Las nuevas tarjetas clave de Switch 2 generan paralelismos con la estrategia de Xbox One en 2013.
Más historias en la categoría Noticias
- Silent Hill f: advierten de una peligrosa estafa relacionada con una supuesta beta
- Clair Obscur: Expedition 33 supera el millón de copias vendidas en tan solo tres días
- Bethesda ha dejado pistas de un posible Skyrim Remastered en Oblivion Remastered
No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
Con la expectación en torno a Nintendo Switch 2 en su punto álgido, una de las características que más está dando que hablar en redes sociales no es un juego ni una especificación técnica, sino un formato físico: las tarjetas de clave de juego. Este sistema, que ya se ha empleado en algunos títulos de Nintendo Switch, se consolidará como opción en la nueva consola híbrida. Y, de forma inesperada, muchos han comenzado a comparar este movimiento con uno de los capítulos más controvertidos en la historia reciente de Xbox.
En concreto, no son pocos los usuarios que han recordado el debut de Xbox One en 2013 bajo la dirección de Don Mattrick, cuando se intentó imponer un sistema de gestión digital restrictivo y dependiente de internet, lo que provocó una fuerte reacción de rechazo. Aunque la situación no es exactamente la misma, la adopción de tarjetas que requieren conexión para instalar y ejecutar juegos en Switch 2 ha encendido las alarmas sobre el futuro del formato físico.
¿Son las tarjetas de clave de juego de Switch 2 una amenaza al formato físico?
-
¿Qué son las tarjetas de clave de juego? A diferencia de los cartuchos tradicionales, no incluyen todos los datos del juego. Actúan como una llave que permite descargar el contenido desde internet y, una vez descargado, se requiere insertar la tarjeta para jugar, funcionando de manera similar a un cartucho físico normal.
-
Similitudes con Xbox One: Aunque no se limita el mercado de segunda mano ni se exige conexión permanente, como pretendía hacer Xbox en 2013, muchos señalan que el concepto de un cartucho físico sin datos completos se alinea con una transición paulatina hacia lo digital.
La preocupación que queda en el aire es clara: tanto Nintendo como Microsoft y Sony están priorizando cada vez más las descargas, incluso en ediciones físicas. Cuando esos servidores desaparezcan, ¿qué valor tendrán esos cartuchos o discos incompletos? La preservación del videojuego vuelve a estar en entredicho y esto no hay quien lo pare.