Analizamos West of Dead, un twin stick shooter con un diseño artístico impecable y una jugabilidad muy exigente que nos hará morir muchas veces.
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Aunque generalmente se suelen llevar la atención los juegos triple A la tendencia parece estar cambiando en la industria, y desde hace unos años venimos recibiendo grandes juegos indies que, pese a contar con menos medios, consiguen crear auténticas obras de arte.
Hoy os traemos el análisis de uno de esos indies que probablemente no ha generado tanto hype pero que sin duda os hará querer dedicarle muchas horas. Hablamos de West of Dead, desarrollado por Upstream Arcade y que nos llega a Xbox One directamente a Xbox Game Pass.
Estamos ante un “twin stick shooter” o dicho de una manera mucho más sencilla, un shooter en 3ª persona donde utilizaremos uno de los stick para movernos y el otro para apuntar. West of Dead está protagonizado por un misterioso pistolero que despierta en el Purgatorio sin recuerdos, y que deberá intentar evitar la muerte todo lo posible…aunque esta no tardará en llegar demasiado, ya que West of Dead es muy exigente.
¿Merece la pena este West of Dead? Continúa leyendo para descubrirlo.
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Apartado técnico
El apartado técnico y artístico de este West of Dead es, sin duda, uno de sus puntos fuertes. El estudio Upstream Arcade ha conseguido unir de manera muy acertada la estética western con la cómic. Al ver el juego por primera vez en movimiento rápidamente se nos vendrá a la cabeza el sello tan personal de Mike Mignola, creador de Hellboy.
La referencia a Hellboy, además, es muy acertada y es que la voz para el protagonista la pone Ron Perlman, actor que interpretaba al mismo Hellboy en las dos primeras películas basadas en el personaje. Esta voz le sienta como anillo al dedo a la ambientación del juego, y es que continuamente lo escucharemos decir bastantes frases en un tono sombrío y con cierto humor negro.
El juego se mueve con bastante soltura y muy pocas veces veremos algún tipo de ralentización. Tal y como explicaremos más adelante, la luz y las sombras jugarán un aspecto fundamental durante nuestro viaje por el Purgatorio, y el juego las maneja a perfección. El diseño de los enemigos está bien resuelto, y aunque en los primeros compases no veremos demasiada variedad todos tienen sus propias características muy diferenciadas.
Sin embargo no podemos hablar tan bien de los escenarios. Las mazmorras son procedurales, es decir, serán totalmente distintas cada partida que juguemos. Pese a que veremos diferencias entre el diseño de todas dada su ambientación lo cierto es que hemos podido percibir cierta repetitividad entre ellos. Merece una mención aparte el apartado sonoro de juego, con unos sonidos de armas muy conseguidos y unas melodías con guitarras al estilo western bastante acertadas. El juego llega en totalmente en castellano salvo por la voz original de Perlman.
Jugabilidad
Al igual que nos ocurría con el aspecto y el apartado técnico, a lo poco que juguemos a West of Dead se nos vendrá otro título roguelike a la cabeza: Dead Cells. El fantástico título de Motion Twin tiene una serie de mecánicas y de desarrollo de cada partida que West of Dead toma como clara referencia, pero introduciéndole su sello personal y su jugabilidad más orientada a los tiroteos y a la estrategia.
Y no, no nos hemos equivocado al nombrar la estrategia ya que este West of Dead es muy exigente en lo que a su gun-play se refiere. Los primeros compases del juego son bastante engañosos en este sentido y es que superar el primer capítulo no nos supondrá demasiado reto. Sin embargo, una vez comencemos el segundo capítulo el cometer el más mínimo error nos hará pagarlo muy caro. Deberemos afrontar cada sala con bastante cabeza, y planificar bien que coberturas usar.
Morir en West of Dead solo es volver a empezar
Como decimos, si habéis jugado a Dead Cells la premisa es la misma. Al despertar en el Purgatorio no tendremos demasiada idea de porque estamos allí o cual es nuestro objetivo pero pronto nos daremos cuenta de que prácticamente todo lo que se mueve intentará matarnos (otra vez). Encontraremos al antagonista de este juego, llamado el Predicador, que parece conocernos y del que iremos descubriendo más información con el paso de las horas.
Para defendernos podremos llevar dos armas y dos habilidades, y será bastante importante saber combinarlas. En lo que a armas se refiere hay muchísima variedad, estando divididas en 3 categorías: pistolas, escopetas y rifles. Cada arma podrá tener unas características únicas, como por ejemplo producir daño por sangrado, provocar congelación o hacer mucho más daño si disparamos desde una cobertura a cambio de sufrir nosotros también más daño.
En las habilidades sin embargo no tendremos tanto donde elegir, pero lo cierto es que nos serán de muchísima utilidad. Además, al igual que ocurre en Dead Cells, encontraremos santuarios repartidos por las diferentes fases que nos permitirán elegir una mejora permanente para esa partida a elegir entre salud, daño o mejora en las habilidades. No acaban ahí las referencias, y es que también iremos recogiendo “pecados” que actuarán al igual que las células de Dead Cells, y que al final de cada nivel nos servirán para ir desbloqueando nuevos objetos para nuestro arsenal.
Al igual que ocurre con los pecados también iremos recogiendo hierro, la moneda que utilizaremos en el Purgatorio para comprar armas, accesorios o habilidades. Estas compras solo las podremos realizar en medio de los niveles, y el inventario de estas tiendas será totalmente aleatorio. Por último, y sin querer llegar a ser demasiado pesado con la comparación, también deberemos ir obteniendo runas matando a jefes que encontraremos en los niveles. Estas nos concederán ciertas habilidades que nos permitirán acceder a sitios que nos llevarán por otras rutas alternativas.
Vigila tu munición (infinita), vaquero
Como os hemos dicho antes, afrontar cada tiroteo nos hará pensar muy bien nuestros movimientos. Todas las armas del juego tienen munición infinita, pero cada una de ellas tendrá un tiempo de recarga diferente. Será muy importante saber gestionar nuestras acciones, y es que las armas se recargarán muy lento si estamos fuera de cobertura, o incluso la recarga se detendrá si intentamos esquivar.
La munición no será lo único a tener en cuenta, y es que la luz será un elemento imprescindible en los tiroteos. El apuntado del juego es semi-automático, pero este solo funcionará si el enemigo se encuentra iluminado. Cuando los enemigos estén en la oscuridad nos resultará prácticamente imposible acertarles, por lo que deberemos estar muy atentos a las lamparas apagadas que estarán repartidas en los escenarios.
El gun-play de West of Dead es bastante satisfactorio, y hasta cuando morimos y debemos empezar de nuevo el juego sabe dejarnos con ganas de más. Sin embargo no es perfecto ya que hay pequeños defectos que empañan un poco la experiencia. Algunos niveles cuentan con una doble altura que está muy mal implementada, y es que no podremos apuntar de ninguna manera hacia ella. No solo ahí esta el problema, y es que para subir o bajar deberemos utilizar una escalera de mano que además de dejarnos expuestos tiene un control malo.
Los jefes y mini jefes (llamados proscritos) nos parecen un poco por debajo del nivel del resto de enemigos que encontramos durante el juego, y es que la mayoría de ellos no nos supondrá demasiado desafío. Además, en nuestro arsenal de movimientos contaremos con un cuerpo a cuerpo que no tiene mucho sentido y que parece añadido con un calzador. Por último, y aunque no nos ha ocurrido demasiadas veces durante nuestra experiencia, hemos sufrido algún fallo de control un tanto inaplicables que nos ha dejado vendidos.
Duración
Por la forma en la que esta diseñado (al igual que otros roguelike) West of Dead es un juego muy largo. Todas nuestras partidas serán intentos de sobrevivir y llegar lo más lejos posible, y para ello necesitaremos tener cada vez acceso a mejores armas y habilidades, donde tendremos una gran variedad para elegir nuestras favoritas.
Aquí debemos poner un pequeño pero, y es que los primeros compases del juego nos obligarán completamente a hacer runs de farmeo donde poco a poco iremos consiguiendo lo necesario para desbloquear el mejor equipo. Sin embargo el problema está en que el juego puede abrumar al jugador, ofreciendo gran cantidad de opciones con muy poca explicación para ellas lo que hará que gastemos mucho tiempo en desbloquear objetos que pueden no ser tan útiles como indica su precio.
Conclusión
West of Dead está englobado en un tipo de juegos donde hay grandes títulos como el citado Dead Cells o The Binding of Isaac, pero lo cierto es que añadiendo su sello personal sabe destacar y no convertirse en un producto genérico más. Su sello artístico es sobresaliente, y esa mezcla de western y comic con la voz de Perlman nos parece sublime.
Por supuesto dista de ser un juego perfecto, y algunos fallos de diseño de jefes, control o escenarios pueden hacer lastrar un poco su experiencia. Pero teniendo en cuenta que el juego ha sido desarrollado por un estudio de tan solo 4 personas y que la versión que ha llegado a Xbox One no es aun la 1.0, lo cierto es que no encontramos motivos para no recomendar este entretenido juego roguelike, y más teniendo en cuenta que puedes disfrutarlo de manera totalmente gratuita a través de Xbox Game Pass.