Analizamos Los Pitufos: Operación Vilhoja, una aventura pitufeantemente azul para que padres e hijos jueguen compartiendo la partida.
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Antes de que una cerdita de rasgos antropomorfos fuera una de las estrellas de la televisión infantil contemporánea, los niños de todo el mundo que merendaban triángulos de nocilla con un poco de cacao sólido en un pan de molde, pasaban las tardes con sus propios ídolos de dos dimensiones. Aquellas series de dibujos ayudaron a formar a muchas generaciones de niños, no sólo en los aspectos educativos más obvios sino que también ofrecían enseñanzas para la vida. Además, incidieron en la importancia de respetar el medio ambiente a través de aventuras como Los Pitufos.
Tras su primera aparición allá por el año 1959 en una publicación en la que estos seres azules que compartían pantalla eran poco más que personajes secundarios, consiguieron a posteriori ganarse el cariño y estima del público hasta conseguir ser los protagonistas de sus propias historias. El dibujante belga Pierre Culliford, comúnmente conocido como Peyo, fue el creador de estas pequeñas criaturas que, con el tiempo, han tenido bastantes adaptaciones, tanto seriéfilas como cinematográficas, así como algún que otro lavado de cara que supuso el salto de estos a las tres dimensiones, lo que nos lleva hasta este Los Pitufos: Operación Vilhoja, el inicio de algo nuevo.
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Dicho de otra manera, es el primero de los cinco juegos confirmados que saldrán en los próximos años para diferentes plataformas y el resultado de la metamorfosis hacia una franquicia con más de seis décadas a sus espaldas.
Apartado técnico
Además de por su propuesta, Los Pitufos: Operación Vilhoja destaca por una apariencia que termina de envolver el juego en un aura de adorabilidad. Es cierto que es un título que no llega a ofrecernos algo diferente ni espectacular, dado que no es nada que no hayamos visto siquiera en la generación de Xbox 360, pero sí logra mostrarnos algo agradable y especialmente colorido que hará que todos pitufemos de lo lindo. La nota discordante se traduce en algunos problemas de rendimiento, desde caídas en la tasa de fotogramas hasta la molesta aparición repentina de elementos en el horizonte.
Y salvo equívocos, el juego de marras cuenta con las voces de la serie original, es decir, completamente en castellano, lo que asegura que los más pequeños identifiquen con mayor facilidad a personajes como Pitufina o Papá Pitufo.
Jugabilidad
Hay cosas de la sociedad pitufa que todavía es complicado de entender, cómo por qué solo uno de ellos ha llegado a anciano o los problemas que debe tener Pitufina en un poblado lleno de hombres, pero a cambio, la serie de marras trataba de ser sobre todo entretenida, de una forma que divirtiera a los más pequeños y también a la hora de poner en valor de forma constante la importancia del trabajo en equipo.
A este respecto, Los Pitufos: Operación Vilhoja pone de manifiesto una aventura pitufástica, la cual puede ser disfrutada en compañía, y que nos propone encontrar los ingredientes de un antídoto sumamente potente. En este caso, para curar todas esas plantas que han sido contaminadas por la Vilhoja, una fórmula creada por el malvado brujo Gargamel que también está causando grandes daños en la aldea. Y para eso, tenemos que encarnar a personajes como Pitufo Fortachón o Pitufo filósofo haciendo uso del Pitufumigador, un invento de Manitas que no solo sirve para reducir la contaminación, sino también un puñado de habilidades (desbloqueables) que nos permite abarcar grandes zonas desde el aire en una aventura creciente.
Una aventura pitufeantemente accesible amparada en las plataformas, la acción y sobre todo la exploración, porque si os gusta eso de mirar cada rincón, vais a pitufar pero bien. Después de todo, Los Pitufos: Operación Vilhoja nos recompensa constantemente con un mensaje en la pantalla, un sonido especial por parte de estas criaturas azules… Al final, todo se reduce a un mínimo común: el juego te dice que lo has hecho bien. De la misma manera, una de las recompensas más preciadas a medida que avanzamos lo suficiente es que podemos añadir algún que otro punto de vida a nuestros personajes, además de algún que otro contrarreloj opcional donde como recompensa añadimos tiempos que nos permiten obtener un premio mayor.
A partir de aquí, se os pueden ocurrir muchos otros tipos de recompensas, y casi todas ellas, encajan de alguna manera en la obra que protagoniza estas líneas.
Duración
Con el paso de los años hemos podido disfrutar de todo tipo de historias, algunas con más o menos horas de recorrido. Pero, ¿y si pudiésemos vivir esa gran emoción en pequeñas dosis? En tal sentido, Los Pitufos: Operación Vilhoja nos permite explorar un mundo sin apenas muerte, ataques o peligros, pues su función es, simplemente, la de disfrutar de una experiencia con la posibilidad de interactuar con distintos personajes del entorno. Una experiencia que puede ser completada en unas 5 horas si sois unos jugadores avezados.
Ahora bien, líneas atrás hemos remarcado la importancia de la exploración y este título incentiva al jugador a exprimir el máximo de sus recursos, y no porque sea necesario llegar a ese punto, ni mucho menos, sino porque nos anima a sacar su lado más creativo obteniendo todos los coleccionables y evitar la rigidez de su planteamiento. Por ende, si tomamos para sí dicha mentalidad, la duración del juego puede extenderse más allá de las 10 horas.
Conclusión
Encontrar el videojuego adecuado para los más pequeños no siempre es sencillo. Y aun cuando algunos de los mejores títulos de todos los tiempos fueron hechos precisamente para los más pequeños de la casa, es importante que existan etiquetas informativas, como el código europeo PEGI, que permitan a los padres hacerse una idea de la edad recomendada de cada título, pero no siempre tienen en cuenta todas las variables de un juego. Por suerte, Los Pitufos: Operación Vilhoja es una pequeña aventura para que padres e hijos jueguen compartiendo la partida, fomentando un ritmo lento, sin presiones impostadas y con poco riesgo de perder. Además, nos enseña la importancia de proteger y conservar la biodiversidad en un mundo lleno de verde.
*Agradecemos a Microids el material proporcionado para poder realizar este análisis.
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Apartado técnico65/100
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Jugabilidad75/100
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Duración75/100
Lo bueno
- Es una aventura que remarca la importancia de la exploración.
- El carácter medioambiental que tanto profesa a lo largo del juego.
- Su doblaje al castellano.
Lo malo
- Algunos problemas de rendimiento traducidos en la tasa de fotogramas y la aparición repentina de elementos en pantalla.