Analizamos The Legend of Icaro, un juego con una historia ambiciosa al que le falta madurar en muchos aspectos.
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Son sobradas las veces que he hablado de estudios indies, emprendimientos cuya presencia en el mercado de los videojuegos de hoy en día es abundante y absolutamente necesaria. Son estos estudios de pocas personas los que suelen sorprendernos más, porque como sucedía en tiempos pasados cuando esta industria comenzó, los estudios más humildes son los que prueban más los límites de todo, ya sea por audacia o porque no conocen de fronteras para lo que pueden hacer.
Hoy me toca analizar The Legend of Icaro, un juego desarrollado por el estudio colombiano Abyzzmo, del que me encantaría llenar de adjetivos calificativos estupendos, pero que de hacerlo estaría faltando a la verdad y no sería justo para con nuestros lectores.
La historia del juego mezcla aspectos combinados de distintas fuentes mitológicas y el jugador se pondrá en la piel del semidiós Ícaro (aquí sí con tilde ya que en el título no aparece), que deberá ir sumando habilidades en forma de armas divinas a medida que derrote a otros dioses. Tal parece que en esta historia las máquinas y los hombres están enfrascados en una contienda por la propia sangre, elemento vital de las máquinas para sobrevivir.
Al parecer, el protagonista también tiene un alma especial que produce un tipo de plasma atípico, pero no lo sé bien. ¿Por qué es que desconozco la historia del título que estoy analizando? Bueno, porque la narrativa es de las más extrañas que vi desde quizás 1996 y todo lo que describí más arriba lo pude obtener desde el sitio web de los desarrolladores, ya que en el juego en sí todas las escenas que cuentan algún tipo de historia son realmente muy poco claras, no solo por el apartado gráfico, que luce completamente pasado de hora, sino por la historia en sí misma que se vislumbra desde el comienzo del juego.
Acompáñenme en un análisis que me fue muy difícil de hacer ya que entiendo el trabajo que lleva cualquier tipo de producción de este estilo pero también sé que no todo es justificable para un estudio aunque esté comenzando a dar sus primeros pasos.
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Apartado técnico
El juego cuenta con algunas cinemáticas que realmente no se destacan por su calidad ni por su claridad y como ya indiqué durante la introducción, estoy seguro que si se las muestro a alguien sin contexto, es muy probable que esa persona crea que le estoy mostrando un juego de la era de los 32 bits. Cuando pasamos al juego en sí, las animaciones del protagonista, sin destacarse, no están mal a nivel fluidez, tampoco la de los enemigos, aunque los diseños podrían ser un poco más grandes para no mimetizarse tanto con los escenarios, lo cuál es otro punto aparte. Las escenas de los menús en donde podemos equipar ciertas armas y modificar algunas características de nuestro personaje sufren de la misma dolencia que las cinemáticas, con animaciones pobres y un diseño totalmente desfasado de la actualidad.
Todas las fases son distintivas y el diseño de ellas las hace bien diferentes unas de otras, sin embargo las texturas en cada una de ellas y los enemigos se vuelven extremadamente repetitivas en muy poco tiempo, y eso contando con el hecho de que las fases no son largas pero muchas veces se sienten como estar en un bucle del que no se puede salir, una experiencia similar que también tendremos con la música.
Se nota el trabajo del desarrollador en la música, en donde sí noto una mística especial que me lleva a dar una probadita de aquellos grandes metroidvanias, sin embargo todo lo bueno que hace la banda sonora se queda trunco por la constante repetición, es decir, la música suena y se siente bien, pero se repite hasta el hartazgo. Una variedad aunque sea ínfima hubiese hecho una gran magia y quizás le hubiese dado una mano al juego en sí, que creo que no lo hubiese venido para nada mal.
Siguiendo el mismo hilo, en contrapartida a la música, los efectos sonoros de los disparos, los golpes y en especial de los saltos, necesitan mucho trabajo. A riesgo de sonar reiterativo, estarían bien en un juego de hace 20 años, pero no ahora, más si tenemos en cuenta que esta producción no aspira a ser un homenaje a los juegos de antaño. Más allá de la baja calidad de los efectos, algo que encontré particularmente molesto es el constante grito de Ícaro cada vez que salta, podría estar correcto en ciertas situaciones donde la distancia de salto es grande o algo así, pero en cada mínimo movimiento se hace molesto y va en desmedro de la propia experiencia de juego.
La localización es un claroscuro. Por un lado el juego está completamente en español, algo que se deja en claro ya desde el primer momento cuando vemos la bandera colombiana en la pantalla de selección de idioma, en donde se ve que primó el patriotismo sobre la convencionalidad, lo cuál no me parece nada mal, lo que sí no comparto es que la localización en español no esté a la altura gramatical que tiene que tener una obra de este tipo. A lo largo de mi recorrido encontré tildes ausentes, paréntesis que se abren pero jamás se cierran y otros detalles que serían muy fácilmente identificables para un profesional de la industria que haga un buen control de calidad sin apurarse, como la mezcla entre inglés y español dependiendo del menú.
Jugabilidad
Luego de una introducción que habría dejado confundido al propio Stephen Hawking el juego nos arroja a un tutorial en donde un científico nos insta a recorrer una suerte de fase de pruebas en donde tendremos la posibilidad de probar las habilidades de nuestro personaje en el más puro esquema de los metroidvanias. Contaremos con un botón de salto, dos botones de golpe y un botón de disparo a base de energía recargable. Ya en esta introducción, el juego nos muestra lo que para mí es su falla principal: las sogas/cadenas/lianas o como quieran llamarlas.
Algunos quizás recuerden un título que vio la luz allá por los años 80 de nombre Pitfall. Con varias ediciones más modernas, el juego nos permitía saltar entre cocodrilos, esquivar pozos ciegos, escorpiones y principalmente, usar lianas y sogas para desplazarnos de un punto a otro, parece mentira que tantos años después un juego no consiga replicar esta mecánica, pero aquí pasa. Las físicas para utilizar las sogas son incomprensibles y si bien logré pasar por varias de ellas aún no puedo explicar cómo lo logré. Tal vez los desarrolladores no estén muy avezados en el uso de estas físicas, y es comprensible, pero no veo la necesidad de incluirlas si ese fuese el caso.
Las fases son relativamente cortas y como en todo juego del estilo deberemos saltar entre plataformas, esquivar sierras, trampas de diverso calibre y enemigos bastante extraños. Al final de cada etapa nos espera un jefe final que al vencerlo nos dará un arma (muy a lo Mega-man) que podremos utilizar en las siguientes fases del juego que se nos muestran a través de un mapa dividido en 10 sectores con unjefe a derrotar (Tifón, Velic, Escilia, Yahve, etc).
Al morir regresaremos a un punto de control en forma de máquina o al comienzo de la fase si aún no hemos llegado a ninguno de estos elementos
Duración
Las fases son rápidas y cortas y el juego se puede terminar tranquilamente en 4 horas, si es que logras sortear medianamente rápido las etapas más complicadas de las infames sogas y sus misteriosas físicas. Un dato importante a tener en cuenta es que el juego no tiene logros en Xbox por lo que si querías terminarlo para ganar algún número X de puntos, este no es tu título para eso.
Conclusión
Sudamérica está creciendo mucho en calidad de juegos independientes, sin ir más lejos, Blazing Chrome fue todo una pasada y Heavy Metal Machines otra, ambos made in esta región al sur del mundo, y sinceramente creo que Abyzzmo puede lograr un éxito con perseverancia, pero The Legend of Icaro al día de hoy no lo será. Quizás si se aclarase que el juego está en una especie de fase alfa o beta, como mucho, se lo podría ver con otros ojos, pero como juego puesto a la venta le falta, y mucho.
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Apartado técnico30/100
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Jugabilidad20/100
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Duración50/100
Lo bueno
- El apartado musical es bueno al comienzo.
Lo malo
- Las mecánicas de las sogas.
- Los gráficos están desfasados en el tiempo.
- La localización tiene muchos puntos a pulir.
- Los efectos de sonido son cansadores.