El terror, la intriga y por supuesto la acción alcanzan un nivel superior en Resident Evil Village. Os contamos todo en nuestro análisis.
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Aquí estamos un año más, con el siguiente título de la saga de terror más influyente e importante de los videojuegos. Con un sugerente juego de números romanos en su nombre, Resident Evil Village es la octava entrega numerada de la franquicia, y decimos numerada, porque hemos perdido la cuenta de los spin-offs que hay. No obstante, si que deberíais de estar excitados con este pues es la continuación directa del que definitivamente revitalizó no sólo a la franquicia, si no también a una Capcom para la que Resident Evil 7 fue un punto y aparte.
A principios de 2017 también tuve el placer, como analista de esta casa y «casualmente» fan desde muy joven de la franquicia, de jugar a la séptima entrega unos días antes que el resto de mortales. Es complicado cuantificar cuanto disfruté ese momento, pero sobre todo me quedo con una frase que se repetía en mi cabeza: «Como nos ha engañado Capcom. Tremenda joya que tenía guardada y no teníamos ni idea».
Y es que no sólo la perspectiva en primera persona por primera vez usada en un título principal de la franquicia era la novedad. La séptima entrega nos ofrecía una aventura madura, seria, terrorífica, totalmente alejada de lo que habíamos visto de la saga y más inspirada en una serie de títulos indie que dominaban la escena del terror videojueguil, con Outlast a la cabeza. Sin embargo, Resident Evil 7, al mismo tiempo, también conservaba de manera fehaciente y pura, todas las claves que hicieron de las primeras entregas de la saga un éxito.
4 años después estamos frente a Resident Evil Village y resulta inevitable realizar la anterior comparación para ponernos en contexto. Y es que Resident Evil Village es a Resident Evil 7, lo que el Resident Evil 3 original era al 2. Una secuela, sin muchas novedades jugables realmente, pero que subía de vueltas y de calidad la propuesta, añadiendo un poco más de acción al conjunto. Y es que eso es Resident Evil Village, un auténtico juegazo, un digno AAA, una estupenda entrega de Resident Evil, pero que no nos ha impactado tanto como lo hizo el 7. Hay algunas claves importantes para entender esto, pero antes, vamos a ponernos en antecedentes con la historia de Village.
En la anterior entrega, Ethan Winters va a Luisiana a buscar a su esposa perdida, Mia Winters, sin mucha esperanza. Pero ciertamente allí la encuentra y termina enfrentándose a la familia Baker. El misterio de la locura de esta familia se revela y finalmente Ethan y Mia consiguen escapar de allí gracias a Chris Redfield, que aparece en la escena final. Pero eso fue hace 3 años. Ahora los Winters viven felices en Europa, apartados y renegando de ese fatídico pasado que no quieren recordar, cuidando a su pequeña Rose, su hija de pocos meses. Nuestra aventura comienza aquí. Chris aparece en escena de nuevo y se lleva a Rose. Sin saber porqué ni lo que ha pasado, Ethan despierta en las inmediaciones de lo que parece ser un pueblo. El terror nos está esperando en cada rincón…
La review está especialmente escrita, tanto en texto como las capturas adjuntas, para evitar al máximo los spoilers, que en el caso de Resident Evil Village, nos esperan tras cada esquina. Tanto la trama, la importancia de Chris Redfield en el mismo, incluso el aspecto de algunos jefes principales o localizaciones son tan especiales que solo queremos desvelaros lo innerente al juego y nada del argumento, para que os llevéis las mismas sorpresas y leáis el análisis totalmente tranquil@s.
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Apartado técnico
A estas alturas y con lo que nos lleva demostrando estos últimos años el RE Engine, no deberíamos de dudar de la altísima calidad de los títulos confeccionados con el mismo. Resident Evil 7 dió el pistoletazo, pero hemos visto maravillas como Resident Evil 2 Remake o Devil May Cry V. En este sentido, Resident Evil Village no defrauda. Y lo que es mejor, no defrauda en ninguna plataforma. Si bien es cierto que Xbox One S ya llega algo corta a todo lo que le eches, el trabajo de optimización de Capcom en todas las plataformas es encomiable.
Y es que Resident Evil Village ya cuenta con Ray Tracing tanto en Xbox Series X como en Xbox Series S, con una resolución -que usa checkerboard marca de la casa- de 4K para Series X y 1440p para Series S. Si bien Series X, que es donde hemos analizado el título disfruta de un rendimiento casi perfecto incluso con el RT activado, en Series S recomendamos desactivarlo, ya que visualmente no aporta tanto al conjunto y a cambio tendremos una experiencia increíble a 60 fps clavados en la pequeña next-gen. Xbox One S sufre para llegar a los 1080p y no consigue alcanzar los 60fps, pero si que es muy jugable y Xbox One X aguanta el embiste de la nueva generación con fuerza, contando con una versión a 60 fps excelente.
En lugar de hablar de efectos, texturas y demás etceteras es más interesante centrarnos en el apartado artístico, que nos parece descomunal. El trabajo de Resident Evil Village y las localizaciones son casi las más variadas de la franquicia, habiendo prácticamente todo tipo de estancias y ambientaciones que hacen de la aventura un paseo para nuestros sentidos. No queremos mostrar o hablar más de lo que Capcom nos ha permitido sobre localizaciones desconocidas, porque preferimos reservarnos la sorpresa, pero tanto primera llegada al pueblo con la nevada, las casas destrozadas o el elegante y barroco castillo Dimitrescu nos dejarán maravillados con el tremendo detalle con el que están diseñados y eso es solo el principio. Por momentos, si enfocamos bien la cámara (el modo foto viene genial para ello), podemos lograr instantáneas casi fotorealistas.
Resident Evil Village es un Survival horror, y como tal, su apartado sonoro no solo está a la altura, si no que se erige como uno de los más completos que hemos probado. Y es que no hace falta decir que recomendamos jugar a todos tal y como lo hemos hecho nosotros, con los auriculares, de noche y a oscuras, donde tendremos la auténtica experiencia de terror. Los crujidos de la madera, las pisadas, las ramas moviéndose, los extraños ruidos… todo nos tendrá en tensión absoluta en los momentos que exploramos una estancia por primera vez. «¿Nos atacará alguien?, ¿Que es eso que suena?» No dudéis en que tener los pelos de punta y la espalda tensa es una constante en Resident Evil Village.
Si no hay tensión, el juego se encarga de proporcionárnosla. ¿Un peligro es inminente? La música irá in-crescendo conforme avanzamos, hasta el CHA-NAN!!! Y susto que te llevas.
Aunque, dirigiéndome a los más asustadizos, calma. Pues si bien es cierto que la tensión es constante en estos momentos, es mucho menos terrorífico o de miedo que el anterior, excepto en la zona de uno de los Jerarcas, donde os confesamos haberlo pasado realmente mal. Además, cuando entremos en esos fragmentos jugables en los que la exploración, las llaves, mirar el mapa y matar a los enemigos con munición de sobra sea una constante, la diversión primará sobre la tensión para descargarnos un poco y hacer el recorrido más variado y liviano. Por último, señalar que está completamente localizado al español con una calidad altísima, así que otro 10 para Capcom.
Jugabilidad
Si hemos hablado y usado de referencia inevitable a Resident Evil 7, es el momento de hablar del otro elefante en la habitación, Resident Evil 4. Pues si bien se ha dicho por los propios desarrolladores que la cuarta entrega ha servido de inspiración en ocasiones, las diferencias son evidentes. Básicamente, no tratéis de encontrar un Resident Evil 4 en primera persona, pero si que hay situaciones en las que todo tiene un ligero olor a la aventura protagonizada por Leon Kennedy y que casi revolucionó los títulos de acción en tercera persona. El desarrollo en el pueblo, sus viejas casas de madera es lo primero que nos trae aquellos recuerdos, pero aún más en algunas situaciones concretas, como ser asediado en una casa sin posibilidad de salir por los licántropos, el uso continuo de la Tienda o algún que otro momento concreto que no os queremos desvelar.
No obstante, la comparación directa es absurda. Aunque Resident Evil 4 fuera la caña, palidece ante la puesta en escena de Resident Evil Village. En esta octava entrega, gracias los milagros de esta y la anterior generación, contaremos con un diseño tanto de enemigos como de personajes absolutamente excelente, y aquí si que Village se separa de la séptima entrega, pues la variedad de enemigos es muy superior en esta ocasión, en la que no tendremos la sensación de luchar siempre contra esos raros montón de alquitrán vivo tan comunes en el 7.
Esta variedad de situaciones, enemigos y escenarios que ya hemos comentado, se adorna y revieste de título de alta calidad de producción gracias a la enorme cantidad de cinemáticas, animaciones únicas y puestas en escena preparadas solo para nuestro disfrute. La crudeza visual, la bellísima fealdad de muchas de las criaturas a la que nos enfrentamos y una ambientación que se muestra en una imagen limpia, forman equipo con un excepcional uso de la iluminación, que se ajusta perfectamente al usuario en todo momento.
Pero no nos olvidemos de lo importante, porque si el manejo de Ethan en Resident Evil 7 era un poco ortopédico, torpe y con un LOD demasiado agresivo para perder percepción panorámica, en Resident Evil Village no hemos tenido esa sensación, sintiéndose los controles suaves, el movimiento del protagonista cómodo y la cámara fluida, al menos, en lo que permite, pues tendremos una ayuda al apuntado que también reduce esa antigua sensación.
Llegó el momento de hablar de la inesperada maniobra de marketing que ni la propia Capcom había tenido en cuenta, la extrañamente sensual Lady Dimitrescu. El impacto visual que proporciona en pantalla es inmenso, pero una vez más, se le ha comparado con Mr. X, de Resident Evil 2 Remake y es un claro error. Ni siquiera el Nemesis del nuevo RE3 ha podido con él y la señora Dimitrescu no es una excepción. Las mecánicas son similares y habrán varios momentos donde jugaremos al gato y al ratón con ella. Pero entre que la mansión tiene muchos pasillos para escabullirse y que solamente aparecerá en el primer cuarto del juego, finalmente queda en una enemiga, excelentemente diseñada, pero con mecánicas conocidas y sin mucha relevancia jugable, que recordaremos más por su estética y originalidad (al final es una voluptuosa señora de 2,70 metros) que por su impacto en la propia aventura.
Y es que Dimitrescu es solo una de los cuatro Jerarcas que controla Madre Miranda, la auténtica enemiga principal del juego y como tal también es sólo una de las 4 ambientaciones que veremos con Donna Benaviento (la que lleva la muñeca), Heisenberg (el tipo que se convierte en bestia) y Moreau que ya es una criatura incómoda de ver de por sí. Resident Evil Village pretende introducir el monstruo más clásico, como son los vampiros, los hombres lobo e incluso las momias-zombies, entre los no-muertos más habituales de la franquicia. Y la verdad es que es todo un acierto, pues aunque la estructura de acción, puzzles y demás sea de un auténtico survival horror, éstos provocan una sensación de incertidumbre que deriva en inseguridad: ¿cual será el próximo enemigo que me encuentre? Pues aún así, Resident Evil seguirá guardándonos sorpresas en forma de enemigos.
Si en la jugabilidad ha ganado, en variedad supera al anterior y artísticamente es sublime, Resident Evil Village no deja de tener algunos pormenores que lo alejan de esa obra casi perfecta que otros títulos de la saga pueden presumir de ser. Y es que a pesar de que no soy especialmente fan de los puzzles difíciles, he de decir que en esta ocasión no he encontrado nada que me haya tenido más de 5 minutos pensando o intentando averiguar como avanzar. Se nota y mucho que Village es intencionadamente más accesible para todos. Un poquito menos de miedo, un poco más sencillo, más acción… no hay que ser un lumbreras para darse cuenta.
Por mi parte, todo correcto, es lo que buscaba, pero un puntito más de dificultad en general, se hubiera agradecido y no solo en que los enemigos sean más duros (para eso está el nivel de dificultad), si no en que no nos hace tener que detenernos a pensar, todo lo que necesitamos saber nos lo muestra visualmente, tanto a través del mapa, que está muy bien diseñado, como en el propio juego, que usa todos los recursos que tiene a mano para que el jugador no se sienta desinformado en ningún momento.
Gracias a las demos, que cubren tanto una parte del pueblo como del castillo, muchos habéis podido ver parte del juego, pero es poco después cuando realmente se descubre Resident Evil Village, ofreciendo unos interesantes momentos de exploración en el que el pueblo sirve como nexo para ir buscando más información sobre Rose y se irá abriendo, mostrando y adecuando conforme avanzemos en la historia. Porque otro de los elementos centrales del título es El Duque, el vendedor, que adquiere un papel mucho más importante, sirviendo a Ethan como un guía y estableciendo la nueva moneda como un elemento jugable importante que nos condicionará en la partida. Será también el Duque el que nos cocine a esos animales que «cacemos» y con los que completaremos recetas que nos proporcionarán mejoras permanentes, como aumentos de vida máxima. Un trámite camuflado de esta forma que no aporta nada más allá de matar a pobres cerdos que bastante tienen con que los humanos que los alimentaban han desaparecido.
Y es que sin monedas, no podrás mejorar armas, comprar objetos o ampliar el inventario. Sale caro y tendremos que buscar entre los enemigos muertos o en cada rincón recompensas en forma de figuras, joyas, etc. que vender al Duque para poder seguir comprando lo que necesitemos. Una motivación adicional para nuestra aventura que nos llevará a preocuparnos de desandar nuestros pasos para volver a desbloquear esa puerta que nos da acceso a ese valioso tesoro que tanto nos servirá.
Por último, ese vuelco a la acción se traduce en una importancia superior en las armas. Seguiremos pudiéndonos cubrir cuando el enemigo se nos eche encima, pero las pistolas, escopetas, rifles, lanzagranadas y en definitiva el clásico arsenal de Resident Evil se amplia hasta las 20 armas distintas incluyendo las extras como un ¡sable láser!.
Duración
La aventura nos ha durado alrededor de las 12 horas, pero bien podría haber durado menos si no nos hubiéramos parado a conseguir muchos extras y no hay ni una hora desperdiciada entre ellas. Siempre entretenido, con acción constante o tensión en su desarrollo, nos parece un tiempo de juego muy correcto, sobre todo por que en cuanto lo terminemos, podremos desbloquear el modo Mercenarios, que no es otra cosa que lo que conocemos, todo un repaso jugable pero volcado totalmente en la acción más arcade que puede ofrecer Resident Evil Village.
De momento, son 8 fases las que completar, que nos llevarán de un punto A a un punto B, y que con las armas que seleccionemos tendremos que ir matando a todo lo que se mueva para conseguir todos los puntos posibles. Esta jugabilidad mejorada que hemos comentado arriba beneficia mucho a este modo, que casi nos pide a gritos desactivar la ayuda al apuntado y valernos sólo de las mejoras que consigamos para que nuestro personaje sea más fuerte.
Pero ojo, que os aseguramos que en esas 12 horas no hemos recogido las decenas de documentos repartidos que nos informan de todo lo que sucede en la aldea, las cabras de madera a las que hay que disparar, y algún tesoro de los que no señalan en el mapa también se nos ha podido escapar con las prisas. Coleccionables con los que merece la pena pararse y enriquecen la experiencia de la partida.
Conclusión
No puedo negarlo. Resident Evil Village me parece un juegazo. Prácticamente el AAA más potente en lo que llevamos de año. Lo tiene todo: grandes valores de producción, graficazos, diversión, básicamente todo lo que un jugador puede pedir. Sin embargo, la saga Resident Evil es tan extensa como variada y esta octava entrega entrará en conflicto con muchos fans. El más evidente es el uso de la primera persona, en la que Ethan Winters se convierte en un perfecto avatar para el jugador, que consigue sumergirse en la trama más que nunca, también ayudado por arrancar desde el concepto de la familia y lo cotidiano más que de la propia supervivencia de uno mismo.
El segundo es que la accesibilidad y el buen hacer de Capcom con Resident Evil Village perfeccionan tanto las mecánicas que se pasan en su concepto, atacando directamente al survival horror y la dificultad innata que se presupone al género, facilitando puzzles y aumentando la acción. Por otro lado, esto alegrará al usuario mainstream, que se encontrará un juegazo disfrutable a todos los niveles y que vale cada uno de los euros que te gastes en él.
Resident Evil Village es un juego excelente, pero probablemente no sea el mejor Resident Evil o el que más nos ha sorprendido. Lo que estamos seguros es que hoy por hoy, no defraudará a nadie. Todo el mundo recordará a Lady Dimitrescu el día de mañana, que casi se ha convertido en un icono de la saga en poco tiempo, pero a mi no se me olvidará lo mal que lo pasé en la casa Benaviento, que realmente nos hace pensar en cuantos infartos provocaría Capcom si se decidiera a hacer un juego de miedo de verdad.
*Gracias a Koch Media y Capcom por habernos proporcionado el material para el análisis.