A pesar del levantamiento de la prohibición de la venta de consolas y el estreno de Xbox One como primera consola en venderse allí, no parecen terminar de funcionar como deberían.
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En Septiembre del año pasado se estrenó Xbox One en el mercado chino, después de muchos años estando prohibida la comercialización de las consolas extranjeras por parte del gobierno chino. Tras casi 12 años, el país demográficamente más denso del mundo, permitió a sus ciudadanos acceder a una tecnología estandarizada en todo el mundo.
Ante la apertura de tal mercado, los inversores se frotaban las manos con las jugosas ventas que iban a obtener. Pero no ha sido así, y sumando incluso las de PS4, que salió unos meses más tarde, solo han llegado a las 550.000 unidades vendidas en 2014. Lo que a priori parece una buena cifra, palidece ante los millones de clientes potenciales que tiene el país.
Precisamente una de las condiciones que han pesado para este «fracaso», es la legislatura del gobierno Chino que ha limitado muchísimo el catálogo de ambas consolas, dejando al PC campando a sus anchas, donde algunos juegos son casi deporte nacional y una auténtica obsesión entre los gamers chinos.
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De momento y aunque parezca lo contrario, Microsoft sigue llevando la delantera en este mercado, sobre todo por que lleva más tiempo en él, y porque las relaciones entre China y Japón aún están demasiado frías, y el catálogo de la consola de Sony está tardando demasiado en ampliarse. Esperemos que Xbox y Windows 10 hagan el efecto deseado en este aspecto.
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