Analizamos Amnesia Collection, la recopilación de los dos primeros Amnesia, y la pequeña expansión Justine, clásicos de terror por primera vez en consola.
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En los últimos años, y después de un tiempo demasiado dominado por la sombra de Resident Evil, hemos visto florecer al género de terror. Un género que además ha reinventado y diversificado sus principios, huyendo de la acción y los tiroteos y apostando por el pavor puro. Al ritmo que se mueve la industria, Amnesia: Dark Descent puede ser considerado el abuelo de títulos como Outlast, e incluso Resident Evil 7, y por eso seguramente era un deber traerlo junto con su segunda parte a consolas. El problema en el caso de esta recopilación Amnesia Collection, es que probablemente llega un tanto tarde.
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En Amnesia Collection podemos hacer un repaso por uno de los juegos fundacionales del terror actual, así como un estupendo ejemplo, sobre todo en 2010 fecha de su lanzamiento original, de terror gótico de la más alta calidad. No obstante, y tras haber disfrutado estos años de algunos discípulos aventajados, la propuesta de Dark Descent ya no sorprende tanto, y su muy inferior secuela A Machine For Pigs aporta bien poco al conjunto. No obstante el primer Amnesia sigue siendo un estupendo juego de horror, que merece la pena jugar incluso con el poco mimo técnico que se le ha hecho a este port, bastante directo de lo que se podía ver en un PC normalito de hace nada menos que ocho años.
Por otro lado algunos de los aspectos que hicieron grande a la saga Amnesia, siguen intactos, desde su ambientación, a su guión, como a un diseño de sonido soberbio, y que aún hoy en día resulta una herramienta prodigiosa con la que el juego consigue sumergirnos en su universo de locura y oscuridad. Amnesia es una franquicia imitada y superada hoy en día, pero que sigue teniendo algo que decir a cualquier jugador que no lo haya experimentado, y a lo largo de este análisis os contaremos por qué.
Apartado Técnico
Amnesia Collection desde un punto de vista técnico es aceptable como port, y decepcionante como forma de actualizar la propuesta a los nuevos tiempos. Que nadie se lleve a engaño, esto no es un remaster, ni un remake, ni nada que suponga mejorar la presentación original de un juego que data de hace casi una década. Tampoco era The Dark Descent un juego puntero por aquellos tiempos. Creado por el estudio independiente sueco Frictional Games, el juego era el segundo acercamiento al terror después del juego episódico Penumbra, con el que comparte algunos puntos en común. Sin ser un prodigio de la técnica, Soma, su siguiente juego de una nueva ip supone un salto cualitativo en muchos aspectos, también en el técnico. La segunda parte de Amnesia, A Machine for Pigs fue desarrollado por otro estudio, implicándose Frictional solo en la publicación, y creedme que se nota.
Ambos juegos, Amnesia primera y segunda parte, están elaborados con exactamente los mismos assets, las mismas texturas, por supuesto el mismo motor, sin apenas novedades, pudiendo llegar a ser calificado de expansión, si no fuera por tener una extensión muy parecida a la de la primera parte. Mientras que The Dark Descent nos sumerge en las lúgubres mazmorras de un oscuro y húmedo palacio casi medieval, en A Machine for pigs avanzamos unas cuantas décadas hasta situarnos en un tiempo en el que la revolución industrial parece haber ocurrido ya, y donde las máquinas han tomado un inusitado protagonismo. Precisamente por lo descrito anteriormente resulta tan frustrante comprobar como se reutilizan texturas y modelados contínuamente, sin apenas evolución, en una segunda parte creada solo para capitalizar el buen nombre de la primera.
Sin embargo no todo es negativo. Hay puntos muy positivos que sacar a relucir tanto del trabajo artístico, como técnico realizado en la saga Amnesia. No cabe duda de que la ambientación es potente, y el juego entre luces y sombras consigue meternos el frío y el terror en los huesos. Para ayudar con semejante tarea encontramos un diseño de sonido soberbio, que nos hace recomendar encarecidamente jugar Amnesia Collection con cascos, para conseguir una experiencia verdaderamente electrizante. Sentir crujir la madera bajo nuestros pies, voces a lo lejos, misteriosos pasos que parecen perseguirnos, las gotas que caen en la noche sobre la piedra desnuda helándonos la sangre. Si alguna vez has querido experimentar lo que es estar en un viejo cuento de Edgar Allan Poe, en el que una historia retorcida se escenifica en una polvorienta mansión, esta es la experiencia más cercana que te van a ofrecer los videojuegos.
Jugabilidad
Probablemente en 2010 un juego de terror en el que no empuñabas un arma, y dónde esconderte o huir eran la única opción no era algo tan común, pero hoy en día constituye casi un subgénero dentro del survival horror, y sucesores de Amnesia han repetido, refinado y mejorado la fórmula. Los principios son sencillos, podemos interactuar con muchos elementos del mobiliario, pero no con todo. Deberemos resolver puzzles de tanto en tanto para conseguir abrir el acceso a nuevos lugares del mapeado. Ocasionalmente seremos acosados por criaturas, sombras que se desvanecen, y demás parafernalia típica de la imaginería gótica, pero en general en Amnesia los enemigos no son un gran problema. El mayor enemigo que encontraremos en The Dark Descent será la oscuridad, que tendremos que combatir a base de yesqueros con los que podremos encender antorchas y candelabros, así como un pequeño farol de aceite que se consume con pasmosa rapidez. Si permanecemos mucho tiempo en la oscuridad, nuestra mente empezará a perder el control, las imágenes se deformarán y tendremos problemas para caminar, si persistimos en la oscuridad pereceremos a la locura, y el juego terminará.
Estos son los principios jugables que podemos encontrar en Amnesia: The Dark Descent, y en su minúscula expansión Justine, también presente en Amnesia Collection, que sin embargo terminarán completamente trastocados en su segunda parte. En A Machine for Pigs nos encontraremos esencialmente con el mismo juego, pero en el que la interactividad se ha reducido enormemente, y nos encontraremos vagando por largos pasillos llenos de puertas que no podemos abrir, y objetos que no podemos tocar. El tema de la luz dejará de ser un problema tan acuciante, gracias a un farol, esta vez eléctrico o de gas, que ya no se acaba. Para colmo se prescinde de inventario, lo que nos deja ante unos puzzles mucho más casualizados, y por lo tanto monótonos y aburridos. Inexplicable la decisión de The Chinese Room, al continuar un juego siendo tan conservadores en lo estético a la vez que echando por tierra lo mejor de la jugabilidad de la entrega anterior.
En cualquier caso, y si hablamos de amnesia en su conjunto tenemos que señalar que si bien hoy en día sus mecánicas no resultan novedosas, ni mucho menos originales, sí que siguen siendo sólidas. Sobre todo en la primera parte viviremos momentos verdaderamente trepidantes, en lo que es un curioso logro en un juego de ritmo más bien pausado, con la mención especial a la sección inundada en las catacumbas en las que una criatura que no alcanzamos a ver, nos destrozará si tocamos el agua demasiado tiempo. Amnesia es una pequeña colección de terror, robusta, y que no debería faltar en el catálogo de un buen amante del género. Quizá podría haberse hecho algún esfuerzo por agilizar un tanto algunos procesos, haber dotado al juego de un mejor inventario, o haber modernizado un tanto la fórmula, pero lo que se nos propone en esta recopilación sigue siendo profundamente solvente por momentos.
Amnesia sigue siendo profundamente solvente por momentos.
Duración
Ni el primer amnesia, ni su secuela, ni mucho menos la expansión Justine son juegos largos. Ambas entregas se mueven entre las cinco y las siete horas dependiendo de lo habilidosos que seamos con los puzles, o lo completistas que queramos ser en la búsqueda de notas, diarios y relatos en magnetófono, en los que esta recopilación es profusa. Pero claro, no hay duda de que como recopilación tenemos para jugar unas cuantas horas. No obstante, y si tenemos que valorar los juegos por separado, debo decir que no recomiendo jugarlos consecutivamente, puesto que si bien nuestras partidas en la primera parte fluirán orgánicamente, A machine for Pigs se nos puede hacer muy cuesta arriba, por culpa de un ritmo inicial algo atropellado.
Aunque la duración de los dos Amnesia, posibilita jugarlos de una sentada en una noche de lluvia y truenos, lo cierto es que se disfrutan mucho más saboreandolos en varias sesiones de juego. Son títulos de ritmo pausado, y con bastantes detalles y secretos que descubrir. Para experiencias más trepidantes hay otros títulos de la misma escuela que probablemente estén mejor capacitados para el juego infartante.
Conclusión
Amnesia Collection es sin duda un trabajo de arqueología videojueguil muy de agradecer para cualquier consolero. Es cierto que se podría haber llevado a cabo una labor de restauración, ya que los no tan vetustos títulos de la franquicia no han envejecido como Jane Fonda precisamente, pero peor sería quedarnos sin ellos eternamente. Amnesia: The Dark Descent, y en menor medida su secuela son títulos imprescindibles para entender el mercado del terror de hoy, y creo que son una pieza clave para disfrutar debidamente juegos, hoy en día superiores, pero que le deben mucho. En un panorama en el que la conservación de los juegos, como trabajo creativo, se ha vuelto más importante que nunca, probar esta colección tan cerca además de la noche de Halloween, tiene todo el sentido.
Amnesia Collection es sin duda un trabajo de arqueología videojueguil muy de agradecer.
* Agradecemos a Trinity Team el material recibido para realizar esta review.