Descubre todo lo que necesitas saber en nuestro analisis de V-Rally 4, el nuevo juego de carreras de Rally desarrollado por Kylotonn para Xbox One.
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Cualquier aficionado a los videojuegos que lleve en esto más de 20 años, con solo leer el título V-Rally rememorará viejos tiempos. Generaciones pasadas que comenzaban a proyectar en nuestras pantallas sofisticados entornos tridimensionales y que nos hacían alucinar. No fue el primero y quizá no fue el mejor, pero alcanzó mucha popularidad y consiguió cautivar a los aficionados a la misma velocidad que podían alcanzar sus coches. Tras pasar una temporada en las sombras, esta mítica franquicia de rallies vuelve a la palestra para intentar reclamar el trono que regentó durante la época de la PlayStation original.
Los responsables que se han puesto al frente de esta hazaña son los franceses Kylotonn Games y no son precisamente nuevos en esto: a sus espaldas cuentan títulos como la serie WRC, Flatout, TT Isle of Man o Motorcycle Club. Así que su experiencia avala, en principio, un trabajo digno de tener en cuenta.
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Sin duda, la propuesta es arriesgada. Resucitar viejas glorias con acérrimos y nostálgicos seguidores puede ser un arma de doble filo: o das en el clavo o decepcionas. Déjame de decirte, lector, que V-Rally 4 tiene mucho que ofrecer y que representa el regreso de una saga que, sin duda alguna, merece otra oportunidad. Arrancamos motores y comenzamos a descubrir que en este V-Rally hay mucho más que el Rally clásico.
Apartado Técnico
Lo reconozco, esperaba muy poco en lo referente al aspecto técnico de este juego, y quizás por ese motivo, el apartado visual de V-Rally 4 me enamoró desde el primer momento. Pero no nos mal interpretes. Detrás de mi asombro no hay unos gráficos sobresalientes extremadamente realistas e iluminaciones que te dejan boquiabierto, pero sí un diseño de entornos y escenarios que es para quitarse el sombrero.
Al dejar atrás la sobriedad de un juego que busca la simulación y utiliza licencias oficiales del mundial de rallies, el estudio en esta ocasión nos propone grandes escenarios abiertos que restan protagonismo a nuestro espectacular coche de competición. Hojas secas que echan a volar a nuestro paso, los reflejos de un amanecer y otros muchos detalles artísticos le dan mucha vida visualmente hablando.
Sin embargo, la texturización de los vehículos y el reflejo de la luz en la carrocería no ayudan a crear un acabado técnico redondo. Apenas llega al aprobado con unas texturas pobres, interiores poco detallados y simulación de daños mediocre. Por no hablar del sonido, una vez más, sin pena ni gloria. Por ejemplo, durante el modo carrera, mientras navegamos por los menús suena una canción que acabarás odiando. No porque sea horrible, sino porque es la única y se repite una y otra vez en un ciclo sin fin. Hubiera sido un detalle incluir alguna más, ¿verdad?
En cambio, uno de los aspectos dignos de mención es la generación de obstáculos de forma procedimental. Pero ojo, no te emociones, ya que esta particularidad tiene trampa. La aleatoriedad solo se aplica en ciertas pruebas y solo afecta a las transiciones entre tramos y en pequeños obstáculos como rocas o árboles que, si repitieras una prueba, comprobarías que antes no estaban ahí.
Por último, mencionar con especial ilusión que todos los aficionados a las capturas estamos de suerte, ya que el juego cuenta con modo foto. Es muy sencillo y limitado, no deja la libertad necesaria para dar rienda suelta a la creatividad tanto como me gustaría, pero es un añadido que se agradece. Solo podemos usarlo después de cada carrera mientras vemos nuestra repetición, así que ¡ten paciencia!
Jugabilidad
Aquí es donde llega el momento de formulamos la gran pregunta: ¿simulación o arcade? Por mi parte, la respuesta no puede ser rotunda, puesto que intenta coquetear con ambos géneros sin posicionarse claramente en ninguno. Pero si tengo que encajar V-Rally dentro de una categoría, esta sería sin duda el arcade.
A pesar de no ser un simulador, sí es un título de carreras muy intenso y exigente. Este es un juego en el que tendremos que enfocar toda nuestra atención a cada detalle del terreno porque cometer el más mínimo error de precisión puede llevarnos directamente fuera de pista o a los puestos más bajos de la clasificación.
Este alto nivel de dificultad es consecuencia de su control, ya que a lo primero que nos tendremos que enfrentar es a la ardua tarea de mantener el coche recto. Algo que a priori parece muy simple, pero no lo es. Y ya si hablamos de evitar perder tracción hay que decir que nos supondrá una odisea. Dominar la dirección del coche es todo un desafío, pero un desafío no de los gratificantes, de esos que disfrutamos superando, sino de los frustrantes que nos incitan a tirar el mando por la ventana. Diciéndolo claramente, el control es tosco, rudo e impreciso.
Si a esto le añadimos unas físicas que provocan comportamientos extraños en los vehículos y que una simple piedra puede dejarnos “clavados” o mandarnos por los aires de una manera absurda, la situación no hace más que empeorar. Por desgracia, este V-Rally carece del tan popular “rebobinado” de la carrera, con el que podríamos solventar pequeños errores sobre la marcha. ¿Vas ganando y en la última curva pierdes el control por algún motivo incomprensible y te adelantan todos? Pues tendrás que resignarte y aceptar que todo tu esfuerzo por dominar el coche y evitar ir estrellándote con todo ha sido en vano. Tendrás que empezar de nuevo. Muy frustrante.
Bien es cierto que, si te esmeras en poner todo de tu parte, te acabas acostumbrando; le coges el truco e incluso puede llegar a gustarte, pero tratándose de un juego en el que el control y la precisión lo son todo, serán habituales los cabreos. Pondrá a prueba la paciencia incluso del jugador más experimentando, pero afectará especialmente a la del más casual y poco acostumbrado a los juegos de conducción.
Una vez que finalizamos el tutorial, es cuando comienza la principal característica de lo que V-Rally 4 nos depara: el modo carrera, donde nos esperan experiencias de conducción muy variadas:
- Rally: La clásica batalla contra el crono de toda la vida y donde recibiremos las precisas indicaciones sobre el trazado de nuestro copiloto (en un impecable español, por cierto)
- Rally Cross: Carreras en circuito cerrado contra otros pilotos con un espíritu más de “espectáculo televisivo”. Conducción agresiva y rivalidad máxima.
- Hillclimb: Muy parecido al clásico Rally, con la diferencia de que usaremos coches mucho más sofisticados de alto rendimiento donde predominan las subidas de montaña con un montón de curvas.
- Buggy: Competiremos contra nuestros rivales en circuitos orientados al offroad plagados de saltos.
- Extreme-Khana: El modo más exigente de todos. Trazados en los que tendremos que realizar acrobacias lo más rápido posible, ofreciendo el mejor espectáculo posible sin cometer un solo error.
Para cada modo, necesitaremos unos coches concretos que tendremos que comprar, así que el juego nos pone en la tesitura de decidir dónde invertir el dinero y qué pruebas se nos dan mejor. La decisión es tuya.
En el modo carrera, no sólo nos dedicaremos a crear el avatar con el que ascenderemos peldaños en una competición ficticia, sino que tendremos que gestionar nuestro equipo de ingenieros, contratar mecánicos e incluso elegir el manager que mejor nos represente en nuestras especialidades de conducción.
Eso sí, ganar carreras no será suficiente, sino que tendremos que tomar decisiones. Tendremos que elegir a los mejores profesionales que nos ayuden en las reparaciones y, sobre todo, en el desarrollo de mejoras para nuestro coche. Fichar para nuestro equipo a reputados especialistas impulsará mucho las mejoras del automóvil, pero su remuneración será alta y tendrás que abonar su salario semanalmente. Así que tendrás que echar cuentas con la gestión y considerar si puedes permitírtelo.
Respecto al manager, hay que tener en cuenta que es el que te consigue los diferentes tipos de carreras disponibles e influye en el precio de inscripción, ya que participar en estos eventos no será gratis. Si recapitulamos: tendremos que abonar las inscripciones de las carreras, invertir en mejoras para nuestro automóvil y, por supuesto, pagar religiosamente el salario del equipo que hemos contratado. Es decir, en este juego además de conducir bien debes ser bueno con los números y saber mantener la viabilidad del proyecto.
Para terminar, también tenemos eventos online semanales, carreras multijugador y un modo por desgracia en peligro de extinción: la pantalla dividida para dos jugadores.
Duración
Se trata de un juego largo, repleto de opciones y decisiones que tomar, pero falla en uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta casi cualquier juego de coches: la monotonía. Cuenta con aproximadamente 50 coches y una amplia variedad de circuitos repartidos en varias localizaciones por todo el mundo, pero pronto sentiremos la sensación de estar haciendo lo mismo una y otra vez, pero con diferente coche.
Los modos online y multijugador a pantalla partida alargan la durabilidad del título, que se verá determinada por nuestra habilidad para conseguir el equipo y el dinero necesario para superar las carreras de máximo nivel.
Conclusión
V-Rally 4 es un juego ambicioso y variado, pero que se estropea con un control que no hay por dónde cogerlo y una jugabilidad que se desinfla a cada hora que pasamos jugándolo. Todo es muy impactante al principio, empezamos con energía y mucha ilusión gracias a que apela a nuestra nostalgia, pero acabaremos frustrados por culpa de pequeños detalles. Es vistoso y nos ofrece variedad y cantidad, pero su ejecución es irregular y torpe. Reconozco que quería evitar mencionar este detalle, pero recuerda demasiado a cierto juego que, si estás leyendo esto, seguramente ya disfrutaste en su día. (Dirt 4)
*Gracias a BigBen Interactive por habernos proporcionado el material para la review.