Mortal Shell llega a Xbox One con ganas de que sepas que si te gusta Dark Souls, no siempre tienes que recurrir a From Software.
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Os hablo con total sinceridad, he intentado comenzar el análisis con 5 frases distintas, pero el nexo común y las palabras que siempre aparecían en ellas es -evidentemente- Mortal Shell y Dark Souls. Y es que el título desarrollado por Cold Symmetry y distribuido por Playstack, se puede calificar perfectamente como una «interpretación libre del universo Dark Souls». Sin acercarse específicamente al lore o al propio argumento de la saga de From Software que ha sentado definitivamente cátedra en la industria de los videojuegos, Mortal Shell es el souls más Dark Souls que hemos jugado.
Porque claro está, que este género de ARPG de alta dificultad y parámetros casi fijos, se ha repetido en multitud de títulos, casi convirtiéndose en un subgénero fácilmente identificable. Pero es en el caso de Mortal Shell donde hemos notado que siempre se puede retorcer un poco más la fórmula para ofrecer un producto nuevo, que llene al jugador ansioso de más títulos «From», que pare de rejugarlos y observe lo que es capaz de hacer un talentoso equipo de 15 personas.
Es evidente que viendo las capturas o el trailer, el parecido es enorme, pero es que a los mandos lo es aún más. Personalmente, me he tragado casi todos los títulos existentes de este tipo y cada uno consigue diferenciarse a su manera (The Surge, Ashen, Remnant From the Ashes…), pero me ha sorprendido mucho después de muchas horas con Mortal Shell, que su propuesta se sienta de alta calidad, pero que al mismo tiempo sea contenida, debido al evidente desarrollo de menor presupuesto. Una combinación que cada vez cuesta más identificar debido a la ingente cantidad de propuesta que la industria nos lanza a la cara, pero que nos agrada enormemente cuando la encontramos.
Y precisamente es porque quizá no te apetezca un ENORME nuevo Dark Souls, alguien que intencionadamente y con dinero quiera replicar, si no un equipo que quiere que sientas de nuevo los primeros pasos que disfrutaste con cada uno de ellos. La dificultad, la incertidumbre, el desconcierto de no saber que camino tomar y de preguntarte constantemente si estás muriendo tanto porque el juego es injusto o porque no consigues hacerte con él. Mortal Shell te ofrece justamente eso, aventurarte en un terreno desconocido, del que sabes muy poco y que a pesar de las dificultades sigas avanzando para saber más, para mejorar, para que aprendas a superar la experiencia, no que la experiencia te supere a ti.
En relación al argumento, realmente no podemos decir más de lo que se puede leer en la descripción del juego, por que todo el misterio de nuestro origen o del mundo en que nos moveremos se resuelve -aunque cargado de enigmas- conforme vayamos avanzando. Pero la premisa es la siguiente: Somos un mártir, una especie de criatura con forma humana inmortal que se servirá varios «Receptáculos mortales» para usar sus habilidades y poder avanzar por el desolado y cruel mundo que nos encontraremos.
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Apartado técnico
Unreal Engine 4 siempre es sinónimo de calidad, pero cuando un buen director artístico se lo conoce, pasan cosas muy interesantes, como es el caso de Mortal Shell. Tanto escenarios, enemigos y efectos gráficos resultan muy impactantes para tratarse de un título de un corte que a priori podría parecer más modesto. Un resultado de alto nivel que no podemos negar que tiene sus fallos, pero con el que estamos más que satisfechos. En Xbox One X se mueve a 30 fps sólidos con una resolución superior que creemos que podría moverse en los 1440p, suficiente para que todo se muestre con claridad en pantallas 4K.
En este caso, conviene fijarse en algunos detalles más «souls», como que el impacto de nuestro arma sobre los enemigos está muy bien medido y la sensación es buena a los mandos o que las esquivas cobren especial importancia, con sus frames invulnerables incluidos. Aunque la respuesta del personaje es buena términos generales, en determinados movimientos hemos encontrado alguna que otra pulsación que no ha respondido bien, algo que en un combate exigente como el de Mortal Shell puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, pero desde que hemos recibido el parche de lanzamiento que llegó ayer mismo, estos fallos se han reducido al mínimo.
Quiere ser tan impactante a veces, que el embiste de algunos enemigos o el parry suenan demasiado alto, quizá hasta estridente, por decir algo que no nos ha gustado. Sin embargo, la sensación general técnicamente hablando es impecable si pensamos en la dimensión del título, porque si cometemos el error de compararlo de tú a tú con un gigante como Dark Souls, saldrá perdiendo, evidentemente. Cierra el apartado una excelente localización al castellano, que nos vendrá especialmente bien para la descripción de los objetos o de las habilidades, que suelen esconder importantes mensajes de lore de Mortal Shells.
Jugabilidad
Como buen ARPG estilo souls, contaremos con toda la gama de movimientos disponible, pero limitado prácticamente al combate cuerpo a cuerpo. A excepción de un arma (bastante chula, por cierto), que funciona a distancia, no tendremos magias como bolas de fuego o similares para lanzar, reduciéndose a tener que aprender a combatir desde muy cerca. Pero esa «limitación», que es más bien un ejercicio de diseño, también se amplía para dos de los aspectos principales del inventario de un RPG: las armas y las armaduras. Porque sólo tendremos 4 para elegir de cada.
Pero no hay que asustarse, quizá todo lo contrario. Esta solución lleva la etiqueta pegada de «menos es más», ya que no necesita tener al usuario pendiente de cambiar de arma cada vez que coge una nueva o de invertir materiales de mejora en una y que luego llegue otra más potente. Os explicamos, cada una de las armas es sagrada, tanto, que excepto para la espada inicial, el resto deberemos de conseguirlas después de un arduo combate contra un boss. Son absolutamente distintas entre ellas y cada una nos ofrecerá una experiencia distinta en el combate, teniendo que adaptarnos a cada una e incluso ofreciendo unas prestaciones adecuadas para distintas situaciones.
Un ataque normal y otro pesado (RB y RT), se combinan para ofrecer la gama de ataques, suficientemente variados, que imprimen un ritmo casi coreografiado que deberemos tener en cuenta para el timing de nuestros ataques (más pesados y potentes o más ligeros y rápidos). Una especie de sello que conseguiremos más adelante nos permite hacer parry y conseguir más vida u otros efectos, el cuál, junto al especial (LB+RB) de nuestro arma, consumirán lo que se llama determinación, una barra junto a la de vida que se recargará conforme vayamos eliminando a nuestros enemigos. Pero quizá lo más relevante de la lucha en Mortal Shell es la habilidad de nuestro personaje de volverse de piedra, eso sí, congelándose mientras lo hace. Durante un ataque, para esperar a los enemigos, aguantar una carga, o que las flechas nos reboten, será nuestro comodín definitivo en combate. Una habilidad innata, que tardará pocos segundos en recargarse para volver a usarla, pero que no es infalible, pues tras el primer golpe enemigo se desvanecerá.
Porque todo esto lo complementaremos con los Receptáculos, cuerpos sin vida que encontraremos por nuestro camino y de los que podremos adueñarnos para usarlos en nuestra aventura. Sólo tendremos cuatro y siempre tendrán el mismo aspecto y armadura, pero es casi como coger a los típicos predefinidos, ya que cada uno ofrece una experiencia diferente en relación a la vida, la resistencia y la agilidad. Por ejemplo, uno de ellos, será increíblemente ágil, en nuestras esquivas nos convertiremos casi en humo y la barra de resistencia será enorme, pero con poco más de dos golpes, moriremos fácilmente. Además, lo que al principio podían parecer cascarones sin más función aparente, cambia totalmente, ya que pronto sabremos el nombre de nuestros Receptáculos y parte de sus historia, a medida que vayamos desbloqueando sus habilidades.
Unas habilidades que supondrán una diferencia brutal conforme avancemos, con esquivas que dañan, la posibilidad de añadir veneno, obtener fácilmente determinación o incluso correr ilimitadamente sin cansarnos. Todo gracias al Tar y a los Vestigios, la moneda del juego, que obtendremos de los enemigos caídos (si, como las almas de Dark Souls), y que perderemos si morimos, con la posibilidad de recuperarla de nuestro cuerpo, dando lugar a esos paseos tan divertidos en el que con toda probabilidad nos maten antes de llegar, perdiendo en el proceso los Tar conseguidos. Ese paseo tan divertido que te hace querer tirar el mando por la ventana, apretar los dientes y machacar a golpes el primer cojín del sofá que pilles. Muy souls todo, ya sabéis.
No todo es perfección en Mortal Shell, pues si por una parte nos ha encantado la oscura estética de los escenarios y su propuesta, el gran fallo que hemos visto es la linealidad de su mapeado y el sistema de salud, demasiado pobre para aguantar largas exploraciones sin caer, lo que da como resultado una dificultad adicional que nos obligará a deshacer nuestros pasos para llegar al paraje original, sin tener la mayoría de las veces, ese atajo que te lleva de vuelta y que con tanta maestría y como si fuera casi una característica de los juegos tipo souls, procuran adoptar todos. Tampoco ayuda el que no haya muchos puntos de guardado por el camino o que no estén bien distribuidos, habiendo algunos muy lejanos de otros y otros muy cerca entre zonas. Quizá en esto, el equipo de desarrollo si que se haya tomado la licencia de permitirse que lo pasemos muy mal, porque lo haremos, pero a cambio, la sensación de superar una zona es muy gratificante.
Porque no tendremos frasco de estus, ni calabaza curativa ni nada por el estilo, solo nuestros parrys y muchas setas, que encontraremos por el camino para aguantar una barra de vida. Y decimos esto, porque como en Sekiro, en Mortal Shell podremos morir dos veces en cada partida. Cuando caigamos la primera vez, nos expulsarán de nuestro Receptáculo, el cual, se quedarán hecho una piedra y tendremos que volver a él rápidamente. En nuestro estado «sin piel», podremos luchar de la misma manera, pero aunque nuestra resistencia es enorme para poder esquivar, la vida es mínima y los enemigos…se darán cuenta de tu indefensión y atacarán sin absolutamente ninguna piedad.
Duración
Mortal Shell ofrece una duración mas que considerable, muy por encima de las 20 horas, con muchos parajes para explorar y una aventura que descubrir, que con poco que te resulte complicado y mueras mucho, se subirá fácilmente de esa cifra o incluso bajará si eres lo suficientemente habilidoso. Su desarrollo tipo RPG, nos permitirá desarrollar nuestros receptáculos y nuestras armas al mismo tiempo que el juego se descubre ante nosotros, obteniendo continuamente nuevos objetos y motivaciones que nos empujan a seguir buscando más información sobre el misterio del mundo y nuestro destino en él.
Además, existe la posibilidad de pasarte el juego solo con tu cuerpo sin poder usar los receptáculos, interactuando con una especie de santuario, mucho ojo con esto, porque es como activar la campana en Sekiro o el Juramento de la compañía de los campeones en Dark Souls 2: el modo ultradíficil.
Conclusión
Mortal Shell nos ha parecido un título brutal, despiadado con el jugador y realmente difícil. Quizá el ‘souls’ más ‘Dark Souls’ de los que nos hemos encontrado en aquellos que han apostado por este subgénero. Lo bueno, es que tanto para bien como para mal, sorprende que se trate del primer título de Cold Symmetry, ya que a pesar de las evidentes referencias y parecidos, derrocha talento y buenas ideas, además de tener un apartado gráfico muy sólido y un diseño artístico de categoría, con los Receptáculos, los enemigos y los NPCs diseñados de manera excelente, con una estética oscura pero muy atractiva.
Pero es que la jugabilidad acompaña a todo esto y Mortal Shell resulta duro pero muy divertido, rozando la delgada línea entre lo frustrante y el buen diseño de dificultad. Quizá el mapeado lineal y el sistema de salud están algo reñidos con la propuesta y no facilitan el desarrollo al jugador, pero por momentos parece que es un recurso que al igual que las limitadas armas y receptáculos disponibles, termina siendo una limitación intencionada por el propio diseño.
En definitiva, una auténtica sorpresa de verano. El año pasado por estas fechas, también analizaba Remnant From the Ashes, otro título que sin muchas pretensiones, levantó muchas pasiones entre los fans de este subgénero, parece que agosto es buen mes para pasarlo mal delante de la consola. Directamente obligatorio para los fans de los títulos de Miyazaki y muy recomendable para los amantes de los desafíos. Eso sí, para los que buscan algo fácil para pasar el rato o se frustran rápidamente, abstenerse, porque Mortal Shell no os lo pondrá fácil.
*Gracias a Playstack y Cold Symmetry por habernos proporcionado el material para la review.