¿Juegos digitales o en su edición física? ¿Está comiéndole la tostada un formato al otro?. Recopilamos sus pros y sus contras bajo la tendencia actual.
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De un tiempo a esta parte venimos observando cómo ya se digitaliza todo en cualquier ámbito (música, cine, libros…) y las compañías como es lógico, se van sumando al carro, pues todo lo que suponga abaratar costes, tanto en la producción como en la distribución y venta final… es de interés común. Las mayores interesadas son ellas, no nos engañemos, aunque los consumidores también nos vemos beneficiados de algún modo.
Los servicios de suscripción premium como Spotify, Netflix o Kindle Unlimited, proporcionan extensos catálogos de contenido a cuotas bastante asumibles, algo que no solo resulta más cómodo a todos los efectos, sino que también ha desfavorecido a la piratería, una problemática de la que lamentablemente España, a pesar de haber descendido en un 4% en 2017, sigue siendo líder absoluta.
Como no podía ser de otro modo, un gigante del entretenimiento como es el sector de los videojuegos, se ha posicionado rápidamente a favor del mercado digital, con plataformas como la de Steam para PC, cuyos precios y descuentos de sus juegos digitales ponen en muy dura competencia a los retailers. Y poco a poco, las consolas han ido demandando su parte del pastel introduciendo sus tiendas de juegos digitales con mayor o menor fortuna, aunque me voy a centrar en la que nos concierne a nosotros, que es la de Xbox.
Mientras que en otras plataformas los jugadores parecen resistirse a pasarse a lo digital, los de Xbox One ya tenemos bastante interiorizado su uso. La posibilidad de compartir cuenta dividiendo gastos fue uno de los grandes atractivos para muchos al principio, aunque también contamos con las ofertas semanales, los descuentos de temporada, el Play Anywhere, la retrocompatibilidad, EA Access y por supuesto, el servicio Games With Gold que otorga hasta 4 títulos mensuales a los miembros de Xbox Live Gold. Además, recientemente hemos podido conocer a toda una declaración de intenciones por parte de Microsoft, un servicio llamado Game Pass, o «el Netflix de los videojuegos» como fue bautizado a las pocas horas de ser anunciado. Con todos los ingredientes de este caldo, conseguimos bibliotecas de juegos digitales que requieren de un buen disco duro externo. A nadie le faltan juegos en su Xbox, al revés, muchas veces encendemos la consola y no sabemos a qué jugar, estamos más que servidos y puede que hasta mal acostumbrados.
Pero ¿qué pasa con los lanzamientos y los juegos Triple A?, ¿nos comportamos igual?. Para los más veteranos y románticos, el formato físico aún tiene un sentido especial, como es el tener nuestros catálogos visibles en una estantería, y no estamos dispuestos a invertir 50€ o 60€ en algo incorpóreo. De ninguna de las maneras.
Para poner en una balanza todo esto, vamos a hacer un listado de pros y contras de los juegos físicos y los juegos digitales, y ya que cada uno decida o concluya el tipo de jugador/consumidor que es:
Formato físico
PROS
- Posibilidad de adquirir ediciones especiales, limitadas o de coleccionista únicas.
- Las reservas suelen incluir regalos exclusivos para incentivar las ventas.
- Instalar disco (descargar posible update) y jugar.
- Los juegos lucen bien en las estanterías de cualquier colección.
- Sentimiento de posesión sobre nuestros bienes materiales.
- Se pueden revender o cambiar en caso de que la compra no sea satisfactoria.
- Grandes ofertas en el mercado de la segunda mano.
CONTRAS
- Suelen ser más caros y de stock limitado en su lanzamiento.
- Terminan por ocupar bastante espacio en casa.
- Cambio manual de discos y desgaste del lector.
- Como todo lo físico, los discos pueden romperse.
Formato digital
PROS
- Posibilidad de compartir cuentas entre compañeros y dividir así los gastos.
- Disponibilidad 24/7 y comodidad de compra, desde el sofá de nuestra casa.
- Los juegos reservados se pueden descargar previamente y estar listos el día de lanzamiento.
- Hurgando en las Xbox Store de otros paises se consiguen auténticos chollos.
- Ahorro de espacio físico y de tiempo de pasar el plumero.
- La comodidad de no andar cambiando de disco.
- Sin accidentes, aunque se cambie de consola los podemos recuperar con nuestra cuenta.
CONTRAS
- La larga espera de tenerlo que descargar antes de jugar. Fatal para conexiones lentas.
- No se pueden revender ni cambiar una vez comprados, aunque sí devolver en algunos casos.
- Si se es baneado o se retira un juego del servidor, se pierde la opción de descarga.
- Terminar siendo esclavos del «diógenes digital».
En mi caso particular, hago un «fifty-fifty», aunque no es del todo exacto, pero sí que acostumbro a comprar las ediciones físicas de aquellos juegos que para mi son importantes, como por ejemplo los exclusivos propios de la consola. Para los títulos enfocados al multijugador a los que lo mismo echo solo unas partidas rápidas como me pego jugando con amigos toda la tarde, suelo preferir los juegos digitales por la inmediatez que me proporcionan. Y en el caso de los indies, por ética personal paso olímpicamente de las ediciones físicas, pues prefiero destinar mi dinero a las ediciones digitales, y que la mayor parte de sus beneficios vayan a las arcas de los pequeños estudios desarrolladores, sin pasar por intermediarios ni distribuidoras.
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