataques e incrementar la barra de stamina del oponente. Con solo esto nos da para jugar, pero es más profundo de lo que parece, pues cada enemigo tiene una barra que debemos llenar si queremos completar un golpe crítico. Esta barra, por supuesto, se llena golpeando o haciendo desvíos a los ataques normales y cargados de cada contrincante, siendo un baile cada combate lleno de ritmo y precisión.
Lo anterior se experimenta con bastante satisfacción en los jefes finales de cada zona, pues el patrón de ataques y su barra de vida complementan una lucha dinámica y bastante emocionante. Pongo de ejemplo al jefe del tutorial, quien también aparece en la demo. Este enemigo cuenta con dos fases distintas y nos enseña a jugar y llevar el ritmo total, pues cada golpe suyo baja un gran porcentaje de nuestra vida, siendo el parry la mejor solución para eliminarlo. Con sus movimientos, aprendemos que cada desvío es satisfactorio y cuando acertamos un crítico entendemos la utilidad de la mecánica. Pero añadido a esto aprendemos algo distinto a Sekiro, pues en el juego de FromSoftware cada enemigo final tenía unas “vidas” y cuando la barra de energía se llenaba podíamos eliminarlos fácilmente sin tener que bajar la barra de vida al completo. En Wo Long es diferente, siempre será necesario bajar toda la barra de vida sin excepciones.
Ahora bien, para bajar esta barra de energía, las opciones que tenemos con amplias, pues no solo con ataques simples se logra, ya que este juego introduce unos ataque especiales cargados de espíritu, cuyo poder aumenta según concatenamos nuestros combos. Al hacer nuestro ataque fuerte, o de espíritu, expulsamos parte del mismo para hacer más daño y bajar la barra de energía en mayor medida. Otra opción es exclusivamente desviando ataque, sobre todo los ataques cargados y especiales, pues estos no se pueden bloquear pero sí esquivar, muy al estilo del Mikiri de Sekiro.
Acompañando todo nuestro combo de ataque, también contamos con la magia, siendo un elemento secundario que podemos equipar para potenciar nuestros ataques, dar bonificaciones o atacar directamente. Entonces, esta magia se puede aumentar usando los puntos de nivel que vamos recibiendo con nuestro nivel. Esta magia se divide en los elementos, siendo importante que encontremos el balance entre nuestro personaje y la magia para saber qué es lo que nos beneficia usar. Aun así, la magia es más un elemento decorativo que ayuda con ciertos enemigos, pero con otros es inútil.
También está la Bestia Divina. Este ser podemos personalizarlo también, equipándonos a la bestia que mejor se acomode a nuestro ritmo de combate. Cada bestia es muy distinta y funcionan en escenarios particulares, dando juego a cada lugar una estrategia distinta. Pero esto cuenta con un problema, pues probando las diferentes bestias divinas que hay, solo una nos pareció útil del todo, además de brindar muy buenos beneficios al jugador sin importar la situación. Se trata del dragón Quinlong, cuyo poder es la resurrección y el rayo. Tiene dos modos de uso: el primero, nos brinda un estado de rayo que imbuye las armas y otorga mayor poder de ataque durante un tiempo; la segunda, genera un pequeño campo donde nuestra vida se restaura automáticamente por un tiempo. Esta bestia divina es sin duda la mejor, pues las otras apoyan con estados alterados poco eficaces en combates de larga duración, siendo más circunstanciales que útiles.
Por último, tenemos al armamento, que quizá es uno de los grandes fallos de este juego y la razón del desbalance en la dificultad. En concreto, durante nuestra partida podemos recoger armas de los enemigos y subirlas de nivel, al igual que incrustar ciertas gemas para darle mayor personalización. La variedad de armas no es gran cosa, y su set de movimientos tampoco, pues hay 4 variantes que se segmentan en espadas, alabadas o lanzas, espadas o armas dobles y armas pesadas; dentro de esta variedad está el gusto de cada quien. El problema recae cuando avanzada la partida estas no hacen daño y son solo un instrumento para desviar ataques y contraatacar, convirtiendo los combates en bailes de varios minutos monótonos esquivando, desviando y listo. El daño es mínimo, incluso con el arma al máximo, por lo que el tramo final del juego se convierte en un martirio.
Personalización y niveles
La personalización de Wo Long: Fallen Dynasty es increíble. Si bien se trata solo de un elemento cosmético, siempre es de agradecer que exista un menú amplio para configurar nuestros rasgos, equipo, armas y demás con detalle. En este juego hay varios elementos que son personalizables, comenzando, como no, con nuestro personaje. Esta personalización es sorprendentemente detallada, llegando al punto de que cada capa de cabello es intercambiable junto a los predefinidos, pasando por el rostro, los tatuajes y demás.
Pero esto no es todo, pues existe una bandera de guerra que usamos en cada punto de guardado para marcar nuestro dominio. Esta bandera también tiene personalización detallada, desde los colores, patrones, logos y mucho más. Además, las armas también cuentan con su capa de libertad creativa, siendo cada arma un lienzo para dejar la imaginación volar, esto claro, sumando la cantidad de armas que existen nos da tiempo y juego para probar cosas nuevas.
Ahora bien, los cosméticos pueden no ser tan relevantes, pero lo estratégico sí, y aquí el juego flaquea un poco. Para subir de nivel a nuestro personaje necesitamos de algo que se llama “Qi”, este, al igual que las almas de Dark Souls, lo recogemos de los enemigos caídos y acumulamos para subir de nivel. Nuestras estadísticas se rigen según el elemento, (fuego, agua, tierra rayo y aire) dando características únicas a cada uno y dotando de valor su narrativa. Esto está bien, pues es algo diferente, pero resulta complicando las cosas cuando avanzamos en el juego, ya que no es tan simple descubrir si tu personaje está bien balanceado según los niveles que subimos.
A nosotros nos sucedió que aumentamos los niveles de cada elemento de manera equitativa, para poder usar cada magia y habilidad sin problema. Esto fue un error, pero el juego no lo demostró sino hasta el final del mismo, donde era obvio que las estadísticas estaban mal equilibradas, obligándonos a cambiarlas por completo. Pero esto no es todo lo que personalizamos, pues también podemos cambiar nuestro compañero de batalla, nuestra Bestia Divina, la magia y mucho más.
Narrativa
Comenzando con los problemas, llegamos a la historia del juego y los motivos por los que luchamos. Si bien es un juego con cinemáticas y una narrativa definida por acontecimientos en orden cronológico, la forma en la que se cuenta confunde y desorienta al jugador. Esto es clave, pues al comienzo del juego no se te explica nada, pero al final tampoco, dejándonos ideas sueltas e inconclusas que “se supone” debemos resolver.
Esto es un lío, es una parranda de cinemáticas con un personaje nuevo en cada nivel pero que resultan ser muy poco explicativas. Nos sucedió con todos los jefes finales que no entendíamos el por qué de nuestro combate, pasando de ser un posible combate épico, a una lucha compleja pero intrascendente.
Dificultad
La dificultad de Wo Long: Fallen Dynasty la podemos resumir como el mayor fallo del título. Esta, sin duda, es una muestra de un problema grave de desarrollo que estropea la experiencia y desanima a los jugadores a completar el juego completo. Esto es un error estructural, de base, algo que se puede corregir pero que está presente en todas las capas del juego, dejando rastros en todas las características anteriormente mencionadas.
El juego cuenta con una dificultad única que va aumentando con el paso de los niveles. Esta dificultad se define en golpear más fuerte y en hacer menos daño; a veces ambas juntas. El problema recae en que cuando se ha avanzado en los niveles, la sensación no es la de un reto divertido, sino de un reto frustrante e injusto.
Ponemos un ejemplo claro y que todos podemos corroborar. El jefe del tutorial explota la curva de dificultad y denota que los enemigos del área están muy por debajo, pero este jefe es más fuerte incluso que varios de niveles más adelante. Esto, sin duda, es un bochorno, pues no sucede solo en el primer nivel, sino que en los más avanzados. Llegó incluso el punto en el que un jefe se convirtió en la barrera para nuestro avance, obligándonos a farmear nivel para completarlo, esto, desbalanceando el juego y todo su interior. Desde las armas, que apoyan el problema, hasta la magia, que se vuelve inservible en un punto de la partida.
Duración
Wo Long: Fallen Dynasty es un juego largo y exigente, fácilmente podemos estar hablando de 40 horas de juego sin hacer ningún camino secundario o reto en específico. Este es un juego con niveles simples y cortos que no dan mucho espacio a la exploración, por lo que no requieren bastante tiempo para recorrerlos. Ahora bien, si lo que quieres es un reto, así como explorar y eliminar a cada enemigo esto puede llevarte más horas.
Si bien es un juego extenso, las horas pasan bastante rápido entre las partidas. No se hace largo ni pesado debido a su extensión, pero si puede alargarse debido a la dificultad, donde un enemigo que dura poco tiempo en una partida normal y balanceada, aquí aumenta considerablemente según proceda el jefe o el área.
Conclusión
Wo Long: Fallen Dynasty es un juego con grandes ambiciones. Este proyecto de Team Ninja buscaba emular a uno de los grandes éxitos técnicos, mecánicos e innovadores de la época y ha conseguido acercarse en algunos aspectos. Ahora bien, lo bueno no quita lo malo, y lamentablemente hay puntos negativos de peso que no nos dejan tranquilos durante la experiencia, por lo que se mancha el producto y sus ambiciones.
Wo Long es un muy buen videojuego con ideas innovadoras y un gameplay adictivo. Probablemente, es de los juegos que mejor han captado esa idea de combate intenso y exigente que buscan los usuarios, dejando un muy buen sabor de boca con estas características. Además, el juego tiene personalidad, si bien imita bastante a otros títulos famosos, este rompe el paradigma y presenta ideas innovadoras que dan un giro a las situaciones de combate, ayudando a su disfrute y diferenciación.
Pero como hemos dicho, hay errores garrafales que son imperdonables. Por suerte, la dificultad es un tema que se puede solucionar, necesitará de tiempo y estudio, pero será un cambio obligado en el futuro. Aun con todo lo anterior, consideramos que Wo Long: Fallen Dynasty es un gran videojuego que merece la pena y debe ser probado por todos los amantes de FromSoftware y Sekiro, a los que aseguramos, no va a decepcionar.
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Análisis de Wo Long: Fallen Dynasty
Análisis de Wo Long: Fallen Dynasty-
Apartado técnico80/100
-
Jugabilidad80/100
-
Duración90/100
Lo bueno
- Su jugabilidad dinámica y exigente
- La personalización y variedad
- Su estilo de arte
Lo malo
- El desbalance en su dificultad
- Escenarios cortos y lineales
- Narrativa confusa