Os traemos el análisis de I Am Dead, una experiencia sensorial que reivindica la importancia de los recuerdos y el proceso del duelo.
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Cuando alguien pregunta qué es la vida, hay respuestas de todos los colores, ya que es una pretensión más antigua que el propio pensamiento humano. Por un lado, la vida vendría a ser un conjunto de situaciones, desafíos, alegrías y pérdidas; un proceso que requiere una adaptación y un ajuste continuo para poder mantenerse. Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Eso desde un punto de vista biológico, pero hay otras visiones que son completamente diferentes y que reivindican la importancia de confiar en nuestros sentimientos, en encontrar la felicidad, valorar los recuerdos…
Por consiguiente, la muerte es el destino inevitable de todo ser humano, una etapa en la vida que constituye el horizonte natural del proceso vital. Es la culminación prevista de la vida, aunque incierta en cuanto a cuánto y cómo ha de producirse. Es algo que forma parte de nosotros y que también afecta la vida de quienes nos rodean. En los videojuegos, en cambio, la muerte es frecuente, corriente e interactiva, a veces sinónimo de victoria. Si bien, también se han buscado ofrecer nuevas fórmulas para incluir la muerte de manera más ética, veraz y humana mediante el proceso del duelo.
Llevando a cabo una reflexión sobre el significado de la vida, I Am Dead nos propone un viaje más allá de la muerte. Un viaje protagonizado por Morris Lupton, conservador del museo de la pequeña isla de Shelmerston, recientemente fallecido, que se reúne con su perra Sparky con el fin de evitar un desastre que está a punto de destruir la isla. Más concretamente, desenterrando una serie de fantasmas que andan perdidos.
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Apartado técnico
Compuesto de formas simples, I Am Dead hace gala de un diseño artístico sumamente colorido y sin grandes pretensiones. Desde un faro convertido en una especie de retiro para hacer yoga hasta zonas mucho más boscosas, donde la flora y la vida se abren camino, la obra que nos ocupa no pretende en ningún momento explotar las capacidades técnicas de la consola. De hecho, la naturaleza del videojuego indie y su carácter innovador o divergente se hace patente en cada uno de los escenarios que recorremos.
Aun así, los efectos visuales complementan la jugabilidad y todo funciona con soltura, dando la sensación de estar viviendo constantemente una aventura que exuda vida por los cuatro costados.
Jugabilidad
La forma como percibimos visualmente el mundo varía entre una persona y otra. Literalmente, las personas ven de manera diferente hasta en los casos más simples, como por ejemplo la ubicación de un plato sobre una mesa. Por esta razón, podría entenderse que los muertos perciben las cosas de manera distinta en detrimento a todo ser vivo que se precie. Al menos, eso es lo que nos quiere hacer entender la obra desarrollada por la gente de Hollow Ponds y Richard Hogg.
Recurriendo a una serie de dioramas que componen la isla de Shelmerston, I Am Dead es un juego de exploración en el que el espacio no tiene límites y en el que cualquier objeto puede ser inspeccionado de la forma inverosímil posible. En otras palabras, es lo más parecido a un juego que posee algunas reminiscencias con respecto a Ghost Trick. Un juego que pone de manifiesto las nociones y emociones de los objetos. Sí, podríamos cuestionar por qué un objeto nos causa una emoción, cuando este no tiene sentimientos propios que nos provocan esos recuerdos agradables o desagradables.
Sin embargo, vemos que al final el objeto percibido por nuestros sentidos provoca un sentimiento; nos cuenta una historia. A lo largo de nuestra aventura, iremos realizando una investigación exhaustiva cuyas mecánicas algo toscas funcionan de la misma manera desde que nos hacemos a los mandos hasta los créditos finales, y que se amparan sobre todo en tocar y observar todo lo que nos rodea, simplemente porque podemos, porque somos seres errantes. No obstante, también es un trabajo de memoria y construcción narrativa centrado en los recuerdos de los habitantes a los que observamos.
Dicho de otra manera, tenemos la capacidad de mirar el interior de las personas para revelar sus recuerdos. Somos testigos de cómo la tristeza por la pérdida, el pesar por la proyección de un futuro sin la persona a la que estas echan de menos, son una fase más de la vida, y un camino que comienza para los que siguen en ella. Desde los ojos de nuestro protagonista, estos recuerdos nos permiten reflexionar sobre las diferentes etapas del duelo y las huellas que dejan las personas, otorgando un significado al sentido de la vida.
Duración
El carácter efímero de la vida es una expresión muy usada en todo el mundo para recordarnos que la vida es pasajera, y que, por eso, es imprescindible que cada momento se viva de forma intensa. Los senderos de la muerte, en cambio, son inciertos, dado que representan esa eternidad que supura y supera la vida desde el punto de vista de todo ser vivo. A este respecto, I Am Dead nos invita a vivir sin prisas un desarrollo que se extiende hasta las 4-5 horas de aventura mientras investigamos la memoria de los habitantes de la isla.
Empero, puede ser algo menos, no más de tres, si hacemos caso omiso de los Grenkings, unos pequeños espíritus coleccionables que se pueden conseguir alterando la perspectiva de determinados objetos hasta conseguir las siluetas correctas y que podemos encontrar en cada localización del juego.
Conclusión
Viajar es ir a un lugar lejano en busca de nuevas experiencias, pero es mucho más que eso. A través de un puñado de estímulos sensoriales como los sonidos, I Am Dead es una experiencia que nos recuerda que muchas ausencias siguen siendo abismos de dolor en nuestra memoria, porque nos dejaron sin poder darles un adiós apropiado. Asimismo, reivindica por medio de sus mecánicas las capas de la personalidad, desde los hábitos y estilo de vida hasta lo que hay más allá de las personas. Pero sobre todo, tiene una especial vocación por la convivialidad y el amor.
Porque los que nos aman jamás nos dejan, siempre estarán en nuestro corazón.
Agradecemos a Annapurna Interactive el material proporcionado para realizar este análisis.
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Apartado técnico75/100
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Jugabilidad70/100
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Duración80/100
Lo bueno
- Su reflexión sobre la vida y la muerte.
- El trabajo de memoria y construcción narrativa centrado en los recuerdos de los habitantes.
- La posibilidad de toca y observar todo lo que nos rodea.
Lo malo
- Los controles pueden resultar algo toscos.
- Puestos a rizar el rizo, las mecánicas no evolucionan en toda la aventura.