Los expertos en hardware analizan en profundidad el porque de este precio en Xbox One X. Para ello, Digital Foundry lo compara con PS4 Pro su homóloga más económica.
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Uno de los grandes problemas a los que se tenía que enfrentar en su presentación la nueva Xbox One X es el precio -499€-. Con consolas que corren todo tipo de juegos en venta por poco más de 250€, ¿cual es el motivo que hace que una Xbox One X merezca la pena? Por el mismo precio podríamos comprar dos Xbox One S. La tecnología y la potencia hay que pagarla, eso está claro.
En este caso, Phil Spencer nos adelantó la semana pasada en una entrevista que no ganaban dinero con cada Xbox One X vendida y que el precio estaba más que ajustado para lo que ofrecía la máquina. No todo son Teraflops, y las diferencias con su inmediata comparación, PS4 Pro, son evidentes, pero, ¿eso justifica los 100€ de más? Digital Foundry ha querido esclarecer con varios puntos esas diferencias remarcables siempre teniendo en referencia la consola de Sony, actualmente, la más potente del mercado, por 399€.
Sin entrar en detalles específicos de aumentos de precio, estas 6 razones diferencian a Xbox One X como un producto premium de 499€ que justificarían su coste:
- El Scorpio Engine se estima que es de un 15 a un 20 por ciento más largo que el procesador de PS4 Pro. Este es el componente más caro de la consola y los precios van en consonancia con ese aumento de tamaño.
- Los 4 gigas de RAM GDDR5 de Xbox One X no son baratos. Hace dos años, AMD decía que el coste de agregar 4Gb más para sus R9 390, era de 30$. Seguramente hayan caido los precios, pero es un añadido importante si hablamos de un precio tan ajustado.
- La cámara de vapor usada en Xbox One X no es poca cosa. Sólo las gráficas de alta gama como la GTX 1080 y 1080Ti usan este sistema. Incluso la GTX 1070, una tarjeta de 400€, ya no lo monta.
- El ancho de banda del disco duro ha aumentado de los 40Mb/s que tiene una Xbox One normal a los 60Mb/s que tendrá Xbox One X, quizá no sea mucho, pero en la práctica es un 50% más. Podría tratarse del paso a un disco de 7200rpm, que sería ligeramente más caro.
- El uso de un lector de Blu-ray 4K UHD aumentará el coste comparado con uno estándar, aunque tampoco será dramático, ya que Xbox One S también lo incluye y su coste es más reducido.
- El “Método Hovis” aplicado por Microsoft en el que el voltaje cada procesador se ajusta individualmente para su placa correspondiente, seguro que suma costes de producción.
En definitiva, es un conjunto de mejoras que colocan a Xbox One X como una consola ya no superior en potencia al resto, si no tecnológicamente puntera en algunos aspectos. Evidentemente se ha tenido que contener en algunos aspectos para mantener compatibilidad y un precio ajustado, como en la CPU, que sólo aumenta de velocidad con respecto a las anteriores consolas, a pesar de estar también customizada.
Las personas que no sólo aprecian la cosas tangibles de una nueva consola, como tener una buena pieza de hardware en tu casa, estamos seguros de que lo comprenderán y estarán encantados con ello. El problema está en el otro restante, y a Xbox One X aún le queda camino para demostrar a todos ellos que no todo es potencia.