Análisis de Sker Ritual – Del terror más puro al tiroteo más absurdo

Maid of Sker se convierte en un frenético shooter multijugador cooperativo y no es precisamente malo.

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Tuve la oportunidad de analizar Maid of Sker, la precuela de Sker Ritual, en su paso a la nueva generación, con la que ganó enormes enteros gráficamente hablando y lo cierto es que tras una serie de títulos del estilo, me sorprendió que su campaña estuviera compuesta de zonas donde literalmente tenemos que taparnos la boca a su modo Desafío, donde estamos armados hasta los dientes, pasando de un terror «pasivo» a uno «activo» donde podemos defendernos y aguantar oleadas.

Como shooter, funciona sorprendentemente bien - ¡Comparte!

Precisamente esa actualización next-gen y sus nuevos modos fueron el inicio real de Sker Ritual, que lleva fraguándose desde 2021. Basado completamente en el universo creado por Maid of Sker y su sorprendentemente extenso catálogo de monstruos, el nuevo título deja atrás el modelo de aventura de terror para pasar sin tapujos a un multijugador cooperativo por oleadas fuertemente inspirado en el conocidísimo modo Zombis de la franquicia Call of Duty.

Porque sí, es un género más, por supuesto, pero todo parece selectamente escogido del juego de Activision, las rondas, los pequeños fragmentos de historia, las mejoras de las armas, las habilidades para nuestros personajes, todo mientras aguantamos oleadas casi interminables de zombis. En el caso de Sker Ritual, tenemos una variedad mucho más amplia de enemigos, jefes y una motivación adicional al estar guiado siempre por objetivos. En definitiva, le hemos echado unas buenas horas y os contamos que nos ha parecido.

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Apartado Técnico

Si Maid of Sker y su actualización next-gen me dejaron impresionado, Sker Ritual ha rebajado mucho esa calidad, a costa de mostrar muchos más (muchos muchos más) enemigos en pantalla. Sin embargo, ni la calidad del mapeado es la mejor, ni el rendimiento tampoco. Contamos con el selector entre modo Calidad y modo Rendimiento, pero ni poniéndolo en Rendimiento conseguimos que los fps sean estables, algo que empeora bastante cuando jugamos en cooperativo.

La ambientación sigue siendo buenísima, y sus mapas variados dentro de lo angostas que son todas sus estancias, que no te permiten apenas movilidad o distancia para tomar espacio ante los enemigos, lo que ayuda a la constante tensión, pero precisamente por ello, llega a agobiar por momentos tanta vorágine de violencia que no te deja respirar.

Porque en relación al sonido, Sker Ritual funciona genial, posicionando bien la dirección de los enemigos para orientarte, con armas que suena muy bien y potentes, cuya contundencia se refleja visiblemente y una interfaz clara y limpia que ayuda a que la jugabilidad siga su curso sin dificultades. El trabajo es muy notable en este sentido.

Jugabilidad

Como hemos dicho, el loop jugable de Sker Ritual es muy parecido al modo Zombis de Call of Duty. Es un título que se puede jugar solo o en multijugador cooperativo y que consiste en rondas que van incrementando la dificultad con cada vez más enemigos y mejorando su salud para obligar al jugador a adaptarse a este incremento progresivo. En este sentido, he notado que han hecho un buen trabajo a la hora de que el jugador sitúe todos los elementos de cada uno de los 4 mapas disponibles de una manera eficiente.

Corre por los pasillos y mira atrás solo para disparar - ¡Comparte!

Máquinas para munición, para mejorar al personaje, comprar armas, todo funciona con la puntuación que obtendremos al eliminar a nuestros enemigos, y cada vez que completemos una oleada podremos obtener los llamados «Milagros», que bien divididos por colores, nos aportarán mejoras en 5 categorías: Daño, Curación, Granada, Especial y Cuerpo a Cuerpo. Por ejemplo, el color rojo se centrará en el daño de fuego, el amarillo en el eléctrico y el azul en el frío, pudiendo ralentizar a los enemigos con cada disparo.

Las armas que obtendremos serán variadas, aunque en las primeras partidas costará encontrarlas e incluso algunas solo las desbloquearemos conforme avancemos en las propias misiones de historia, que es precisamente la mayor motivación de cada partida, pues te incentivará a abrir zonas, completar objetivos y hacerlo todo más dinámico. Por suerte, Sker Ritual, en términos generales, te pone las cosas lo más fácil posible, para que no tengas que pararte a pensar mucho, pues las oleadas no dan apenas descanso.

Y precisamente, es esa una de las cosas que más tengo que discutir al respecto. Cada partida es un continuo y cuando digo continuo, es sin apenas pausa, no parar de correr y disparar como un poseso. Los milagros que vayamos obteniendo nos ayudarán a mejorar nuestra resistencia, pero quizá en 20 oleadas, que tardarás más de una hora en completar, ni siquiera hayas hecho la mitad de los objetivos. Al menos, cuando juegas solo, la tensión es constante desde que empiezas hasta que terminas. Incluso en una ocasión me tuve que dejar ganar, pues tras 1 hora y 38 minutos de rondas sin parar, tenía tan agarrotado el cuerpo de la tensión, que me tuve que rendir.

A veces, resulta casi imposible centrarse en los objetivos mientras tienes tal fuente aparentemente inagotable de enemigos acechándote. Para colmo, cuando avanzas bastante en las rondas, te das cuenta de que los enemigos usan sus respawns para saltarse zonas completas y acercarse a ti lo máximo posible, por lo que lo de correr te servirá solo para descansar unos segundos. Y si no fuera suficiente, luego se inventan unos enemigos que se teletransportan por detrás de ti. Por si acaso eres hábil como para encañonarlos en fila, no te des el gustazo. No mola eso. A no ser que seas masoquista y te guste pasarlo mal absolutamente todo el rato.

Por lo demás, lo que es el apartado más jugable, es decir, el corazón shooter de Sker Ritual, está sorprendentemente bien. Y funciona bien, de hecho. Incluso para los más torpes, como yo me estoy volviendo con la edad, ofrece un autoapuntado por si te pones de los nervios. Aunque de esa manera te será más complicado apuntar a los enemigos a la cabeza, donde la harás casi el triple de daño. La munición y los potenciadores limitados, como el daño aumentado, están bien repartidos, y en general, no puedo decir que el juego no esté pulido.

Duración

En este concepto, su duración se amplía a todo el tiempo en el que este loop jugable te resulte divertido, ya sea solo o con tus amigos. Porque, Sker Ritual cuenta con matchmaking y tiene crossplay con PC en Steam, por lo que no hay problema en encontrar partida, aunque ojo, y esto lo deberían de resolver, porque me pasó a mí y estuve a punto de desinstalarlo. Después de casi 30 minutos de partida, el host la abandonó y en lugar de pasarle el mando a otro, directamente se sale y pierdes todo el progreso y la experiencia ganada. Básicamente, como si no hubieras hecho nada. Un detalle con el que te arriesgas a enfadar a los jugadores y no poco.

Una vez fuera de cada partida, esa experiencia nos premiará con mejoras permanentes para nuestro personaje y con la obtención de más opciones estéticas para personalizarlo, por lo que resultaría interesante que se resuelva ese problema.

Conclusión

Killing Floor triunfó con esta misma propuesta y no es que se diferencien mucho. Es más, Sker Ritual ofrece una historia -bañada por interminables oleadas-, en la que quizá obtengas una motivación adicional para no dejar de disparar. Es cierto que tiene algunos problemas en su jugabilidad e incluso en su rendimiento -en Xbox Series X, en este caso-, que pueden afectar seriamente a la experiencia, pero sorprende lo bien que funciona el juego y lo divertido que es cuando no sucede.

Con unas reglas básicas a seguir, Sker Ritual funciona muy bien como shooter multijugador despreocupado. Si la audiencia lo apoya y el contenido no tarda mucho en llegar, pueden tener en sus manos un título moderadamente longevo, en el que entrar a descargar adrenalina matando a unos buenos zombis entre amigos, porque el terror de Maid of Sker, se pierde entre tanta acción y disparo, de eso, no hay duda.

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*Gracias a Wales Interactive por proporcionarnos el material para la review.

Pedro Del Pozo

70/100

Nota final