Con Anthem, BioWare lleva a un nuevo nivel de espectacularidad la acción cooperativa. Las alabardas ocupan Bastión y nuestras Xbox One.
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Después de una larga espera desde su presentación en el E3 de 2017 ya tenemos con nosotros Anthem, la nueva apuesta de BioWare y Electronic Arts que irrumpe con fuerza en el recientemente denominado género «looter shooter». Comenzado por Borderlands, masificado por Destiny y perfeccionado por The Division, este nuevo género parece ser ideal para el tipo de jugador que busca acción sin descanso mientras persigue ser el personaje con el mejor equipamiento y las mejoras armas que permita el juego.
Como ya referí en la review de Destiny 2, Anthem también es un MMORPG muy light, de hecho, es mucho más light que éste, algo que sorprende viniendo de sus padres, que han pasado de ser los referentes máximos en el RPG occidental, a meterse de lleno en el género de moda. Pero no sólo eso, parecen haber dejado de lado la importancia de la narrativa para centrarse en la acción. Y esto si que nos pilla de sorpresa, porque resulta que también se les da muy bien. Aunque no nos haya gustado tanto.
A estas alturas muchos sabréis de que va el tema. Seguramente habréis probado alguno de los juegos antes descritos y el procedimiento es similar: Misión, dispara, mata, gana equipamiento, mejora tu héroe, misión, dispara, mata, gana equipamiento, mejora tu héroe… y así hasta que te aburras. La diferencia está en la capacidad que tiene cada uno de ellos para tener entretenido al jugador mientras lo hace, ya sea con diversos objetivos, misiones diferentes, sistemas de grindeo que te abran nuevas opciones, acceso continuo a mejor loot… en definitiva, una motivación perpetua y constante que precisamente obligue a que el matar y disparar sea la forma más satisfactoria posible de conseguir un objetivo mayor.
El desafío, la dificultad y el juego cooperativo juegan un papel esencial en esta dinámica y Anthem parece que por momentos logra todos estos objetivos, pero se siente lejos de lo requerido por los fans más exigentes e incluso por los que disfrutaron de títulos similares. Como siempre, intentaremos explicaros de la mejor manera las claves del juego para entender si es el título que esperabais o es sólo un AAA más que pretende lanzarnos luces de colores a la cara para maravillarnos sin ofrecernos mucho más.
Anthem nos cuenta la historia de Bastión, un planeta que parece estar a medio hacer. En ella, los humanos y las demás razas habitan con los restos que dejaron los creadores. Estos dioses, no sabemos exactamente porque, dejaron sus herramientas esparcidas por todo el mundo. Y precisamente la más importante de ellas, es el himno de la creación (Anthem significa himno), que permite generar y crear cualquier nueva criatura o estructura e incluso manejar el espacio tiempo a su antojo. Nuestra aventura comienza precisamente por culpa de una de estas herramientas. El Cenotafio, una reliquia moldeadora que usa el himno para crear vida, se desequilibró gracias a la actuación de El Dominio, que intentó apoderarse de ella.
En este intento, no sólo la ciudad donde se guardaba la reliquia quedó destruida, si no que generó un Cataclismo, que se acabó denominando El Corazón de la Furia. Precisamente ahí es donde comenzamos. Somos un librancero, una especie de mercenario que usa su alabarda para cumplir los contratos o tareas que nos requieran. Y precisamente una de ellas era la de silenciar el Cenotafio para detener el corazón de la Furia (Spoiler: Sale mal). Nuestra aventura comienza dos años después de esta tragedia. Ahí comienza nuestra aventura con Anthem.
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Apartado técnico
No podemos expresar con palabras lo exageradamente bonito que es el juego. El uso del motor Frostbite está llevado a un nuevo nivel que nos ha dejado sin palabras. Desde su uso en Battlefield siempre nos hemos quedado maravillados, pero Anthem nos deja continuamente con las ganas de compartir captura tras captura de todo lo que vamos viendo. En Xbox One X, como hemos explicado en anteriores artículos, se mueve a 4K nativos a 30 fps, ya estables después de un par de parches y en Xbox One S, a 900p, manteniendo también el tipo y sin perder un ápice de la espectacularidad gráfica de la que hace gala el juego.
La frondosidad de algunos parajes, la distancia de visionado y la sensación de grandeza que transmiten los escenarios es gran culpable de que todo resulte tan atractivo visualmente hablando, pero si debemos de otorgar responsabilidades, damos gracias al que inventó las Alabardas. Este híbrido entre armadura robótica, traje cibernético y casi mecha en el caso del coloso, hará las delicias de todo aquel que las pruebe. Es sin duda la razón numero uno por la que no te arrepentirás de comprar Anthem. ¿Alguien dijo simulador de Iron Man?
Y ya no estamos hablando gráficamente, la manera de controlar y jugar con las Alabardas influyen en prácticamente todos los apartados del título: La profundidad del combate y las dimensiones que adquieren, el tremendamente contundente sonido que emiten al moverse, disparar, usar sus habilidades y sobre todo, el placer que transmiten al volar con ellas. Pura poesía al mando. Resulta innegable admitir que BioWare ha creado un sistema de juego incomparable actualmente. Es innovador en todos los aspectos, incluso como juego de acción en tercera persona, resulta refrescante en un género tan machacado. Desde luego, el acierto al usar esta vista y lo excelsas que son las animaciones de las Alabardas al moverse, es un tanto que se ha anotado el estudio.
La acción es arrolladora, las explosiones mezcladas con efectos elementales como el fuego, los rayos o el hielo dan una variedad visual a las batallas que nos tendrán totalmente inmersos. Sobre todo cuando va bien acompañada de un doblaje al español excelente. Por favor, usen este fragmento para solicitar más héroes que hablen como nuestro personaje de Anthem y menos estar callados viéndolas venir. Y eso que aún no hemos hablado de Fuerte Tarsis, en la que disfrutaremos de muchas conversaciones y lore en primera persona cuya representación es magnífica.
Pero de la motivación máxima tenemos que pasar a la decepción que provoca el estado técnico de Anthem. Como en una montaña rusa, lo mismo nos podremos encontrar librando la más importante de las batallas, que el juego parece intentar estropearla con los múltiples fallos de conexión que nos devuelven directamente a la pantalla de inicio. Y no sólo eso, en las casi 30 horas de juego que llevamos, hemos experimentado incluso con el parche lanzado ayer mismo, bugs, desconexiones, pantallazos en negro, reinicios de la consola, quedarnos sin sonido… hasta el punto de resultar hasta como una serie de coleccionables: Mi alabarda de repente se quedó como por defecto en una misión, en otra se escuchaban las voces de todos los personajes menos del mío, en otra me quedé ciego y solo veía el hub, en otra todos podían luchar menos yo, en otra se quedó como en modo foto (podía mover la cámara pero dejaba hacer más nada), etc, etc, etc.
La verdad es que llevaba tiempo sin ver un juego tan inestable, que encima, viene con una lacra importante como las constantes y exasperantes pantallas de carga. Excepto cuando nos movamos en el mundo abierto, las pantallas de carga serán constantes, con prácticamente ninguna transición sin ellas. –Carga– de Fuerte Tarsis -carga- a la Fragua -carga- de vuelta a Tarsis –carga– lanzador de misiones –carga– misión, dentro de la misión nos metemos en alguna mazmorra –carga– salimos de ella –carga– se acaba la misión –carga– vamos a la Fragua a equipar lo que nos han dado –carga– salimos de la Fragua a Tarsis –carga– y vuelta a empezar.
Y esto es lo habitual, lo que haremos en una sesión normal para jugar una sola partida. Casi 10 pantallas de carga aburridas que no permiten hacer nada mientras tanto ofreciendo sólo el mismo «consejo» una y otra vez. Puedes ahorrarte un par de pasos conforme te acostumbres o según toque y los tiempos se han reducido con los últimos parches, pero los que involucran en salir a la misión pueden alargarse por encima del minuto y algo.
Jugabilidad
En Anthem usaremos Fuerte Tarsis como nexo de unión y descanso de nuestras aventuras. La parte más informativa estará allí y será donde interactuemos con todos los habitantes que nos darán detalles, nuevas misiones o simplemente conversación. Es fácil entretenerse mientras hablamos con alguno de los múltiples personajes que nos encontremos. Algunos estarán solo para bromear, otros para añadir más material y enigmas al lore del propio juego y otros incluso que resolverán algunos conflictos a través de nuestras conversaciones, sin que tengamos que intervenir con nuestra Alabarda.
No son misiones secundarias al uso ya que no se marcarán en ninguna parte del hub, pero resultan altamente prescindible por la poca naturalidad de las mismas. Ningún NPC te asaltará por la calle para abrir una conversación e incluso podrás ver las que tienes disponibles desde el mapa, todo sin sorpresas. Cada uno de ellos estará esperando pacientemente en su rincón hasta que vayas a hablarles. Resulta sorprendente el nivel de simpleza y sencillez al que ha reducido BioWare una de sus mejores cualidades de sus otras IPs, la interacción con los personajes no jugador. No vamos a entrar en si se hace aburrido el mero hecho de recorrerla, porque se puede correr y nos ha parecido lo suficientemente correcto, sobre todo viendo que el Fuerte va teniendo ligeros cambios e incluso incorporando más gente en pantalla conforme avancemos en la historia y seamos más conocidos.
Eso sí, para quien busque un alto nivel de lore, aunque sea desbloqueable, tendrá de sobra. Cada nueva misión, conversación o interacción ya sea en Tarsis o durante nuestras múltiples expediciones con la Alabarda, generará una entrada en el diario que podremos consultar tranquilamente cuando queramos, ofreciendo múltiples historias que nos harán comprender mejor el Himno, Bastión o la legendaria Helena Tarsis, heroína por antonomasia de Anthem. Si os decimos que nos hemos encontrado en un remoto lugar de la selva una receta para cocinar patas de Ladronejos, no os engañamos.
En Tarsis tendremos otro lugar diferente en el que podremos ahorrarnos tiempo y no bajarnos de nuestra Alabarda, la bahía de lanzamiento. Sin embargo, a pesar de poder acceder al hub de misiones y a la fragua desde allí, nos limitará mucho en los primeros pasos, al menos hasta que deje de ser necesario pasar por Tarsis para recoger contratos. Lo especial de esta localización es que es una zona social, donde podremos encontrarnos con otros libranceros manejados por jugadores, con los que establecer alguna alianza para enfrentarnos a alguna misión en concreto.
Estructura de misiones
Las misiones o expediciones llegarán desde múltiples sitios, pero prácticamente podremos dividir en 4 tipos las actividades que estarán disponibles con nuestras alabardas para ponerlas en acción: Misiones principales, contratos, Baluartes y modo libre. Desde el HUB que se abrirá cuando nos montamos en nuestra Alabarda las podremos seleccionar rápidamente. Solo los Baluartes y el modo Libre estarán disponibles en todo momento.
Las misiones principales serán las que lleven el hilo conductor de la historia, pero algo que al principio parece ser más de lo que podría ser al final te deja un poco ‘meh’, como pensábamos, solamente se centra en un evento y deja muchas incógnitas, incluso algunas a propósito, para futuros contenidos. Casi podríamos decir que es una especie de manera de desbloquear las opciones de las Alabardas y el resto de actividades.
Los contratos, proporcionados por varios de los NPCs de Tarsis, nos llevarán por toda Bastión cumpliendo encargos y suelen resultar más entretenidos de lo que pudiera parecer. Estas «secundarias» contienen diálogos entretenidos, cambios de ubicación, muchas situaciones y se pueden contar por encima de la treintena. Cuando entramos en el endgame y subimos la dificultad incluso alguna de estas puede convertirse en nuestra favorita.
Los Baluartes no son otra cosa que el equivalente a los Asaltos o Strikes de Destiny, largas misiones de gran dificultad cuya duración puede ser superior a los 30 minutos. Al contar con los enemigos más fuertes y varios bosses en cada una de ellas, el botín será siempre superior a cualquiera de las expediciones habituales. Se convierten por tanto en la opción más rápida de ganar mejor equipamiento cuando desbloqueemos las dificultades Gran Maestro, sin embargo, gran fallo de BioWare… sólo hay 3 disponibles y una de ellas es la última pantalla de la campaña principal. Se añadirá una nueva en abril, pero es uno de los motivos por los que parece que Anthem viene con contenido recortado. Además el diseño de las mismas no es que sea grandioso. El mínimo aceptable podría haber estado entre 5 y 6.
El modo libre si que nos permitirá disfrutar de pleno de nuestra Alabarda sin restricciones. Aunque BioWare no se encargue de motivar al jugador lo suficiente como para que sean una opción más interesante os lo decimos nosotros: Es la mejor manera de darse cuenta de lo entretenida que es una Alabarda. Nos dará tiempo de explorar buscando fragmentos de lore para añadir a nuestro Cortex, de unirnos a otros compañeros para hacer los eventos de mundo libre (que son los que nos darán equipamiento) y en definitiva de acumular experiencia y loot de una misma vez si tener la limitación de que nos devuelva el juego a Fuerte Tarsis. No nos han gustado cosas como cuando caemos con la Alabarda y no hay posibilidad de avisar de que nos revivan (aunque el chat en vivo ayuda bastante, todo el mundo sabe decir ‘help’), pero si nos ha gustado el mini-radar incluido para cada uno de nuestros compañeros. En un mapa tan grande y vertical, muchos lo agradecerán.
Las Alabardas: combate y personalización
Comando, Coloso, Tormenta e Interceptor. Los modelos de Alabardas disponibles resultan espectaculares las mires por donde las mires. Y también se juega diferente con cada una de ellas, pero es posible que si estés acostumbrado a ser un comando, tu manera de jugar sea la misma con cualquiera de ellas, desaprovechando las cualidades que hacen única a cada una de ellas. El Coloso disfruta en mitad de la batalla, absorbiendo balas y causando la mayor destrucción posible, la Tormenta sobrevuela el campo de batalla con una capacidad de vuelo muy superior al resto y el Interceptor usa sus cuchillas para destrozar cuerpo a cuerpo a sus oponentes. Sin embargo, todos cuentan con la posibilidad de llevar armas.
Cada Alabarda cuenta con varios slots que mejorarán sus ataques directa o indirectamente. Uno para RB, otro para LB, otro combinado que normalmente es beneficioso para el equipo y una serie de componentes que mejorarán las características de la misma. Desde cañones de artillería, misiles teledirigidos, salvas de ácido, golpes de rayo, lanzallamas o patadas espectaculares, el elenco de habilidades prácticamente deja en vergüenza a las armas, que se dividen de una manera más pobre y poco variada, que a pesar de que muestran cambios en su diseño o funcionamiento conforme a la rareza de las mismas, no sorprenden. Anthem tiene algo especial y es que no solamente podremos encontrarlas como botín, si no que con los planos pertinentes, también podremos FABRICAR cualquier componente, arma o habilidad de nuestras alabardas.
La cuestión es que en la carrera por tener el mejor loot y por ende, el mejor equipamiento, todas estas opciones son las que sumarán para la puntuación de poder de nuestra alabarda. Con el sistema de combos, obtendremos en combate la versatilidad necesaria para que resulte más eficaz el trabajo en equipo y la combinación de habilidades. Las clasificadas como Primarias, son capaces de infligir un determinado estado en los rivales, el cual, puede ser aprovechado por un golpe Detonador, que desatará el Combo, multiplicando el daño infligido.
Y es que nuestro personaje, aun teniendo una personalización mínima, no será relevante, e incluso su nivel, cuyo máximo es 30, será un mero motivo para desbloquear las distintas alabardas, slots, etc.. para que a partir de ahí sea cuando realmente comenzamos a poder tener una máquina adecuada para enfrentarnos a los mayores desafíos.
Como no tendremos distintas armaduras o capas para nuestras alabardas, la personalización de las mismas es la que está estrechamente ligada con los micropagos del título, que de momento son excesivamente permisivos, ya que de momento no hay ninguno que no se pueda comprar con la moneda del juego, lo que demuestra lo poco intrusivos que quieren ser en el estudio en estos inicios. Personalmente he visto demasiado escasas las opciones de micropagos, porque realmente apetece cambiar de aspecto las alabardas. Si lo trabajan un poco más, van a tener a mucha gente comprando versiones especiales de las mismas sin ninguna duda.
Duración
La duda eterna de los «looter shooters». ¿Merece la pena su endgame? ¿Tiene suficiente contenido? Cuando llegamos al final de la campaña de Anthem, todas las misiones que hayamos hecho se desbloquearán en los tablones para rejugarlas cuando queramos y tendremos un nuevo NPC: El gran maestro, que nos proporcionará otra serie de tareas que nos conseguirán los planos de las armas Maestras. También podremos completar los desafíos de La Legión del Alba, que no se trata de otra cosa que hacer Baluartes, misiones, etc.. una y otra vez hasta rellenar barra que te diga que has terminado. Pero hasta que no alcancemos el nivel 30 de librancero no se desbloquearán las dificultades Gran Maestro 1, 2 y 3 de todas las expediciones. Mientras más complicado lo pongas, mejor equipamiento obtendrás.
De momento, con una campaña que se puede completar en pocas horas si vamos directamente a ella y una repetición de las misiones existentes a la espera de que vaya llegando más contenido, la motivación del Endgame se basa exclusivamente en obtener el mejor equipamiento disponible, sin contar con eventos especiales o adicionales que lo apoyen más allá de subir la dificultad. Es decir, si buscas más allá, de momento no lo encontrarás, y el evento más grande que sería equivalente a una raid, el cataclismo, no llegará hasta el mes de mayo. Así que no nos dejan otra cuestión más que esperar a ver como se desarrolla este servicio activo, en el que parece que BioWare está muy implicada.
Conclusión
Después de esta larga explicación y llegado el momento del resumen, sigue resultando complicado dar un veredicto con rotundidad. Realmente no podemos dejar de ver los tremendos fallos cometidos por BioWare en materia de bugs, errores, el endgame y en general, de cosas que deberían de estar más que asumidas después de la larga trayectoria de un coloso como Destiny, con el que ya hoy, podemos comparar directamente conociendo la estructura de Anthem. El juego de Electronic Arts, a pesar de todo, tiene una acción más directa, menos compleja, más llamativa, masiva y espectacular.
Resulta innegable afirmar que nos lo pasamos en bomba manejando las Alabardas y que son un invento del que pueden estar orgullosos. Por decirlo de la manera más simple: «Mola jugar con ellas». Dependiendo de lo que busca el jugador Anthem puede ser para tí o no. Si eres un comehoras que quiere un contenido inagotable comparable a un MMORPG, olvídate. De momento, ni siquiera se acerca a sus referencias y está falto de un desafío complejo y trabajado. Todo se trata de disparar más fuerte y usar tus mejores habilidades para no perecer en el intento. Es cierto que poner las aptitudes del personaje también en la ecuación del loot es un acierto, pero sigue sin aportar la suficiente variedad como para que nos sorprenda. Además, corre el riesgo de que Bastión se nos quede pequeña antes de lo que creemos.
Si quieres pasar sólo un rato de acción increíble sin complicaciones, si te encanta jugar con tus amigos, si quieres disfrutar de uno de los juegos más espectaculares gráficamente hablando que puedes encontrar en la consola y de paso introducirte en este género tan adictivo, es un título absolutamente obligatorio que te dará muchas más horas de juego de lo que te crees. Con su calendario y sistema de actualizaciones gratuitas y la futura sostenibilidad a través de la personalización de las Alabardas, el tiempo será el mejor aliado de Anthem, que no puede hacer otra cosa que mejorar. ¿Intento fallido de EA? Ni mucho menos, pero es un diamante en bruto. Muy en bruto para ser un lanzamiento de esta magnitud.
*Gracias a Electronic Arts por habernos proporcionado el material para la review.
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Aspecto técnico85/100
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Jugabilidad85/100
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Duración60/100
Lo bueno
- Acción ESPECTACULAR. No hay nada igual.
- Las Alabardas, protagonistas absolutas.
- Este nuevo universo parece lleno de futuras posibilidades.
- Sin DLCs de pago a la vista.
- Un doblaje magnífico.
Lo malo
- Pantallas de carga everywhere.
- Bugs y errores de todo tipo.
- Poca variedad de enemigos y situaciones.
- Las conversaciones en Fuerte Tarsis ofrecen poco aliciente.
- Sistema de progresiones poco motivador y original.