State of Mind es una fuerte historia sobre el transhumanismo en un futuro Berlín. Dos caras de dos historias con un hilo conductor que coinciden. ¿Preparado para lo que Daedalic Entertainment tiene preparado?
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Los juegos de ciencia ficción están volviendo a tener una época dorada cuando hablamos de ellos en conjunto con una estética cyberpunk o hablar de una cultura distópica. Juegos como Bioshock o el futuro Cyberpunk 2077 son solo ejemplos de lo ligada que está la narrativa junto con este tipo de juegos. Y es que, para imaginar mundos de todo tipo, los videojuegos son uno de los canales más populares actualmente. Lo que antes sólo era posible recrear con una descriptiva e intensa novela o una película que nos dejase boquiabiertos, los videojuegos toman el testigo para ser uno de los formatos más ricos en mostrar este mensaje.
Daedalic Entertainment muestra hoy en consolas una de sus propuestas más ambiciosas hasta la fecha. State Of Mind es un juego de ciencia ficción de género estilo novela gráfica o interactiva donde tendremos que lidiar con el trastorno post-traumático tras un accidente de nuestros protagonistas y sobre las constantes que se encuentran entre dos caras de la moneda: Adam y Richard. Intentaremos descifrar qué es lo que ha ocurrido antes, durante y después de ese accidente mediante las vivencias en distintas perspectivas de lo que ha sucedido.
Un mundo idílico donde el hombre y la ciencia lucha constantemente por encontrar un equilibrio apto para todo el mundo. Robots, tecnología avanzada y una cultura arraigada en la ciencia es lo que embriaga la esencia de State Of Mind en un juego que tiene un gran potencial pero que ha caído en las garras de las mecánicas poco ociosas y explotadas del género.
Desgranamos poco a poco qué es lo que nos ha parecido State Of Mind.
Apartado Técnico
State of Mind entra por los ojos. Su estilo artístico es peculiar, el uso de proporciones geométricas es la característica más importante en cuanto a su estilo. Las caras, modelados, el escenario, todo está impregnado de esos polígonos de inumerables lados que hace que estemos en una atmósfera llena de misterio y estética futurista.
El juego funciona a 60 fps con caídas de frames en bastantes ocasiones. La estabilidad no es el fuerte que ha querido buscar el equipo, algo que puede dificultar bastante la experiencia si lo juntas con una cámara poco equilibrada e inestable en multitud de ocasiones. Esto, junto a la estética, puede ser un conjunto complicado para aquellos que pueden marearse con facilidad jugando a algún tipo de juego.
La iluminación es una de las partes más importantes de lo que puede proporcionar el aspecto visual del juego. Las luces de la ciudad de Berlín, los grandes espejos y reflejos son una delicia para la vista.
El juego está traducido al castellano, tanto los diálogos como el HUD del juego, mientras que las voces están en completo inglés. El apartado sonoro nos dejará con la boca abierta, sintonías electrónicas muy parecidas a lo que nos podremos encontrar en títulos como Tom Clancy’s The Division, algo a destacar muy positivamente.
Jugabilidad
El juego puede denominarse como género narrativo interactivo, donde las mecánicas no van más allá de desplazarnos e interactuar con los distintos objetos y personas que tendremos a nuestro alrededor. Lo interesante de este título es la historia. Es ambiciosa, pero creemos que poco potenciada. Nos narra la vida de un periodista, Richard Nolan, que tras un accidente de tráfico intenta reestructurar su vida, que poco a poco se va desmoronando. Pero eso no es todo, tendremos otro protagonista, Adam. Otro reflejo protagonista donde su vida será todo lo contrario a lo que Nolan está viviendo, pero con luces y sombras muy ligadas entre ellos.
Esta analogía tan contraria hace que el atractivo principal del juego sea encajar las piezas del puzle que la historia intenta describir. Es una pena que una historia tan potente en un videojuego pueda pecar de usar mecánicas poco atractivas al público al que está destinado.
El juego nos llevará a explorar distintos lugares, donde la mecánica point and click será la protagonista. En algunas situaciones, tendremos que resolver pequeños puzles, normalmente para desvelar momentos importantes de la historia y resolver qué es lo que está ocurriendo en nuestra vida desde lo ocurrido. Estos puzles están lejos de ser difíciles, y no es que sea un mal aspecto, sino que en la mayoría de ocasiones no resultan ejercer ningún tipo ejercicio mental para poder llegar hasta el final de ellos. Esto eclipsa al potencial que el juego tiene, que sin duda es mucho.
Tendremos que navegar a partir de nuestros contactos para ir sabiendo qué es lo que ha ocurrido. El juego se asimila a una aventura de ciencia ficción de TellTale Games con una profundidad digna de sus diálogos pero que peca de tener pocos árboles de decisiones. Las conversaciones son algo cerradas y las decisiones se limitan a indagar un poco más en cada conversación o no, pareciendo que poco tienen que ver en cuanto al resultado final.
Pero como hemos recalcado, lo interesante del juego está en la profundidad de su historia. Ver qué es lo que tienen en común los protagonistas, Richard y Adam en sus vidas. Conversar y explorar será la clave para saber qué es lo que está ocurriendo en este futurístico Berlín.
Duración
El juego no es excesivamente largo pero tampoco corto. Perfecto para disfrutar de varias horas de una buena historia, distendida, entretenida y con un interesante hilo conductor. Lo único que no favorece a este apartado es la facilidad de la mayoría de puzles.
Como ya hemos comentado anteriormente, el juego consta de puzles en situaciones determinantes para recoger información o poder seguir con la historia, pero su poca complejidad hará que la duración pueda disminuir.
Para los amantes de los logros, es correcto decir que consta con 1000G con logros ligados a la historia, lo que no resultará muy complicado hacerse con ellos.
Conclusión
State of Mind es una historia de transhumanismo en un Berlín futuro, donde dos personas totalmente opuestas están conectadas a algo. Las constantes que siguen en su vida y las situaciones que el destino les ha puesto por delante, han hecho que sus egos se vean reflejados. Un título redondo en cuanto a historia, que aunque sea bastante predecible, es adictiva e interesante.
Es una pena que en las mecánicas flojee, así como en su rendimiento. Sin duda es una puesta en marcha del equipo de Daedalic Entertainment en cuanto a la ciencia ficción, y es una apuesta arriesgada a más no poder, un juego maduro con luces y sombras. Muchas de sus ideas acabarán cautivándonos y nos harán mella en nuestra mente.
Un juego futurista pero con mecánicas añejas.
*Gracias a Daedalic Entertainment por proporcionarnos el material para realizar la review.