La París de la famosa Revolución Francesa es el escenario perfecto para Steelrising, un souls-like que quiere aportar su granito de arena al género y lo consigue de manera eficaz.
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No vamos a volver a hablar de lo que es un título “Souls-like” o tipo Souls, pues este género prácticamente se ha asumido en toda la industria como algo único y que a grandes rasgos se considera una especie de RPG de acción con una alta dificultad en los combates. La manera en la que incluye sus propias “hogueras” o pone nombre a las “almas”, depende de la temática, pero sin duda Steelrising respeta toda esta estructura no establecida. Y si eres fan, sin duda este es de los que no te debes perder.
Esta fórmula es fácilmente asumible a nivel de desarrollo, como nos ha demostrado muy recientemente Thymesia. Alabado por la comunidad, el título apadrinado por Team 17 ha sabido encandilar a los fans con un gran combate, lo cual es más complicado de lo que parece, como vimos con Dolmen, el cual no terminaba de hacer click con una jugabilidad algo vacía, por decirlo de alguna manera. Pues en este punto, me alegra decir que Steelrising se encuentra en segmento donde ha solucionado ambos problemas, pues el título está en esa isla de juegos por debajo de las grandes producciones, pero que cuenta con una alta calidad. Uno de esos que terminas amando, no por nada en concreto, sino por un conjunto que simplemente, funciona muy bien.
Os soy sincero, Steelrising me daba buena espina. El juego, que se presentó en sociedad hace menos de un año, demostró que había otro hueco sin explotar en esa estética oscura souls que tanto conocemos y nos gusta. Un mundo que se viene abajo, que mezcla esa fantasía medieval de la lucha cuerpo a cuerpo con las modernidades del siglo XVIII, que introduce personajes históricos como Robespierre y los entremezcla a su antojo con un gusto casi exquisito. Como si realmente pertenecieran a esta versión alternativa Cloudpunk de la época.
Steelrising nos llevará a la mismísima ciudad de París, en la Francia -como hemos dicho- de la Revolución Francesa. Pero bajo una premisa diferente: para sofocar las revueltas del pueblo, el rey Luis XVI ha soltado a su ejército de autómatas por toda la ciudad. El problema es que ni el ejército, ni nadie es capaz de pararlos. No se sabe si están descontrolados o siguen unas frías órdenes de exterminio, pero la ciudad está sumida en el caos. Nosotros controlaremos a Aegis, una autómata con conciencia propia, cuya dueña es la reina Maria Antonieta, la cual, en su obligado encierro, manda al extraordinario invento a resolver el problema.
Quedarán muchas incógnitas que resolver y muchos autómatas que eliminar, pues no tendremos enemigos humanos, pero ya vemos un detalle que ni los juegos de Miyazaki, ni los anteriores mencionados respetaban como lo hace el título de Spiders, creadores anteriormente del notable Greedfall. Su historia, está contada de manera lineal: cinemáticas con conversaciones, diálogos a elegir, documentos repartidos por el mapa, secundarias para conocer más sobre lo que está pasando. Es relativamente fácil seguirla y eso viene con otro plus para los que también se alejaban del género: TENEMOS MODO FÁCIL.
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Apartado técnico
Lo que más nos llama la atención de Steelrising respecto a su aspecto técnico es que no está a la altura de lo que podemos considerar de facto un juego de nueva generación. Recordemos que el título de Spiders no está disponible en Xbox One o PS4, por lo que debemos de contar con mejoras más tangibles que sinceramente, no se traducen en absoluto en el transcurso del título en ninguno de los momentos.
Esto, tampoco quiere decir que se vea mal o que no tenga unos gráficos más que correctos. Mas que el propio diseño de los edificios y escenarios, destaca mucho la ambientación y lo bien que está diseñado el paisaje general parisino con ese toque oscuro que aporta el tono necesario de muerte y destrucción que ha desembocado de la descontrolada revolución fallida. Destacable y casi debemos decir que demasiado sobre el resto es el excelente diseño de Aegis, el cual no sólamente podemos disfrutar en su estética, sino también en su propia funcionalidad y movimientos.
Por este mismo motivo no podemos decir lo mismo de los NPC no protagonistas, cuyas caras, a pesar de nuevo de ser correctas, podrían haber estado más trabajadas, dando una sensación de no poder diferenciar a veces al mismísimo Robespierre del Marqués de La Fayette más allá de su ropa y cabello.
Steelrising cuenta con un modo gráfico a elegir entre resolución, calidad gráfica o cuadros por segundo. De nuevo, el ganador es sin ninguna duda este último, que por supuesto beneficia al gameplay, importantísimo en estos títulos estilo souls, y en el que tampoco perdemos grandes detalles, al tratarse de una resolución claramente dinámica.
En términos de audio, no es un juego que pretenda ser tremendamente épico y de hecho, podemos destacar algunos momentos interesantes a nivel de música, pero en general, de nuevo, cogeremos la palabra correcto para definir este apartado, adornado eso sí, con una buena interpretación para los actores y en concreto para nuestra Aegis, que conversa de manera inteligente a medio camino entre la torpeza robótica poco elocuente y las frases directas y al grano, gracias a un sistema de conversaciones muy light para ser un RPG, pero interesante para ser un souls-like.
Jugabilidad
Sabemos que donde destaca realmente un RPG estilo souls es en su jugabilidad. No podemos negar que la fórmula, si sabes que teclas tocar, siempre funciona y resulta divertida. Y como no puede ser de otra forma, en Steelrising, los combates serán la parte más importante y número uno que destacar, pues introduce ligeros cambios que juegan a su favor, como por ejemplo, un sistema de combate más permisivo de lo que estamos acostumbrados y en el que podremos pasarnos el juego sin tener que “farmear” ni nada parecido más o menos con cierta facilidad.
Siendo Steelrising uno de los souls más asequibles si cogemos algunas armas concretas, hay otras que lo hacen más dificil y porque no decirlo, incluso más divertido. Aunque hay algunas variantes que introducen daño elemental, hay 8 tipos diferentes, como lanzas, armas dobles, ruedas punzantes o cadenas con boleadoras, las cuales resultan muy interesantes, las cuales mezclan un “especial” que nos permiten disparar con ellas, hacer parrys o directamente cubrirnos del daño, entre otras funciones.
Contaremos, como es habitual con ataques ligeros y pesados, pero dentro de este último un peso importante sobre los ataques cargados, los cuales, casi siempre, serán los únicos capaces de desestabilizar a nuestros enemigos, interrumpiendo sus ataques o incluso tumbándolos, por lo que resulta divertido calcular ese “timing” en el que cargamos el ataque y el enemigo ya se está lanzando de nuevo a por nosotros.
Otra de las ideas adoptadas en este concepto souls es respecto al tratamiento de la stamina, la cual se agota muy rápido e incluso podremos ver como el núcleo de Aegis, siempre expuesto, se sobrecalienta, sin tener que hacer caso a la propia barra. Y decimos idea, porque al más puro estilo “recarga activa” de Gears, tras agotarse la energía e iniciar el calientamiento, podremos refrigerarlo al instante, con el único peligro de que si abusamos de esta técnica, nos podríamos congelar, algo, que nos deja tan expuestos, que resulta casi MORTAL en el combate.
Mencionábamos al principio que una de las bazas que Steelrising jugaba de cara a muchos detractores de estos títulos y su dificultad es que tiene un “modo de asistencia”, el cual nos permitirá reducir el daño recibido, la sensibilidad de la barra de stamina o quizá lo que más enfada a muchos, el no tener que decir adiós a nuestras “almas” bien ganadas al morir. El único pero, que el juego se encarga de señalarnos de inmediato, es que podríamos perder algunos logros por el camino al usar este modo. Nuestro consejo es que no lo uséis y en el caso de no poder avanzar en un determinado encuentro, lo ajustéis solo lo necesario para poder seguir y luego desactivarlo.
La estructura de Steelrising es clara y concisa, en lugar de interconectar un mundo gigante o abierto, contaremos con varias zonas determinadas donde sucederán todas las misiones, principales y secundarias, pero tendremos que ir revisitando algunos sitios para acceder a zonas bloqueadas anteriormente, ya sea por la propia historia, que nos abrirá las puertas o con nuestras habilidades adquiridas, el dash, la patada ariete y un gancho con el que podremos movernos por las alturas (insertamos sonrisa aquí porque nos ha encantado la implementación).
Estas, que las conseguiremos tras derrotar a ciertos jefes, aportan una dinámica diferente al combate y a la manera de movernos por el escenario, teniendo que mirar hacia arriba para explorar o en el mismo terreno, dándonos la posibilidad de movernos entre los enemigos con más soltura. Además, podremos golpearles con estas mismas, infligiendo daño elemental ¡Muy bien pensado!
Duración
Otro acierto de Steelrising y un punto a su favor. Su duración está entre las 20 y las 30 horas, siempre dependiendo en un primer momento de nuestra habilidad y en este caso, también de si queremos completar las misiones secundarias o conocer todo el lore que esconde el título, en páginas, conversaciones, aldeanos asustados, etc.
Libertad para el jugador que se agradece, pues puedes centrarte e ir al grano en la historia, hacerte tu propia build y combatir como más te guste o explorar todo buscando cada cofre escondido, obteniendo cada arma y probando todo lo que ofrece el título. Tu decides.
Conclusión
He de admitir que la primera hora de Steelrising me hizo dudar. Y mucho. La falta de habilidades, los enemigos fáciles y sobre todo un primer boss demasiado “enervante”, pues es complicado, está en un escenario muy pequeño, nos atrancamos con todo… sinceramente es un desastre que deberían de arreglar con un parche, pues la sensación inicial es nefasta. Pero luego te alegras de seguir, y vaya que si.
La estética de Aegis ya te enamora por propia curiosidad. No es la autómata ultra realista que conocemos de Nier, por ejemplo, y sus robóticos movimientos poco a poco te descubren una fragilidad y elegancia que se revela a los pocos minutos: En realidad se creó como una bailarina. Esa mezcla se refleja en cada ataque, con animaciones en algunas armas que bien podrían ser pasos de baile clásico. En ese sentido, resulta maravilloso ver como manejamos a una protagonista que parece fragil y liviana como una pluma, pero que resulta fuerte y letal como un mazo de hierro.
Quizá no sea el mejor título del año, quizá no sea el mejor souls-like, pero por mi parte, Steelrising tiene el voto de confianza, el notable de haber pensado no solo en los fans del género, sino en el público general. Un título correcto, bien ejecutado y que merece un sitio en este nuevo salón de fama en el que no hace falta decir “es parecido a Bloodborne” para que brille con luz propia.
*Gracias a Nacon España por el material para la review. Si quieres saber más del título, puedes visitar su web oficial.