Análisis de Breakers Collection

Capcom llegaba con Street Fighter 2 a cambiar la realidad de los salones de recreativas del mundo entero. Esta innegable realidad impulsó a un sinnúmero de compañías a intentar obtener una porción del mercado que estaba totalmente dominado por Ryu, Ken y el resto de los luchadores que los acompañaban. Ya se veía venir el ocaso de los “yo contra el barrio” que tantas alegrías daban y de los shmups que eran la forma más rápida de perder una de nuestras preciadas monedas.

Con el advenimiento de Street Fighter 2, casi todos los desarrolladores del planeta se volcaron a los títulos de pelea, con resultados variados. Mortal Kombat fue un juego que lo cambió todo, y si bien siempre existió esa pregunta maliciosa de “¿qué te gusta más, Street Fighter o Mortal Kombat?” el mercado dio espacio para ambos, porque si bien compartían género eran cosas bien distintas. Ahora SNK con sus Fatal Fury, Art of Fighting y sus The King of Fighters ya tuvo las cosas más difíciles pero se supo hacer de un lugar a base de calidad y con una consistencia que supo materializar año tras año con esfuerzo.

En ese escenario peleado, peleadísimo, aparece Breakers. Un título más que desconocido que llegaba de la mano de un desarrollador más desconocido aún: Visco Corporation, que siempre operó bajo el paraguas de Taito y por ende era un nombre para nada familiar por sí solo. La empresa desarrolló incluso placas de recreativas con SEGA y sigue activa al día de hoy con tragamonedas que exporta a todo Asia, pero volvamos a lo que nos compete, Breakers.

El panorama no era muy favorable para Breakers, pero sumado a todo lo anterior estaba el año de salida: 1996. Para los jóvenes que lean esto, en esos años empezaba la declive de lo 2D y las empresas comenzaban a expandirse a una dimensión más, SEGA rompía esquemas con Virtua Fighter y Namco hacía lo propio con el primer Tekken. Del lado 2D ya estaban Street Fighter Alpha 2 y The King of Fighters 97, para Breakers, la guerra estaba perdida antes de empezar a combatir.

Pero a veces la vida brinda segundas oportunidades, incluso la propia industria de los videojuegos. Últimamente, muchos jugadores se han visto a la caza de títulos que, aunque buenos, nunca fueron populares o simplemente pasaron sin pena ni gloria, todas características de Breakers. Y así es como un cuarto de siglo después de su salida original, el título de Visco tuvo su revancha.

Esta nueva colección está desarrollada y publicada por los queridos brasileños de QUByte Interactive y posee dos entregas diferentes: Breakers de 1996, y Breakers Revenge, que se lanzó dos años más tarde, en 1998, y es una versión ampliada y mejorada del título original con algunos extras.

Si vamos a la historia del juego, veremos a los luchadores enfrentarse en el Fighting Instinct Tournament, o F.I.S.T, que es otro torneo misterioso de artes marciales plagado de combates mortales y patrocinado por un misterioso benefactor que parece no tener mucho que hacer con su dinero. Por supuesto que cada uno de los 10 luchadores tiene su propia motivación para llegar a la final y hacerse con el premio, como siempre sucede.

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Apartado técnico

Visualmente el juego sorprenderá gratamente a los amantes de los píxeles con un gran trabajo de reescalado de la resolución del título original para adaptarlo a las pantallas más modernas con sus correspondientes  resoluciones. Como sucede en muchos casos de recopilaciones clásicas, las pantallas tienen un marco que puede cambiarse para ayudar a mantener las proporciones de los gráficos.

Breakers ayuda de por sí ya que los colores vistosos de sus personajes y escenarios han envejecido muy bien y se destacan en las configuraciones modernas.

A nivel sonoro, sin dejar melodías entrañables como las de Street Fighter 2, los dos Breakers gozan de buenos recursos en este ámbito y la acción en pantalla se hace mucho más trepidante con cada una de las canciones que acompañan a los luchadores.

Me hubiese gustado que QUByte incluyese algunas funciones modernas de producciones similares como la posibilidad de rebobinar o guardar el juego en cualquier momento, pero lamentablemente estas funciones quedaron afuera.

El juego se mantiene en su inglés original del que no salió, pero creo que no hubiera sido una mala idea localizarlo a varios idiomas, más teniendo en cuenta el país del cuál son oriundos los desarrolladores de la recopilación.

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Jugabilidad

Breakers no ostenta un gran árbol de posibilidades para el combate. El sistema de controles se afianza en los cuatro botones tradicionales de SNK sumándose los lances, los movimientos especiales de cada luchador y los Supers que se pueden realizar con cada contendiente, los cuales son varios por luchador, lo que ofrece una variedad que es más que bienvenida. Los desplazamientos también juegan un rol fundamental en los enfrentamientos, si bien no hay saltos dobles, “parries”, o este cambio de plano tan común en títulos como Fatal Fury, los retrocesos y avances rápidos pueden marcar la diferencia entre una feliz victoria o la más amarga de las derrotas.

Esto puede ser visto por varios como un punto negativo, pero yo creo que muy por el contrario, el encanto de Breakers y Breakers Revenge está en lo simples que son. Cualquiera puede tomar un mando, jugar y divertirse sin problemas, como antes, sin tener que pasar por 5 carreras de ingeniería y 7 tutoriales para saber cómo lanzarle una magia al oponente. Como un buen juego de pelea, estas entregas demandan mucho para quienes quieran dominarlas, pero exigen poco al jugador casual, lo cual es encomiable.

El sistema de “meters” brinda un sistema equilibrado entre lo que es ataque y defensa, lo que se traduce en la posibilidad de poder ejecutar varios Supers seguidos, aunque también son muy fáciles de cancelar por los oponentes con una simple magia o un golpe de lo más casual, por lo que saber cómo romper las defensas también es parte del encanto del título.

Los combates muchas veces son vertiginosos hasta los últimos segundos, me ha pasado durante el análisis que, jugando contra la IA, estaba ganando holgadamente y terminé recibiendo una paliza que le dolió más a mi ego que a mi personaje. No dejar al oponente caer y mantenerlo en el aire a base de golpes y combos es clave para dominar las luchas.

Si bien son obvias las similitudes que podemos encontrar con los personajes de Street Fighter 2, ya sea en personalidad como en la forma de realizar distintos movimientos, una factor tremendamente original que ahora mismo no recuerdo haber visto en otro juego, es que cuando nuestro personaje se enfrenta a su copia, esta tiene otro nombre y una historia un poco diferente, algo realmente interesante.

En esta compilación, Breakers y Breakers Revenge conservan sus modos arcade e incorporan el Team Battle, ausente en las ediciones originales. A su vez, se añadió también el Training Mod que permite ver el nivel de daño de cada personaje a la vez que practicar los movimientos de cada luchador, información a la que tendremos acceso desde el menú de pausa.

Las batallas en línea no demoran y la conectividad siempre se mantuvo a un nivel muy alto durante el transcurso del análisis. Mientras se espera también tenemos un modo espectador que permite visualizar otras partidas antes de salir a darlo todo en el combate. Cabe destacar que la recopilación tiene rollback netcode y crossplay para todas las plataformas.

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Duración

No creo que Breakers Collection sea un juego que atraiga a un público que busque una aventura que demore horas en finalizar, y ciertamente no estamos ante este tipo de producción. Los combates son rápidos, de menos de un minuto por round y están pensados para que se una experiencia que consuma un tiempo desmedido.

Como aliciente a la rejugabilidad está la posibilidad de terminar la historia con todos los personajes y obtener distintas piezas de arte relacionadas al juego, muchas de las cuales valen mucho la pena.

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Conclusión

Una compilación que apunta a un público muy específico que hasta ahora había podido disfrutar de Breakers y Breakers Revenge en la recreativa original o recayendo en la fiel emulación. Pero para estos fans, y alguno nuevo que seguro se sumará a las filas de este clásico olvidado, la experiencia que brinda la producción de QUByte no podría ser mejor. Es simple, es divertida, es desafiante y revive lo mejor de una época. Solo podemos pedir que sigan trayendo estas perlas casi olvidadas.