The One We Found es un Survival Horror que intenta destacar, con poca suerte, en un género en el que los indies son los reyes del cotarro.
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Justo para Halloween nos llegó a la redacción para analizar este The One We Found, un nuevo título Survival Horror que se califica como una nueva vuelta de tuerca al género profundizando en los 4 pilares clave del mismo: Terror, combate, exploración y gestión del inventario. Por supuesto, tendremos una buena ración de todos ellos, pero el juego no acaba dando miedo precisamente por que lo pretende, si no por lo terriblemente mal que está hecho.
Desde hace años, hemos visto como un nuevo paradigma de los Survival Horror hizo resurgir el género de sus cenizas de las manos de los estudios independientes que llevan años innovando y haciéndole el trabajo a los más grandes. Juegos como Outlast, Amnesia, Slender o incluso Five Nights at Freddy, han explorado en mayor o menos medida ese terror indie en el que no era necesario inventario ni armas ni nada por el estilo. Solo MIEDO y las mecánicas justas para potenciarlo.
Quizá The One We Found si que quiere dar un paso más, ya que ahora si tendremos armas a nuestra disposición, pero si bien consigue mitigar algo los defectos del juego, no los compensa en absoluto, terminando ser otro apartado más en el que el título se ve arrastrado por su mal diseño. Nunca es de buen gusto desmerecer el trabajo de nadie, pero como analista, cuando ves que un juego falla en mecánicas que llevan en pie desde hace lustros, no favorece mucho al trabajo de Loveridge Designs, aunque sea el de una sola persona.
El argumento es otra excusa incoherente que une los niveles a través de apuntes que parecen estar escritos por el protagonista, James, en el que cuenta una historia truculenta que se desarrolla en un manicomio Ruso en el que el gobierno y los experimentos locos están a la orden del día. Sin embargo, los horrores no son para tanto, y lo que se podía haber aprovechado para sembrar un campo lleno de miedo, saltos del asiento y gritos para el jugador, se limita a un puñado de enemigos y una advertencia al principio que lamentablemente, no hemos podido percibir.
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Apartado técnico
Esa advertencia era uno de los reclamos por los que me atraía The One We Found. Según podemos leer en ella, hace años, un científico descubrió “La Frecuencia del Miedo”, la cual hace que nada más oirla, nos sintamos incómodos, temerosos, como si infundiera temor en la mente humana. En teoría no podemos oírla, pero se supone que ahí está. De hecho, te advierte, que si te sientes mal, te retires del juego y descanses (no faltaba más).
Pero a pesar de haberlo probado con cascos, Dolby Atmos, de noche, solos, a oscuras y con todas las variables necesarias para disfrutar de un juego de miedo, ni hemos podido oír esa frecuencia ni el juego nos ha dado ningún susto. Bueno, algún susto que otro nos hemos llevado, pero ha sido justo antes de comenzar a reirnos de lo mal que estaban hechos los efectos de sonido. Nada más arrancar el juego en el menú principal, nos pegan un chillido de mujer que si que puedes pegar un salto, pero claro, si te pilla con el volumen alto. Mención especial a la pantalla de carga, que nos lanzará soniditos como si fuese una app cutre de móvil con chillidos, quejidos de un hombre o una botella rompiéndose, pero todo siempre como si se tratara de un archivo .wav que notas perfectamente cuando empieza y se acaba.
La ambientación realmente está bien, si pasamos por alto la calidad gráfica de principios de los 2000, las horribles texturas, los efectos de luz sin filtros, lo mal que funciona la iluminación de nuestra linterna (necesaria el 100% del tiempo)… Realmente no podemos decir nada bueno del juego. Con los años que llevo viendo Survival Horror, aún recuerdo en 2007 una tímida Frictional Games lanzando al mercado el primer Penumbra: Overture, un título muy básico pero con los elementos que hoy deberían de estar más que pulidos.
Jugabilidad
Mientras más corto sea el análisis, menos tendremos para explicar lo mal que está hecho The One We Found. Los 4 pilares básicos que jura mejorar del Survival Horror los destroza a base de una jugabilidad nefasta: nuestro jugador se mueve demasiado lento, el sprint dura poquísimo hasta resultar desesperante, el sistema de inventario es tosco, pequeño y rematadamente poco útil para ponerte a abrirlo delante de algún peligro. Incluso el sombreado con el que podremos ver lo que tenemos seleccionado es complicado de ver a simple vista y hay veces que no sabremos ni que estamos eligiendo.
Un momento ideal para que sin querer, eliminemos para siempre un arma de las que nos harán falta, con la consecuencia de tener que reiniciar el nivel. Eso sin contar con el bug que hace que si cogemos un fusible sin espacio en el inventario, se pierda en un limbo espacio temporal, que te obligará a reiniciar el nivel. Y los tiempos de carga tampoco es que sean una maravilla, pero al menos tendremos a nuestros colegas “La chillidos” y “el gemidos” para acompañarnos mientras rompen botellas.
Cada nivel es más simple que el anterior, no son mapas complejos ni con los que perderse, pero aún así hay algunos acertijos que completaremos de chiripa pero que se repetirán, como los números de 4 cifras en informes aparentemente inservibles que resultan ser combinaciones de un candado. ¿Tienen algo que ver? ¿Son coherentes? No, pero mira, añaden dificultad, y mientras damos vueltas buscando la solución se aumentan las horas de juego. Son 11 niveles que nos llevarán entre el mundo real y un espacio común que irá cambiando cada vez que entremos y que nos ha recordado mínimamente y salvando las grandes distancias a aquella “The Room” de Silent Hill 4, que se va modificando.
Con respecto a la acción y a las armas que tendremos disponibles, sorprendentemente serán muchas, hasta el punto de que casi hay más armas que enemigos distintos en el juego. Si al principio las balas no sobrarán precisamente, después seremos sobradamente superiores a todo lo que nos encontramos, hasta el punto de dejarnos con las ganas de ver más enemigos que nos pongan complicada la historia, nos den algún que otro susto y animen el cotarro. Más que nada porque si se lo hubiera propuesto el desarrollador, es algo que funciona mucho mejor que el resto: se puede apuntar con la mira del arma, el sonido es bueno y contundente y cada disparo se siente satisfactorio. Por eso quizá el juego se salve con su modo Survival.
Tampoco os vamos a engañar, a pesar de ir cabreados y fastidiados por lo mal que estaba todo diseñado, ese regustillo a clásico combinado con las malas praxis han terminado por empujarnos a acabarlo por completo, algo que viendo los dos finales que tiene, quizá ha terminado por enfadarnos aún mas.
Duración
Si los puzzles, combinaciones o accesos los tuviéramos aprendidos para una segunda vuelta, seguramente la duración de todos los niveles no superaría la hora y media. Pero conforme hemos jugado con todos los problemas encontrados, se nos ha ido a las 5 horas aproximadamente, algo aceptable, si tenemos en cuenta que también tendremos un modo Survival, en el que enfrentádonos a una horda en un escenario bastante reducido, podremos ir comprando armas al más puro estilo COD (colgadas en las paredes) y durar el máximo posible de rondas.
Tampoco es que se apunte de manera genial y los primeros enemigos son exageradamente estáticos, pero pronto se pueden poner bastante complicados y con un par de toques caeremos pronto.
Conclusión
Nos cuesta mucho recomendar The One We Found. Es complicado decirlo, porque un servidor le ha terminado cogiendo ese cariño que le coges a los peores juegos que te sueles encontrar en un océano de títulos inabarcable y casi infinito. Posiblemente con una gran actualización podría solucionar muchas de las cosas que hacen de este juego una experiencia frustrante y poco digna de los tiempos que corren. Sobre todo porque le resultará difícil destacar a 19,99€ en la Xbox Store.
Sin embargo, después de todo, tenemos fe en que el título arregle parte del desaguisado con el programado parche para Xbox One X, que mejorará todos los aspectos gráficos del juego. Y de paso, aproveche para afinar mecánicas.
*Gracias a ThatGuy PR por habernos proporcionado el material para la review