Analizamos The Occupation, una intriga político detectivesca con elementos interesantes pero que se toma demasiado en serio a si misma.
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Aunque en The Occupation no encarnamos a un detective, es uno de los juegos más detectivescos de los últimos tiempos. En la Inglaterra de los años ochenta investigaremos un atentado aparentemente terrorista en una empresa tecnológica que por supuesto esconde oscuros secretos. Además podremos controlar eventualmente a la viuda de una de las víctimas que cree saber el verdadero motivo del atentado, y sus auténticos autores, y que te pondrá sobre la pista de la terrible verdad. A través de fases de exploración y sigilo, deberemos reunir datos con los que poner a varios personajes a los que deberemos entrevistar contra las cuerdas. El juego transcurre en tiempo semi real, y un error o mala elección puede desviar el transcurso de nuestra partida de forma definitiva.
Estamos ante un juego serio, adusto, de personajes y detalles más que de mecánicas, aunque ciertamente todo lo concerniente a la investigación y conseguir pistas que desbloquean nuevas preguntas, es un gran acierto y está muy bien implementado. Estamos también ante un título que se toma demasiado en serio a si mismo, con un sigilo bastante pobre, y lanzado al mercado con ciertos aspectos a medio terminar. La traducción es un verdadero desastre, por no hablar de las fuentes que varían de tamaño y disposición en medio de las conversaciones. Estamos también ante un guión sólido, pero que se tiene a si mismo en tan alta estima, que provoca decisiones de diseño que alteran el conjunto para mal. Todo esto os lo contaremos a lo largo de este análisis que es la disección de una oportunidad perdida.
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Apartado técnico
A nivel técnico la impresión que da The Occupation es bastante ambivalente. Con un diseño artístico tirando a sobrio pero sin resultar gris o excesivamente realista, podría recordarnos un tanto al de We Happy Few con un giro, como decimos, mucho más sobrio. El juego se ve y rinde bien la mayoría del tiempo, y sin embargo en algunos momentos las caídas de frames son bastante terribles, sobre todo teniendo en cuenta que estas caídas ocurren en momentos no especialmente exigentes a nivel gráfico. Por si esto fuera poco las cargas son a menudo demasiado largas, y aunque no son demasiados los glitches gráficos están ahí. He tenido la mala experiencia de sufrir crasheos constantes en uno de los capítulos del juego, lo que me obligó a terminar de jugarlo en una Xbox One Fat que de no haber tenido me habría impedido acabarlo.
The Occupation es un juego muy vistoso en algunos momentos, y el diseño de personajes y estancias, no tirando por la nostalgia ochentera facilona resulta refrescante. Las actuaciones son casi siempre soberbias añadiendo mucha carga emocional a algunos personajes, y el diseño de sonido es claro, sofisticado y muy pulido. No es que sea un adepto al ASMR pero debo confesar que jugar con auriculares ha sido una experiencia muy gratificante e incluso relajante. Es una lástima que este aspecto del juego se vea lastrado por los errores, mala optimización, y la nefasta localización a otros idiomas de la que ya os hablábamos en la introducción del análisis. Da la sensación de que al juego le faltan dos meses en el horno, y teniendo en cuenta que no era precisamente el título más esperado del año, un retraso hubiera sumado mucho más que restado.
Jugabilidad
Como ya hemos señalado antes, estamos ante un título con un fuerte componente de aventura gráfica detectivesca, aunque con un planteamiento bastante abierto. No hay una única solución para la mayoría de interrogantes, y el mapa está lleno de líneas de investigación que no sabemos a donde nos van a llevar, si es que nos llevan a ningún sitio. Esta faceta del juego, la puramente aventurezca, funciona de forma muy sólida. Es altamente gratificante perseguir pistas e ir indagando, para ser continuamente interrumpido por nuevas tramas que investigar. Sin embargo incluso hasta en su éxito hay errores y defectos que deberían corregirse. El manejo de los menús de pistas y preguntas para las entrevistas, así como el de algunos puzles son terribles, con un control con muy mala respuesta, y errores de diseño que dificultan las tareas más simples. Por otra parte, y en una demostración más de que el juego se tiene en demasiada alta estima, la decisión de limitar el salvar partida al final de cada capítulo es un error mayúsculo. Es fácil reconocer por qué se ha implementado, pero no funciona correctamente. Los capítulos son demasiado largos, y es muy normal interrumpir una partida para realizar nuestras tareas diarias, o simplemente cambiar un rato de juego. Perder quince o veinte minutos de progreso no es aceptable.
The Occupation es también un juego de sigilo, y este es otro punto negativo sin paliativos. Aunque el diseño de niveles favorece la mecánica, el juego no cuenta con unos NPC con una inteligencia artificial suficiente para que colarnos en las diferentes zonas restringidas sea realmente desafiante. Por otra parte el equipo de seguridad del edificio nos dará demasiadas oportunidades de seguir investigando. En mi partida he sido pillado husmeando en zonas cerradas al menos seis o siete veces, y ninguno de esos errores ha echado a perder mi partida. Quizá se buscaba una sinergia con la limitación temporal que podríamos decir que funciona, pero eso no evita que el sigilo de The Occupation de una sensación horrible de improvisación y trabajo a medio hacer. Estamos ante un juego con algunas ideas muy claras, y en definitiva con mucha personalidad, pero también con una ejecución bastante chapucera en algunos aspectos, y algunas ideas que tendrían que no tendrían que haber pasado la criba hasta el juego final.
Duración
A lo largo de este análisis hemos expuesto lo pleno de detalles, personajes, diálogos, y líneas de investigación que está The Occupation. Cada uno de sus niveles puede ser completamente distinto dependiendo de las decisiones que tomemos, y de nuestra habilidad o perspicacia. The Occupation no es un juego largo, y se puede superar en unas cuatro horas sin demasiados incidentes, y sin embargo al menos en la primera pasada es posible que no hayas visto ni un tercio de lo que el juego puede ofrecer. Incluso con todos sus problemas que son muchos, las ganas de volver a recorrer sus niveles y tirar de varios hilos que no pude o no supe investigar, es una tentación muy fuerte. Además el juego tiene varios finales, aunque eso es algo que ya puedes imaginar viendo todo su planteamiento.
Aunque podría decir que tengo una idea general acerca de lo que ocurrió la noche del atentado, que oscuros intereses hay detrás, y quién puede haber sido el culpable, no podría asegurar a ciencia cierta que lo que ahora creo sea la realidad, y necesitarías seguramente otra pasada intensiva para descubrir muchos detalles, colarme en habitaciones que no pude registrar convenientemente, y averiguar algunos de los acertijos. Para la medianía general que es el juego en algunos otros aspectos debo decir que a nivel duración, y rejugabilidad es soberbio.
Conclusión
La vocación de “juego necesario” que parece mover a The Occupation, un título de trasfondo social que se lanza en medio de un Brexit pesadillezco, y una escalada general del nacionalismo conservador y a veces incluso xenófobo en todo el mundo, es una espada de doble filo. The Occupation tiene un buen guión, y un par de personajes bien construidos pero no es lo suficientemente bueno como para someter al jugador al sufrimiento de sus bugs y malas elecciones de diseño. Simplemente no es suficiente. A nivel jugable no se puede negar que tiene aciertos, y me encantaría ver un título cimentado sobre el sistema de pistas que exhibe el título que nos ocupa, pero en esta ocasión no consigue salvar de la quema a un título para uno de los títulos más pedantes que he jugado.
Y es triste que buscando solemnidad al final acaben resultando pomposos, puesto que también hay encanto y cierta humildad en The Occupation. Podría haber sido refrescante enfrentarnos a una intriga política en forma de videojuego que no se conforma con plantearse como walking simulator, sino que nos pide que juguemos y que nos impliquemos realmente en desentrañar su historia. Quizá en unas semanas, después de algunos parches y alguna que otra corrección The Occupation pueda pasar del bien en minúsculas y sin ningún entusiasmo, a un BIEN más animado y con alegría. El juego y yo nos daremos un tiempo hasta nuestra próxima cita.
*Gracias a Badland por habernos proporcionado el material para la review.
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Apartado técnico50/100
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Jugabilidad55/100
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Duración75/100
Lo bueno
- El guión y personajes
- Gran rejugabilidad
Lo malo
- Cierta pedantería en el planteamiento
- El sigilo es un desastre
- La IA