Skunkape se despide de la trilogia de Telltale de los personajes dando cátedra de amor por una IP.
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Podría bien empezar este análisis e ir directo al meollo del asunto contándote de los gráficos, la jugabilidad y todo eso pero creo que el cierre de esta trilogía del perro y el conejo merece recapitular algo de toda su historia, especialmente para aquellos que quizás llegan a esta entrega por curiosidad o casualidad pero sin haber disfrutado de las ediciones previas.
Esta nueva historia de los juegos de Sam y Max comienza con la cancelación del título de LucasArts que iba a llevar por nombre Sam & Max: Freelance Police, planeado para salir allá por 2004, y que sería la secuela directa del estupendo Sam & Max: Hit the Road que nos había alegrado la vida en 1993 a los más viejunos en nuestros PCs con monitores de tubo.
Podría decirse que aquí el dicho que expresa que “no hay mal que por bien no venga” tuvo otro acierto con esa cancelación ya que la licencia de los personajes terminó en Telltale Games quienes realizaron una trilogía por episodios que le devolvió la gloria a la Freelance Police.
Los derechos de aquella trilogía fueron adquiridos por Skunkape Games, una empresa formada, justamente, por exempleados de Telltale y se encargaron de remasterizar Sam & Max Save the World, Sam & Max Beyond Space and Time y ahora, finalmente, la última entrega que es la que nos da cita aquí: Sam & Max: The Devil’s Playhouse.
En esta producción, estos particulares defensores de la justicia se enfrentarán al General Skun-ka’pe, un gorila del espacio exterior que llega a la Tierra en busca de unos objetos de poder en forma de juguetes que le asegurarán el dominio entero del universo.
Sin más preámbulos, vemos qué nos ofrece esta nueva entrega de la Freelance Police. La risa y la violencia, ya sabemos que están aseguradas.
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Apartado técnico
A pesar de que puede que si jugaste a la versión original de esta entrega en su día recuerdes los gráficos como perfectas caricaturas digitales, la remasterización es la viva prueba de que esta es la versión definitiva de este arte con sprites absolutamente rediseñados, nuevos efectos de luz y escenarios con una cantidad de detalles muchísimo mayor.
Jared Emerson-Johnson se encarga de aportar una banda sonora repleta de jazz de la misma calidad que pudimos ver en las otras dos remasterizaciones previas y que evocan esas películas detectivescas de fines de los años 50 con total precisión.
En esta línea también vale la pena destacar el trabajo siempre excelente de los actores de doblaje de la tira que realizan una labor realmente estupenda que le da una vida maravillosa a la historia, y no me refiero solamente a David Nowlin y William Kasten que interpretan a Sam y a Max respectivamente, sino al de todos los personajes que componen la historia.
Una de las cosas que lamentablemente no llegaron a esta remasterización es la localización del título a nuestro idioma y solo se podrá disfrutar en inglés, lo cuál es una gran pega para todas aquellas personas que no hablen el idioma de forma fluida, particularmente porque el juego precisa de las informaciones que se van brindando tanto en texto como en voz para resolver ciertos puzles y avanzar en la aventura. Una oportunidad desaprovechada de corregir un error del original que solo se localizó al francés y al ruso.
Jugabilidad
Como en todas las aventuras de Sam y Max de Telltale, The Devil’s Playhouse es una aventura dividida en cinco episodios, lo que originalmente completaba la temporada del juego. A diferencia de otras instancias previas, en esta entrega Max tiene un papel mucho más preponderante en el desarrollo de la historia más que ser el sádico gracioso que tanto nos gusta.
Esto sucede particularmente porque al usar los objetos de poder en forma de juguetes, el juego coloca al jugador dentro de la perspectiva de Max lo que abre nuevas puertas de investigación y puede ser la solución necesaria para destrabar algún puzle que te esté volviendo loco.
El control, siempre un tema sensible cuando se lleva un título de aventura gráfica a consolas por su tradicional característica de hacer clic con el ratón para dirigir al personaje principal, ha sido adaptado de forma perfecta y hasta parece que se hubiese creado con esa configuración de forma nativa.
Con esa configuración puedes cambiar a la perspectiva de Max con un botón, ver los puntos a explorar con uno de los gatillos, correr o extraer ítems de la caja para usarlos de distinta manera o para probar combinaciones hasta el verdadero hartazgo.
El humor de Sam y Max siempre se caracterizó por ser ácido, de doble sentido y lo que muchas personas al día de hoy podrían considerar “ofensivo”, por lo que me alegro que no se hayan tocado líneas de diálogo ni algunos tópicos controvertidos en función de lo que podría llegarse a pensar en la actualidad.
Duración
Es difícil precisar la duración del juego porque dependerá siempre de la experiencia de los jugadores con las aventuras gráficas, pero para establecer un promedio, podría decirse que el título puede demorar en concluirse unas 17 horas, lo cual incluye varios momentos en los que estarás deambulando sin saber qué falta para avanzar, pero cuando finalmente logras avanzar, la sensación de triunfo es tan satisfactoria como difícil de explicar.
Conclusión
Hay muchos ejemplos de cómo hacer una remasterización bien, este es uno de ellos. En Sam & Max: The Devil’s Playhouse Remastered se aprecia el cariño de Skunkape por la franquicia. Quizás si no jugaste a las otras entregas anteriores te preguntes si puedes encarar esta aventura sin problemas de entendimiento de la historia, y la respuesta es afirmativa, aunque hay muchos detalles que se tratan o se ven que sucedieron en entregas anteriores.
De cualquier forma, si te gustan las aventuras gráficas, la saga de Sam & Max tiene infinidad de cosas para ofrecerte, por lo que te recomiendo que juegues a cada una de las entregas sin dejar de lado la de 1993.
¡Qué viva la Freelance Police!
*Agradecemos a Skunkape el material necesario para este análisis.
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Aspecto técnico80/100
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Aspecto técnico75/100
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Duración85/100
Lo bueno
- La adaptación de los controles.
- El gran trabajo gráfico
- Que no se haya modificado el humor
Lo malo
- El juego se puede disfrutar solo en inglés.
- La incertidumbre de no saber cuándo volveremos a ver a estos personajes.