Estos son los motivos por los que hemos dado el sello de calidad a Firewatch, la propuesta de Camposanto ahora disponible en Xbox One.
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Una de mis constantes problemáticas con el mundo del videojuego es su afirmación como medio. No hay cosa que disfrute más que de un juego desacomplejado y totalmente desinhibido de las formas encorsetadas propias del cine. Y eso es Firewatch, una muestra jugable de una madurez sin igual que nos traslada a un precioso bosque de Estados Unidos para contarnos una historia tan profundamente humana como devastadoramente real. Unos personajes que, por fin, se sienten personas, individuos con heridas emocionales que navegan en un mundo que supura realidad. Todo un soplo de aire fresco, la genialidad hecha juego.
Ha llegado tarde a nuestras consolas, pero lo importante en este caso no es el cuándo, si no el cómo. Y es que Firewatch se ha vestido para la ocasión con numerosas mejoras y jugosos añadidos como audiocomentarios de los responsables del juego (completamente en inglés y sin posibilidad de añadir subtítulos) o un modo de exploración libre por el Shoshone, sin duda un paseo que merece la pena retomar. Además, se han arreglado los numerosos bugs que lastraron su lanzamiento original y que hicieron que muchos jugadores desistieran en su compra o incluso finalización. Aún así, no se libra Firewatch de caídas de frames más frecuentes de lo que nos gustaría.
Sin lugar a dudas, estamos ante una obra de arte de sensibilidad infinita. - ¡Comparte!
Firewatch es el primer videojuego de Campo Santo, una compañía fundada por antiguos miembros de Telltale Games, específicamente los guionistas de The Walking Dead, posiblemente la adaptación videojueguil más conseguida del estudio de aventuras gráficas. Sean Vanaman y Jake Rodkin demuestran que lo suyo no es un éxito aislado, si no talento sobrado con una historia sólida que va más allá del Walk Simulator para ofrecer una experiencia única. Y lo es principalmente porque esta historia jamás podría contarse de otra manera, por mucho que haya una película en ciernes. Aún así, esperemos que nos sorprendan.
Y os preguntaréis, ¿a qué viene tanto alboroto con la historia de un guardabosques? Bueno, ojalá fuera tan simple. Firewatch es un tortazo de realidad en un mundo desbordado por la fantasía. Una propuesta dolorosamente adulta que nos habla de experiencias tan devastadoras como la demencia prematura o las consecuencias emocionales de lidiar con una persona enferma. El olvido, la superación, encontrarte a ti mismo cuando más perdido te crees al lado de la persona más inesperada. Ojalá fuera tan simple.
En Firewatch nos pondremos literalmente en la piel de Henry, un cuarentón que ha pasado gran parte de su vida desviviéndose por Julia, su mujer. Su matrimonio se ve devastado cuando a Julia le diagnostican demencia prematura, y tanto Henry como ella se ven totalmente superados por lo trágico de la situación. Anulado como compañero y como persona, Henry ve como la familia de su mujer se la lleva a Australia y a él solo le queda la desolación más absoluta. Es entonces cuando decide aceptar un trabajo como guardabosques durante el verano. Y aquí empieza nuestra historia.
Apartado Técnico
A nivel gráfico, Firewatch es intachable. Con una estética que se acerca a lo cartoon pero sin perder un ligero toque de realismo, nos presenta un entorno preciosista que juega de una forma admirable con la iluminación. Sus atardeceres son dignos de permanecer enmarcados en la historia del videojuego. El mapeado está construido con un amor y cariño sin precedentes y tiene la medida justa para ser explorable sin ser abrumadoramente grande o insustancialmente pequeño. Cuando acabes el juego sentirás que conoces cada uno de los recovecos del bosque, y que al igual que Henry, que pasa allí una totalidad de 77 días, podrías recorrerlo sin ayudarte ni de mapas ni brújulas.
Uno de los pequeños peros del juego, y al final esto también tiene mucho de percepción personal a la hora de puntuar, son sus bajadas de frames así como el popping que hace que muchas veces la hierba y flores aparezcan según avanzamos. Aún así, no los he considerado fallos lo suficientemente determinantes para devaluar el juego. Una pena que Campo Santo no se haya empleado más a fondo en este aspecto, ya que es una realidad que aleja a muchos jugadores.
Sin duda, uno de sus puntos fuertes es la música, una banda sonora exquisitamente compuesta por Chris Remo, autor también de otros grandes acompañamientos como Gone Home o Thirty Flights of Loving. Sabe inquietar, conmover y también emocionar. Todo en su justa medida sabiamente distribuido. El uso que hace del silencio es algo que he echado mucho de menos en este tipo de juegos, y Firewatch sabe utilizarlo con una maestría muy poco usual en el medio.
Jugabilidad
Sería de necios englobar a Firewatch dentro del grupo de los walk simulator, pues es evidente que va mucho más allá. Desde el inicio del juego sus intenciones son claras, y el uso de las mecánicas está total y brillantemente supeditado a congestionar nuestro estado de ánimo. A sentirnos Henry. Al empezar, veremos un prólogo que nos cuenta cómo conocimos a Julia, nuestra pareja a través de las palabras, como si estuviéramos ante un libro, sin ninguna imagen sobre la que apoyarse. Iremos avanzando en el texto y nos aparecerán diversas opciones para elegir, como qué le decimos por primera vez o qué opinamos de tener hijos, pero habrá otras opciones que estarán bloqueadas, como por ejemplo la más dolorosa, aceptar su inminente enfermedad, entre otras muchas.
Firewatch es especial gracias a su profunda carga empática y emocional de la historia. - ¡Comparte!
En la vida, tal y como nos muestra Firewatch en este maravilloso prólogo, los caminos que se nos plantean no son más que vías de tren que debemos recorrer sin poder tomar desvíos. Nuestra capacidad de elección es mínima, y solo podemos seguir avanzando aceptando hechos insalvables como la muerte de un ser querido, que la vida se escapa en el mar del tiempo o que el amor llega sin que podamos decidirlo. Este prólogo textual se va intercalando con pequeñas partes jugables donde vemos a Henry salir de casa para encaminarse al Shoshone. Este ha sido, sin duda, uno de los mayores momentos jugables de mi vida, solo comparable al efecto que me causó Shadow of the Colossus o Portal 2. Una bendita otra de arte.
Una vez nos hagamos con el control total del personaje, descubriremos que no solo de andar va la cosa, ya que una de las piedras angulares del juego es la comunicación a través de un walkie-talkie con Delilah, nuestra compañera incansable que está en una torre de vigilancia cercana. Y esta es la verdadera premisa del juego, la construcción de los cimientos de una relación entre dos completos desconocidos que, en su soledad, encuentran un alma amiga.
El misterio del juego al final es una excusa para contarnos algo más grande, algo casi insólito en los videojuegos no solo por la manera de contarlo, si no por la profunda carga empática y emocional de la historia. A través de la exploración del bosque y nuestras conversaciones con Delilah, entre las cuales se podrán elegir entre tres respuestas, iremos siendo cada vez más Henry en una experiencia sin igual del uso de la primera persona.
Duración
Cuatro horas de experiencia gloriosa experiencia jugable, eso es lo que tiene Firewatch que ofrecer. Aún así, la rejugabilidad es alta debido a su capacidad de variar en pequeños aspectos y respuestas la trama. Además, el añadido de los comentarios de los desarrolladores hará las delicias de aquellos fans acérrimos que no quieran descubrir todos los misterios del juego. También se ha añadido un modo para explorar el bosque de manera libre, aunque durante el juego da tiempo para hacerlo de forma sobrada, aún así se agradece.
Quisiera dedicarle un párrafo en exclusiva a la localización de Firewatch, que raya lo excelente. Unas perfectas traducciones y juegos de palabras fantásticamente adaptados a nuestra lengua (¡atentos a la tortuga!) Eso sí, hay un pequeño fallo, y es que debes activar los subtítulos desde el mundo siempre que vuelves a iniciar el juego, pues la casilla no se mantiene marcada.
Conclusión
Firewatch ha conseguido fascinarme como pocos juegos han hecho antes. Si hace unas semanas en el análisis de Virginia me llevé un chasco considerable por considerarlo un mal híbrido entre videojuegos y cine, en Firewatch pasa absolutamente lo contrario. En 40 años los videojuegos, a mi parecer, han avanzado mucho más lentos que otros medios en su capacidad para poder contar historias de todo tipo.
Proliferan entre nuestros favoritos grandes obras de ciencia ficción, fantasía y en general de mundos re-inventados para la ocasión. Parece ser que el indie es el único que se atreve a contar historias humanas tangibles en nuestro mundo. Pasó con Fragments of Him y pasa ahora con Firewatch, una obra de arte de sensibilidad infinita.
Pros | Contras |
* Grandísima historia y personajes. | * Caídas de framerate y algo de popping. |
* Prueba de la madurez en el medio. | |
* Gráficamente exquisito. |
*Gracias a Campo Santo por habernos proporcionado un código para la review.