Analizamos Conarium, un acercamiento al horror de las historias de H.P Lovecraft, que acaba quedándose un tanto a medio gas.
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El Conarium, o glándula pineal es un pequeño apéncide en nuestro cerebro con forma de piña, encargado de producir melatonina, y relacionado íntimamente con los sueños, la fantasía, y las alucinaciones. A pesar de llevar tan excelso nombre, Conarium termina no siendo un juego demasiado imaginativo. Basado en los cuentos de Lovecraft, Conarium nos propone una aventura más de misterio que de terror, del tipo walking simulator que falla en conseguir una historia destacable, o unos puzzles originales y retadores.Nos pondremos a los mandos de un científico que despierta sin memoria en una basa antártica vacía. A lo largo de la aventura deberás reconstruir los hechos que os llevaron allí, y lo que ha ocurrido con el resto de expedicionarios.
A pesar de algunos destellos de genio, de los que ya hablaremos más extensamente a lo largo del análisis, el problema de Conarium está en el exceso de seriedad artesana del equipo de Zoetrope Interactive, que dan la impresión de no haberse divertido demasiado en la elaboración del guión, ni elaborando el esqueleto jugable de Conarium. En este sentido contrasta un tanto con la reciente obra de Cyanide, Call of Cthulhu que a pesar de sus defectos, sí intentaba ofrecer cierta variedad y caos, y se hundía decididamente en las acogedoras aguas de la serie b en su guión.
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Apartado técnico
Los primeros momentos en Conarium son ciertamente impresionantes. Teniendo en cuenta el carácter indie del juego, hay que decir que en cuanto a escenarios se le ha sacado mucho jugo a Unreal Engine, y que el juego tiene en ese diseño artístico y de escenarios, seguramente su punto más brillante. El rendimiento es otro cantar, el juego tiene bastantes bajadas de fps no requiriendo momentos de mucha carga gráfica para que esto ocurra. No es un gran problema de cualquier forma ya que el juego no es precisamente una aventura de acción trepidanete, pero no se puede negar que resulta molesto.
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Las cargas a la hora de empezar nuestra partida, o pasar de algunos escenarios a otros también es un tanto demasiado larga, dando a entender que la optimización de recursos se ha quedado en un segundo plano para el equipo de Zoetrope. Esta primera impresión tan buena a nivel estético se va apagando cuando al juego empieza a vérsele el cartón al utilizar efectos como el fuego o la electricidad en algunas partes, que están elaborados de forma un tanto chapucera.
En cuando al sonido, apartado en el que los juegos de terror y misterio suelen echar el resto y brillar, Conarium falla. El catálogo de efectos de sonido es tan limitado, o están estos tan mal encriptados, que en más de una ocasión llegaremos a aprendernos algunos de estos efectos de tanto que suenan. El crepitar del fuego o el sonido de nuestras pisadas en una caverna sonarán igual una y otra vez. Esto es especialmente sangrante si tenemos en cuenta que estamos ante un port de un juego que ya apareció en 2017 en PC, y que sus responsables han tenido dos años para arreglar este tipo de defectos, y el lanzamiento en consolas como oportunidad para redimirse. En cualquier caso esto no significa que la parte más importante en este tipo de juegos, la actuación de los dobladores, no esté a gran altura y que estos sepan dotar al juego de un nuevo aspecto a destacar positivamente.
Jugabilidad
Como decíamos en la introducción, Conarium es un juego del tipo walking simulator, como tantos juegos de terror y misterio de los últimos años, en el que ante una amenaza (que tampoco abundan) solo tendremos la oportunidad de huir. Podremos revisar gran parte de los objetos de la base antártica, reunir coleccionables, y testimonios escritos o grabados sobre los eventos ocurridos a tus compañeros o a ti mismo. Gracias a todos estos objetos irás reconstruyendo una historia que promete más misterio, y en definitiva, un horror mucho más cósmico, que el es capaz de poder ofrecer finalmente. En nuestro camino nos tropezaremos con algunos acertijos y puzzles, todos bastante sencillos y la mayoría consistentes en tener el objeto adecuado para seguir adelante en nuestro avance a las profundidades de la base.
El desafío es mínimo, y esto podría incluso ser de agradecer si el discurrir de la historia fuera más emocionante, pero en Conarium todo lo trepidante parece haber ocurrido antes de que empezara el juego. Conarium no tiene mal control, y no es ningún desastre en ninguno de los sub apartados de los que se compone su jugabilidad, pero no es demasiado brillante tampoco y el equipo de desarrollo no parece haber tenido fuerza o ganas de añadir algún toque de originalidad o experimentación aquí. Si eres fan del género te agradará, pero también notarás que estás ante un juego de sota, caballo, y rey.
Duración
Conarium no es, bajo ningún concepto, un juego largo pero aún así no tiene una duración demasiado contenida y es capaz de intentar de forma muy inteligente alargar su vida mediante algunos pequeños trucos, que no por muy vistos están mal implementados. Las algo más de cinco horas que puede durar el juego sin querer abarcar demasiado en cuanto a recolección de objetos, pueden convertirse fácilmente en siete u ocho si eres una de esas personas completistas que no puede dejar una anotación por revisar.
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Además, nos recompensará con jugosos logros por nuestra labor de archiveros, lo que lo hará una tarea sin duda más agradable. Además el juego tiene más de un final, y aunque esto no alargue demasiado el tiempo de juego, ya que es posible salvar justo antes de tener que tomar determinada elección, lo cierto es que todo aditamento es bien recibido.
Así pues Conarium si bien es breve, dura lo que tiene que durar para conseguir contar la historia que tiene pensado contar, que dada la rigidez jugable, y la poca enjundia de sus puzzles, es aquí lo más importante. Se hubiera agradecido más misterio, más horror, y mayores concesiones al impacto aunque las que hay son de bastante calidad (la cabeza mecánica). Si eres un entusiasta del género, o del propio Lovecraft no te quedarás con las ganas. Las posibilidades de rejugabilidad parecen escasas, pero Conarium es esencialmente un camino de un solo sentido.
Conclusión
Uno pasa por Conarium con la sensación de que, tal y como ya hemos señalado, gran parte de la acción ha ocurrido antes de que empezáramos, y el juego termina también con la sensación de que la trama, con las oscuras implicaciones que lo descubierto en el antártico podrían tener consecuencias para la humanidad entera, aún por determinarse. Quizá el equipo de Zoetrope no está demasiado capacitado para el horror, a pesar de que sin duda son admiradores de la obra de Lovecraft, y parecen haber tenido miedo en muchas ocasiones de tirarse al fango.
Conarium es un juego más que decente, no me entendáis mal, y con un guión bien estructurado y que no termina de forma abrupta, o sin dar al jugador las explicaciones pertinentes. Simplemente es que la sensación de que podría haberse profundizado más, y que sus creadores podrían haberse divertido más con el material que tenían entre manos, no nos abandona en casi ningún momento.
*Gracias a Zoetrope por habernos proporcionado el material para la review.
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Apartado técnico70/100
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Jugabilidad70/100
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Duración80/100
Lo bueno
- El diseño de escenarios.
- Duración adecuada a su propuesta.
Lo malo
- Poca imaginación.
- Sonidos repetitivos.