Análisis de Aery Dreamscape

Nos vamos a volar por los pensamientos de las personas en una experiencia un tanto particular: Aery Dreamscape.

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Si nunca escuchaste hablar de Aery, no te culpo, pero creo que antes de empezar a hablar de este título en particular tienes que saber que “Dreamscape” es el sexto título de la IP con el mismo personaje, que es una suerte de espíritu en forma de pájaro que gusta de volar dentro de los pensamientos de las personas y expresar sus sentimientos. Sin embargo, si nunca antes te pusiste a los mandos de este curioso personaje, esto no es un impedimento para vivir esta experiencia, y la elección del sustantivo aquí no es caprichosa ni abstracta sin razón, porque Aery Dreamscape, a mi entender, no puede ser catalogado como un juego y sí como una “experiencia”.

Verán, el juego comienza con nuestro amigo alado volando en lo que pronto descubrimos que es una especie de oficina en la que podemos desplazarnos por varias secciones, cada una con una temática particular que detallaré más adelante. La única instrucción que recibimos a modo de tutorial, aparece cuando tomamos una pluma roja enfrente de nosotros que nos indica qué botón tocar para volar más rápido, el resto recae en nosotros como jugadores, y no es que tampoco haya mucho. Más allá de la ubicación, no hay más historia que esa, pero a medida que nos vamos adentrando en cada uno de los sentimientos de los mundos a lo que ingresamos, vemos que el título tiene variaciones de la premisa “si no fuera lo que soy me gustaría ser…” y en eso se basan las muy escuetas historias que tendremos la posibilidad de ver.

Más que un juego, es una experiencia - ¡Comparte!

Del resto de los componentes que hacen de un juego una experiencia desafiante, divertida y hasta adictiva, aquí no hay ni uno. Pero esto no es porque la gente de EpiXR Games haya fallado en la ejecución, sino porque deliberadamente no quisieron hacer un título que posea enemigos o desafíos, para que sea un título que simplemente le permita al jugador disfrutar de un rato largo de volar por distintos mundos agarrando plumas y escuchando audios referentes al mundo que aparecen al encontrar los ítems.

Te propongo que despegues conmigo en este análisis un tanto especial que nos lleva a explorar la psiquis de distintas personas con un mando de Xbox y abordo de un pájaro. No será una experiencia como en The Falconeer, pero igualmente, ¿me acompañas?

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Apartado técnico

El primer escenario basado en los vikingos, y en donde curiosamente se habla de ellos como si fueran verdaderos superhéroes sin ningún fundamento histórico real, me sorprendió para bien con una banda sonora llena de sintetizadores que me hicieron recordar muchísimo a las pelis tan clásicas de los 80, y aunque no tuvieran absolutamente nada que ver con el ambiente que estaba recorriendo (recuerden, vikingos) no me hacía nada mal escuchar las melodías. El problema es que estas canciones no son únicas por escenarios, es decir, es como si alguien reprodujese un cd de compilados mientras juegas, de hecho, se escuchan unos segundos de silencio entre pista y pista, y lo peor es que se repiten en todas las fases en mayor o menor medida, por lo que puede llegar a resultar cansador, y sinceramente es algo que en pleno 2022 ya no debería pasar ni en una producción indie.

A pesar de la repetición, la música es tan necesaria como respirar lo es para cada uno de nosotros, ya que sin ella, estaremos absolutamente en silencio. Literalmente, no encontré un solo sonido ambiente, de hecho, revisé la configuración de mi TV para cerciorarme de que estaba todo correcto, y efectivamente lo estaba, simplemente los desarrolladores no incluyeron esta parte que realmente le hubiese dado mucha más vida al título, especialmente porque la producción nos lleva por distintos ambientes que podrían estar cargados de efectos.

Un punto positivo en este aspecto son las narraciones que suceden con subtítulos incluidos (y sin opción a sacarlos) donde la voz del narrador es muy buena y transmite emoción, lamentablemente es siempre la misma, y eso hace que no parezca que estamos entrando en los pensamientos de distintas personas. Además, en muchas etapas la última narración se hace imposible de escuchar (o leer), ya que al obtener la última pluma, el juego nos lleva muy rápidamente al hub sin que se reproduzca la última pista de audio.

Los subtítulos que acompañan a cada narrativa tienen algunos fallos gramaticales y están únicamente en inglés, lo que disminuye mis ganas de querer recomendar este título a algún niño que recién esté tomando un control en sus manos y que no sea angloparlante.

El punto más fuerte de Aery son sus gráficos que si bien son simples (arte con polígonos en 3D) están muy bien logrados y se nota que es aquí donde los desarrolladores pisan más fuerte. El diseño de cada una de las etapas es bien distintivo y los colores hacen que la exploración sea realmente linda desde lo visual.

Un factor que también le juega en contra a la producción son los bugs que presenta. En más de una ocasión me vi imposibilitado de recolectar algunas plumas porque mi personaje, desde varios ángulos, chocaba con paredes invisibles, lo que sería un tanto gracioso si no fuese porque Aery vuelve al comienzo de la fase cada vez que colisiona con algún elemento, invisible o no.

Jugabilidad

Aery nos sitúa en una especie de oficina que hace las veces de hub, desde allí nos desplazaremos a los distintos escenarios, que se encuentran detrás de 7 puertas y que nos invitan a recoger plumas en un orden específico en cada una de las fases. Aery deberá explorar una mina de enanos muy ligada a lo visto en las típicas historias de la literatura fantástica, una fase espacial, en la ciudad, en la selva, en espacios computarizados, en el Caribe, en el lejano Oeste y hasta en tierras devastadas por la primera guerra mundial.

En todas y cada una de las fases deberemos encontrar todas las plumas, cuyo número varía, y al encontrarlas seremos recompensados con un pedazo de narrativa. La interfaz solo nos mostrará el número de plumas recogido y el total, por lo que descarta cualquier tipo de radar o brújula que te ayude a seguir el rastro de tu objetivo, aunque realmente no sea necesario, ya que la mayoría de las veces las plumas están una al lado de la otra a muy poca distancia.

Cuando hayamos recolectado todas las plumas, recibiremos un logro y volveremos al hub, no hay opción de guardar o algo similar, por lo que si tienes que abandonar el juego por cualquier razón en medio de una fase, tendrás que volver a comenzarla cuando decidas volver a jugar.

Los comandos son muy sencillos con direccionales que nos permiten controlar el vuelo en todas sus direcciones, dos gatillos que hacen que giremos sobre nuestro eje mientras se avanza y, finalmente, un botón que permite alternar la velocidad por defecto con una un tanto más rápida.

Duración

La saga no se caracteriza por ser larga en sus entregas y si bien esta es superior en duración a las anteriores, no pasa de las tres horas en total y estoy siendo generoso y quizás contando todas las repeticiones que tuve que hacer con los bugs que experimenté durante el análisis. En cuanto a rejugabilidad, no veo un motivo por el que alguien que ya haya obtenido todos los logros quiera volver a tener esta experiencia.

Conclusión

Mientras realizaba este análisis pensaba a quién le podría recomendar este juego, y se me ocurrió que podría ser una opción para los más pequeños de la casa que recién se lanzan al mundo de los videojuegos, ya que su dificultad es nula y visualmente resulta muy atractivo lo que puede mantener entretenido a los niños por mucho tiempo, lamentablemente en este caso, al ser un juego enteramente en inglés puede que se pierda algo, pero fuera de este esquema no veo por qué alguien invertiría 10 euros en esta producción habiendo tantas otras opciones disponibles en el mercado.