Análisis de Candleman

Analizamos este pequeño Indie exclusivo para la consola de Microsoft, que aunque lleve bastante tiempo en el mercado, no lo hemos querido dejar atrás.

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Lo reconozco: en mis más de 20 años de jugón jamás escuché el término “GameJam”. Sin embargo, a unos jóvenes chinos les llegó la inspiración para engendrar su nuevo proyecto en uno de estos eventos. En ellos, programadores y diseñadores forman equipos con el propósito de crear un videojuego en un tiempo determinado, improvisando y desarrollando ideas experimentales.

Los buenos proyectos surgen de ideas sencillas - ¡Comparte!

Durante la Gamejam de Ludum Dare en 2013, el tema propuesto fue “10 segundos” y a los jóvenes desarrolladores chinos Gao Ming y Ma Xiaoyu les surgió la inspiración. Con este juego, como ocurre con muchos otros, se demuestra claramente que muy buenos proyectos surgen de ideas sencillas. Gracias al apoyo del estudio Kongregate y del programa de producción para trabajos independientes ID@Xbox (como parte de la estrategia de expansión por China), estos principiantes tuvieron la oportunidad de dar vida a “Candleman”.

En él, los jugadores asumen el rol de una vela con la capacidad de encenderse durante tan sólo 10 segundos, prendiendo otras como ella, que además de servirnos de checkpoint, nos marcarán el camino entre las sombras, atravesando obstáculos a través de entornos oscuros e inquietantes. Nuestro objetivo será llegar al final del nivel, superando todas las plataformas y puzles, y si es posible, encendiendo todas las velas.

A través de las diferentes pantallas, la narradora nos va contando la historia de nuestra protagonista. De repente se despierta sola en un frío y oscuro barco varado y contempla con nostalgia a través de una ventana el gran faro. Le admira con devoción, ya que guía el camino a los barcos e ilumina todo el océano. Ella al compararse con él se siente muy pequeña, acomplejada con la escasa luz que proyecta su mecha que solo es capaz de dar luz a un pequeño rincón del barco. Ahí comienza su sueño: alcanzar el lejano faro y ser algún día tan alta y grande como él. Armada de valor, decide emprender un peligroso viaje a través de la oscuridad para así encontrar su propia luz interior.

Versión Analizada	XBOX ONE ENHANCED	4K	HDR
Xbox One S	NO	NO	NO
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Apartado Técnico

Tratándose de un juego con una vela como personaje principal, la iluminación y las sombras son, como no podía esperarse de otra forma, sencillamente impecables. En este sentido, no se puede reprochar nada. Además, los claroscuros ayudan a crear la atmósfera mágica que la obra pretende transmitir y que llegue a invadir al propio jugador. Las plataformas predominan en el diseño de los niveles. Estos están pensados y creados con muy buen gusto y de una manera muy artística, creando una experiencia de juego muy amena.

Respecto al sonido, hay que subrayar que los efectos son bastante justos, exactamente los necesarios para este tipo de aventura tan oscura y filosófica. No cuenta con ningún tipo de sofisticación. Sin embargo, cumple con creces su cometido. Los efectos suenan profundos, oscuros y siniestros, algo que le sienta muy bien a la ambientación que rodea a todo el juego. Es relevante señalar la ausencia, casi total, de música o melodía de cualquier tipo. Esto contribuye y mucho a fabricar esa sensación de aislamiento que nos ayuda a que la experiencia sea más inmersiva.

Poca narrativa envuelta en mucha poesía - ¡Comparte!

En cuanto a la narrativa del juego podríamos decir que, ademas de la citada narradora, se usa una forma muy original de enseñarnos el viaje onírico de nuestro protagonista: utilizando los títulos de los diferentes niveles en forma de poesía o rima. Todo en su conjunto la imagen que se quiere trasladar es la de una historia muy emotiva y mágica digna de un maravilloso cuento de fantasía. Sin embargo, nos deja con la sensación de ser excesivamente abstracta: poca narrativa envuelta en mucha poesía.

Jugabilidad
La propuesta que nos hace Candleman es la de un juego de plataformas muy sencillo que pone a prueba nuestra habilidad para gestionar los pocos recursos que el jugador tiene. Y es que sólo contamos con dos opciones: saltar y encender. A través de los niveles, tendremos que ir iluminando nuestro camino, algo que se convierte en fundamental en el diseño del concepto; la luz tiene un papel importantísimo en la jugabilidad porque será clave a la hora de alcanzar la meta en cada nivel. La duración de los niveles es muy corta y podremos superarlos de una forma muy rápida. De forma ocasional, tendremos que resolver algún puzle que pondrá más a prueba nuestra paciencia que nuestra inteligencia. Eso sí, los rompecabezas son demasiado escasos y su aparición es prácticamente anecdótica. Además, no podemos decir que alcancen un grado muy alto de complicación.

Mientras vamos avanzando en nuestro viaje, se nos plantean mecánicas muy bien diseñadas: tendremos que evitar obstáculos que reaccionan a la luz y nos obligarán a recorrer el camino a oscuras, superar plataformas usando nuestro propio reflejo en el espejo, evitar enemigos que se sentirán atraídos por nuestra mecha e incluso aprovechar las sombras que el entorno proyecta para alcanzar el final de cada nivel. Todas estas ocurrencias son muy creativas y dotan al juego de un plus de calidad. Sin embargo, saben a poco. No cuentan con un gran desarrollo y el jugador apenas puede disfrutarlas.

La rejugabilidad es nula. El jugador no tiene la suficiente motivación para enfrentarse de nuevo a un nivel en el que no ha conseguido encender todas las velas. Esto se debe a que la única recompensa por prenderlas todas es el desbloqueo de una frase que complementa el nombre del propio nivel, algo que ya de por sí es irrelevante y no es que aporte mucho en cuanto al juego, a parte de la ambición de desbloquear el correspondiente logro.

El DLC gratuito “Lost Light” nos aporta tres niveles nuevos para superar, con nuevos desafíos muy bien diseñados y un desenlace para la historia de nuestra protagonista mucho más concluyente. A pesar de ello, se queda en un tímido intento de mejorar la experiencia y, aunque efectivamente lo consigue en parte, no termina de llenar el hueco que deja en el jugador. El resultado sigue siendo un juego muy satisfactorio, agradable y divertido de jugar, pero nos deja con la sensación de que puede aportar mucho más. Sus virtudes se podrían haber explotado mejor

Duración

El juego se divide en cinco mundos con 12 episodios en total, incluyendo el DLC, de entre 4 y 6 partes cada episodio. Tiene una curva de dificultad suave, que no nos podrá las cosas muy complicadas al menos hasta la recta final del título, donde un simple ejercicio de Prueba/Error será más que suficiente para superar los retos que el juego nos plantea. No es que sea un juego excesivamente fácil, pero la adaptación a sus mecánicas es rápida y sencilla. No requiere una gran habilidad por parte del jugador completar el juego. Su duración total, incluido el DLC, nos mantendrá entretenidos aproximadamente entre dos y tres horas (evidentemente, dependiendo de nuestra habilidad y nuestra forma de jugar).

Su precio es de 15.95€ y ante la duda de si merece la pena invertir ese dinero en un juego tan corto la respuesta es rotundamente sí, siempre y cuando disfrutes con los juegos de plataformas 3D. Y sobre todo, si simpatizas con el espíritu indie y seas muy consciente del apoyo que supone tu desembolso para este tipo de producciones independientes, que no siempre lo tienen fácil para hacerse un hueco en este mundo

Conclusión
Se trata de un juego de plataformas que cumple su misión con creces. En cada escena se palpa la ilusión y la pasión volcada por parte de sus jóvenes desarrolladores. Artísticamente es sobresaliente en su ambientación y se aprecia un mimo especial en cada detalle. Sin embargo, quizá resulte demasiado básico, sencillo y corto. El DLC gratuito mejora el final, porque nos aclara algo más el mensaje que intenta transmitir y, al mismo tiempo, amplía la experiencia aunque no lo suficiente. El resultado final es muy bueno, pero sabe a poco, uno se queda con ganas de más. Tan sólo si se hubieran explotado un poco más las virtudes, la experiencia sería completamente redonda.