RAGE 2 nos trae un mundo abierto de locura basado en un futuro distópico y post-apocalíptico. Muchas explosiones y violencia, pero sobre todo, diversión.
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Una secuela necesaria si jugaste al primero, pero innecesaria si no lo hiciste. La existencia de RAGE 2 no tiene una explicación comercial más allá del rico mundo que puede suponer trabajar en un entorno post-apocalíptico en el que la tecnología aún existe en su forma más inquietante y peligrosa. Prácticamente no existen límites de creación y cualquier cosa encajaría: ¿mutantes? OK ¿armas futuristas? OK ¿Vehículos armados hasta los dientes? OK ¿Ninjas? OK ¿Bisontes? OK. Nos faltarían extraterrestres y el cupo estaría completo.
El tono rosa y colorido ha tomado el mando para mostrarnos un mundo apocalíptico que daría mucho más si Avalanche e id Software hubieran puesto más empeño en profundizar en él. La mejora y la locura con respecto a la primera entrega son evidentes y todo parece haber adquirido un tono desenfadado, como quien cuenta una historia sin preocuparse mucho de los posibles interrogantes. Además, el mundo abierto de RAGE 2 es cómodo, como lo fue el de Mad Max de Avalanche o como lo era el del RAGE original, muchísimo más recortado.
El tema es que RAGE y RAGE 2, en esencia, se parecen mucho más de lo que pretenden y aunque esta segunda entrega parece no querer saber nada del primero, la estructura básica de ambos es exactamente idéntica. Aunque el principal problema que vemos en esta segunda entrega viene derivada de esta aventura conjunta de los dos estudios. El colaborador (id Software) se ha comido al creador (Avalanche). Los combates en primera persona son parte esencial de lo que es RAGE pero esperábamos que unos expertos en el mundo abierto dieran más de sí y nos presentaran algo que no pareciera una excusa para ponernos en situación.
¿El resultado? Cada vez que nos ponemos a pelear el juego es una auténtica pasada. Realmente uno de los mejores shooters que hemos visto en la generación, por posibilidades, por frenético, por su espectacularidad, RAGE 2 es brutal. Y no queremos llevar a confusión a nadie, a pesar de lo que hayáis leído o visto en cualquier otro análisis, el juego es muy divertido lo mires por donde lo mires y eso incluye las actividades secundarias o la conducción. Solo que el supuesto mundo abierto no está bien estructurado, algo que se nota desde un primer momento. Abajo pasaremos a explicarlo detenidamente, así que solo queda contaros: ¿De que va RAGE 2?
RAGE 2 es un shooter de acción para un solo jugador con mundo abierto en el que encarnaremos a Walker (de género a elección), que por circunstancias de la vida en pocos minutos será el último Ranger, una especie de super soldado, que gracias a los nanotritos que recorren su cuerpo y a un traje especial, tendrá capacidades extraordinarias. Pero su habilidad en combate es innata y es precisamente lo que le llevará a ser la única esperanza para eliminar de una vez por todas a la Autoridad, una especie de maligno bando que posee toda la tecnología necesaria para acabar con todo el que amenace su dominio. ¡A recorrer el Yermo!
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Apartado técnico
En esta ocasión el motor gráfico es el APEX, propiedad de Avalanche Studios y usado en títulos como Just Cause o Mad Max, el cual, tenemos que admitirlo, funciona a la perfección. Gráficos espectaculares, físicas realistas, iluminación soberbia con ambientación día-noche dinámica… RAGE 2 es una pasada visualmente y tanto en Xbox One S como en Xbox One X, salvo que en la primera va a 900p y 30 fps y en la segunda a 1080p y 60 fps, ambas cifras confirmadas por Digital Foundry.
Cierto es que los 60 fps funcionan como una roca y parecen el complemento ideal para el juego, que después de probarlo a esa velocidad no podemos verlo a menos, pero la espectacularidad gráfica no se pierde en ninguna de las versiones, por lo que podéis estar tranquilos. Porque un drama que se ha eliminado de un plumazo es el de los tiempos de carga. Directamente no existen. Podremos movernos libremente por cualquier zona, edificio, ubicación o extensión del mapa con cero cargas. Solo estarán presentes cuando caigamos en combate, lo cual nos llevará a una pantalla de carga de menos de 10 segundos, lo mismo que tardará la carga inicial. Un gran punto a tener en cuenta.
En su mayoría, la factura técnica es sólida para tratarse de un mundo abierto sin cargas, pero eso conlleva algunos sacrificios como un popping más acentuado de lo normal o un LOD elevado que se notará mucho a la hora de generar algunas sombras o vegetación al movernos en vehículos. A parte de eso, no hemos visto muchos bugs, que no están ausentes, pero que absolutamente ninguno nos ha entorpecido la partida o ensuciado la experiencia, todo sea dicho.
En una producción de primera, el sonido debe de estar a la altura y aquí no es menos. La B.S.O. de RAGE 2 lamentablemente no está compuesta por Mike Gordon, pero igualmente nos ha encantado. Desde la atractiva pista del menú principal, todo refleja perfectamente esa combinación de mundo apocalíptico loco en el que la tecnología resulta la parte más escalofriante. La música siempre es dinámica, ofreciéndonos segmentos más intensos para acompañara a los combates o en los momentos de tensión y más sosegada como simple ambientación.
Los efectos sonoros se llevan la palma porque desde la primera vez en que nos montamos en nuestro Fenix, el encendido del motor ya agradará nuestros oídos, algo que se mantiene y se acrecenta en cada arma, con sus mecánicas y sus chasquidos, haciendo satisfactorio al nivel de hacernos esbozar una sonrisa cuando caemos en la cuenta de lo bien que suenan -mención especial para la escopeta, que nos ha recordado fuertemente a como sonaba la del primer Quake-. Y la sorpresa definitiva que ya intuíamos gracias al trailer de lanzamiento es un doblaje al castellano a la altura, un gran trabajo de Bethesda que deja cerrado un broche técnico excelente con un irreverente protagonista al que le viene que ni pintada esa actitud desenfadada.
Jugabilidad
Podríamos decir que RAGE 2 tiene dos partes bien divididas en cuestión de jugabilidad: cuando vamos a pié y cuando vamos en un vehículo, pero ambas están resueltas de manera natural. Por supuesto, la proporción siempre se decanta hacia la balanza de la primera persona, con un casi 90% del tiempo que pasaremos en la parte shooter del juego, pero no hay que desmerecer los vehículos, los cuales, con un manejo arcade y curiosamente, bastante similar al del primer RAGE, resultan divertidos y efectivos de manejar, pero que dada la potencia y versatilidad del Fenix, el vehículo inteligente que nos darán al principio, como ya preveíamos, coger o coleccionar el resto de modelos no resulta especialmente motivador, a pesar de contar con un incentivo importante: desbloquearlos nos proporciona piezas de vehículo y dinero.
Como hemos empezado con la parte de los vehículos, seguiremos nombrando las dos grandes actividades que podremos hacer con ellos: Las carreras, ya sea en el circuito de Chaz (lamentablemente solo hay uno) o con los que nos reten mientras recorremos el Yermo, o las caravanas de la muerte, que al más puro estilo Mad Max, recorrerán las carreteras destrozando todo a su paso. Mientras las carreras acaban siendo meramente anecdóticas, lo cual nos ha sorprendido teniendo en cuenta que en el primer juego eran mucho más completas e importantes, las caravanas son una pasada en sus niveles más altos, donde no solo nos costará eliminarlas al completo -teniendo que tener el Fenix bien equipado para la ocasión-, si no que encontraremos verdaderos jefes de final de fase con sus barras de energía particulares.
La lástima es que prácticamente hasta la misión final del juego, los vehículos están desproporcionadamente mal usados en la campaña, la cual se podría decir que también es la parte más floja de RAGE 2. Viene pasando en muchos juegos que parece que están bien construidos, tienen una base espectacular, pero el propio estudio no sabe explotarla correctamente y este es totalmente el caso. La fachada de RAGE 2 es brutal, enorme y divertida, pero no está aprovechada. Incluso la ambientación, que va cambiando con varios formatos gracias a las llamadas Biocápsulas, es espectacular, pero no parece estar bien aprovechada.
Y es que el diseño de misiones principales no tiene mucho incentivo. Literalmente podría resumirse en «reúne las piezas necesarias para pasar de nivel». A través de unas pocas misiones que acortarían el juego hasta por debajo de las 10 horas, si no tuviéramos que -obligatoriamente- hacer algunas secundarias para satisfacer a nuestros 3 grandes baluartes (Loosum, Kvasir y Marshall) con lo que ellos llaman Proyectos. RAGE 2 parece moverse más por voluntad del jugador que lo que el propio juego te impone, lo cual, puede suponer un problema para los que buscan algo lineal y al mismo tiempo una ventaja, porque no tendrás que distraerte mucho con el mundo abierto si no te apetece.
Pero, créenos, acabará apeteciéndote, porque tras las recompensas, se encuentra muchas veces el propio lore del juego. Hablar con los habitantes de las principales ciudades, te proporcionarán ubicaciones que liberar o visitar, que no son consideradas misiones secundarias como tal, pero que le dan una excusa al conjunto que sigue añadiendo algunas «historias del Yermo» que poco a poco te permitirán a través de las PDAs que recojas, enterarte por ejemplo de quién es el líder de los Pendencieros -y de la mala ortografía que tienen-, de como se generó el clan de los Oscuros o del destino de los últimos Rangers.
Estas misiones secundarias, son muy variadas, pero dentro de lo variadas que son, hemos visto que el diseño de las mismas se repite o incluso a veces prácticamente se clona en otra zona, de esta manera tendremos: Gasolineras, fortalezas o pasos de frontera que despejar, cubiles de mutantes en los que nos esperará a veces uno gigante, centinelas de la autoridad (torretas de gran poder), Rangers caídos, ubicaciones con recompensas, y muchas más que nos dejamos atrás. Todas llenas de arcas, baúles y PDAs para recoger, que nos proporcionarán dinero, feltrita, puntos para habilidades e información o lore adicional.
Pero las casi obligatorias serán las Arcas, de las cuales hay 12 repartidas por todo el mapa y solo ellas nos proporcionarán las habilidades especiales de Ranger o las armas especiales, diseñadas solo para que alguien con nanotritos en la sangre, como Walker, las puedan manejar. Importante no dejarse ninguna atrás, porque no sólo hay algunas más complejas de acceder y sorprendentes, si no porque sin ellas, no alcanzaremos toda la capacidad de combate.
Ya adelantamos en las primeras impresiones que RAGE 2 era un DOOM meets Far Cry con la ambientación de Mad Max, y esto sigue siendo totalmente cierto. Salvo algunas características muy típicas de la saga de Ubisoft, como las atalayas-torres vigía-etc… la estructura es muy similar. Y nos referimos a Mad Max no solo a las películas, si no también al videojuego, creado precisamente por Avalanche. Pero aquí el claro protagonista de RAGE 2 y la que nos ilumina es id Software y lo bien que ha traído el espíritu de combate del último DOOM.
En el combate de RAGE 2, podremos combinar las armas con las habilidades para movernos fluidamente por el escenario de batalla, o como me gusta llamarlo, «una danza mortal». Lo vertiginoso, frenético y divertido que resulta cada uno de los enfrentamientos es parte fundamental de lo satisfactorio de la jugabilidad del título, ya que el hecho de que los enemigos suelten feltrita que servirá para curarnos, nos obligará a mantener un contacto cercano. Prácticamente podemos decir que iremos buscando gresca con tal de tirar de repertorio. Las posibilidades quedarán a tu juicio. ¿Me tiro desde arriba, golpeo con vapuleo en el suelo y mientras vuelan lanzo sobrecarga y los destrozo con la escopeta? ¿Le tiro un vórtice desde aquí y luego los reviento con el lanzacohetes inteligente? En la mayoría de las ocasiones, simplemente reventarles la cabeza con el valioso rifle estándar será suficiente para tener el trabajo hecho.
Pero, ¿para qué tantas recompensas? ¿para que sirven? Quizá aquí tenemos que dar un punto negativo al conjunto, ya que a pesar de acabar resultando fáciles de entender, tenemos varios elementos para coleccionar y demasiadas variantes distintas para ganar habilidades o niveles, en vez de tener una sola con muchas ramas. Desde un menú bastante insulso y que no va nada fluido, incluso llegaremos a apretar el mando fuerte para movernos por él, se encontrarán los Proyectos, los nanotritos, los vehículos y las armas. Todos mejorables, cada uno con sus propias «monedas», que nos irán proporcionando más y más potencia de fuego o capacidades de combate. Precisamente por esto es esencial explorar, ya que siempre hay una habilidad esperando.
Duración
Por suerte para los que gusten de este tipo de juegos, Bethesda sigue apostando por las experiencias para un solo jugador, así que no tendremos que contaros nada sobre los modos multijugador porque no los hay, de ningún tipo. Ni siquiera tablas de clasificación para las carreras ni nada por el estilo. Es algo que podían haber aprovechado ciertamente, pero no ha sido así, por lo que nos ceñimos a nuestra experiencia personal.
El mapa de RAGE 2 es denso, pero no muy extenso. No tardaremos mucho en ir de una punta a otra, pero si que será muy fácil entretenernos, porque las actividades se encuentran en cada esquina, y todas acaban ofreciendo una buena relación recompensa-diversión, al menos, hasta que llegamos a un nivel muy alto. Nuestra partida se ha ido hasta las 42 horas de duración, un tiempo aceptable en el que nos ha dado tiempo de hacer de todo, completar muchos eventos, encontrar todas las arcas (algo que os recomendamos encarecidamente) y cómo no, terminar la aventura principal.
Sin embargo, como hemos dicho al principio del análisis, el mundo abierto parece estar intencionadamente disperso, no en densidad, si no en una falta de cohesión que puede provocar en el jugador que estemos haciendo las actividades secundarias como pollos sin cabeza, sin saber realmente si tiene repercusión más allá de obtener la recompensa y pasar a la siguiente. Y eso pasa con demasiadas, como si estuvieran ahí para «rellenar», aunque cada una, en particular, resulte divertida.
Es posible que con los sucesivos DLCs gratuitos y de pago, las distintas historias que nos han surgido explorando el Yermo acaben uniéndose en algún punto y que ese lore se transforme en algo más profundo y cambiante, pero de momento, RAGE 2 no consigue transmitir esa sensación de empaque.
Conclusión
En definitiva, RAGE 2 supone un salto cualitativo importante desde el primero. Ahora parece un mundo abierto de verdad y el hecho de que no haya cargas es una verdadera pasada. Sin embargo, esos enormes edificios en ruinas y el diseño estructural de algunas misiones del primer título también se han perdido en el camino, dejando paso a un diseño más simplificado y funcional que da paso a la enorme diversión que proporcionan las dosis de shooter, excelentemente ejecutadas gracias al trabajo de id Software, empujando al jugador a la acción durante todo el tiempo.
RAGE 2 es divertido, disfrutable, tiene una ambientación genial y luce de escándalo tanto en Xbox One S como en Xbox One X, aunque el plus de los 60 fps le da un toque vertiginoso que lo sube de nivel. Mientras parece que todo cumple y ofrece variedad, la sensación de un mundo abierto cómodo que no obliga al jugador a pasar horas innecesarias en él, se convierte en una ventaja para los amantes de lo lineal, pero en una de sus peores virtudes, ya que no parece estar cohesionado, si no una amalgama enorme de actividades juntas que no tienen mucha relación entre sí.
Seguramente esto último sea decisión propia del estudio, que solo busca que el jugador disfrute sin complicaciones, pero al mismo tiempo es algo decepcionante ver como se ha desaprovechado tanto trabajo por no haber construido un desarrollo más en consonancia con la propia historia. La locura de la que ha presumido RAGE 2 en cada uno de sus trailers está patente en cada conversación que vemos entre pendencieros, en las historias que nos cuentan los habitantes de Wellspring y sobre todo, en la ambientación, que usa los colores rosa inteligentemente para indicarnos el camino a seguir y como no, en Walker, que parece que suda de todo lo que no sea matar y matar.
RAGE 2 será para tí si eres un amante de la acción, si te gustan los coleccionables, si eres un apasionado de la ambientación post-apocalíptica y en concreto de la vertiente tipo Mad Max. Pero no busques profundidad en él. No es un Fallout y mucho menos un Red Dead Redemption, pero incluso con la parte más crítica que le podamos hacer, te aseguro que es un buen juego.
*Gracias a Bethesda por proporcionarnos el material para el análisis.