Descubre en Generacion Xbox todo sobre Project Highrise: Architect's Edition, el magnífico simulador de gestión inmobiliaria y construcción.
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Los juegos de gestión y simulación a menudo nos ofrecen algunas de las mejores experiencias para los amantes de la estrategia. Hay algo muy satisfactorio para el jugador en ellos: debemos cumplir una serie de criterios objetivos y trabajar lentamente hacia nuestra propia superación. Es el hecho de sentirse satisfecho viendo como nuestra creación funciona como un reloj lo que le da un toque especial a este tipo de juegos. En este caso, tenemos entre manos Project Highrise, el título de SomaSim que aterrizó en Steam en el año 2016. Desde entonces, este estudio independiente de Chicago ha ido ampliando la experiencia de juego añadiendo varias nuevas propuestas jugables en forma de DLCs.
https://www.youtube.com/watch?v=iqWG3ZI-om8
Ahora, la versión que llega a Xbox con el subtítulo de Architect’s Edition incluye todos los DLCs que se han lanzado desde entonces, para que no nos perdamos nada. Project Highrise nos plantea el reto de crear una torre lo suficientemente próspera para sus inquilinos como para nosotros. Tienes la libertad de fabricar un hotel, una oficina de negocios, un centro comercial o una urbanización de apartamentos de lujo.
En un principio, puede parecer una tarea sencilla, pero no lo será. No te confíes: es mucho más que construir bloques de edificios sin ton ni son. Estamos ante un título plagado de opciones y con un nivel de sofisticación muy alto. Construir un edificio diseñado por nosotros mismos no será un trabajo fácil y exigirá que saquemos a relucir el arquitecto que llevamos dentro. ¿Podremos cumplir con las exigencias de nuestros arrendados? Vamos a ello.
Apartado Técnico
En su aspecto visual, Project Highrise apuesta por un estilo minimalista y sencillo sin grandes complicaciones. Pero también peca de ser excesivamente plano y soso. No arriesgar en este aspecto supone exponerse a resultar poco atractivo a simple vista y es lo que ocurre aquí. Tonos demasiado grises, unas animaciones que se llegan a hacer repetitivas y unos diseños que se nos hacen muy reiterativos demasiado pronto. En este sentido, hubiera sido todo un acierto dotar a los inquilinos de nuestro edificio de cierta “vida”.
Y es que los personajes que habitan el edificio que debemos gestionar carecen totalmente de cualquier rasgo de personalidad. Son todos demasiado iguales. Si se hubieran humanizado un poco, el jugador hubiera tenido una experiencia más inmersiva y, al tiempo, atractiva. Hay movimiento, pero, para mi gusto, está excesivamente robotizado. Otro de los apartados donde claramente se queda corto es en todo lo que tiene que ver con el sonido. Los efectos son bastante resultones, pero la música es escasa y demasiado sobria. No ayuda de ninguna manera a crear una atmósfera envolvente. Pasa sin pena ni gloria. Y para rematar la faena, los menús de la pantalla de título son tan sencillos como poco inspirados.
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Jugabilidad
El objetivo principal del juego es expandir nuestro rascacielos constantemente, ampliando sus posibilidades y, lo que es más importante, llenándolo de inquilinos. Su satisfacción será vital para nosotros y tendrá su fundamento en la manera que cubramos sus necesidades, teniendo en cuenta la naturaleza de cada una de ellas. Al principio, sus demandas serán simples y de primera necesidad, como el suministro de electricidad o el acceso telefónico. Sin embargo, a medida que va avanzando la partida, nuestros clientes comienzan a exigirnos mucho más: recogida de basura, servicios de lavandería, portería, calefacción, sistemas anti incendios, etc. Todo para hacer su vida más confortable. De ello depende que cobremos el alquiler de cada uno, ya que, si no están conformes, se marcharán y afectará gravemente a nuestra economía. En Project Highrise interpretamos dos roles. Por un lado, actuamos como arquitecto y, por otro, como promotor inmobiliario. Poniéndonos en la piel del primero, disponemos de todas las herramientas para diseñar y construir nuestro edificio como se nos antoje.
Pronto seremos conscientes de que diseñar un rascacielos no es tarea fácil, ya que tendremos que estar pendientes de muchos factores para que pueda ser habitado sin ningún impedimento. Por ejemplo, todas las estructuras deben tener un acceso físico mediante ascensores. La razón tal vez no la hayas pensado, pero quizá a nuestros inquilinos no les guste subir a un quinto por las escaleras. Pero ojo, necesitamos tenerlas ya que, en caso de incendio o de avería de los ascensores, se puede producir un aislamiento y eso supondría un grave error de diseño del edificio.
Una de las primeras mecánicas que aprendemos es que centralizar todos los suministros de agua, luz y teléfono será importantísimo para poder garantizar la funcionalidad del edificio. No es suficiente con construir un cuadro eléctrico, sino que es indispensable que todas plantas de la estructura estén conectadas físicamente mediante repetidores y distribuidores de agua. Y además, éstas necesitarán tuberías, cables de luz y conexiones telefónicas a cada vivienda. Como veis, el suministro básico de habitabilidad es ya de por sí un proceso de diseño bastante complicado. Pero esto es sólo la punta del iceberg. Pronto nuestros inquilinos empezarán a demandar tiendas, servicios y ocio que, a su vez, crearán unas nuevas necesidades que tendremos que cubrir de la mejor manera posible para que la satisfacción de los clientes vaya en aumento.
Por otra parte, como decía antes, también debemos cumplir con las tareas de promotor inmobiliario, puesto que construir oficinas y apartamentos está bien, pero hay que llenarlos de gente para que sea rentable. Empezaremos construyendo pequeñas oficinas y apartamentos no muy amplios. Nuestros primeros clientes serán modestas agencias de seguros e inquilinos de bajo nivel adquisitivo. ¿La causa? Es sencilla: sus demandas no son muchas. Con los suministros básicos, la agencia de seguros tiene lo necesario para funcionar.
A medida que avancemos, todo se irá complicando, sobre todo cuando comencemos a construir restaurantes, tiendas de electrónica o clínicas médicas, donde no solo necesitarán los suministros básicos, sino que tendremos que empezar a pensar en almacenes, cuartos de basura, sistemas de videovigilancia, extracción de humo y mucho más. Sobre el papel, la propuesta Project Highrise es muy atractiva, pero en realidad no lo es tanto, puesto que la ejecución de su jugabilidad no es la correcta. El juego consta de 7 tutoriales que, además de ser excesivamente breves, solo nos explican las funciones básicas de sus mecánicas. Estos tutoriales, por alguna decisión extraña por parte del estudio, son totalmente ajenos a la jugabilidad y no están integrados durante la propia partida. Este pequeño detalle no solo le pone todo cuesta arriba al jugador, sino que las primeras partidas serán muy tediosas.
Duración
Supone una ardua labor medir la duración de Project Highrise, ya que ésta dependerá de lo ambicioso que queramos que sea nuestro proyecto. En mi caso, creo que decir que se trata de un juego largo no es correcto; sería más adecuado decir que es un juego en el que si queremos aprovechar todas sus posibilidades tendremos que dedicarle muchas horas. Por desgracia, en mi opinión, el título tiende mucho a repetir una y otra vez sus mecánicas, haciéndose muy reiterativo. El jugador se cansa demasiado pronto de hacer siempre lo mismo.
El único aliciente para avanzar es el orgullo del que hablábamos antes de llegar a hacer realidad nuestro rascacielos perfecto. Tenemos a nuestra disposición contratos donde se nos recompensará con una buena inyección de dinero si cumplimos ciertos requisitos. Estos contratos nos proporcionan objetivos a medio plazo y son una motivación para seguir jugando.
Algunas opciones como el modo escenario, añaden mucha durabilidad al juego. En estos escenarios, empezaremos nuestra partida con una estructura ya predefinida y se nos proponen retos concretos muy variados. Es curioso que estos escenarios están inspirados en edificios reales en contextos históricos concretos. Recrearemos edificios emblemáticos de Chicago o Berlin, daremos nueva vida a un centro comercial durante una recesión económica o reconstruiremos un edificio de viviendas después de una catástrofe natural. Sin duda, un aliciente muy atractivo.
Conclusión
Proyect Highrise es un juego con una idea de concepto maravillosa, pero con una accesibilidad muy dura. Aún jugando todos los tutoriales, la sensación de abandono en la que nos deja el juego nos provoca frustración y por ello cometeremos algunos errores de diseño que nos empujarán hacia la opción de “nueva partida”. Unos primeros niveles guiados mediante consejos, tutoriales implantados en su jugabilidad o los típicos tips o consejos le hubiesen sentado genial al título, haciéndolo menos tedioso y más llevadero. Un juego muy Hardcore que complacerá a los amantes de los “Tycoon”, pero que resultará tedioso para los menos iniciados en el género.