Analizamos Effie, un título indie que se inspira claramente en los títulos de aventuras de los 90 ofreciéndonos una aventura muy colorida.
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Si como yo eres un amante de los videojuegos y has pasado tu infancia o adolescencia en la década de los 90 seguro que han pasado por tus manos algunos de los juegos de plataformas en 3D más famosos de la historia. Pese a haber varios de estos, siempre van a quedar por encima los Crash y Spyros, títulos que pese a parecer un tanto infantiles lo cierto es que ofrecen zonas de plataformas no aptas para todas las manos. Estos títulos sentaron las bases para un género que ha ido cambiando y evolucionando desde entonces, pero siempre contando con varias herramientas o elementos en común.
Bebiendo precisamente de este tipo de mecánicas tenemos Effie, primer videojuego desarrollado por Inverge Studios y que sirve como carta de presentación del estudio. En esta aventura tenemos como protagonista a Galad, un joven que es maldecido por una bruja y se convierte en un anciano (pero de armas tomar, todo sea dicho). El juego y la aventura está contada en forma de cuento a una niña llamada Effie, y por el camino nos tocará enfrentarnos a un buen número de plataformas, puzles y algunos combates un tanto repetitivos en el que nuestro escudo será nuestro principal baluarte. ¿Será una este Effie una aventura en la que merezca la pena sumergirse? ¡Vamos a verlo!
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Apartado técnico
Effie es un juego indie que no pretende tener aspecto de proyecto con un gran apoyo económico, pero lo cierto es que visualmente el juego destaca. El prólogo (que sirve también de tutorial) es ciertamente engañoso en este sentido, ya que nos sitúa en una mazmorra bastante «genérica» y que puede llevar un poco a malentendidos. Sin embargo, una vez la completemos y salgamos al exterior podremos apreciar un apartado gráfico mucho más bello y lleno de colorido. El juego presenta un mundo abierto de dimensiones considerables si tenemos en cuenta el tipo de juego que es, con algunas localizaciones que hacen de ciudades, uno de los mejores puntos del juego sin duda.
El gran problema de esto es que el mundo abierto que presenta esta completamente vacío de contenido. No encontraremos nada más que vegetación, agua y las ciudades o lugares que podremos visitar. Fuera de esto el único aliciente para recorrer el mapa será el disfrutar de la fantástica movilidad a través del escudo, el cual hará las veces de un monopatín volador al más puro estilo Regreso al Futuro 2. Esto además nos ofrecerá una serie de carreras muy divertidas, en las que deberemos ir pasando por una serie de puntos de control mientras intentamos que no se agote el tiempo que tenemos para ello, y por supuesto con varios turbos y saltos espectaculares por el camino.
Este pequeño problema de contenido también lo podemos encontrar en los enemigos, que carecen prácticamente de variedad. Durante toda la aventura nos encontraremos los mismos una y otra vez, y pese a que en los primeros compases de la aventura no será un problema lo cierto es que acaba siendo algo cansino cuando pasamos el ecuador del juego. Por otro lado, los diferentes bosses a los que los que deberemos hacer frente si que me han parecido diseñados con más coherencia y variedad, cada uno con sus mecánicas diferentes.
Lo que me parece mencionar aparte y que creo que sin duda también es de las mejores cosas que tiene el juego son las distintas zonas de plataforma y puzles que deberemos ir completando. Es cierto que ninguna de estas pretende ser revolucionaria o algo que no se haya hecho nunca en los videojuegos, pero cada una está creada de una manera bastante acertada. En estas zonas de plataformas encontraremos las clásicas trampas, plataformas que se caen a nuestro paso o incluso ríos de vino que deberemos pasar saltando de barril en barril. Los puzles realmente son bastante sencillos y no nos llevarán nunca más de un par de minutos encontrar la solución, pero le da variedad a los diferentes escenarios. He podido analizar el juego en una Xbox Series X, y el rendimiento ha sido muy bueno, sin ningún tipo de caída de frames y con unos tiempos de carga prácticamente inapreciables.
Jugabilidad
Si has leído hasta aquí te habrás dado cuenta que Effie basa su jugabalidad en 3 pilares bastante bien diferenciados: combates, plataformas y puzles. Cuando tu tienes un gran juego de un género y le añades otro tipo de elementos puedes tener una obra que sea variada y más divertida de jugar, pero esto ocurre solo cuando todas las partes que componen el puzle del juego (nunca mejor dicho) encajan y funcionan igual de bien. ¿Ocurre esto en Effie? Por desgracia no, con un claro perdedor que sin duda es el sistema de combate.
Como he dicho anteriormente, la única arma y herramienta a la que tendremos acceso durante nuestra aventura será un escudo, que no solo servirá para evitar daño sino también para golpear. Contaremos con un botón para realizar un ataque ligero y otro para un ataque pesado, además de lógicamente un botón para cubrirnos. Esta cobertura no funciona como uno esperaría al tener un escudo, y es que se trata de una cúpula de color azul que evitará que suframos daño hasta que se rompa (cosa que no tarda demasiado en pasar). Esta mecánica limita mucho el combate puesto que mientras nos cubrimos con la cúpula no nos podremos desplazar de ninguna manera.
Durante nuestra aventura podremos mejorar nuestra salud e incluso desbloquearemos algunos movimientos extra para combatir, como un terremoto. Estos movimientos le dan un poco de variedad al combate que no son suficientes, puesto que el sistema carece de cosas básicas como poder fijar un objetivo o de una variedad de combos que impliquen más allá de aporrear casi todo el tiempo el botón del ataque ligero. El escudo, tal y como he dicho antes, tampoco ayuda demasiado al dinamismo de los combates puesto que me parece un poco incompresible que en un juego de plataformas nuestro personaje no pueda desplazarse a la vez que intenta cubrirse de los golpes. Llegados a un punto incluso nos encontraremos un coliseo, pero su experiencia es básicamente la misma.
Los fallos o carencias de este pilar se diluyen bastante cuando pasamos a la gran estrella del juego, que es son sin duda las plataformas. Me reafirmo en que este Effie no reinventa o pretende sentar las bases para futuros juegos, pero sin duda el estudio ha hecho muy buen trabajo en esta parte. A través de mecánicas típicas como el doble salto deberemos ir superando diferentes niveles con trampas mortales en las que caeremos si no tenemos cuidado. Menciono esto porque el juego tiene puntos de control periódicos, pero con zonas donde estos están demasiado separados. Puede ser un tanto tedioso para algunos jugadores repetir una zona entera porque nos equivoquemos justo al final, así que recomiendo armaros de paciencia para superar algún tramo que otro.
Ya solo nos queda hablar de los puzles, los cuales he podido disfrutar bastante. La mayoría consisten en pulsar placas de presión en un orden determinado, y una equivocación en cualquier momento puede acabar con nuestra vida en cuestión de segundos. Todos están colocados con bastante inteligencia entre secciones de plataformas o combates, que sirven de descanso aportando por el camino esa variedad que comentaba anteriormente. No me gustaría terminar de hablar de la jugabilidad sin comentar como afecta la narrativa a la experiencia del jugador. Cuando vayamos superando eventos o zonas iremos escuchando a Galad contar a modo de historia que estamos haciendo o viendo, algo que también sucede cuando perdemos la vida (como si se tratase de un error o un olvido en el cuento). Es algo que me ha gustado bastante durante mi partida, pero si que puede llegar a ser un poco agotador.
Duración
En los últimos años se ha implantado una especie de tendencia en los videojuegos que parece obligar a los desarrolladores a hacer que sus títulos sean más largos, puesto que parece que si un videojuego es corto no merece la pena. Yo nunca he estado muy de acuerdo con esto, ya que un juego grande y largo pero aburrido o falto de contenido me parece tedioso y que no me motiva a terminarlo, mientras que un juego corto donde la experiencia es buena de principio a fin me hace coger el mando y no soltarlo hasta que veo los créditos finales.
Digo todo esto porque Effie no es para nada un juego largo, ofreciendo su historia principal una duración aproximada de 5 horas. ¿Eso lo convierte en un mal juego? Por supuesto que no. Effie ofrece una de esas historias típicas de los cuentos de los más pequeños de la casa, donde una bruja encarna el papel del enemigo absoluto y donde deberemos ir luchando para liberar el mundo de su yugo a la vez que buscamos la cura a ese hechizo que nos ha hecho envejecer. El juego tiene pocos alicientes para rejugarlo, así que la duración es difícilmente ampliable.
Conclusión
Se me ha quedado un sabor un tanto agridulce después de completar Effie. El juego hace un homenaje claro a las aventuras de plataformas más exitosas de los 90, pero por desgracia manteniendo algunas de las lacras que tenían esos títulos si los comparamos con las jugabilidades actuales. El sistema de combate está demasiado descuidado, con muy pocas opciones y enemigos contra los que enfrentarnos durante toda la aventura. El hecho de que por ejemplo no podamos fijar a los enemigos ya supone una dificultad añadida y que empaña demasiado un sistema que ya de por sí debería de sufrir una transformación importante.
Por suerte, las plataformas y los puzles funcionan estupendamente bien. El juego nos va lanzando estos desafíos con mucha más frecuencia que los combates y eso lo agradecerá el jugador continuamente. «Surfear» por todo el mapa también es muy agradable, aunque si que se echa en falta que tengamos más contenido o más elementos durante esos viajes. Por tanto, Effie me parece un juego con muy buenas ideas pero con algunos elementos que no acaban de funcionar como deberían, empañando por tanto el resultado final. Un buen juego para aquellos amantes de los títulos de plataformas al asequible precio de 19,99 euros.