Analizamos una mezcla de ritmo y puzles que promete diversión a todos los que pasen por el Rhythm Castle.
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Normalmente me siento a analizar juegos de los que tengo alguna referencia, ya sea por su pasado o bien porque el género en el que están basados me es afín de alguna manera. Cuando me topé con Super Crazy Rhythm Castle mis dos pilares de siempre no estaban, de hecho, creo que la última instancia en la que había disfrutado de un juego de ritmo fue con alguna entrega de la dejada mas nunca olvidada saga Guitar Hero, pero así y todo decidí hacerme a la aventura y explorar un juego que me sorprendió muy gratamente.
Es que Super Crazy Rhythm Castle no es solo un juego de ritmo, sino que se trata de una combinación extraña pero perfecta de un título de puzles y ritmo que presenta mecánicas por demás interesantes además de una historia divertida y que en todo momento invita a la colaboración con otros jugadores (de hecho, se recomienda hasta jugar de a cuatro participantes).
Los jugadores encarnarán un grupo variopinto de personajes que buscan hacerse con el magnífico trono del Castillo del Ritmo, en donde reina el terrible Rey Ferdinand, un maléfico, aunque simpático antagonista que será a quien se debe derrotar durante toda la aventura que, por supuesto, nunca se toma demasiado en serio y hace que toda la ambientación sea más divertida aún e ideal para toda la familia.
Es importante hacer una breve, aunque relevante, mención en lo que a desarrollo respecta ya que es moneda corriente en los últimos años criticar a Konami por un amplio abanico de cosas (en su mayoría justificadamente) y no señalar de la misma forma los aciertos de los japoneses, por ejemplo, con TMNT: The Cowabunga Collection, o este caso que aquí tenemos ante nosotros.
Super Crazy Rhythm Castle es un desarrollo con una impronta indie coronado por el equipo responsable por el juego, Second Impact Games, que solo cuenta con 10 almas trabajando y a las que Konami se asoció de forma interesante creando un producto de mucha calidad.
Para conocerlo a fondo, os invito a leer este análisis que nos lleva a una tierra mágica cargada de aventuras y mucha, muchísima música. Allá vamos.
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Apartado técnico
Los colores vivos y los diseños caricaturescos con una marca registrada del juego y lo cierto es que cada escenario es muy agradable visualmente y los distintos niveles tienen marcadas diferencias que los hacen únicos a cada paso. Para ser un juego de ritmo en donde no se hace tanto énfasis en los diseños en pantalla, el trabajo de Second Impact Games aquí es realmente destacable.
Al ser un juego de ritmo en donde el título sobresale es en la música y en los sonidos. Estos últimos se hacen presentes en las más variadas formas con reproducciones absolutamente fieles de distintos instrumentos. No será extraño recorrer, por ejemplo, un puente conformado por teclas de piano que al pisarlas producen distintas notas musicales con una calidad absoluta.
Musicalmente el juego se enfoca en distintas melodías que son la parte central de la historia. Si bien todas son originales y algunas de ellas bastante pegadizas, aunque ninguna realmente marca una diferencia y se repiten en varios niveles, lo que va en contra de esta marcada diferencia entre fases que había mencionado anteriormente. El título tiene unas 30 pistas en total que posiblemente no tengan ningún tipo de copyright y esa es la razón de su inclusión en la producción.
Como el juego está claramente apuntado a un público familiar y hasta, podría decirse, infantil, el juego está localizado al español en lo que a texto refiere por lo que no hablar español no será una excusa para no poder disfrutar del título.
Jugabilidad
En materia jugable relucen los elementos de ritmo y los bienvenidos puzles. Estos ingredientes se mezclan con la historia ya que Ferdinand, para impedir que lo destronen, ha llenado el castillo de pruebas en cada una de las habitaciones. Estos desafíos se traducen en ritmos que, al ejecutarlos de manera correcta, definirán el éxito o el fracaso que en última instancia hacen avanzar la historia.
Cada uno de los desafíos incluyen los típicos “carriles” tan frecuentes en los juegos de ritmo en donde aparecen las notas de la canción que suena de fondo. Dependiendo del nivel de dificultad que se seleccione, las notas (o botones a presionar) pueden llegar hasta a cuatro, en modo Pro. Estas se marcarán como completas si el botón se presiona en el momento justo.
La particularidad que ofrece Super Crazy Rhythm Castle es que la atención del jugador no tiene que estar solo enfocada en el ritmo sino también en los desafíos externos que afectan a la ejecución de la canción que se está reproduciendo. Un ejemplo de esto es la aparición de algunos enemigos que impiden que se puedan presionar las notas, la ausencia de los colores de cada uno de los carriles, la recolección de objetos de un personaje mientras que el otro ejecuta el ritmo y la rotación es constante o hasta un rito mágico con frijoles para abrir un portal.
Entre los niveles se requerirán distintos elementos para avanzar, como un repelente de vegetación, anteojos y otros ítems que se irán recolectando en distintos puntos del escenario y que en algunos casos necesitarán derrotar a algunos jefes bastante extravagantes.
La idea principal de estas mecánicas, un tanto alejadas del ritmo neto, es incentivar la colaboración entre jugadores, ya sea de manera local o en línea, pero aunque juegues en solitario, también puedes disfrutar con ayuda de la IA, aunque recibirás comentarios de Ferdinand como “qué triste es que estés jugando en solitario” lo cual puedo decir que me hirió en cierto punto.
Duración
La historia del juego es bastante corta con unas seis horas totales en nivel normal para que el jugador se corone rey del castillo destronando a Ferdinand. Pero la diversión realmente viene dentro del modo cooperativo online en donde disfrutar de obtener la mejor puntuación frente a otros jugadores es realmente muy interesante.
Un detalle interesante que amplía indefinidamente las horas de duración es modo de reproducción libre en las que puedes tocar las canciones sin ningún tipo de limitaciones o impedimentos. pero lo que es mejor es que al superar distintas puntuaciones en canciones e ir obteniendo otras pistas, se obtienen acceso a varias piezas musicales del catálogo de Konami, lo cual es una verdadera pasada.
Conclusión
La idea de combinar puzles con ritmo es realmente buena y está excelentemente ejecutada porque invita a los que no son muy seguidores de los juegos de ritmo, como es mi caso, sin desencantar a los que sí lo son. La historia es entretenida aunque pasa en un completo segundo plano dadas las características del título, aunque tiene sentido que esté presente para darle un marco.
Dicho lo dicho, la principal pega de esta entrega son las limitaciones propias de una desarrolladora indie que se reflejan en este caso en la poca variedad de pistas y en que se trata de canciones desconocidas. Considero aquí que Konami podría haber incidido de una forma un poco más clara para adquirir ciertos derechos que están, por una cuestión de costo, muy por encima de lo que puede permitirse un estudio independiente.
*Agrdecemos a Konami el material para el análisis del juego.
[appbox microsoftstore 9PBPB145Z5XB]
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Apartado técnico80/100
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Duración75/100
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Jugabilidad80/100
Lo bueno
- Los efectos de sonido en forma de notas musicales.
- Los gráficos invitan mucho a disfrutar de la historia.
- La originalidad que introduce al género.
Lo malo
- La poca variedad de pistas.
- La ausencia total de pistas musicales conocidas.
- La historia es bastante corta.