Análisis de Atelier Marie Remake: The Alchemist of Salburg

Amenazas terribles surgen de cada esquina mientras el mundo entero se retuerce y se distorsiona a su alrededor. Un grupo de héroes son puestos ante la adversidad de momentos complicados para demostrar su determinación. La épica y la acción están garantizadas. Así son las raíces del JRPG, un subgénero más clásico dentro del género nacido de la perseverancia, la humildad y el positivismo. Uno que mezcla con destreza combates con espadas y hechizos a través de una aventura para salvar el mundo. Todo tiene que ser grandilocuente y poner de manifiesto aspiraciones filosóficas y sentimentales.

Ahora bien, ¿qué pasaría si se llevara a cabo una hoja de ruta para reactivar y transformar una propuesta que a veces ha pecado de ser extremadamente conservadora? Porque eso es lo que encontramos en la saga Atelier, una franquicia especialmente prolífica y auspiciada por la veteranía de un puñado de desarrolladores que buscaban un buen ejemplo de JRPG diferentes al resto de las vacas sagradas. En este caso, una experiencia chill out, considerada de segunda división, que poco a poco está despertando el interés del público occidental más allá del país del sol naciente.

Un interés que vuelve a cobrar un especial protagonismo con el lanzamiento de Atelier Marie Remake: The Alchemist of Salburg, una aventura RPG despreocupada y alegre, y una puesta al día de la propuesta lanzada allá por el año 1997. Una aventura en la que Marie, parte protagónica del juego, no está teniendo mucho éxito en sus estudios de alquimia. Sin embargo, un día, su profesora le entrega su propio atelier como parte de un examen de graduación especial. Y para graduarse, Marie deberá crear un objeto que impresione a su profesora.

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Apartado técnico

Dando un especial valor al carácter expresivo del arte, tanto a nivel productivo, recogiendo materiales, combatiendo a mansalva e ideando nuevas recetas, como a nivel contemplativo, las distintas localizaciones que recorremos a lo largo de la aventura no se reducen únicamente a un puñado de estampas genéricas. Hay lugar para la fantasía con un potencial imaginativo entre el soñar y el percibir.

Por lo demás, a nivel gráfico se trata de un juego (en completo inglés) rehecho completamente desde cero que abandona por completo la apariencia del título original para abrazar un nuevo y curioso estilo visual tridimensional que emula el estar ante un diorama que cobra vida, dándole tanto a sus personajes como sus escenarios un toque muy particular.

De hecho, para conseguir esto se ha hecho un uso magistral del efecto diorama, también conocido como ilusión diorama, Tilt–shift o miniatura tilt-shift, un efecto o ilusión óptica, conseguida normalmente mediante un proceso de edición digital, por el cual una escena de tamaño natural se modifica para que parezca una miniatura. Es algo muy parecido a lo visto en otros remakes como The Legend of Zelda: Link’s Awakening.

Jugabilidad

Por muchos es sabido que la importancia real de la franquicia Atelier reside en la alquimia y el progreso en la fabricación. Sin embargo, Marie no es la típica joven sabedora de cuán interesante es este elemento en el mundo material. La historia de la misma es larga y tiene un sinfín de aplicaciones, desde el uso de remedios químicos por vía oral, hasta habilidades basadas en el combate. En otras palabras, la alquimia es la más antigua de las artes artífices, y su versatilidad ha sido muy valorada tanto en tiempos de guerra como de paz.

Una vez más, el deseo de ser la mejor versión de uno mismo, ese afán por progresar, por convertirnos en mejores personas, se aplica en Atelier Marie Remake: The Alchemist of Salburg. Empero, también hace un ejercicio de retrospectiva que nos muestra todo el camino que hemos recorrido. Un camino que remarca nuevamente la importancia de la alquimia, que sigue una estela mecánica muy similar a la de pasadas iteraciones, así como la creciente colección de hechos experimentales que vamos llevando a cabo.

Somos alquimistas destinados a combinar ensayo y error, una serie de elementos diversos, a lo largo de nuestra vida en pos de conquistar los propósitos y anhelos de todas las personas que viven en la ciudad de Salburg. Durante todo el transcurso del juego, tratamos de identificar el tipo de problema, nos centramos en una solución, generamos alternativas de acción y tomamos una para finalmente resolver el problema. En otras palabras, intentamos ser profesionales dedicando nuestro tiempo y pasión para con la alquimia. Aspiramos a ser felices y alcanzar esta felicidad hacia el resto.

Por otra parte, todo JRPG parece necesitar conflictos, con sus combates por turnos y muchas subidas de niveles, ya que eso implica que nos volvemos cada vez más poderosos. Implica que estamos creciendo y que hay un proceso de transformación para con sus personajes. Pero, ¿debe ser obligatorio que Atelier Marie Remake: The Alchemist of Salburg o cualquier otra obra que se precie, abrace la necesidad de combatir? Porque su verdadera naturaleza, la naturaleza del juego que nos ocupa, es otra bien distinta. La reacción ante un conflicto, una injusticia o algo que no cuadra con la ética de la protagonista, le resulta pavorosa, aunque su hermana sea de armas tomar.

Por desgracia, no puede escapar de lo inevitable y termina volviendo para plantarse frente a nosotros. Y por supuesto que funciona, pero eso es irrelevante con respecto al hecho de que no lo necesita. Al final, es una herramienta al servicio de un fin mayor. Una herramienta que pone de manifiesto unas mecánicas bastante clásicas y ligadas a las raíces del subgénero JRPG, determinadas por ataques encadenados como uno de los mayores reclamos.

Duración

En la mayoría de los títulos de la serie Atelier existe un sistema de tiempo en el que el jugador tiene que cumplir con los objetivos antes de que el plazo llegue a su fin. Desempeñamos con plazos ajustados de resolución, reportando en los días siguiente al cierre para la mayoría de nuestras tareas. Empero, el tiempo es casi irrelevante en la obra de marras. Cierto, tenemos que adaptarnos a ciertas rutinas y es importante seguir un orden al mismo tiempo que aceptamos todas las decisiones que el resto de habitantes pueden o no quieran tomar.

Sí, tenemos un examen que aprobar dentro de un tiempo límite, no obstante, es una obra que nos enseña a concretar nuestras aspiraciones para ser una mejor persona y los distintos ámbitos a explorar para dialogar con nuestra realidad, sin presiones de tiempo innecesarias. Una obra que puede extenderse más allá de las 20 horas.

Conclusión

En el paso de la infancia enterramos bajo las obligaciones muchos sueños. La madurez viene acompañada casi siempre del temido “baño de realidad”. El futuro, que para los más pequeños tenía un horizonte casi infinito de posibilidades, se puede estrechar hasta convertirse en una vía de sentido único. Frases como “qué le vas a hacer” o “la vida es así” certifican el fin de las ilusiones para pasar a un mundo de certezas totalmente previsible. Sin embargo, ¿es esa la clase de existencia que queremos vivir?

Desde este punto de vista, Atelier Marie Remake: The Alchemist of Salburg es una invitación a rescatar los sueños que dejamos atrás, algunos de los cuales están reclamando un sitio en nuestra vida adulta para volver a sentirnos nosotros mismos. Y lo hace por medio de una propuesta muy minimalista y colorida que parece sacada de un cuento. Una propuesta que enfatiza la relajación sin necesidad de recurrir a la tensión, de poder caminar a nuestro propio ritmo sintiendo nuestros propios pies.

Porque al final, la obra que protagoniza estas líneas nos enseña a concretar nuestras aspiraciones para ser una mejor persona y los distintos ámbitos a explorar para dialogar con nuestra realidad, poniendo en nuestro horizonte aquello que un día iluminó nuestro corazón y entregarnos a la tarea de lograrlo.

Agradecemos a Koei Tecmo el material proporcionado para poder realizar este análisis