Analizamos para Xbox One el esperado juego de acción y estrategia, Warhammer 40,000: Mechanicus.
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No son pocos los desarrolladores que a lo largo de décadas han intentado adaptar la estética oscura del 41º Milenio de Warhammer 40,000 y llevar ese universo tan rico de los juegos de miniaturas a los videojuegos. Juegos de acción, rol masivo online, cartas coleccionables e incluso novelas interactivas ya se han inspirado en el popular universo de Games Workshop, pero, sin duda, el género que más alegrías nos ha dado a los fans de la serie es la estrategia.
El joven y prometedor estudio Bulwark Studios nos trae a consolas Warhammer 40,000: Mechanicus, adaptación del juego que causó muy buena sensación en PC hace dos años y que nos llega a consolas un poco más tarde, pero con el aliciente de incluir todo el contenido descargable publicado en PC hasta la fecha.
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En Warhammer 40,000: Mechanicus , interpretamos a Dominus Faustinus, un sumo sacerdote de los Adeptus Mecanicus, un culto que veneran a Omnissiah, el dios máquina. Se rigen por sus propias normas y son los principales artífices de la mayoría de avances tecnológicos al servicio del ejército del emperador. Habitan los llamados mundos forja, donde fabrican el armamento más avanzado y sus adeptos, los tecnosacerdotes, son vitales para el desarrollo del conocimiento técnico del Imperio.
Parte de la rutina de este antiguo culto eclesiástico es la investigación de campo y, durante una misión rutinaria de exploración, una misteriosa llamada de socorro de un sacerdote desaparecido nos guía hasta la órbita de un recóndito planeta llamado Silva Tenebris, en el que algo tenebroso lleva durmiendo desde hace siglos.
Nuestra llegada desencadena el despertar de una amenaza terrorífica, los Necrones: guerreros alienígenas no muertos tan antiguos como el propio universo. Yacientes en sus tumbas, aún no representan un peligro, así que es una tarea de la que nosotros mismos debemos hacernos cargo antes de que escapen de sus criptas y pongan en riesgo a toda la galaxia.
Después de ver el trailer y las capturas de este análisis, puedes pensar que por su aspecto y jugabilidad recuerda a cierto juego que empieza por X y termina por COM, ya que la referencia es evidente. Si estás aquí leyendo esto probablemente sea por eso, pero te garantizo que este juego esconde propuestas arriesgadas y suficientes ideas propias como para darles el valor que merecen.
Apartado Técnico
A pesar de que Warhammer 40,000: Mechanicus es novedad en nuestras consolas, en realidad lleva en el mercado de PC bastante tiempo y eso se nota. Técnicamente hablando no es precisamente puntero y si nos ponemos exigentes con él, rápidamente encontramos pequeños detalles poco halagueños.
Si usamos la opción de hacer zoom con la cámara, veremos que el nivel de detalle es bajo, que las texturas tienen poca resolución y que los modelados de los personajes no son especialmente buenos. Pero me gusta ser justo en este apartado y, a pesar de lo mencionado, ninguno de esos pormenores estropea la jugabilidad.
Pero en este apartado no solo vamos a juzgar los gráficos y, ya que como he dicho me gusta ser justo cuando hablo de los detalles técnicos, hay que saber apreciar que en el otro lado de la balanza encontramos muchas cosas positivas. La parte artística es fabulosa (no podemos esperar otra cosa de un juego de Warhammer); los efectos de luz y sombras están muy bien conseguidos y principalmente hay que destacar muy fuerte su apartado sonoro.
La trama de Warhammer 40,000: Mechanicus está escrita por Ben Counter, escritor con más de cuarenta novelas de Warhammer a sus espaldas
Al juego le acompañan una música ambiente inspirada en los cantos gregorianos, muy acorde con la temática neo-gótica del juego, mezclada con elementos de música electrónica muy bien introducidos. Unos buenos auriculares pueden hacer de Adetus Mecanicus una experiencia única.
Jugabilidad
El combate por turnos es el corazón principal de Warhammer 40,000: Mechanicus. Y no solo es muy, muy bueno, además se siente «diferente», ya que el estilo es único y tiene muchas mecánicas interesantes. Obviamente, no creo que sea necesario explicar cómo funciona un juego de estrategia por turnos, así que voy a centrarme en las claves que hacen diferente al juego.
Para empezar, no hay investigación ni gestión de base que esperarías en un juego del género. La única gestión por la que tendremos que preocuparnos es la que corresponde a las habilidades y el equipo de nuestros soldados. Pero no dejes que este detalle te desanime o te sepa a poco, el nivel de personalización es muy alto y configurar el equipamiento de cada uno de nuestros sacerdotes resulta divertido y muy sofisticado.
Tendremos dos recursos clave: la “Piedra Negra” y los puntos de conocimiento (PC). Durante cada misión conseguiremos el valioso material llamado “Piedra Negra” o bien derrotando enemigos o bien recolectándola de diferentes maneras. Esta piedra negra será nuestra divisa a la hora de acceder a las mejoras que el juego pone a nuestra disposición, como mejora de habilidades o la utilización de recursos.
Cuanto antes empieces a manejarte con los PCs antes comenzarás a disfrutar del juego.
Respecto a los Puntos de conocimiento, nos serán más familiares por ser más habituales en los juegos de combate por turnos. Cada acción consume PC y limita nuestra movilidad y capacidad ofensiva. Sin embargo, y, a diferencia de otros títulos del género, estos PC no se recargan simplemente finalizando nuestro turno, sino que hay que recolectarlos con ciertas mecánicas y además se comparten entre toda nuestra escuadra. Gastar los PC demasiado pronto, no administrar su gasto mediante habilidades y garantizar la recolección de estos en cada ronda es de vital importancia para no fracasar una y otra vez.
Otro detalle revelador para la jugabilidad es que, todas las unidades, tanto la tuya como la del enemigo, se turnan individualmente en un riguroso orden establecido por las estadísticas de cada personaje. Este es un detalle importante, ya que no nos encontraremos con el clásico turno aliado/turno enemigo y supone un factor muy relevante en su jugabilidad. La sucesión de este orden puede ser favorecedora para ti si lo tienes presente.
Su sistema de combate huye de la sofistificación de otros títulos del género y apuesta por un sistema sencillo, pero profundo y sólido.
Respecto al combate puro y duro, no tenemos coberturas, ni modificadores del daño, ni probabilidades de acierto (si está al alcance y en línea de tiro, el acierto es de 100%). Aquí no fallaremos disparos a un metro del enemigo, ni tendremos que cubrirnos, ni buscar coberturas ni adaptar posiciones defensivas. Lo único por lo que debemos preocuparnos es de la absorción de armadura, del alcance de las armas y de la línea de fuego, obviamente.
Tampoco encontramos mapa estratégico ni ningún mapa de la campaña. Tendremos la opción de elegir las misiones ofrecidas por nuestros subordinados de una forma progresiva, pero no necesariamente lineal. Cada misión consta de dos partes, una de exploración de mazmorras al puro estilo rogue like y otra parte que corresponde al combate del que ya hemos hablado. Durante la exploración tendremos que tomar decisiones que afectan de manera positiva o negativa a nuestra misión y en la que se nos proponen diferentes caminos y rutas que nos exponen a situaciones narrativas de todo tipo.
Duración
Como siempre digo, la duración de un juego de este tipo es muy ambigua, pero en este caso más, ya que el desarrollo y su naturaleza es muy atípico. Cada tumba que exploremos, cada combate y cada misión que completemos hace aumentar el nivel de despertar Necron. Dependiendo de nuestros progresos y nuestra eficacia, el nivel puede aumentar de forma más significativa si somos torpes en combate o menos pronunciada si somos más eficaces cumpliendo requisitos y objetivos secundarios.
Este medidor avanza de forma progresiva a lo largo de seis mundos o sectores, que marcan los diferentes niveles de despertar de los Necrones. Cada fase de despertar introduce nuevos jefes, nuevos enemigos, nuevos escenarios, nuevas recompensas, etc.
Cuando alcance el 100%, nos enfrentaremos al combate final del juego, independientemente de nuestro progreso de jugador o de las misiones completadas. Estemos preparados o no. Durante toda la partida no podemos quitar el ojo de este medidor, ya que avanza de forma inevitable y nuestra forma de jugar influenciará muchísimo sobre él.
Explicado de una forma práctica, si somos buenos jugando, el despertar Necron será lento y podremos cumplir más y mejores misiones para tener soldados más poderosos y mejor equipo con el que encarar la batalla final. Si por el contrario, no cumplimos requisitos secundarios, obviamos misiones importantes o simplemente jugamos de una manera más conservadora, el combate final llegará antes y estaremos menos preparados.
Conclusión
Por mi parte, la conclusión es clara: Warhammer 40,000: Mechanicus nos ofrece un juego que lo disfrutarás mucho si estás profundamente inmerso en su meta-juego. Puede costar un poco acostumbrarse a sus mecánicas e incluso puede que llegue a frustrarte, pero en cuanto empiezas a entender cómo funciona se disfruta muchísimo. Es una naturaleza claramente intencionada: no es un juego para los que no estén familiarizados con el género, pero recompensa al jugador diligente dispuesto a superar el reto.
Si además, eres fan de Warhammer, puedo decirte de fan a fan, que este juego supera con creces la calidad media de la mayoría de juegos de Warhammer. Obviamente, Dawn of War II y Total War: Warhammer tienen la sombra muy larga, pero Warhammer 40,000: Mechanicus tiene potencial suficiente como tomarlo en serio. Aunque reconozco, que se queda a un pequeño paso de la excelencia
Si buscas simplemente un juego de combate táctico, quizá deberías considerar otras alternativas. Si por el contrario ya eres un veterano del género, seas o no fan de Warhammer, este juego quizá no sea tu favorito, pero cubrirá tus expectativas seguro.
*Agradecemos a Koch Media el material ofrecido para poder realizar este análisis.