Analizamos el original Donut County, con una propuesta muy original y divertida que nos propone hacer caer por un agujero a una ciudad entera.
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Donut County es uno de esos juegos donde todo se desarrolla alrededor de una premisa jugable sencilla, pero divertida y muy original. Además su envoltorio colorista y la importancia que da a la música nos remite a títulos como Beautiful Katamari, o Super Monkey Ball. De hecho Donut County podría haber sido un juego de Sega, si estos hubieran llegado a mantener viva su filosofía hasta la explosión de lo hipster, aunque dicho sea en su favor Donut County no es excesivamente Hipster. El único problema que ha tenido este juego lleno de donuts y mapaches, es que esa original premisa jugable fue copiada en el circuito móvil incluso antes de que apareciera en el mercado. Hole.io se hacía con el primer puesto en lo más descargado de la App Store, meses antes de la salida del original. Es el riesgo que corre cualquier indie que tiene que pasearse durante años enseñando todo lo enseñable por distintos eventos, para captar financiación e interés del público. Si la popularidad del mercado móvil actual hubiera estado hace años, probablemente muchos de los hits indie de la pasada generación como Super Meat Boy, hubieran contado también con un clon.
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Sea como sea Donut County acabó apareciendo en el mercado y demostrando que tiene mucho más que ofrecer que hole.io, como por ejemplo una divertida trama, buena música, y en resumidas cuentas: encanto. En una historia contada y jugada en dos líneas temporales, iremos reconstruyendo el hundimiento de una ciudad entera, y conociendo a sus peculiares habitantes mientras disfrutamos de estupendas melodías que van desde el folk a los ritmos tropicales. A lo largo del presente análisis desgranaremos todos los elementos de esta pequeña gema prácticamente perfecta, que peca de ser un tanto un juego de móvil glorificado, sin que ello le reste prácticamente ningún atractivo.
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Apartado Técnico
A estas alturas de la vida un juego indie colorista, y que hace uso del estilo lowpoly, no solo no suena refrescante sino probablemente lo contrario. Cierto es que es completamente entendible este tipo de elección por el ahorro de recursos que supone para el estudio, e incluso por la propia imposibilidad de un título de bajo presupuesto de conseguir determinado pulido gráfico en sus juegos. Sin embargo en el caso que nos ocupa, y aunque volvemos a ver elecciones y técnicas que se han convertido prácticamente en un cliché de lo indie, está bastante justificado, y si no está justificado al menos queda bien. Cielos azules, personajes con encanto, y menús y tipografías que evocan a un tiempo a la imaginería juguetil y a las películas de Wes Anderson. Bien.
En cuanto a la banda sonora, otro punto en el que si bien el circuito indie suele repetirse, suele también resultar notable, encontramos unas melodías en este caso sobresalientes. Como ya os habíamos indicado antes nos encontramos con una banda sonora de lo más variada, creada por Daniel Koestner que ha creado una o más melodías para cada nivel, y que recorren un gran número de generos musicales. Desde el folk sota caballo y rey, a incursiones en la música tropical e incluso en una especie de dancehall chillout, pasando por guiños a la indietronica, y a veces todo mezclado. Estas melodías os garantizo que harán nuestro paso por Donut County incluso más placentero y que tampoco están mal para dar un paseo. Están en Spotify así que incluso si no os interesa el juego, os recomiendo daros un paseo por la plataforma de streaming cuyo icono siempre se confunde con el de la App de Xbox.
Donut County es una delicia para los sentidos que podría haber apostado un poco menos sobre seguro, pero que resulta todo lo eficiente que cabría esperar de un título así, y que crea una atmósfera juguetona, que junto a su graciosa trama y sus carismáticos personajes harán que el juego se quede en nuestra memoria.
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Jugabilidad
Este es el apartado donde encontramos el grueso de la razón de ser de Donut County, o como dirían los mexicanos “donde está la carnita”, La premisa es sencilla, pero no simple, y no podemos evitar que nos remita como ya hemos dicho antes a Katamari Damacy. La idea es engullir con nuestro donut, o pequeño agujero, todos y cada uno de los elementos de cada escenario, pero en él habrá desde pequeñas piedras o lagartos, a edificios enteros, y ahí es donde entra la magia del juego. Empezando con un pequeño tamaño nuestro “donut” irá aumentando con cada elemento tragado pero no todo es tan sencillo. Los niveles están plagados de pequeños y encantadores puzzles que añaden encanto al juego, y que están plenos de lógica y gracia. Desde preparar palomitas de maiz, a lanzar un sapo que se coma las moscas del escenario, pasando por reproducir adorables conejitos en Donut County tendremos que efectuar todo tipo de locas actividades con el objetivo de avanzar.
Aunque el logro técnico no es comparable al de Katamari hay que reconocer que los creadores de Donut County han sabido crear un estado de ánimo similar con los elementos que tenían a su alcance. Aunque ningún nivel del juego es frustrante sí que pueden llegar a ser retadores, y muchos esconden secretos que no podremos apreciar a primera vista (y que nos recompensarán con logros). Por el camino los adorables personajes que interrumpiremos en su vida cotidiana para arrastrarlos al inframundo, y el delicioso humor absurdo que puebla en segundo plano los niveles del juego nos irán entreteniendo y enriqueciendo una experiencia que verdaderamente es inolvidable.
Duración
Es muy complicado valorar este aspecto de Donut County, a pesar de que el título sin paliativos es corto. Corto sin peros, sin matizaciones y sin ambajes. Donut County pasa como un suspiro y puedes acabártelo en un par de horas, y te deja con ganas de más, de mucho más y al mismo tiempo de alguna manera satisfecho. Lo que tenemos que preguntarnos es si sería posible que los niveles fueran tan maravillosamente inteligentes y divertidos si el equipo del juego hubiera tenido que crear ochenta. Hay que cuestionarse si hubiera merecido la pena que los escenarios fueran el triple, o el cuádruple de grande y que acabaran siendo tan genéricos como la enésima copia superventas en la tienda del iPhone o el Android de turno. Donut County es un suspiro, un amor de verano, un atracón de pasteles de mermelada y fruta cuyo subidón de azúcar es tan fuerte que no lo vas a olvidar en mucho tiempo.
Por si esto fuera poco, y aunque los segmentos “narrativos” pueden llegar a ser fastidiosos al principio, lo cierto es que te irás encariñando e interesando por los personajes del juego, de forma que en los últimos niveles no querrás perderte ni una línea de diálogo, y que harán que te sorprendas perdiendo minutos y minutos en su animoso epílogo. El poso de queja el juego es mucho más largo que el juego en si, y probablemente esto es de lo más positivo que puede decirse del juego. Podría haber sido más largo, y quizá algún tipo de multijugador podría ser posible y no estaría de más, pero tal y como es Donut County es casi perfecto.
Conclusión
Donut County es un encanto, un juego más que notable que con una premisa sencilla no se conforma con ser jugablemente innovador. Si bien no llega a la superlativa locura de otros clásicos con los que se le podría comparar, probablemente se convierta él mismo en clásico por derecho propio. El juego, cuyos niveles juegan a la reinvención constante resulta fresco y divertido en todo momento, con la duración como único posible motivo que pueda hacernos fruncir el ceño.
Su sentido del humor visual y ácido, que puede recordar por momentos a algunos clásicos de Lucas Arts le pone salsa a un juego que ya tenía mucho sabor de por si, pero que nunca cae en el empalago. No creo que nadie debiera perderse la oportunidad de probar Donut County, y espero que si realmente tiene ideas y ganas de más, su creador no nos prive de más aventuras de mapaches, amigos, y agujeros que se lo tragan todo a su paso.
*Agradecemos a Annapurna Interactive habernos facilitado el material para realizar este análisis.
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Apartado técnico90/100
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Jugabilidad90/100
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Duración70/100
Lo bueno
- La música.
- El concepto jugable mismo es una delicia.
- Personajes carismáticos.
Lo malo
- Estilo visual un tanto sobre explotado.