En este análisis de Far: Changing Tides to contamos las razones por las cuáles no puedes perderte esta gran aventura indie.
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Para hablar de Far: Changing Tides es necesario retrotraerse un poco en el tiempo y visitar el año 2018, cuando salió Far: Lone Sails de la mano del estudio indie Okomotive. En la página web oficial de los desarrolladores se refieren a Lone Sails no como una precuela, sino como un juego hermano de Changing Tides, título que hoy analizaré para vosotros.
¿Es necesario haber jugado Far: Lone Sails para disfrutar de Far: Changing Tides? Para nada, ya que la historia transcurre, casi podría decirse, paralelamente. Pero dicho esto, los que estén familiarizados con el anterior juego Okomotive, verán muchas similitudes con esta nueva producción, y es que, básicamente, la estructura sigue siendo la misma solo que este transcurre en el mar y el otro lo hacía en la tierra.
Far: Changing Tides nos pone en la piel de Toe en su viaje a través de un mundo postapocalíptico inundado, algo como lo que vimos en la fallida película de Kevin Costner “Waterworld”, sin las diferentes tribus, de hecho, este viaje será en completa soledad, y nuestro único amigo será nuestra improvisada embarcación.
¿A dónde tenemos que ir? ¿Por qué estamos en dónde estamos? ¿Qué sucedió antes? Son todas respuestas que no están claras y que podremos descubrir –aunque no completamente- a lo largo de la aventura en base a nuestra propia exploración y curiosidad.
El viaje no será fácil y el ingenio tendrá tanta importancia en esta aventura como el viento en nuestras velas. Espero que no tengáis miedo al agua, porque a donde vamos, sobra, quizás no tanto como en Subnautica, pero ya verán. ¡Ah! Y no se preocupen por salvavidas, nuestro personaje es un experto nadador y buzo, por lo que estamos seguros por ese lado.
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Apartado técnico
La experiencia del juego tiene su punto más fuerte en el brutal apartado gráfico ejecutado, me atrevo a decir, a la perfección, con un estilo pintado a mano que no solo diferencia claramente los distintos sectores que vamos atravesando en nuestra aventura.
Los gráficos son, a mi entender, cruciales para el éxito del juego, porque la historia está muy librada al azar y a las interpretaciones del propio jugador, ante la ausencia de diálogos es el apartado visual el primer narrador, y aquí brilla transmitiéndonos una sensación inquietante en medio de una tormenta, o al ser testigos de que una ola gigante se acerca y de que no hay escapatoria sencilla o también esa sensación de relajación cuando avanzamos por el mar en medio de un precioso atardecer.
Un detalle a mejorar son las perspectivas, ya que el zoom no permite muchas veces anticipar lo que viene, y sería sensacional poder configurarlo para que quede en una posición determinada sin la necesidad de estar presionando los gatillos constantemente.
La banda sonora aparece por momentos, acompañándonos en momentos clave de la historia y al entrar en escena es precisa, contundente y promueve la atmósfera que quiere crear, sin embargo, y tal vez incluso producto de su gran calidad, se la extraña en varios momentos del juego en la que está absolutamente ausente dejando al jugador solo con los efectos sonoros, que es nuestro siguiente punto de análisis.
La soledad de este mundo es abismal y esa falta de música en la mayor parte del juego no hace más que recordarnos lo solos que nuestro barco y nuestro personaje están. Tendremos el ruido de las olas contra la estructura del barco, el sonido opaco de las profundidades del océano cuando podamos empezar a realizar viajes por debajo de la superficie, y el sonido de algunos pájaros que a menudo encontraremos. Aunque escasos, los efectos sonoros cumplen con la idea de hacernos saber que no podemos contar con ayuda exterior para continuar el viaje.
El juego cuenta con texto solo en los menús. apenas al comienzo con muy pequeñas instrucciones en cuanto al movimiento o las acciones de Toe y en los créditos finales, pero, a pesar de esto, los desarrolladores decidieron localizar el juego a nuestro idioma, una decisión que siempre vale la pena celebrar.
Jugabilidad
La clave para entender el título está en la exploración. Nuestra aventura nos llevará por diversos caminos en que los propios escombros de una civilización que ya no existe nos impedirán avanzar a voluntad. Es por eso que, mediante la resolución de ciertos puzzles, podremos incorporar nuevos módulos a nuestro barco que nos permitirán ciertas habilidades y hasta la posibilidad de impulsar a nuestro vehículo con un motor y sortear las áreas sin viento para las velas, o incluso sumergirnos en lo profundo como si de un submarino se tratase, entre otras opciones que no develaré para no crear spoilers.
Continuando esta idea de exploración, los recursos serán un bien preciado, ya que los utilizaremos como combustible para nuestro motor. Este viene en forma de artículos sueltos, juguetes, bolsas, aceite y otros objetos sin dueño que encontraremos por bastantes lugares y que recomiendo hacer acopio porque tarde o temprano serán muy necesarios.
Para aquellos de vosotros que no seáis muy amantes de los puzzles o que los encuentren aburridos, en este título en particular los acertijos son realmente amenos, no tirados de los pelos en su resolución ni tampoco un insulto a la inteligencia del jugador, con un poco de lógica, ya los habremos sorteado. ¡Y que bien se siente!
Muchas de las mecánicas que se aprenden al resolver los puzzles, son las mismas que aplicaremos para operar algún módulo de nuestro barco, por lo que podría decirse que el resolver estas cuestiones es una suerte de tutorial en sí mismo.
Hay que tener en cuenta, también, que Far: Changing Tides no es un juego que se caracterice por tener una acción frenética constante, para ser claros, los propios desarrolladores lo definieron como “un side-scroller de meditación” y es cierto que el juego tiene momentos para simplemente sentarse y relajarse sin apartar la mirada de la pantalla (algo que puede no ser para todo el mundo) pero también hay muchas circunstancias en las que deberemos realizar distintas acciones bastante rápido para que nuestra embarcación no se dañe, por ejemplo, plegar las velas antes de que choquen contra algún obstáculo.
Fuera del barco, Toe es capaz de nadar, saltar, y correr con bastante gracia y la muerte no es un factor limitante, ya que no está en las opciones, como tampoco estará ser atacado por algún enemigo. La única frontera será nuestro propio intelecto y la apabullante sensación de soledad que tendremos hasta el final, aunque veremos otros seres vivos en el camino.
Duración
Para mí el punto más bajo de la producción, y es que me duró unas escasas 8 horas en total, lo cual es una mejora sustanciosa con respecto al juego anterior, pero que no deja de saberme a poco, y esto habla de la gran calidad que tiene el título y de lo mucho que me hubiese gustado seguir haciendo cosas en él.
En cuanto a la rejugabilidad, siendo tan corto es meritorio volver a él para deslumbrarse con los paisajes y para explorar más algunas áreas, pero fuera de eso no hay alguna razón que debamos volver a él en materia de coleccionables o trofeos.
Conclusión
Un juego corto, sí, pero disfrutable desde todo punto de vista si no buscas algo de acción constante para sacarle velocidad a tus dedos con una variedad de comandos. Far: Changing Tides renueva la fe en los elementos que pueden aportar los estudios indies a la industria y refuerzan mi creencia de que no es necesario tener un presupuesto gigante para crear una aventura.
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Apartado técnico93/100
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Jugabilidad88/100
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Duración60/100
Lo bueno
- El increíble apartado gráfico
- La banda sonora que aparece en momentos clave
- La narrativa que lleva al jugador a interpretar a través de la historia sin darle ni una línea de texto
Lo malo
- Lamentablemente es muy corto. Jugaría muchas horas más
- Puede que por momentos sea muy tranquilo para cierto público