Analizamos The Turing Test, el último juego de los creadores de Pneuma: Breathe of Life, una inteligente distopía sci-fi que nos plantea preguntas sobre la Inteligencia Artificial y qué nos hace humanos.
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La obra y figura de Alan Turing ha vivido una reivindicación sin igual en los últimos años gracias al mainstream. Películas como The Imitation Game, ganadora del Oscar a Mejor Guión Adaptado protagonizada por el imparable Benedict Cumberbatch, han contribuido a que el gran público se acerque a la historia de este matemático condenado al ostracismo debido a su orientación sexual. Se le ha llamado el padre de la computación tal y como la conocemos hoy en día, así como una de las primeras mentes en filosofar sobre la Inteligencia Artificial y su impacto en los seres humanos. En la actualidad, tras más de 100 años de su nacimiento, sus teorías siguen fascinando a científicos, guionistas y ahora, a jugadores. Analizamos The Turing Test, el último videojuego de puzzles de Bulkhead Interactive, creadores del fantástico Pneuma: Breathe of Life, exclusiva temporal de Xbox One y Windows 10.
Para poneros en contexto, el Test de Turing es una prueba que se realiza para determinar la habilidad de un ordenador de reproducir o asimilar comportamientos inteligentes que lo hagan indistinguible del ser humano. La prueba consiste en poner a una persona frente a un ordenador para tener una conversación. Este sujeto deberá hablar con dos receptores, una máquina y un humano. Si no consigue diferenciar cuál es la máquina y cuál es el humano, el ordenador habrá pasado el Test de Turing. Hoy en día, este test ha sido cuestionado e incluso superado por las actuales inteligencias artificiales, que pueden mimetizar el comportamiento humano, aunque eso no las hace poseedoras de conciencia ni las dota de sentimientos intrínsecamente humanos. Tan solo es un juego de imitación.
The Turing Test sigue la senda de videojuegos como Portal, The Talos Principle o incluso el primer Bioshock para plantear todo tipo de preguntas alrededor de nuestra relación con las Inteligencias Artificiales y nuestra condición intrínseca de seres humanos, según la ciencia, fruto de una evolución biológica y fortuita que nos acabó dotando de consciencia y, hasta hoy, de la única inteligencia sobre la faz del universo. Cuando nosotros creemos una Inteligencia Artificial autónoma con capacidad de pensar por sí misma y de contener emociones, totalmente indistinguible del cerebro humano, ¿qué nos separará de los Dioses? ¿quién nos dirá ahora que Dios ha muerto si nosotros hemos adoptado su papel? The Turing Test nos pone a prueba constantemente y por partida doble, no es solo un ejercicio intelectual para llevar nuestras convicciones al límite, si no que también es un juego de puzzles correctamente equilibrado que, a diferencia de otros juegos que siguen lógicas aplastantes y únicas soluciones, nos pedirá que pensemos menos como una máquina y más como un humano a través de soluciones creativas que escaparían al razonamiento mecánico.
Al igual que en el primer Bioshock, The Turing Test también nos romperá nuestra ilusión como jugadores con pleno control sobre nuestras acciones, y nos cuestionará si no somos una máquina más que sigue los designios de un ser superior (el diseñador) para continuar avanzando en un círculo enfermo en el que obedecemos cualquier cosa que nos mande una voz en off autoritaria al ritmo de, ¿quieres? Uno de los grandes aciertos del juego es en tener muy presente sus referentes y no esconderlos. A primera vista podríamos pensar que es un juego más a la estela de otros grandes como Portal, pero juegan en ligas totalmente distintas. En espíritu, se asemeja muchísimo más a The Talos Principle, que trata las mismas cuestiones sobre la futura posibilidad de que las máquinas piensen por sí mismas. También, por supuesto, hay homenajes a 2001: Una Odisea del Espacio (cambiemos T.O.M por H.A.L) e incluso un pequeño guiño a Pneuma, que ya jugaba con el mismo concepto de voz omnipotente en forma de deidad que guía al personaje por todo un maratón de puzzles dispuesto a exprimir su supuesta materia gris.
En cuanto a la premisa del juego es la siguiente. Estamos en una estación espacial situada en la luna más famosa de Júpiter, Europa, donde se ha hecho un descubrimiento que podría cambiar el sino de la humanidad y aquello que nos da una razón de ser y existir: la muerte. En la piel de Ava Turing, una joven científica improbable descendiente de Alan Turing, deberemos penetrar la base espacial donde los científicos se han amotinado contra la Inteligencia Artificial que la dirige, T.O.M. Éste, a través de la omnipresente presencia de cámaras, controlará nuestras acciones y nos pedirá que superemos toda una serie de puzzles orquestrados por la tripulación para impedir que la IA les encuentre. T.O.M es incapaz de superar estas pruebas ya que es una máquina, y todas están ideadas para que solo un humano pueda completarlas. Entrar en más detalles argumentales supondría caer en el peligroso terreno de los spoilers, así que sin más dilación, empezaremos el análisis más clásico y menos subjetivo.
Apartado Técnico
Unos gráficos poco deslumbrantes pero cumplidores. En ese sentido podría compararse a lo visto en Alien: Isolation con la luminosidad clínica y estética del primer Portal. Una paleta predominantemente blanca que casa a la perfección con las heladas superficies de Europa y lo que esperamos gracias a nuestro imaginario colectivo de una estación espacial. Este blanco contrasta con los diferentes elementos del juego que nos ayudarán a resolver los puzzles, es decir, cajas y orbes de luz azul, verde, morada o rojo. Algunos escenarios homenajean directamente a grandes imágenes cinematográficas como puede ser este fotograma de 2001: Una Odisea del Espacio.
En nuestra versión preliminar del juego hemos experimentado ciertas bajadas de frames y parones en la pantalla de transición entre puzzle y puzzle. Esperamos que estos pequeños fallos puedan corregirse en futuros parches para que podamos disfrutar de una experiencia de juego completa. En el caso de los tiempos de carga, que a veces aparecen bruscamente y de la nada (sobretodo entre capítulo y capítulo), se echa de menos que no se haya sido más imaginativo a la hora de camuflarlos, dando el argumento del juego tanto pie para ello.
Respecto a otros factores como la música o los efectos de audio, está un poco descompensado el volumen de las voces respecto al resto de la mezcla. Cabe añadir que el juego está íntegramente en inglés, y no precisamente de nivel de medio, con la posibilidad de activar subtítulos también en inglés. Estos subtítulos no están disponibles para las diferentes notas de voz de la tripulación que te vas encontrando a lo largo del juego, lo que hace muy difícil su comprensión por el efecto distorsionado que tienen. Respecto a la música, nos encontraremos melodías muy en la línea del género sci-fi, pero que no serán demasiado intrusivas como para volvernos locos mientras resolvemos los puzzles.
Jugabilidad
Siguiendo unas mecánicas claramente heredas de Portal, nos encontramos con un juego de salas en el que tendremos que resolver el enigma para pasar a la siguiente. Entre sala y sala, habrá un pasillo, que a modo del ascensor de Portal, nos llevará a la siguiente. Y así hasta un total de 70 puzzles divididos en 7 episodios, cada uno de ellos con un puzzle opcional que desbloqueará un logro secreto y más información sobre la trama juego. Al principio, tomaremos control de Ava, que calzada en un traje espacial pronto se hará con una pistola porta-orbes de luz que la ayudará a resolver los distintos puzzles del juego. Si Portal basaba sus rompecabezas en portales, cajas, lásers y torretas; The Turing Test los cambia por orbes de luz que deberemos combinar para abrir puertas y activar mecanismos como pasarelas o puentes que nos ayudarán a avanzar por el escenario. En cierto punto del juego, también podremos tomar el control de cámaras de seguridad o pequeños androides que añadirán un nivel extra de dificultad en la resolución de los diferentes enigmas.
Uno de los mayores atractivos del juego es que no fuerza a una única solución, y a veces, tendremos que pensar «outside the box» (expresión inglesa que significa pensar de forma imaginativa, no regida por patrones tradicionales de pensamiento) para poder resolver algunos de los puzzles. El juego también da uso a la habilidad del jugador a los mandos, y en otras ocasiones deberemos medir bien nuestros movimientos para dar con el patrón correcto. Nuestro personaje podrá saltar levemente y correr, pero más allá de eso su única interacción será a través de la pistola. Otro de los elementos con los que podremos interactuar serán diversos objetos como tabletas, papeles u otros elementos que pueblan la nave. A modo de Gone Home, podremos analizarlos para leerlos y conocer más sobre lo que realmente ha pasado en la Estación Espacial.
La curva de aprendizaje está bien medida, pero sí que es verdad que personalmente lo he encontrado más fácil que otros juegos de este tipo, como el mismo The Talos Principle o el anterior Pneuma: Breathe of Life. Hacia el final, no sabría decir si intencionadamente o no, los desarrolladores aflojan la dificultad y la hacen más asequible, lo que resulta un tanto contradictorio. Habrá puzzles que te hagan delirar y querer buscar la solución en Internet, pero repetimos, pensando un poco deberían ser fáciles de resolver. Al menos más fáciles que la media de este tipo de videojuegos. He agradecido poder jugarlo cuando aún no hay ningún walkthough publicado, porque cuando me he frustrado mi primera reacción no ha sido mirar en Internet como podría haber hecho en otras ocasiones (aunque siempre intento reducirlo al mínimo), si no intentar resolverlo por mí misma.
Duración
Como ya hemos dicho, 70 puzzles con la posibilidad de completar siete más que son opcionales y cuentan para logro. El juego no debería consumir más de siete horas, casi a hora por capítulo, pero siempre dependerá de la habilidad y pericia del jugador para resolver los puzzles. El nivel de rejugabilidad de estos juegos es cercano a nulo, pues una vez conoces la solución de los puzzles el juego en sí pierde la gracia. Esto no significa que la duración no esté bien medida, ya que considero que el ritmo y el argumento del juego están perfectamente encapsulados en este tiempo y añadir más niveles por alargarlo habría manchado la totalidad del conjunto.
La historia es fácil de seguir ya que siempre sigue el mismo patrón: al principio de cada puzzle intercambiaremos unas cuantas palabras con T.O.M; y al final de cada capítulo descubriremos una zona de la estación que nos irá desvelando qué ha pasado realmente. El juego tiene dos finales, pero a nivel personal no sé si merece la pena pasar por todo el proceso otra vez cuando los puzzles son los mismos. Eso entra en los gustos de cada jugador, aunque siempre se pueden dejar que reposen unos meses para «olvidarte» de las soluciones.
Conclusión
The Turing Test no llega a la genialidad del juego de Valve a pesar de sus tangibles similitudes, pero eso no lo convierte en un mal juego, precisamente al contrario. Muy consciente de todos sus referentes, el juego de Bulkhead Interactive consigue encontrar un tono propio y plantear cuestiones sumamente interesantes que nos harán pensar y, sobretodo, pasar un buen rato a los mandos. Utilizando herramientas narrativas que solo podría encontrarse en el videojuego, su argumento nos plantea diversas problemáticas sobre el control, la consciencia humana o qué diferencia a nuestras creaciones de nosotros mismos.
Si eres un fan de la ciencia ficción que teoriza sobre la humanidad de los robots, si te encantó Ex Machina o te fundiste el cerebro con The Talos Principle, darle una oportunidad a The Turing Test es capital. Además, su accesibilidad y nivel de dificultad asequible permiten su atractivo también para jugadores que no estén acostumbrado a los rompecabezas más hardcore. En definitiva, un juego de notable que sabe lo que es y de dónde viene para intentar ofrecer algo nuevo.
Pros | Contras |
* Dificultad asequible. | * Tiempos de carga abruptos. |
* Gran sci-fi. | *Alguna caida de frames. |
* Consciente de sus referentes. | *Completamente en inglés. |
*Gracias a Bulkhead Interactive por habernos proporcionado el material para la review.