Es tentativo pensar que las declaraciones de Rishi Sunak, primer ministro del Reino Unido, están centradas en la compra de Activision pro parte de Microsoft, pero realmente no es así. Y es que el organismo regulador de la competencia lleva años dando pulso al gobierno e imposibilitando el crecimiento económico del país tras un Brexit bastante duro.
Para que nos entendamos, la CMA y otros organismos reguladores impiden el crecimiento económico en el país al prohibir acuerdos beneficiosos que podrían crear numerosos puestos de trabajo y atraer inversores. Algo que no se entiende muy bien, pero que por desgracia está pasando.
Los organismos reguladores están frenando a Reino Unido
Por ello, el Primer Ministro británico ha lanzado un comunicado muy duro en LinkedIn en donde anuncia que el gobierno reformará todos los organismos reguladores del país en varias fases. Su meta es evitar que se siga perdiendo empleo y negocio. Para ello quiere centrar el foco en decisiones que tengan como prioridad generar empleo.
Quiero que a las empresas británicas les resulte lo más fácil posible prosperar.
Para ello necesitamos un sistema regulador en el Reino Unido que no sea un obstáculo. Debe permitir a las empresas dedicarse a lo que mejor saben hacer: crear empleo y hacer crecer la economía.
Ya hemos anunciado las reformas de Edimburgo, un conjunto de reformas para impulsar el crecimiento y la competitividad en el sector de los servicios financieros.
El paquete de reformas normativas de esta semana fomentará el espíritu empresarial aprovechando nuestras libertades del Brexit, reduciendo la burocracia para miles de empresas y ahorrando 1.000 millones de libras a los empresarios de todo el país.
Sobre si esto afectará a la compra de Activision, no está claro aún. Tampoco sabemos si la decisión es revocable a día de hoy ni cuanto tardarán en hacerse efectivas estas reformas. Lo que sí está claro es que la CMA lleva espantando a las Big Tech del país desde hace algunos años y no pocos gigantes tecnológicos se han pronunciado ya.
Es posible que esta presión, unida a la del sector energético, hayan hecho estallar al gobierno inglés. Según Sunak, las medidas consisten en:
Reduciremos los requisitos para informar sobre la normativa de tiempo de trabajo, ahorrando a los empresarios un tiempo valioso y hasta 1.000 millones de libras al año en costes. También simplificaremos la normativa que se aplica cuando una empresa se traspasa a un nuevo propietario, reduciendo aún más las cargas.
Reformaremos el MMRO (Marco para una Mejor Regulación) de modo que la regulación sea la última, y no la primera, respuesta del gobierno. Se trata de un cambio radical en la forma de enfocar la actividad empresarial británica, ya que garantiza que la regulación, en el centro de las decisiones gubernamentales, sea ágil y esté orientada al futuro.
Nos aseguraremos de que los reguladores se centren en dar prioridad al crecimiento económico, garantizando que solo se tomen medidas reguladoras cuando sea necesario. Esperamos que todos los reguladores trabajen por el crecimiento económico, por lo que dirigiremos una consulta sobre orientaciones renovadas para ayudarles a conseguirlo.
Promoveremos una cultura de competencia en la productividad limitando a tres meses las cláusulas de no competencia de los empleados. Esto no sólo proporcionará más flexibilidad a 5 millones de empleados, sino que también ayudará a los empresarios a mejorar la calidad de los candidatos que contratan, aumentando la productividad laboral que impulsará la economía británica en general.
Un último recado para la CMA
Hay un último punto específico para la CMA, así que el mensaje parece claro:
Fomentaremos la innovación, la inversión y el crecimiento anunciando dos declaraciones políticas estratégicas para orientar a nuestros reguladores. Esta semana hemos publicado la primera de las tres declaraciones para consulta sobre política energética. La siguiente es nuestra orientación estratégica para la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA).
En las últimas décadas hemos asistido a una excesiva regulación en todos los aspectos de nuestras vidas. El Brexit nos brinda la oportunidad de liberarnos de cientos de normas que cuestan tiempo y dinero a las empresas y suponen un lastre para nuestra economía.
Las reformas que anunciamos esta semana representan un importante cambio de enfoque y envían una señal clara a los reguladores de que nuestra prioridad número uno es hacer crecer la economía.
Queda por ver como se aplica todo esto y como repercute en la operación.
