Descubre en Generación Xbox el análisis de Warface, el nuevo shooter gratuito en línea modos JcJ, emocionantes misiones JcE, un arsenal excepcional.
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Hace poco, un nuevo free2play llegaba a nuestras Xbox One dispuesto a añadir nuevas alternativas de juego gratuitas. Es una novedad, pero no te dejes engaña, Warface es un viejo conocido. Lleva cosechando éxitos en PC desde 2013 e incuso los más veteranos recordarán su paso por la anterior generación, llegando a Xbox 360 en 2014 sin hacer mucho ruido. Es un pura sangre que respira veteranía.
Desarrollado por la legendaria Crytek y distribuido por la compañía rusa my.com, representa a la perfección el boom comercial de los F2P que arrasa tanto en Rusia como en Asia. Se trata de una de las alternativas de más éxito en el mencionado mercado soviético, en el que incluso llegó a ser agraciado con varios premios durante las ediciones de 2012 en la Gamescom y The European Games Awards. También puede presumir de que firmó el récord Guinness de mayor cantidad de jugadores conectados simultáneamente en un servidor FPS. Aunque fue un honor efímero: el récord le duró poco.
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Se trata de referencias obsoletas, lo reconozco, ya que son méritos alcanzados hace más de 5 años en PC y que títulos como Warframe, Paladins o el maravilloso World of Tanks son mucho más populares hoy en día. Pero hay que reconocer que son datos que nos dan pistas sobre el título: no debemos subestimarlo y la buena acogida por parte de los usuarios de Xbox One lo demuestra. En un primer vistazo, a simple vista parece un FPS más: una ensalada tópicos en la que destacan dos ingredientes por encima de todos CoD: Modern Warface y Crysis, estéticamente hablando.
Efectivamente, se trata de un FPS multijugador competitivo, así que no encontraremos nada que no hayamos visto antes. Y, desde luego, tanto en su estética, como en su faceta PvP, es rotundamente cierto: nos deja con la sensación de ser más de lo mismo antes incluso de empezar a jugar. Sin embargo, hay ciertos detalles en su jugabilidad que, aunque tímidamente, nos proponen cosas muy agradables y, ya sabéis, aquellas cosas de las que esperamos poco son las que más nos acaban sorprendiendo.
Warface merece ser juzgado justamente, nos reserva alguna que otra sorpresa.
Apartado Técnico
Warface es un juego de 2013 y visualmente se nota. Texturas poco detalladas, animaciones toscas, bajones de FPS y, en general, gráficos que parecen de la pasada generación. Lo bueno es que, mirándolo desde un punto de vista positivo, el margen de mejora es muy amplio. Por no hablar del sonido, música escasa, y efectos visuales que se quedan huérfanos de sonido por doquier (explosiones que no suenan, recargas que suenan tarde, ver las balas antes que escucharlas, y cosas de ese tipo).
El interfaz se nota muy heredado del PC y manejaremos un puntero con el stick a modo de ratón. Como opinión personal, navegar por los menús se me hace muy aparatoso.
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Jugabilidad
Lo primero que aprenderemos es el ya muy extendido sistema de clases. En este caso tenemos al fusilero, médico, ingeniero y francotirador. El primero, tiene la habilidad de reponer munición tanto a sí mismo como a su equipo. El ingeniero puede reparar la armadura y el equipo. Además, es capaz de ‘plantar’ minas. Respecto al médico es obvio, su característica especial es curarse a sí mismo y a sus compañeros. Y por último, el francotirador puede equipar armas especiales a larga distancia. Nada fuera de lo habitual, si somos asiduos a los juegos de disparos en primera persona, no tardaremos en sentirnos como en casa. Tendremos que decidir que clase se ajusta más a las necesidades de cada partida o a nuestro estilo de juego.
Uno de los aspectos más originales de su jugabilidad está en cómo aprovechamos la movilidad. Para acceder a ciertos lugares del mapa será indispensable la ayuda de un compañero, que se colocará agachado y nos servirá de apoyo para alcanzar lugares inaccesibles por nosotros solos. Un recurso bastante interesante que premia la
colaboración en grupo con el resto de jugadores. La idea es que varios jugadores juntos en un punto de difícil acceso resultan letales.
Otro detalle genial del juego que los jugadores más veteranos reconocerán enseguida es la posibilidad de personalizar tus armas como en la mayoría de juegos del género, pero a diferencia del resto, Warface tiene una función heredada de la saga Crysis: la posibilidad de hacerlo en cualquier momento de la partida. Podremos modificar a nuestro gusto cualquier accesorio de nuestro arma, colocándole mirillas, cargadores ampliados, empuñaduras o silenciadores, sobre la marcha y simplemente pulsando un botón. De una forma muy visual e intuitiva, sin necesidad de esperar al siguiente respawn, salir al lobby o cualquier otra limitación.
Respecto a su sistema de progresión, y como es habitual, según vamos adquiriendo EXP, iremos desbloqueando objetos para nuestro arsenal. Cada vez que recibamos un ascenso, tendremos la opción de seleccionar cuál será el siguiente objeto que queremos desbloquear (normalmente una pieza de armadura, un accesorio o un nuevo arma). Es un sistema que nos deja decidir a nosotros y de esta manera cada jugador evoluciona de manera diferente a los demás, montando su propio arsenal de armas y un equipo en función de nuestras prioridades.
En este tipo de F2P, es muy importante explicar cómo funciona la economía del juego y si realmente estamos ante un Pay To Win. Obviamente, los que pasan por caja podrán aprovecharse de una progresión mucho más rápida, pero si decidimos no pagar, también tendremos nuestras opciones. Se premia al jugador con recompensas diarias o con períodos de prueba para artículos premium y membresías VIP. Una de las funciones que otorga accesibilidad a los que no pagan es el hecho de que el equipo no solo se puede comprar para que sea nuestro de forma definitiva, sino que también se puede alquilar durante un periodo concreto (normalmente 24 horas o una semana).
Por ejemplo, ganando tres o cuatro partidas, ya tendremos el dinero necesario como para conseguir un arma decente; eso sí, nos caducará en 24 horas, pero nos ayudará mucho a conseguir más dinero para seguir alquilando equipo e incluso comprarlo de forma definitiva. Reconozco que es algo que llega a agobiar: en Warface hay que gastar dinero del juego prácticamente para todo. Incluso las armas y armaduras se deterioran, teniendo que pagar monedas del juego para repararlas. Es un sistema viable, pero nos exige paciencia y una rutina de juego constante para mantenernos económicamente “dentro” del juego.
Respecto a los modos de juego, en Warface tenemos tres vertientes muy diferenciadas: jugador contra jugador, jugador contra entorno y el recién estrenado Battle Royale (PvP, PvE y Battle Royale, respectivamente a partir de ahora). Empezaré hablando del PvP, aunque no me extenderé demasiado en este sentido: el clásico todos contra todos Deathmach, los duelos por equipos, Baja Confirmada, y los basados en objetivos de ataque y defensa, como Control de Zonas o Plantar la Bomba, etc.
Entre todos suman 8 modos de juego en total, desarrollados en la generosa cantidad de 32 mapas excesivamente sencillos con una inspiración militar y urbana. Como ya he dicho, no voy a detallar más, ya que no ofrece nada que no hayamos visto anteriormente.
Respecto al modo Battle Royale, solo puedo decir que se siente un poco verde. Empezamos en medio de un mapa inspirado en el desierto de Mojave, equipados tan solo con un cuchillo, y debemos luchar para ser el último hombre en pie entre los 24 jugadores máximos por partida. Hay ciertas particularidades, como la ausencia de “Drop”: nuestro personaje aparece, o hace «Spawn» ya en el suelo, sin el típico salto en paracaídas ni nada parecido, lo que nos limita la táctica de donde empezar la búsqueda de armas, dejando este aspecto en una aleatoriedad total. Otro asunto determinante en este modo es el tamaño del mapa.
Es un mapa pequeño, muy pequeño, así que las partidas no durarán más de cinco minutos y seguramente no aguantemos vivos ni la mitad, porque las apariciones de jugadores demasiado cercanas y la dificultad de encontrar un arma, hacen las partidas excesivamente cortas. Es más, he tenido la sensación de estar más tiempo buscando jugadores que propiamente jugando.
Donde sí encontramos el diamante en bruto es en su faceta PvE, con 6 misiones cooperativas a modo de las clásicas incursiones y otras 6 misiones de “Operaciones Especiales”, de dificultad más elevada. Aquí tendremos que gastar tickets para poder acceder a ellas. Es, sin duda, la parte que más me ha gustado. Resulta un buen reto superarlas en dificultades medias, requiere coordinación entre los miembros del equipo y resultan variadas y divertidas.
Desactivar la bomba, derribar un helicóptero, resistir oleadas zombis o luchar contra «mechas» gigantes serán muchas de las situaciones a las que nos tendremos que enfrentar. Estos modos de juego nos recompensan con monedas, experiencia y dinero del juego dependiendo de nuestros méritos alcanzados, basados sobre todo en la dificultad seleccionada y en el tiempo invertido para cumplir la misión.
Duración
La durabilidad de este juego está principalmente basada en la progresión del personaje. Subir los primeros niveles no resultará muy complicado, tan solo necesitaremos unas pocas partidas para empezar a tener la sensación de que estamos avanzando. Pero cuando las cosas se ponen más serias y empezamos a tener cierto nivel, tendremos que enfrentarnos a rivales más poderosos y a dificultades elevadas en las incursiones. Ese es el momento en el que la sensación de progreso se disipa y nuestro compromiso con el juego se pone a prueba.
Warface no es un juego para largas sesiones de juego, si no más bien para unas partidas rápidas: conseguir dinero que podamos invertir en equipo y un poco de experiencia para poder mantener el ritmo de consumo que en juego nos exige. Las incursiones de niveles altos serán objetivos a largo o medio plazo, así que tendremos que invertir muchas horas antes siquiera de intentarlo.
Conclusión
A caballo regalado… Warface es un buen juego, lastrado por un acabado técnico pobre pero con muchas opciones de juego abundantes, muchos mapas y un PvE que resulta desafiante y divertido. Es un juego que sabe recompensarnos, poniendo a nuestra disposición muchas alternativas para conseguir un equipo decente sin pasar por caja. Eso
sí, tendremos que dedicarle mucho esfuerzo y sobre todo constancia para ello.
Obviamente y por desgracia, nunca alcanzaremos los recursos de un jugador Premium, pero a pesar de ello, resulta muy fácil disfrutar de Warface y convertirlo en una experiencia positiva.
Está a años luz de otros titanes del mundo F2P como Warframe o World Of Tanks, pero es una muy buena alternativa gratuita para disfrutar en compañía de sus modos de juego cooperativos.