Analizamos The Sinking City para Xbox Series X, la reedición de la aventura basada en Lovecraft que trae un buen número de mejoras técnicas interesantes.
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No soy lo que se dice un experto de todo lo que tiene que ver con H. P. Lovecraft, pero si que siempre he sentido atracción cuando un nuevo videojuego basado en su particular manera de ver el terror ha llegado al mercado. Quizás el que más éxito ha tenido de todos ellos ha sido Call of Cthulhu, que precisamente adaptaba a los mandos (y a un nivel bastante bueno) el que es el mejor y más popular relato de Lovecraft.
Por supuesto, su mitología y universo son tan grandes que darían espacio a bastantes títulos que, aunque no estuvieran basados directamente en sus obras si que beberían de ellas. En el día de hoy os traemos el análisis de otro de estos títulos, The Sinking City. El juego, desarrollado por el estudio Frogwares, adapta con muy buenas formas este universo a una aventura que tiene lugar en la ciudad de Oakmont (Massachusetts), un lugar que como el mismo nombre del juego indica se encuentra a medio hundir y donde los habitantes no paran de sufrir unas visiones que les hace enloquecer.
Nosotros tomaremos el papel de Charles Reed, un ex-buzo de la marina convertido a detective privado y que recibe una extraña carta que le hace llegar a Oakmont para comprobar una serie de extrañas desapariciones y visiones recurrentes. The Sinking City es una propuesta que mezcla (o al menos eso intenta, como veremos más adelante) los principales componentes de una aventura gráfica con otros de exploración, algo de RPG y un poco de un combate que quizás es demasiado recurrente. ¿Será este The Sinking City el mejor juego basado en el basto universo de Lovecraft? ¡Vamos a verlo!
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Apartado técnico
Puede que quizás no lo recuerdes o no lo sepas, pero The Sinking City ya llegó a Xbox One en el verano de 2019. Esta nueva versión para Xbox Series llega para mejorar gráfica y técnicamente la obra de Frogwares, y el salto de calidad se nota desde el primer momento. La versión de One pecaba sobre todo de un rendimiento un tanto irregular, con un framerate demasiado inestable y algunas texturas muy poco dignas. Esto ha quedado en el olvido con la nueva versión para Xbox Series, y es que el juego ha pasado a funcionar a 4K y con unos 60 fps que no se resienten en ningún momento.
El juego se desarrolla por completo en la ciudad de Oakmont (salvo algún escenario en el fondo marino y otros que no os queremos desvelar), y aquí es donde comienzan algunos de los problemas del título. La ciudad en sí es un escenario enorme que combina en prácticamente cada rincón edificios y calles con otras zonas totalmente inundadas, sobre las que nos tendremos que mover por una serie de barcas motoras que hay en cada zona. Pese a que la premisa en sí suena fantástica en la práctica deja un tanto que desear, con calles y barrios demasiado genéricos y lo que es peor, sin ningún tipo de vida más allá que unos cuantos NPCs muy básicos paseando o charlando.
Precisamente creo que en esta ausencia de vida se encuentra otro de los principales problemas del juego, y es que The Sinking City nos obliga a estar recorriendo las calles una y otra vez para resolver los casos a los que nos enfrentaremos. Si bien es cierto que esta premisa tiene lógica según la estructura del juego (tal y como veremos en el apartado de jugabilidad), hace que estas carencias sean bastante más evidentes. Al pasear unas cuantas horas por los distintos barrios de la ciudad sentiremos que los escenarios han sido diseñados casi con un “copia y pega”, y esto también ocurre con la gran cantidad de interiores a los que podremos acceder (aunque algunos si que gozan de un buen nivel de detalle y originalidad).
En lo que respecta a los personajes y sus modelados, al igual que en el resto de la aventura también podemos ver algunas luces y sombras. Gracias a las mejoras de esta nueva versión, aquellos personajes con los que podremos interactuar tienen un nivel de detalle aceptable pero que desluce mucho en movimiento, puesto que las expresiones faciales y animaciones de movimiento están a un nivel mucho menor. Una de las cosas que más me ha gustado del juego es lo bien que funcionan las demás razas que aparecen en el juego, puesto que estas le aportan un punto de variedad que se agradece al cabo de algunas horas de juego. Los enemigos, por el contrario, acaban por convertirse en algo testimonial y creo que el estudio debería haber dedicado mayor esfuerzo en su creación.
No puedo acabar de hablar del apartado técnico sin hablar de lo que quizás es el punto más fuerte de esta nueva versión de The Sinking City: los tiempos de carga. Dada la estructura de la ciudad y la de vueltas que deberemos dar para resolver los casos, el viaje rápido será nuestro principal amigo, y en este punto podíamos ver una de las fallas más grandes de la versión de Xbox One, puesto que cada viaje rápido nos suponía una pantalla de carga bastante largo. En la versión de Xbox Series X sin embargo el viaje es prácticamente instantáneo, con una pantalla de carga que no dura nunca más de 2 o 3 segundos. El apartado sonoro del título pasa bastante desapercibido, pero cumple su función de una manera bastante correcta. El juego llega con voces en inglés, pero totalmente traducido al castellano.
Jugabilidad
Es bastante difícil encuadrar a The Sinking City en un género concreto, ya que el juego tiene varios elementos bastante diferenciados. Quizás el principal (y el que mejor funciona con mucha diferencia) sería el componente de aventura gráfica e investigación, y es que a fin de cuentas nuestro protagonista se gana la vida como investigador privado. Para ello deberemos prestar mucha atención a nuestro entorno, aunque contaremos con la ayuda de una habilidad sobrenatural que nos permitirá ver cosas ocultas, como recuerdos adheridos a ciertos objetos o incluso pasillos ocultos. Esta habilidad podrá ser activada en cualquier momento pero deberemos hacerlo con mucha precaución, puesto que ira mermando nuestra cordura, indicada en una barra azul justo al lado de nuestra salud.
Es aquí donde sentiremos más la experiencia paranomal Lovecraftiana a los mandos, ya que a medida que nuestra cordura vaya descendiendo empezaremos a ver visiones de todo tipo, e incluso el juego nos mostrará a enemigos atacándonos pero que son producto de la mente torturada de Charles Reed. Una vez que encontremos todas las pistas de una determinada ubicación aparecerá en la zona una especie de portal y este nos llevará a una “realidad” en la que podremos reconstruir los hechos. Esta experiencia, muy al estilo “Minority Report”, me ha parecido de lo mejor que tiene el juego, y aunque siempre sigue el mismo esquema con unas mecánicas idénticas lo cierto es que no llega a volverse pesado.
La investigación de The Sinking City, lo mejor del título
Dejando a un lado lo sobrenatural, el resto de nuestras herramientas para resolver los distintos casos a los que nos enfrentemos serán tres. En primer lugar, los interrogatorios y largas conversaciones serán algo muy habitual en nuestra partida. The Sinking City es un juego para sumergirse en él y no intentar pasarse a la prisa, deberemos estar muy atentos a lo que nos cuentan las víctimas y los sospechosos, y para ello no nos queda otra que leer y leer. Complementando a los interrogatorios tendremos una serie de bases de datos ubicadas en lugares emblemáticos del pueblo, como el ayuntamiento o el manicomio, para consultar información. Estas nos pedirán que insertemos una serie de detalles (fechas, atributos, sucesos, etc) para dar con la información que necesitemos, y ello dependerá de nuestra deducción, porque no se nos dará ningún tipo de ayuda para ello.
Por último, ambas herramientas desembocan en quizás lo más original que tiene The Sinking City: el Palacio Mental. Todas las pistas o datos que vayamos recabando acabarán en esta sección de nuestro menú, y seremos nosotros los que deberemos unir cabos con las distintos datos que tengamos (nuevamente, sin ayuda o indicación alguna por parte del juego). La mayoría de estas investigaciones suelen tener varias conclusiones posibles, y seremos nosotros los que debamos decantarnos por una. Aprecio mucho la decisión de que estas decisiones no sean opuestas en ocasiones o moralmente diferentes, ya que el juego se mueve muy bien en esa zona “gris”, donde no hay buenos ni malos. Todos estos elementos juntos forman una forma de entender la investigación que funciona, y que lo hace muy bien, siendo muy satisfactoria y donde se agradece esa ausencia de ayudas.
Abarcar de más, un gran problema para The Sinking City
Desgraciadamente, el resto de elementos jugables de The Sinking City distan demasiado de la calidad que ofrece lo anterior. En nuestra aventura por Oakmont nos asaltarán continuamente unas criaturas monstruosas que tratarán de eliminarnos (al igual que otros enemigos de los que no os hablaremos). Para defendernos tendremos a nuestra disposición algunas armas de fuego, así como un torpe ataque cuerpo a cuerpo y algunas creaciones como explosivos. Soy consciente que sobre el papel suena bastante bien, pero la realidad es muy diferente. El combate, además de demasiado habitual, se siente más un suplicio que algo divertido. Si que está bien como el juego te obliga a lootear para encontrar recursos y municiones (que escasean demasiado), pero hasta ahí lo bueno que tiene el sistema de combate.
El otro elemento es aun un “más extraño”, y es que se trata de un árbol de habilidades. En él podremos desarrollar varias ramas para evolucionar a nuestro personaje, donde tendremos mejoras de almacenamiento, de daño o incluso unas interesantes que harán que nuestra cordura dure más tiempo. El juego te da experiencia casi por cualquier acción que hagas, por lo que ir progresando en este árbol no se antoja demasiado difícil. El problema de este es, nuevamente, que no se siente que encaje bien con la experiencia de investigación principal, ya que realmente la gran mayoría de mejoras las utilizaremos en el combate. El estudio quiso que el juego tuviera más y no fuese una simple aventura gráfica de investigación, pero creo que para haberlo hecho a un nivel notable debería de haberle dado más coherencia al conjunto.
Duración
The Sinking City no es, para nada, un juego corto. El título ofrece un buen número de casos principales bastante interesantes casi todos, y a los que debemos añadirles varios casos secundarios, que si bien es cierto pecan de poco originales con respecto a los otros, funcionan bastante bien para darle más contenido al juego. Superar la aventura principal y algunos casos secundarios puede durar aproximadamente unas 20 horas de juego, más si elegimos un nivel de dificultad más elevado (cosa que recomiendo porque es demasiado fácil por defecto).
Como digo, la duración esta bastante por encima de la media, aunque creo que tiene un gran “pero”. Como he dicho anteriormente, el título nos obliga continuamente a desplazarnos por su gran mapeado, ya sea andando por las calles o a los mandos de las distintas lanchas motoras. El problema de esto es que estos viajes son completamente anodinos, donde no tendremos nada que hacer y donde apenas veremos vida por las calles. Es cierto que el sistema de viajes rápidos facilita mucho las cosas (sobre todo en esta versión), pero para hacer viaje rápido debemos desplazarnos a los puntos a pie, y estos no están descubiertos por defecto.
Conclusión
Tengo sensaciones encontradas tras haber completado The Sinking City. El juego, a lo poco que disfrutes de una historia Lovecraftiana, es muy difícil que no sea de tu agrado, especialmente en aquellas ocasiones en las que te apetezca jugar a algo tranquilo, pausado y que requiere de tus 5 sentidos puestos en él. Artísticamente estamos ante un juego que nos plasma muy bien esa estética que se espera en algo basado en Lovecraft, y lo cierto es que tanto el diseño a lo años 20 de la ciudad (que es una protagonista más del juego) como la de todos sus integrantes esta llevada a muy buen nivel. La nueva versión para Xbox Series le sienta genial, con una resolución 4K que aumenta la nitidez de sus texturas y unos 60 fps muy suaves que funcionan perfectos, aunque claro está, con unas pantallas de carga casi inexistentes como claros protagonistas.
Sus mecánicas de investigación y resolución de casos también son muy satisfactorias, y lo cierto es que ese plus que tiene el juego de no llevarte de la mano me parece muy acertado. Sin embargo, los combates tediosos y repetitivos y los largos (muy largos) viajes por las calles vacías hacen que el ritmo de juego decaiga en muchos momentos, no porque la historia pierda interés sino por la manera que tiene el juego de hacernos continuamente ir de un lugar a otro. Creo que The Sinking City contiene una muy buena aventura de investigación que los amantes de este tipo de historias disfrutarán, pero siempre y cuando sepan “tolerar” el resto de mecánicas que son, con mucha diferencia, menos divertidas.