Nos adentramos en el onírico mundo del prometedor FE para descubrir si Electronic Arts apostó sobre seguro con este sorprendente proyecto.
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En el E3 2016, Electronic Arts hizo un hueco a algo que no esperábamos, con su apartado EA Originals. Un juego llamado FE, se presentaba llenando de ilusión a aquellos que seguían la estela que la gran editora parecía no olvidar cuando comenzó con Unravel. De alguna manera, este tipo de juegos independientes están tomando un hueco que se ha generado de forma natural conforme se ha ido observando incluso más distanciamiento entre los títulos AAA de gran presupuesto y los juegos de estudios más modestos.
Sin embargo, el placer que hace sentir a los jugadores algunos títulos con menos pretensiones de ventas, es mucho mayor en más ocasiones de las que esperamos: Little Nightmares, Firewatch, What Remains of Edith Finch y el ya nombrado Unravel, son juegos con mensaje, con menos prejuicios, que lo único que pretenden es llegar a los sentimientos del jugador, ya sea para empatizar, aterrorizar o llenarnos de emoción. FE es un giro sorprendente de los suecos de Zoink Games, de los que hasta ahora hemos recibido títulos que poco tenían que ver con este, ni en temática, ni gráficamente, como Zombie Vikings o el más conocido Stick it to the man!.
Las primeras comparaciones en los vídeos de FE eran evidentes: se parecía mucho a Ori and the Blind Forest. Al menos en esencia. Permitidme ser ambiguo en este aspecto, porque aunque en un principio de la aventura si que se nota totalmente diferente, siendo FE un título un plataformas 3D algo light y Ori un 2D con fondo bastante hardcore de dificultad, ambos siguen las normas básicas con las que se puede definir un tipo de título al que últimamente se recurre mucho: estilo metroidvania.
En FE seremos un pequeño cachorro que aparece en mitad del bosque como si hubiéramos venido directamente desde el cielo, junto a otros iguales que nosotros. Nos sentiremos perdidos, sin saber que hacer, pero pronto nos daremos cuenta que los animales del bosque sufren la opresión de los llamados “Silent ones” o silenciosos. Nuestro protagonista se verá empujado a interactuar con el resto de seres vivos y su entorno para poder avanzar a través del pequeño mundo abierto que se irá abriendo ante el jugador. La estética podría despistarnos en un principio, pero estamos ante un plataformas muy sólido, con algunas mecánicas originales que merece la pena tener en cuenta.
Apartado técnico
FE es un juego que entra por los ojos: la combinación del uso de la paleta de colores pasteles y la simplicidad de diseño con el estilo low-poly (baja cantidad de polígonos), hacen que el usuario tenga la sensación de estar navegando por una especie de sueño onírico que nos deja maravillados con la belleza de cada escena.
Un trabajo brutal el de los chic@s de Zoink! en este complicado aspecto, porque mientras el 90% del tiempo nos lo pasamos anonadados con lo que se muestra en pantalla, hay algunos momentos en los que ese mismo colorido, y el poco detalle poligonal provocará que nos despistemos en entornos que no se diferencian entre sí e incluso lleguemos a “desconectar” con el juego. Precisamente esto pasa de igual manera con el apartado sonoro de FE, las notas suaves y armónicas que dominan el conjunto nos ponen en situación y la magia que provocan es tal que será complicado diferenciar el sonido emitido por las criaturas fundiéndose con las pistas musicales.
Algo que se vuelve a romper precisamente por su cualidad de título metroidvania, y es que en algunas ocasiones, estas pistas son fácilmente identificables por zonas, con lo que la magia se rompe cuando encontramos ese patrón de repetición. No obstante, son detalles que no perjudican al título, pero que si le faltan ese toque especial que lo harían convertirse en un clásico indie y pasar del notable al sobresaliente.
Con respecto al rendimiento, no debemos temer en absoluto. Aunque no sepamos la resolución exacta a la que funciona el título, si que podemos afirmar que está mejorado para Xbox One X y que cuenta con aumento de pixeles importante que deja la imagen absolutamente limpia de bordes dentados, que prácticamente son inexistentes. con respecto a la versión para Xbox One S, que también se ve genial. Los 30fps se mantienen como rocas en ambos casos, y con las características jugables de FE no se percibe una necesidad de los 60fps, más allá de la simple mejora.
Jugabilidad
Los principios jugables de FE se sustentan en 3 pilares: La comunicación, la exploración y el plataformeo. La propuesta es bien básica, pero a FE le cuesta mucho explicarse a sí mismo al principio. Comenzaremos la aventura totalmente despistados y sin más remedio que ir hacia delante para ir descubriendo todo por nosotros mismos. Con pequeños iconos y el botón a pulsar, el juego nos irá indicando las distintas acciones disponibles la primera vez que nos enfrentemos a ellas, para luego dejarnos a nuestro libre albedrío. Todo es muy básico y no deberíamos de tener mucho problema después de la primera media hora –personalmente, no lo hemos tenido-, sobre todo debido al gran trabajo realizado para guiar al jugador.
Nuestro pequeño cachorro tiene una habilidad que marca el devenir de la aventura: Es capaz de comunicarse con el entorno y con el resto de animales emitiendo una especie de canto. Sin embargo, al principio solo nos podremos relacionar con un tipo de criaturas, con una mecánica efectiva: el gatillo derecho del mando establece la intensidad de nuestro canto, que debemos afinar para establecer esa comunicación. Es una práctica que continuará durante todo el juego y que evolucionará conforme avancemos en la aventura y es que tendremos que ir liberando uno de los grandes animales de cada zona, para que nos enseñe su canto.
Precisamente, el poder comunicarnos de maneras diferentes, no solo nos permitirá interactuar con los animales, si no que también ganaremos sus habilidades con el entorno, para activar nuevos accesos y poder seguir explorando, como flores que nos elevan o puertas cubiertas por vegetación que se apartarán con nuestro canto. Junto a la comunicación, podremos ganar habilidades mayores y permanentes, que solo conseguiremos con la obtención de unos cristales rosados que están bien escondidos por el mapa. Cosas como poder escalar árboles, correr más o planear, entre un total de 6 nos servirán para poder explorar más concienzudamente la totalidad del mapa.
Y no todo son pajaritos en el campo, los Silenciosos serán nuestros enemigos imbatibles, de los que nos tendremos que esconder para que no nos paralicen y tengamos que reiniciar la partida. Estos intentarán constantemente corrompir el bosque y nosotros nos encargaremos de detenerlos con nuestras habilidades. Pronto nos daremos cuenta de que no son tan poderosos como aparentan y las distintas maneras de abordar los enfrentamientos se resolverán como si fueran puzzles más que como si un juego de sigilo se tratara.
La exploración y la manera en la que el juego nos guía puede parecer caótico en un principio. Pero pronto nos daremos cuenta que el “sistema de navegación” propuesto es intuitivo, poco invasivo y hasta simpático. En las partes más lineales, tendremos que fijarnos en algunos animales que nos indican el camino o nosotros tendremos que indicárselo a ellos. Normalmente todo queda claro, pero si nos perdemos o despistamos, tendremos la opción de llamar a un pajarito –insertar emoji- para que nos guie hacia donde deberíamos ir. Y por si no fuera poco, en el propio mapa, una gema verde nos indicará la dirección aproximada a seguir, aunque la podremos desactivar desde el menú de opciones.
En general, todas las mecánicas descritas sirven para terminar desarrollando un plataformas 3D muy light, de baja dificultad, para que el jugador use más la cabeza para resolver los intuitivos puzzles presentados de forma «viva» en lugar de poner cada vez más lejos el siguiente borde al que agarrarnos. Pero que resulta muy entretenido y cómodo de jugar, para que de la sensación de viaje agradable en el que la historia, narrada absolutamente sin ninguna clase de textos, fluya a través de la pantalla.
Duración
En un indie de estas características, la duración no suele ser un problema, supera a la media, y además es completamente rejugable. En nuestra experiencia, hemos ido algo directos a superar el juego y no se han llegado a rozar las 7 horas de partida, pero eso no significa que sea tan corto. De hecho, es algo que nos ha encantado. Al contrario de lo que pasaba con otro conocidísimo por vosotros metroidvania, ReCore, FE no te limita el camino hacia adelante más allá de las necesarias habilidades.
Sin embargo, si que ofrece una gran cantidad de terreno a explorar, que junto a tus habilidades, disfrutarás de una manera más plataformera que lo que propone la historia principal. Con muros que descubrir, gemas rosadas que encontrar y recuerdos de los Silenciosos que desvelar -en ellos nos pondremos en la piel de estos misteriosos Aliens-, el título se puede alargar lo suficiente y de una manera no artificial, mientras seguimos explorando. De hecho, cuando terminemos el juego, tendremos disponible todo el mapeado para seguir con la partida. Si sois cazadores de logros, hay unos pocos muy golosos (100G) fáciles de conseguir.
Conclusiones
FE no nos llamaba especialmente la atención. Parece que esto de la moda indie de innovar gráficamente simplificando el escenario no nos terminaba de cuajar. Pero una vez más, y encantados, debemos de admitir que nos ha dejado sin palabras. El título de Zoink Games, no solo consigue que nos encariñemos de un preciosista apartado visual, si no que se muestra como un plataformas 3D diferente a lo habitual, que se desarrolla con la misma armonía con la que cae una hoja al suelo en mitad del bosque.
La paleta de colores que se usa en cada momento, no solo tiene un sentido estético, si no también sentimental, mientras el morado, el azul o el rosa representan ciclos de exploración y descubrimiento, el amarillo o el naranja se personan en los momentos de tensión en los que los Silenciosos dominan la escena o el bosque se encuentra corrompido. Pero claro, no debemos de olvidar que se trata de un juego. Y aunque su jugabilidad sea buena, estaremos luchando constantemente con los controles del protagonista. No porque no se sientan fluidos, si no porque el motor de físicas, seguramente debido al uso de Unity, no parece terminar de resolver ese puntito para que FE sea totalmente cómodo en su manejo.
Podéis compararlo con Ori and the Blind Forest, por la estética, la evolución de las habilidades o que se desarrolla en un bosque. Pero en esencia y en manejo, se parece más a un plataformas 3D. Su esencia onírica se encarga de hacer el resto.
*Gracias a Electronic Arts por habernos proporcionado el material para la review.