¿Amante de lo ajeno? no te pierdas el análisis de Thief Simulator que te pone al mando de un ladrón profesional.
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Cometer un delito en un videojuego puede llegar a ser divertido, siempre que una mente sana sea capaz de discernir entre ficción y realidad, y las funestas consecuencias que nos puede traer el querer llevar a la práctica lo que vivimos de forma digital. Robar, es una mecánica muy extendida en los videojuegos, en especial en los de mundo abierto. Contamos con esa posibilidad en GTA, Skyrim, The Witcher, Assassin’s, Creed e incluso tuvimos Thief, un título que tenía el robo como base de su jugabilidad y que formó parte del catálogo de Xbox 360.
Hoy analizamos Thief Simulator, un juego que vio la luz en PC y ahora llega a Xbox One para meternos en la piel de un ladrón de guante blanco. En este caso se trata de un simulador que se toma muy en serio su propuesta y deja de lado la acción y la violencia para adentrarnos en un aspecto más estratégico donde el sigilo y el engaño serán fundamentales.
A priori la propuesta resulta interesante, pero también debe ser divertido y estar bien ejecutado. Thief Simulator es un juego con virtudes y defectos pero con un punto muy a su favor: la originalidad.
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Apartado técnico
Debemos tener en cuenta que estamos ante un juego que propone una amplia zona jugable en 3D, algo poco común en los juegos de corte independiente. Dicho esto, hay que admitir que el apartado gráfico es rudimentario, llegando a recordarnos a texturas ya vistas en juegos como GTA Vice City, que recordemos pertenece a la generación de la Xbox Original. Ya que no podemos alternar entre distintas vistas, creemos que la cámara en primera persona es la mejor elección para afrontar los desafíos.
Los bugs no abundan, pero existen y el poping es bastante habitual, sobre todo cuando nos movemos en coche. No son cosas que enturbie demasiado la experiencia de juego, pero nos saca un poco de la inmersión y eso es una pena porque en otros muchos aspectos el juego está a muy buen nivel.
Las mecánicas que nos proponen sus creadores están muy bien implementadas, en mayor o menor medida, pero se hacen muy divertidas. El uso de objetos y herramientas funciona y cuenta con unas físicas que me han sorprendido para un juego con un presupuesto tan limitado. Lo que quiere decir que hay trabajo detrás de estas virtudes y eso hay que reconocerlo y respetarlo.
En cuanto al audio, cumple su cometido sin destacar, siendo lo más interesante de este apartado las instrucciones que recibimos de nuestro ayudante al teléfono.
Jugabilidad
En este apartado es donde el juego brilla especialmente. No estamos ante una jugabilidad trepidante, ya que la acción está más enfocada al sigilo y a la estrategia que vamos a usar para llevar acabo los distintos encargos que nos propongan. Somos un ladrón que se tiene ganar una reputación y eso lo vamos a lograr no solo con el valor de lo robado, sino que también se va a valorar mucho la “elegancia” con la que afrontamos nuestros trabajos. No se trata solo de robar, hay que pensar como un auténtico profesional del gremio. Un trabajo limpio se considera aquel que se se produzca sin incidentes y sin levantar sospecha.
Las mecánicas son de lo más diversas. Vamos a forzar puertas, usar ganzúas, puentear sistemas de eléctricos, robar coches, piratear códigos… y un sinfín de opciones que se ejecutan de una manera tan sencilla como intuitiva. Para estos menesteres iremos consiguiendo objetos y gadgets que iremos desbloqueando conforme avancemos en experiencia. Y ahí también funciona, ya que la evolución de la dificultad y la complejidad de nuestro encargos aumentas muy en concordancia con nuestra capacidad de aprendizaje.
Tendremos que crear distracciones (ya sea rompiendo una ventana, o haciendo una llamada falsa a nuestras víctimas) escondernos, y huir de la policía. Para que esto funcione bien la inteligencia artificial de los npc´s debe de ser decente y lo es, no es que los personajes sean excesivamente inteligentes, pero trabajan con cierta lógica a la hora de detectarte o sospechar con determinadas acciones o ruidos.
Y sí, el objetivo es robar, pero no por ello va a ser simple. Si en los primeros trabajos no vamos a encontrar excesiva dificultad en nuestro cometido, conforme vayamos evolucionando en el juego, nos veremos obligados a ser más meticulosos, planear bien nuestra estrategia e incluso estudiar las rutinas de nuestras víctimas para elegir cuál será el mejor método para tener éxito. Además es primordial haber preparado una ruta de escape tras el robo, preparar un vehículo para la huida o seleccionar posibles escondites. En algunas ocasiones es inevitable ser detectados y la policía no tardará en hacer acto de presencia. No obstante, si logramos hacer un trabajo limpio, el juego sabe recompensarnos y hacernos sentir orgullosos, aunque siempre nos quedará la sensación de “podría haberlo hecho mejor”, lo cual nos llevará a repetir alguna que otra misión más de una vez en busca de esa excelencia.
Duración
Este es uno de esos juegos en la que la duración depende en gran medida del perfil del jugador. Como hemos explicado, las formas de afrontar un encargo son muy diversas. Podemos ir al grano, o ser extremadamente meticulosos para lograr el crimen perfecto. De este factor va a depender el tiempo en que realicemos cada misión, ya que podemos tomarnos todo el tiempo del mundo en preparar la misión, aunque algunas más concretas si se pueden convertir en una carrera a contra reloj.
No obstante, para que tengáis una referencia aproximada, yo he tardado unas 11 horas en completar todas las misiones. Aún así siempre tienes la posibilidad de repetir algún encargo hasta conseguir que sea digno de un auténtico profesional del hurto.
A parte de eso, no tenemos un modo online, ni multijugador que alargue la vida del juego. Es una experiencia para disfrutar en solitario y tomarse su tiempo estudiando la estrategia a seguir en cada misión. Desde luego, es te juego va a requerir de la paciencia del jugador, por ello que la duración sea tan relativa.
Conclusión
Delinquir, como cualquier cosa prohibida, es algo que, de alguna forma puede resultar atractivo. Thief Simulator supone una opción de lo más interesante para enfundarte la piel de un auténtico ladrón con clase. El juego en sí supone un reto a nuestro intelecto que nos hará sudar, pero también sentirnos victoriosos al lograr nuestro robo perfecto.
Basarse en el aspecto puramente técnico de este juego es un error que yo mismo cometí en primera instancia. Una vez te deshagas de los prejuicios, tienes la oportunidad de toda una experiencia, original y bien planteada, con mecánicas sencillas y divertidas. En definitiva, es una experiencia distinta que merece la pena experimentar.