Obsidian apuesta en esta ocasión por una aventura narrativa muy peculiar e interesante. Y acierta en todo lo que se propone.
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A veces merece la pena salirse algo del camino para ofrecer algo diferente. Seguro que eso es lo que pensaban en Obsidian con Pentiment, su última creación. La tranquilidad de un buen presupuesto y la necesidad de ir llenando las filas de Xbox Game Pass con exclusivos, han llevado a Obsidian a usar todo su talento en esas ideas que tenían escondidas y que posiblemente hubieran costado sacar adelante con otras editoras.
Y lo decimos, porque en el historial de Obsidian mayormente encontramos RPGs, tan míticos como Fallout: New Vegas, otros más modernos como The Outer Worlds y más clásicos como Neverwinter Nights. Pero no podemos olvidar que es un estudio muy versátil, que también ha sido capaz de traer productos como South Park: La Vara de la Verdad o el más reciente Grounded. Y en esa virtud, estamos seguros de que podemos sumar Pentiment como otro de sus grandes títulos.
Si, ya sabemos lo que muchos opináis solo con ver las pantallas o los trailers: “Este juego no es para mí”. Y realmente lo entiendo, por momentos Pentiment parece un juego Flash, pero nada más allá de la realidad, pues su estética (justificada para su bajo presupuesto, también sea dicho), está basada en las ilustraciones del pasado siglo XVI, en donde se desarrolla el título, como si nos hubieran traído un libro que nos cuenta toda su historia… como se representaban las cosas en esa época.
De nuevo, para contradecir el “No me interesa” de muchos, conviene saber que el director de Pentiment es Josh Sawyer, cuyo historial es casi único: Diseñador principal de Icewind Dale II, de Neverwinter Nights 2 y quizá el máximo responsable a nivel de diseño y producción, si, de Fallout: New Vegas. Por supuesto, no estamos hablando que ninguno de estos juegos se parezcan al que hoy nos ocupa, pero si duda el talento se ha transmitido, porque Pentiment es un juego muy bien diseñado, que consigue sus objetivos de manera eficaz y llega al corazón y a la mente del jugador cuando quiere, a base de personalizar la experiencia para que cada uno vivamos una historia casi “a medida”.
Porque no estamos hablando de un plataformas, ni un título de acción, si no de una aventura gráfica narrativa, casi centrada exclusivamente en las conversaciones, en las particularidades de una época menos conocida en los videojuegos y un sistema de toma de decisiones complejo pero muy sencillo de seguir. Para ello, tomaremos el control de Andreas Maler, un conocido Maestro ilustrador que viaja a la aldea de Tassing, situada en la Alta Baviera del siglo XVI, en Alemania. Allí Andreas trabaja en el Scriptorium de la Abadía de Kiersau, algo así como un sitio donde hacen libros y Andreas está allí para aportar su talento con las ilustraciones. Pero mientras conocemos más del pueblo, un asesinato sacude los cimientos de la frágil sociedad establecida entre el monasterio y los campesinos. Andreas, siempre en el centro de todo lo que sucede, se hará responsable de buscar al auténtico asesino, desarrollándose unos hechos que perdurarán durante décadas.
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Apartado técnico
No podemos hablar de graficazos ni buenos, ni malos. Pentiment es un juego totalmente representado en 2D por la sensación de estar leyendo un libro, con animaciones que hacen como si pasáramos de página en las transiciones, aunque precisamente ahí es donde sabemos que el alma del mismo está hecho en 3D, pues hasta los creadores han afirmado en un par de entrevistas que los personajes están realmente hechos en 3D, pero os hemos de confesar que no se nota en absoluto, pues artísticamente tenemos algunos momentos en el que estaremos ante auténticas obras de arte que merece la pena contemplar.
Porque a pesar de lo que podáis creer saber, el diseño del juego es absolutamente exquisito. Es elegante, funcional y representa perfectamente lo que quiere contar y la manera de hacerlo. Eso sí, en esta intención también hay que señalar varios “peros”. Pues en Pentiment nadie habla, sólo se expresan a través del texto, que se representa de manera personalizada justo como si nos escribieran. Y es importante saberlo, porque si Andreas percibe que con el que hablamos es inteligente, su letra será muy elaborada o los monjes tendrán esa tipografía retorcida de los libros de la época.
Eso simplifica uno de los problemas: evidentemente no está doblado a ningún idioma, pero por suerte, cuenta con una traducción al castellano excelente, dados los términos y palabras típicas usadas en la época, sobre todo las relacionadas con todo lo eclesiástico. Aunque Pentiment, en la búsqueda de respetar su estética, solo cuenta con música en momentos muy señalados de la aventura, para que sea más intenso el momento, por cierto, con una manufactura increíble e incluso algún que otro canto, que nos pone los pelos de punta.
Jugabilidad
Para entender Pentiment, es principal tener varias cuestiones en cuenta. Primero, es una aventura narrativa, pues prácticamente todo se basará en nuestras conversaciones, pero serán tan fluidas y dinámicas que dan muchísimas opciones al jugador, haciendo en ocasiones que nos pongamos fácilmente en la piel del protagonista sólo por darte la opción de contestar justo lo que estabas pensando. Las opciones son múltiples tanto en las conversaciones, como en la exploración, otro elemento integral, que nos permitirá saber más de nuestro entorno, encontrar más datos con los que manejarnos, y en definitiva, tener un mayor control de la situación.
Aunque no hay que agobiarse, esto es el ABC de cualquier aventura gráfica, el explorar el escenario, buscando la conversación o el objeto deseado, pero no es un “point and click”, pues manejaremos directamente a nuestro personaje, pudiendo interactuar solo con iconos claros y concisos, nada de pulsar como un loco hasta encontrar lo que nos falta en el escenario. Porque nuestro escenario será el pueblo de Tassing al completo y la parte del monasterio de Kiersau. De esta manera, se convertirá en el pequeño microuniverso que nos permitirá conocer al dedillo a sus habitantes y todo lo que sucede.
Por eso, y quizá gracias a estos orígenes RPG de su director, Pentiment también permite personalizar los conocimientos iniciales de Andreas Maler. Podremos elegir la procedencia, algunos de sus conocimientos y habilidades e incluso características sociales, como por ejemplo, ser un “juerguista”. De este modo, todas las conversaciones a las que nos enfrentaremos, estarán personalizadas con más opciones propias de las habilidades elegidas, pero ojo, no tienen por qué ser las más correctas para ese momento. Por ejemplo, hablarle de leyes al Abad no sólo es una falta de respeto, pues es la máxima autoridad del pueblo, sino que pareceremos arrogantes ante él.
Nuestra sabiduría y la manera en la que abordemos cada conversación podría tener consecuencias positivas, ya que ocasionalmente, y sin aviso previo, el juego nos advertirá con el mensaje “Eso se recordará siempre”, para hacernos saber que hemos afirmado algo importante y relevante para otro personaje. Y también ocasionalmente, evaluará una conversación con puntos positivos y negativos respecto a una solicitud, pregunta o petición que hagamos, resultando en éxito o fracaso.
Porque esta sociedad del siglo XVI es totalmente diferente a lo que conocemos. Aquí la Iglesia y la Religión es la máxima autoridad. Y como tal, son precisamente los que mandan. El Abad es el que impone el orden en Tassing, pero a su vez, es el Duque, propietario de las tierras, el que manda sobre éstos. Pero precisamente en este siglo hubieron muchos cambios, que se dieron por los escritos de Martin Lutero, que desmontaba todo lo establecido por la Iglesia, dando lugar al movimiento luterano. Algunos pensaréis que lo he leído en la wikipedia para escribir la review o que quizá recuerdo perfectamente mis clases de Historia en el instituto. Pero no, es que Pentiment te da tantísima información integrada en la propia historia sobre aquella época que, por decirlo de alguna manera, ahora no sólo siento que me he divertido, sino que también he aprendido mucho.
Como bien comentaba el equipo de Pentiment, no todo serán conversaciones y explorar, también para romper esta monotonía, encontraremos múltiples minijuegos, eso sí, sin reto alguno, que amenizarán la aventura, o las numerosas veces en las que no sentaremos a comer con aquellos que nos inviten. Y sí, tendremos juego de cartas (que por cierto, ya he probado a jugar en casa con la familia) y podremos…¡acariciar a los gatos y a los perros!
Duración
Posiblemente el aspecto que más controvertido me ha resultado de Pentiment, pero al mismo tiempo, el que menos cuesta elogiar. Y digo controvertido, porque no contamos con esa división de misiones principales y secundarias habitual y aun así, el juego se nos ha ido muy por encima de las 20 horas. No podemos dar una cifra concreta, porque el guardado reflejaba el tiempo que el juego ha estado en Quick Resume (212horas), pero sí que apenas nos ha dado tiempo de poder darle otra vuelta para ver que otras elecciones hacen que la historia cambie drásticamente dentro de las posibilidades que ofrece la trama central. De hecho, sabemos a ciencia cierta que nos hemos perdido algunas secciones debido a nuestras elecciones tomadas. Por eso, señalábamos hace poco que era imposible obtener el 100% de logros en una sola vuelta.
Precisamente por esto, Pentiment es extremadamente rejugable, de la misma manera que las variantes conversacionales que podemos generar son casi imposible de numerar, pues los hechos no sólo tienen consecuencias en el argumento, también en el desarrollo de los personajes, pudiendo hacer con un simple comentario “sin importancia” que un personaje jamás se case a que acabe con una familia de 5 niños.
Conclusión
Poco malo tengo que contar sobre Pentiment, la verdad. Siempre me gusta ofrecer mi opinión personal en esta sección y no veo una menor manera de que me entendáis que deciros que yo también estaba incluido en ese grupo que decía que “Este juego no es para mí”. Pero también en este trabajo, he descubierto la maravilla de salirme del camino, de mis gustos, y descubrir gratamente lo equivocado que estaba. Y eso que con Pentiment hubo algo que me dijo que no podía fallar, ya que yo mismo solicité hacer este análisis.
Quizá no puedo darle una nota más redonda porque al ser un juego centrado en el texto, tiene algunos momentos más pesados en el que abunda demasiado el mismo. Y no me malinterpretéis, es capaz de absorbernos durante horas sin parar con su interesante trama, pero también puede llegar a aburrir en esa monotonía declarada que sólo los minijuegos consiguen liberar.
Con esto os quiero decir que es un juego difícil de recomendar por su aspecto. Por ser una aventura narrativa aparentemente concienzuda, por no ser el último grito construido en el Unreal Engine 5. Pentiment es una auténtica joya, un disfrute personalizado para cada uno de nosotros, que se adaptará a nuestras decisiones. Pero no siempre las buenas serán las buenas, ni las malas serán las malas. Es la magia de Obsidian. Y es lo último de Xbox Game Studios.
*Gracias a Xbox por habernos proporcionado el material para el análisis.
[appbox microsoftstore 9nx6k9hn4f4k]
[appbox steam 1205520]
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Apartado técnico85/100
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Jugabilidad80/100
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Duración100/100
Lo bueno
- El sistema de toma de decisiones es increíble
- Su intención con la estética
- La trama y el siglo en el que se desarrolla
Lo malo
- Tanto texto a veces carga al jugador