My Time at Portia es un buen juego de manejo de recursos y RPG que llega hoy mismo a la consola de Microsoft.
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Después de pasar un tiempo en Early Access para su versión de PC, por fin llega a nuestras Xbox One My Time At Portia, un completo y sofisticado juego de simulación desarrollado por Pathea Games y publicado por Team 17 Digital Limited.
My Time at Portia se desarrolla en una ciudad tan colorida como rebosante de vida. Asumes el papel de nuevo constructor de Portia después de que tu padre te deje a cargo de su viejo taller. Como trabajador al servicio de la comunidad, tu misión es aceptar encargos demandados por el ayuntamiento para ayudar en el desarrollo de la ciudad, así como a sus numerosos ciudadanos.
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Las misiones varían mucho: desde suministrar al agricultor local materiales de construcción hasta fabricar infraestructuras de transporte o erigir un puente que mejore las conexiones entre poblaciones cercanas y haga más fácil la vida de sus habitantes. Se trata de un juego que mezcla elementos RPG con una jugabilidad muy parecida a otros títulos como Stardew Valley o Animal Crossing. Pero para evitar caer en la comparación fácil, lo que nos espera en My Time At Portia es profundo, sofisticado y muy, muy completo.
Apartado Técnico
En este sentido, My Time At Portia no alcanza un nivel de excelencia que merezca remarcarse, pero tengo que reconocer que ha cumplido todas mis expectativas. Nos ofrece un entorno muy amplio que será una delicia explorar. No solo se siente vivo, ya que también es absolutamente maravilloso. Muchos tonos pastel y un estilo artístico que recuerdan bastante a las obras de Studio Ghibli, sobre todo en los entornos que llenan el mapa, decadentes, pero a la vez muy alegres y coloridos.
El trasfondo temático del juego nos sitúa en un mundo post-apocalíptico donde la civilización se ve obligada a resurgir después de una gran catástrofe. Artísticamente siempre están presentes los restos industriales de la humanidad: rascacielos abandonados y estructuras que hacen recordar un viejo mundo ultra tecnológico, hoy devorado por la naturaleza.
Otro de los detalles técnicos destacables son los ciclos de día y noche, que consiguen unos atardeceres con una iluminación muy meritoria. Respecto al rendimiento, no he experimentado ningún tipo de problema. Quizá alguna caída de FPS ocasional, pero nada que merezca la pena destacar.
Jugabilidad
En su base, la jugabilidad tiene dos pilares principales en los que se centran sus mecánicas: el crafteo y la construcción. Tendremos muchos aspectos que gestionar, pero esencialmente, la mayoría del tiempo lo pasaremos fabricando y recolectando. Desde nuestra mesa de trabajo necesitaremos empezar con artículos simples, como un hacha para empezar a cortar leña cuanto antes o un pico para conseguir otro material básico, la piedra.
Rápidamente estaremos crafteando y así empezaremos a descubrir poco a poco los rincones del mapa. Sin embargo, pronto las cosas se complican. Fabricar herramientas, un horno y una lijadora es sencillo, pero los proyectos más grandes, como, por ejemplo, un puente requerirán mayor destreza. Para poder levantar esta estructura será necesario el uso de un área de preparación en nuestro patio, donde fabricaremos no el puente, sino las piezas vitales que conforman el puente. Después las ensamblaremos allí donde vayamos colocar el armazón.
Cada uno de esos elementos fundamentales precisa unos materiales y unos requisitos determinados. Pero eso no es todo, puesto que también necesitaremos planos para construir estas piezas y en ellos se nos especificarán los mencionados materiales como la maquinaria que precisaremos y el orden de construcción que debemos seguir.
Su jugabilidad está muy bien pensada, pero hay algo que me ha resultado un problema. Y es que el proceso de crafteo o recolección es sencillamente aburrido. Acaba siendo muy rutinario y, a pesar de que existen diferentes maneras de conseguir materiales, el interés se puede diluir si no eres un apasionado de este tipo de juegos.
Y para colmo, las máquinas necesitan un tiempo para fundir el mineral, tejer telas o dar forma a la madera. Por ejemplo, cuando fundimos cobre para crear lingotes, estos no se generan automáticamente, tendrás que meterlo en el horno y esperar. De esta manera, todo lleva un tiempo de fabricación y estos procesos de espera van en aumento según lo grande que sea la construcción. Nos veremos en la necesidad de aprovechar el tiempo mientras el horno hace su trabajo. La mayoría de los materiales que precisaremos para completar los proyectos anteriormente mencionados no solo los encontraremos en campo abierto.
Tendremos que explorar unas viejas ruinas y la primera de ellas se encuentra justo dentro de la puerta principal de Portia. De estas cuevas, podremos obtener gran cantidad de uno de los materiales más importantes del juego, el mineral. Tendremos que pagar para poder acceder a estas cavidades y pueden estar repletas (o no) de enemigos, así que acceder a ellas puede convertirse en un gran desafío.
Pero no todo es trabajo en My Time At Portia, también tendremos que relacionarnos con los habitantes locales, buscar trabajos en la ciudad, hablar con el alcalde para conseguir licencias, ¡incluso quizá tengamos suerte y encontremos el amor!
Duración
Respecto a la duración, ésta puede alcanzar aproximadamente unas 15 horas, pero te dejará con la sensación de que quedan muchísimas cosas por hacer, ya sean elementos decorativos para nuestra casa, misiones secundarias o pasatiempos banales. Hay cosas a las que dedicar tiempo si nos cansamos de tanto trabajo, como por ejemplo ir a pescar, sacar adelante una granja o intentar reconstruir reliquias del viejo mundo. También hay mazmorras en las que aventurarse para conseguir ítems y puntos de experiencia.
Las opciones son muchísimas y sirven para romper con la rutina, evitar la sensación de repetición y ampliar la vida antes, durante y después de terminar el modo historia. Una hermosa experiencia repleta de contenido que ofrecer a los jugadores. Ya sea en una granja o construyendo, encontrarás algo para disfrutar en este título tan cuidadosamente elaborado.
Conclusión
My Time At Portia ofrece un entorno muy amplio para divertirse y es absolutamente maravilloso. Los ambientes abarcan desde verdes praderas, hasta extensos desiertos y ruinas abandonadas. Con los siempre presentes restos de la vieja humanidad, descubrir cada rincón del mapa es muy satisfactorio para el jugador. Se nos ponen sobre el tapete muchas actividades de artesanía, un mundo de vívidos colores que es realmente agradable de explorar y una serie de misiones que cumplir.
Sin embargo, y después dedicarle unas horas, los requisitos de elaboración y, sobre todo, de recolección pueden resultar una actividad muy monótona y vacía de interés para algunas personas. Las misiones y los habitantes a veces se sienten un poco planos, prácticamente sin trasfondo; es evidente que necesitan algo más de profundidad en este sentido.
En definitiva, My Time At Portia es un juego que tiene muchos puntos fuertes que se disfrutan durante la mayor parte del tiempo que pasamos con él, pero sus debilidades, como la monotonía, la lentitud de su jugabilidad y el escaso trasfondo narrativo alejan este juego del interés más casual, centrando su nicho de jugadores en los amantes del género.
Si no eres un gran fan de estos juegos, tendrás muy difícil llegar para quedarte. Una experiencia agradable y atractiva con una jugabilidad y mecánica de elaboración muy sólida y sofisticada, aunque sosegada y poco fluida. Todo aderezado con una historia post-apocalíptica de ritmo lento y superficial.
*Gracias a Team17 por proporcionarnos el material para realizar la review.