Salt and Sanctuary llega por fin a la consola de Microsoft. Nos ofrece un gameplay perfecto para los amantes del género souls-like.
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Es curioso que Ska Studios empezara a ser conocido sobretodo en la época de Xbox 360, y sólo desarrollaban para consolas de Microsoft con juegos como The Dishwasher: Dead Samurai o Charlie Murder. Abanderados del desarrollo en XNA, se vieron obligados a pasarse a desarrollar para consolas de Sony, tras el movimiento de Microsoft de no darle soporte a XNA/.NET en su nueva consola Xbox One. Tras la buena acogida de Salt and Sanctuary en PS4 en 2016 y lanzar el juego para Switch en 2018, parece que se solventaron los problemas técnicos, y Ska Studios retorna a la que era antes su casa, siendo el primer juego del estudio que sale para todas las consolas.
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Salt and Sanctuary es un juego de rol y acción Metroidvania en 2D, que toma prestadas muchas de las características que definen la experiencia de la desafiante saga creada por el genial Hidetaka Miyazaki, Dark Souls. Hay infinidad de propuestas similares en el mercado, así que desmarcarse de ellas y dar al consumidor originalidad y calidad es primordial. El estudio independiente afincado en Seattle, Ska Studios, de sólo dos personas, ha sabido darle su característico sello de gore, siniestro y sombrío a la ambientación. ¿Pero será suficiente?
Apartado técnico
Salt and Sanctuary destila la esencia de sus desarrolladores en su apartado gráfico. Sus juegos siempre suelen tener ese estilo cartoon deprimente y sombrío con altas dosis de gore, que llenan la pantalla de sangre y vísceras a cada golpe. Estaba claro desde un principio que el cambio de hacer juegos beat ‘em up, como la mayoría de sus producciones, a hacer este Salt and Sanctuary con esencia souls-like, les podría venir como anillo al dedo. Para ser un título desarrollado por dos personas, el nivel de detalle en los enfermizos parajes y catacumbas es de alabar. No hablamos de unos gráficos de infarto ni mucho menos, pero el arte 2D que tiene le da un toque propio al juego, y las animaciones están muy bien conseguidas. Sobretodo teniendo en cuenta las amplias posibilidades de su sistema de combate.
Jugado en Xbox One X se nota que llega bien pulido y se sienta ágil y sin fallos, con un framerate constante. Los efectos de sonido, generalmente desmembramientos y salpicones de sangre, tienen una muy buena calidad y variedad. La banda sonora recuerda a títulos anteriores del estudio, armonizando nuestra partida con toques de metal con carga de sonidos opresores y oscuros, que hace gala de una muy buena calidad y pega perfectamente con la estética de Salt and Sanctuary. En el apartado de la localización los textos están en castellano, pero las voces se quedan en el idioma de Shakespeare como es habitual en esta clase juegos independientes.
Jugabilidad
Después de crear a nuestro personaje y darle nombre en un extenso creador de personajes, comenzaremos la partida en un barco repleto de enemigos, con la misión de rescatar a una princesa. Pronto un gigantesco ‘boss’ aparecerá y nos daremos cuenta de que la misión no será para nada sencilla… Acabaremos en la orilla de una tierra desconocida repleta de misterios y enemigos, con la única ayuda para respawnear de los santuarios que vayamos encontrando, cada vez más y más lejos de donde habríamos fallecido.
Una misteriosa figura transportará nuestro cadáver hasta el santuario que tengamos activado por un módico porcentaje del oro que tengamos como pago. Cuando un enemigo acabe con nosotros absorberá nuestras sales y sólo las recuperaremos si volvemos donde él se encuentra. Cada adversario con el que acabemos, aparte de poder dejar caer algún objeto interesante, nos dará sal que podremos después intercambiar para entre otras cosas, subir el nivel de nuestro personaje en los santuarios. Y es que el binomio «Sal y Santuario» será crucial en el desarrollo del juego, y no es de extrañar que se llame así el título.
Como todo Souls-Like que se precie, morir en Salt and Sanctuary no será para nada difícil. Y es que incluso el terreno que pisemos, puede estar plagado de trampas mortales. Equiparse para adentrarse detrás de los muros de los santuarios será crucial.
El sistema de equipo y crafteo es bastante meritorio y tiene muchas posibilidades. Según el nivel que tengamos, podremos equiparnos con mejores armas y objetos que nos otorgarán mejoras en nuestras estadísticas, como también tendremos la opción de usar objetos para crear nuevos o mejorar los propios. Las posibilidades son inmensas. Ya que gracias al gran números de tipos de personaje y religiones se puede optar a mucha y variadas formas de jugar y equiparse. Desde ladrones con la posibilidad de no ser detectados, clérigos con golpes poderosos y plegarias, a magos con gran talento para la magia.
El sistema de combate está implementado de una forma tan brutal como satisfactoria. No tiene muchos botones, limitándose a dos tipos de golpe, cubrirse, salto y una suerte de dash en forma de voltereta, pero la combinación de ellos tiende a ser sublime. Hay gran variedad de combos a la hora de atacar que tienden a acabar en golpes demoledores, parrys para defender y una gran variedad de movimientos que iremos adquiriendo. A medida que avancemos será crucial hacerse con los controles y mejorar nuestro personaje en el inmenso árbol de talentos, tras subir de nivel.
El mundo de Salt and Sanctuary es abierto, al estilo Metroidvania clásico. Es decir, puedes ir (si te atreves) a todos los lugares desde el principio, si no fuese porque hay zonas que necesitas tener las habilidades necesarias para acceder a ellas, lo que hace que puedas volver a lugares que antes no podías acceder para encontrarte nuevos desafíos. El problema de la fórmula de Ska Studios reside en que no hay un mapa como tal en el título, y tras muchas horas de juego, volver por tus pasos para encontrar esa puerta que no podías abrir puede ser una tarea complicada. No obstante, quitando esa parte, se nota que el diseño de niveles está muy bien pensado, haciéndote las cosas difíciles, pero no imposibles con multitud de atajos, bastante bien ocultos. Dándote una de cal y otra de arena.
Duración
Salt and Sanctuary llega a ofrecer unas 15 horas intensas de exploración, aventura, crafteo y jefes finales. Si te centras sólo en pasarte el juego y encuentras todos los atajos, puede durarte menos horas, pero la experiencia seguirá siendo buena en lo que a duración se refiere. Además si te quedas con ganas de más siempre puedes jugar el nivel “New Game +” que eleva la ya de por sí desafiante dificultad a cotas extremas. El juego cuenta con la opción de disfrutar la aventura de forma cooperativa hasta con otra persona más, usando un objeto mágico que se consigue al poco de empezar el juego, aunque sólo de manera local, ya que carece de cooperativo online. Una pena, que cada vez se hace menos comprensible a estas alturas de la generación.
Conclusión
Ska Studios vuelven con fuerza a las consolas Xbox, gracias a Salt and Sanctuary. Un juego a la altura de otros grandes Souls-like que han ido saliendo en estos últimos tiempos, pero sin llegar a las cotas de genialidad de la saga madre, Dark Souls. Aun así lo original de su propuesta 2D, lo bien que sienta su sistema de combate heredado de sus juegos anteriores estilo hack n’ slash y su bien resuelto formato RPG, hacen de él un buen juego para los amantes del género ‘souls’, e incluso de los metroidvania. Un título independiente muy a tener en cuenta.
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Apartado técnico70/100
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Jugabilidad88/100
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Duración80/100
Lo bueno
- Desafiantes y variados Jefes Finales.
- Buen sistema de creación y progresión de personajes.
- Un sistema de combate muy satisfactorio.
Lo malo
- No hay mapa.
- Apartado gráfico discreto.