Black Shell Media nos ofrece Acorn Revolution: Rodent Revolution, un titulo que supone un batiburrillo de ideas que no terminan de cuajar.
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Hoy estamos aquí para hablar de Acorn Assault: Rodent Revolution, un juego protagonizado por ardillas revolucionarias que lideradas por Charles De Monteardilla tendrán que liberarse del yugo del Rey Luis el Enésimo y su reina Maria Antoinuezta en una caricaturesca Revolucion Francesa donde las tasas se pagan con bellotas y en el que nuestros enemigos usaran la injusticia para intentar pasar por encima de nosotros. De poco o nada nos servirá una gran estrategia a la hora de colocar nuestras unidades si no tenemos la suerte de nuestro lado.
Si, la historia no es que sea de lo más original pero al menos tenemos un hilo conductor que nos sitúa donde estamos y cuales son nuestras motivaciones para mover ardillas y barriles. No esperéis una trama elaborada o algo así, pero al menos tiene su toque de humor y aunque sea en este sentido, aporta algo al juego.
Apartado técnico
Dejémoslo claro desde el principio: este titulo no sobresale en ningún apartado, pero si tenemos que empezar por algún sitio, hagámoslo por el aspecto visual. Podríamos describirlo dentro de algo modesto si el día en el que pensamos en ello nos sentimos especialmente benevolentes. Estamos de acuerdo en que siendo el tipo de juego que es (hablaremos de ello mas adelante) no esperamos gráficos ni texturas ultra realistas, pero quizá nuestros amigos de Black Shell Media han sido demasiado conformistas, el resultado es algo típico que encontraríamos antes de la primera Xbox. Con un mal texturizado y personajes clónicos, que únicamente varían en el color entre aliados y enemigos, me recuerda inevitablemente y salvando las distancias a Marranos en Guerra. Por muy humilde que sea el estudio, creemos que se podía haber aspirado a algo mejor, aunque fuese solamente por poca cosa.
Acorn Assault es como Plantas vs Zombies pero con el alma de Infinity Runner - ¡Comparte!
El apartado sonoro también comparte esa humildad y sencillez y podremos encontrar tres tipos de melodías dependiendo de en que momento nos encontremos. Están divididas en melodía de menú/cinemáticas, de juego y de batalla. Siendo redundantes, en los tres momentos encontraremos sonidos muy melódicos, en el que las únicas diferencias que encontraremos entre si serán el tempo o ritmo que aportan, curiosamente las que encontraremos en el inicio del juego y las introducciones a las fases de juego son las mas enérgicas, seguidas de las del modo batalla cuando nuestras tropas o las enemigas atacan.
Ademas de esto, también encontraremos otros efectos de sonido, como cuando colocas unidades o cuando las fusionas, que produce un sonido muy similar al que encontraremos en Candy Crush al mezclar caramelos.
Para acabar con este bloque, hablaremos del rendimiento general. Básicamente al ser sencillo, el juego cumple y se comporta bien. Es poco exigente y no tiene problemas de ningún tipo, raramente encontraremos algún tipo de ralentización. Algo que le hubiese sentado genial a este juego hubiese sido la posibilidad de acoplarlo en el menú lateral como si lo hace Nutjsitsu, un titulo similar, haciendo así que fuese jugable mientras esperas la búsqueda en títulos multijugador, o en los anuncios si es que usáis vuestra Xbox One como un verdadero centro multimedia. Esta función la deberían explorar mas estudios, porque sin duda muchos usuarios, entre los que me incluyo, podrían sacar partido de ella.
Jugabilidad
Si decíamos que el apartado técnico era algo sencillo, la jugabilidad del titulo es casi minimalista. El objetivo del juego es colocar nuestras unidades de ataque (ardillas) y de defensa (barriles) y tenemos que conseguir superar las filas enemigas para destruir el muro de los opresores del pueblo y así poder avanzar. Ademas de esto, contamos con una mecánica nada novedosa que consiste en juntar tres ardillas o tres barriles y se convertirán en una unidad de nivel 2, de modo que en lugar de tener ardillas con pistolas, tendremos ardillas mas grandes y uniformadas con fusiles, en lugar de barriles pasaremos a tener barricadas de sacos de arena.
Una vez teniendo esto en mente, al final de cada turno veremos como nuestras reservas de bellotas aumentaran cuantas mas fusiones hagamos, y estas bellotas podrán servir para tres cosas. Podremos mejorar el daño que hacen nuestras ardillas, mejorar las defensas de nuestras fortificaciones o recuperar la salud perdida. Pero cuidado, porque nosotros no seremos los únicos que podremos hacerlo, la IA también tiene reserva de bellotas y las usara siempre que sea el mejor momento para fastidiar al jugador. Por cierto, carece de algo tan necesario como es una función para deshacer nuestra acción, aunque fuese a costa de una penalización o algo similar.
Un aspecto que queríamos remarcar del juego es la curva de dificultad que tiene. En la primera fase, que consta de cinco niveles, apenas encontraremos resistencia y de pronto en el primer nivel de la segunda fase pasamos como de tener el juego en la mayor dificultad. Esta claro que esto es una exageración, pero un servidor se ha frustrado intentando avanzar en el juego sin éxito alguno. Las tasas también están mal equilibradas y rompen por completo la experiencia.
En la primera fase por ejemplo, el cobrador de las tasas que es el primer enemigo, nos quitara hasta 150 bellotas de nuestras reservas según el nivel que estemos jugando. En el segundo contaremos con menos unidades para colocar en el tablero, y cuanto más avanzas en la campaña, mas grande es la injusticia para el jugador.
Duración
En este aspecto, Acorn Assault es un titulo del que no cabe esperar mucho, cuenta con su modo campaña que te robará horas siempre y cuando seas insistente, la dificultad es un plus. También cuenta con modo multijugador pero lamentablemente no hemos podido acceder a él por la imposibilidad de encontrar jugadores con quien jugar. Si alguien reúne el valor suficiente para intentar superar la barrera de la dificultad que tiene el juego, estará ante varias horas frente a la pantalla.
Conclusión
Estamos ante uno de esos títulos que sirve para poco más que para echar la partida de relax de antes de ir a dormir. Aporta poca o ninguna innovación y no destaca en ningún apartado en especial. Su absurda dificultad es una excusa para tapar carencias. Al final, Acorn Assault: Rodent Revolution no es mas que un sucedáneo de un gran éxito arcade de la generación anterior, en la que no necesitaremos mas de dos botones para jugar. Si se pudiese acoplar, se le podría sacar mayor provecho.
Sin animo de querer ser destructivo, es el típico juego que no recomendaría a nadie, o mejor conocido por mis compañeros redactores, como el nuevo Infinity Runner y quizá gracias a este titulo, hoy nos gusten un poco menos las ardillas.
*Gracias a Black Shell Media por habernos proporcionado el material para la review.